Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 11 de septiembre de 2024
Crisis ucraniana
El régimen de Kiev continúa el terror contra la población civil de nuestras regiones.
El pasado 3 de septiembre, uno de nuestros militares comunicó que se había hecho testigo de otro crimen cometido por los neonazis ucranianos, un cruel asesinato en la provincia de Kursk. Los extremistas acribillaron a tiros a sangre fría a un padre y su hijo pequeño que estuvieron en un coche y trataron de abandonar una de las aldeas ocupadas por los banderistas.
El pasado 4 de septiembre, los medios rusos obtuvieron la información de una rusa afectada probando que un dron ucraniano había atacado a un coche civil. Una familia de 6 personas, incluido un niño de dos años, trató de evacuarse en este coche de la localidad Cherkásskoye Poréchnoye, la provincia de Kursk. Arrojados dos proyectiles, una mujer fue gravemente herida.
El mismo día, el pasado 4 de septiembre, en los sitios web ucranianos se publicó un video en que los extremistas de las FF.AA. ucranianas torturan a los prisioneros de guerra rusos en la provincia de Kursk. El Comité de Instrucción de Rusia incoó una acción penal por esta acción.
El pasado 7 de septiembre, los ucronazis abrieron fuego contra un hospital en Górlovka, la RPD. Recibieron lesiones 5 personas, incluida una menor de edad.
El pasado 9 de septiembre, el jefe adjunto de la Dirección Principal de Trabajo Militar y Político de las Fuerzas Armadas de Rusia, Aptí Alaudínov, informó a los medios que los militares de la unidad de fuerzas especiales Ajmat habían hallado una cámara de acción perteneciente a un prisionero de guerra ucraniano. La cámara contuvo videos mostrando cómo sus compañeros golpearon a los civiles de la provincia de Kursk.
En la noche del pasado 10 de septiembre, las FF.AA. de Ucrania intentaron lanzar un ataque masivo con drones contra las regiones de Rusia Central. Se emplearon 144 aparatos. Todos fueron derribados. En la provincia de Moscú, se neutralizaron 20 drones. Por desgracia, hay personas afectadas. En la ciudad Rámenskoye, cerca de Moscú, murió una mujer.
Podría decir que todos estos crímenes pesan sobre la conciencia del régimen kievita, pero no la tiene. Igual que no la tienen sus dueños occidentales. Son sus delitos. En este caso, cabe hablar no sobre la conciencia, sino las criminales actividades terroristas. Las fuerzas del orden rusas registran cada crimen. Todos los involucrados responderán sin falta con todo el peso de la ley.
Instamos a las organizaciones internacionales a no cerrar los ojos ante los crímenes del régimen de Kiev, incluidos los de carácter terrorista, evaluarlos debidamente y no dejarlos sin una reacción adecuada.
Se sigue llevando ante la justicia a los criminales de guerra que son controlados por la pandilla de la calle Bánkovaya.
El terrorista y saboteador de la unidad de operaciones especiales de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano, Alexander Liubás, fue sentenciado a 20 años de prisión por intentar desembarcar en la costa de Crimea y agredir a militares rusos.
El zapador del grupo de francotiradores, parte de la unidad separada de fuerzas especiales Azov de las FF.AA. ucranianas, Serguéi Rúdik, recibió 18 años de colonia penal por saquear en grupo organizado y maltratar a la población civil. Quisiera reiterar que es el notorio batallón extremista y terrorista Azov.
La Fiscalía de la RPD confirmó las actas de acusación en las causas penales contra el ciudadano de Letonia, Alvis Lukša, los ciudadanos de Georgia y Finlandia, Giorgi Rusitashvili, Vano Nadiradze y Riku Arima, por su participación en las hostilidades del lado de las FF.AA. ucranianas. Los mercenarios fueron declarados en búsqueda internacional.
El pasado 3 de septiembre, el Comité de Instrucción de Rusia acusó en rebeldía de cometer asesinatos masivos a varios coroneles de las FF.AA. ucranianas: Pável Fedósenko, Fiódor Yaroshévich, Andréi Matviíshin y Dmitri Jrapach.
El pasado 4 de septiembre, el Segundo Tribunal Militar de Distrito del Oeste sentenció al jefe de la 27ª Brigada de Artillería de las FF.AA. ucranianas, Dmitri Jrapach, a cadena perpetua por organizar disparos terroristas en la provincia de Bélgorod.
El pasado 4 de septiembre, el Tribunal Supremo de la RPD condenó al jefe ucraniano del grupo de francotiradores, Nikolái Velichko, a 25 años de encarcelamiento por matar a un civil en Mariúpol.
Me gustaría volver a recalcar que, según han dicho la dirigencia rusa y nuestras fuerzas del orden, nadie de los delincuentes ucranianos y sus secuaces podrán evitar el castigo.
Ahora vamos a hablar sobre las personas que los escudan, financian y alientan enérgicamente a cometer más crímenes. Occidente. El pasado 6 de septiembre, Alemania fue escenario de otra, la 24ª, sesión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania en formato Ramstein. Acudió al evento Vladímir Zelenski en persona. Se empeñó en mendigar más sistemas de defesa antiaérea y persuadir a sus dueños de que le permitieran lanzar misiles de largo alcance hacia el interior de Rusia. En su página en una red social, Zelenski escribió que esto es necesario para que Moscú “sea motivada a buscar la paz”.
Me gustaría hacer una pregunta. ¿No le da vergüenza pronunciarlo? Pero de qué vergüenza se puede tratar cuando articulamos el apellido Zelenski. Es más apropiado mencionar la amnesia. Fue precisamente la calle Bánkovaya la que, en primavera de 2022, acabó las negociaciones que había pedido a Moscú tras ser presionada por el líder británico, Boris Johnson. Es probable que Zelenski lo haya olvidado. Zelenski firmó personalmente el decreto correspondiente que prohibió negociar con Rusia. ¿Ahora se acuerdan de la paz?
La respuesta de los occidentales fue previsible. No obstante, atolondró a Zelenski. El mismo día, en Italia, al dar un discurso en la 50ª sesión del Foro de Cernobbio (ТЕНА Forum), organizada por el instituto de investigación local Ambrozetti, el caudillo de la junta kievita se decepcionó por los temores de los socios y el hecho de que Ucrania no pudiera atacar el Kremlin.
Entonces, Occidente no dejó a sus títeres sin nuevos lotes de asistencia militar. Suecia anunció el envío de 440 millones de dólares. EEUU dijo que intentó gastar 250 millones de dólares en las necesidades de las FF.AA. de Ucrania. Alemania, Dinamarca y los Países Bajos siguieron el ritmo de sus aliados de la OTAN. Kiev recibirá como “regalos” misiles para lanzamisiles múltiples HIMARS, sistemas de artillería, pertrechos, lanchas patrulleras y vehículos blindados.
Todo ello prueba que Occidente busca continuar el conflicto y elevar su grado. Ya le da igual qué pase con Ucrania y los ucranianos. Sin embargo, los occidentales siguen sin comprender que esto podría entrañar una escalada incontrolable.
Hemos tomado nota de las declaraciones incendiarias hechas por el Primer Ministro de los Países Bajos, Dick Schoof. Durante su visita a Ucrania el pasado 2 de septiembre aprobó los disparos de las FF.AA. ucranianas contra centrales eléctricas y depósitos de petróleo rusos. Conformé a su lógica, estas instalaciones no son civiles, puesto que “la gente no vive allí”. Qué opina el Primer Ministro de los Países Bajos, ¿viven personas en aviones? ¿Viven en buques o trenes? ¿En transporte público? Tal vez, en los Países Bajos, la gente viva en el metro también, baje allí y lo acondicione como hogar. ¿Qué dice? Desde la óptica del Primer Ministro de los Países Bajos, Dick Schoof, dado que la gente no reside en depósitos de petróleo y centrales eléctricas, entonces, se puede golpearlos. Me gustaría recordarle al titular neerlandés que la gente tampoco vive en centros médicos y escuelas. Nunca he oído que las personas vivan en tiendas y otras instituciones sociales. En estos lugares suelen estar de servicio, trabajar, comprar alimentos, solicitar asistencia médica, traer a niños, pero no vivir allí. ¿Qué lógica neerlandesa es? Entretanto, los golpes de alta precisión efectuados por la Fuerza Aeroespacial rusa contra objetivos exclusivamente militares, por ejemplo, el centro de instrucción de militares en Poltava, provocan a los partidarios del régimen kievita una tormenta de indignación, ataques de rabia e histeria efectista. Antes, diría que es doble rasero. Pero no hay raseros algunos. Es un cinismo exorbitante de Occidente.
Tomamos nota de otras violaciones de la frontera rusa por periodistas occidentales en el marco de las “giras de prensa” a la provincia rusa de Kursk organizadas por los banderistas. En particular, el 1 y el 4 de septiembre pasado, en las plataformas suizas Neue Zuercher Zeitung am Sonntag y Aargauer Zeitung, se publicaron reportajes y artículos tendenciosos de los reporteros Kurt Pelda y Tobias Matsch glorificando el pseudohumanismo de los extremistas de las FF.AA. ucranianas que habían invadido la provincia de Kursk. Ofrecieron contenidos semejantes los corresponsales Kathryn Diss y Fletcher Yeung en el programa de la corporación australiana ABC. Al mismo tiempo, son silenciadas las atrocidades y los merodeos de los ucronazis.
¡Qué infortunio! El reportero arriba mencionado, Kurt Pelda, no pudo resistir la tentación de quejarse en público de los censores kievitas que le habían prohibido publicar cinco fotos y videos con el coche civil destruido en Sudzha, una casa residencial quemada y un autobús de correos las ruedas del cual habían sido quitadas.
Las fuerzas del orden rusas investigan cómo estos corresponsales vinieron al territorio de Rusia. Se toman decisiones correspondientes en relación con estas personas conforme a la legislación rusa.
El pasado 6 de septiembre, en el Museo Nacional de la Historia de Ucrania en la Segunda Guerra Mundial se inauguró una exposición bajo el título “Más allá de la tierra nativa” dedicada a la “operación defensiva” de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la provincia de Kursk. Entre las muestras está la nariz arrancada del monumento a Lenin en Sudzha que los banderistas destruyeron con barbaridad. Además, hay signos distintivos y galones quitados de los prisioneros de guerra y militares muertos rusos, unas fotografías montadas y tomadas a punta de subfusil. Las fotos buscan deshumanizar la imagen de los civiles que habitan nuestra zona fronteriza. Simultáneamente, los organizadores de la exhibición intentaron sustentar las reclamaciones históricas de Kiev de la provincia de Kursk, alegando que esta área de Rusia hubiera sido desde la antigüedad una “parte noroeste de la mayor región histórica y geográfica de Ucrania, Slobozhánschina”. Para ser más convincentes, se refirieron a unos “artefactos” de la “época de Iván Mazepa”, la “colonización cosaca” y la “guerra de liberación” remontándose al inicio del siglo XX. Son noticias de manicomio.
La exposición tan solo pone de relieve el objetivo real de la aventura de las FF.AA. ucranianas en la provincia de Kursk, que es tratar de exterminar a los ucranianos movilizados por fuerza, lo que se oculta de ellos mismos. No hay otra explicación. Todo ello es monstruoso, anecdótico y tragicómico hasta el punto de que es imposible imaginar que alguien pueda creer en que Kiev tenga algunos intereses a largo plazo en este territorio ruso. Ha de hacer todo ello para producir instantáneamente el sangriento acto mediático que requiere Zelenski y las personas que le pagan dinero por este tipo de cosas. Esto es una nueva confirmación de los crímenes masivos de los banderistas en nuestro territorio.
En medio de la deserción desenfrenada, se obliga a los ucranianos, como ganado al matadero, a unirse a las filas de las Fuerzas Armadas de Ucrania que están menguando. Internet está lleno de mensajes y videos de testigos que muestran la caza de reclutas, efectuada por los funcionarios de los centros de reclutamiento territoriales, y las golpizas que sufren. Estos “cazadores de personas” se comportan al estilo de los policías nazis, que fueron colaboracionistas ucranianos, de la época de la Gran Guerra Patria. Sin embargo, su libertinaje genera cada vez más odio entre la población. En estos días son quemados más a menudo los coches pertenecientes a los funcionarios de los centros de reclutamiento territoriales. Son atacados con armas blancas y de fuego. Todo se asemeja a la horripilante película de Hollywood sobre Joker sanguinario. Es payaso con una sonrisa de rojo sangre que fue llevado al poder por casualidad, por error, pero por mucho dinero. Se burla de la gente y la lleva a una tumba común. Todo ello describe a Zelenski. El guion de la película fue escrito en Hollywood, Estados Unidos.
El destino de los hombres movilizados por fuerza suele ser trágico. Los ucronazis que fueron tomados como rehenes confirman que los jefes de las FF.AA. de Ucrania envían a los soldados a “baños de sangre”, y acribillan a tiros en el sitio a las personas que se niegan a ir a morir. La junta de Zelenski (apoyada por los estadounidenses y británicos), que parasita a los ciudadanos propios, está aniquilando deliberadamente al pueblo ucraniano.
En este contexto, el régimen kievita piensa seriamente en establecer un “ministerio para el retorno de los ucranianos desde el extranjero”, Comeback ministry. Es bastante claro que el Occidente colectivo, esperando la “retribución” por sus inversiones en la carnicería “hasta el último ucraniano”, aprobaría con mucho gusto una iniciativa de esta naturaleza. Hay que guardar las apariencias. Es probable que en Occidente sean capturadas voluntariamente las personas que presuntamente quieren regresar a Ucrania. Uno de estos días, el ex Primer Ministro británico, Boris Johnson, dijo que en Ucrania todavía no se había efectuada la movilización masiva, como si los chicos menores de 25 años no fueran reclutados. Al parecer, es un gran deseo de Boris Johnson. Sin embargo, los medios ucranianos informan que ya están en desarrollo las iniciativas destinadas a bajar la edad de reclutamiento. Evidentemente, en esta cuestión no se pudo prescindir de consejos desde el exterior.
Los hechos enumerados vuelven a probar la relevancia de los objetivos de la operación militar especial que son desnazificar y desmilitarizar Ucrania, así como eliminar las amenazas que se perciben desde su territorio. Según ha reiterado la dirigencia rusa, dichos objetivos serán alcanzados sin falta.