Discurso y respuestas a las preguntas ofrecidos por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, durante la videoconferencia para los estudiantes de la Universidad MGIMO, Moscú, 27 de abril de 2020
Estimado Señor Torkunov,
La Universidad MGIMO está implantando rápidamente las nuevas tecnologías a raíz de la pandemia de coronavirus que ha impuesto restricciones para las comunicación directa. Me han dicho que ustedes consiguieron organizar este trabajo en plazos reducidos, sin perjuicio ninguna a los programas educativos. Estoy seguro de que MGIMO realizará debidamente las correspondientes pruebas del fin de curso, las defensas de trabajos de cualificación y la evaluación estatal final. Confío en que encuentren también las técnicas creativas para aumentar las filas de sus alumnos. No sé cómo se llevará a cabo la campaña pero, por nuestra parte, haremos todo lo que esté en nuestra mano para ayudarles. No dude en contactarnos para cualquier apoyo.
No considero este encuentro una conferencia, más bien es un webinar, ya que me parece importante hacer hincapié en su parte interactiva.
No me voy a extender mucho sobre el fundamental impacto de la pandemia en lo que llamamos el paisaje geopolítico global y en muchos aspectos de las relaciones interestatales y la vida internacional. Asestó un durísimo golpe contra la economía mundial. La mayoría de los expertos vaticinan un largo período de recuperación para la misma. Por supuesto, están seriamente restringidos cualesquiera contactos entre personas, incluidos los intercambios culturales, educativos, científicos, turísticos. Lamentablemente, los esfuerzos diplomáticos se ven también limitadas. Ya me he pronunciado sobre las posibilidades de la comunicación virtual de sustituir los contactos directos, cara a cara: son muy escasas. Creo que mis colegas también echan de menos la comunicación real, al menos, percibo las mismas sensaciones cuando hablamos por teléfono con muchos de ellos.
Todavía está por llegar el trabajo de evaluar y comprender las consecuencias globales de la pandemia para la vida internacional, de elaborar herramientas conjuntas para organizar nuestro trabajo en el período pospandémico. Estoy convencido de que en esta y en las siguientes etapas recibiremos el apoyo y el aporte de la comunidad científica y experta de la MGIMO. Estamos interesados en ello.
Aún no ha llegado la conciencia global de todas las consecuencias pero tal vez podamos sacar las primeras conclusiones. La principal de ellas, a mi juicio, consiste en que la crisis demostró con la máxima nitidez (si es que hacía falta demostrar algo a alguien) la interdependencia y el entrelazamiento de todos los Estados sin excepción y todos los ámbitos de la vida del mundo actual.
Llevamos mucho tiempo hablando del peligro de subestimar el carácter transfronterizo de numerosas amenazas, incluidos los nuevos retos como el terrorismo internacional, el riesgo de expansión incontrolada de las armas de destrucción masiva, cíberdelincuencia y mucho más. Se les añaden ahora no sólo los problemas climáticos, que ya preocupan hace mucho a muchos países, sino también las pandemias, como la que estamos atravesando. Creo que una de las principales conclusiones en esta etapa es que incluso los escépticos más testarudos deben convencerse, por fin, de que nadie podrá defenderse con los «muros y fosos» ante semejantes amenazas. Los intentos de protegerse a uno mismo, de esperar en un lugar seguro a que pase el peligro no prosperarán. Todos el mundo ya es consciente de ello. Los países que decidieron suspender al máximo la comunicación con el mundo exterior y los que lo han tomado de forma filosófica, como Suecia, por ejemplo, están afectados de manera igual. Nadie ha podido ni podrá protegerse de ello. Nuestros llamamientos, que lanzamos mucho antes de los acontecimientos actuales, a todos los países: de unirnos para un trabajo colectivo y búsqueda de soluciones ante las amenazas trasfronterizas, estos llamamientos eran oportunos entonces y lo son más aun ahora, ya que en el mundo crece la necesidad de acciones solidarias.
Espero que la crisis mueva a todos los actores de la política mundial y, sobre todo, a los Estados líderes (como quien dice, no hay mal que por bien no venga) a que pospongan sus contradicciones coyunturales para dedicarse a un trabajo profesional conjunto en aras de garantizar un futuro pacífico y próspero a todas las naciones. El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el Presidente de EEUU, Donald Trump, dieron una señal optimista emitiendo ayer la Declaración Conjunta con motivo del 75 aniversario de la reunión en el Elba y enfatizando esta idea en el documento. En aquel entonces, la Unión Soviética y l URSS consiguieron superar las contradicciones y aunar los esfuerzos para el combate decisivo contra el enemigo común. De hecho, estamos afrontando una tarea idéntica.
Desde luego, no nos gustaría ver los intentos que, por desgracia, no cesan, de aprovechar esta crisis para promover los intereses momentáneos e individualistas, para ajustar las cuentas con los gobiernos indeseables o la competencia geopolítica. Repito que observamos estos intentos.
Claro está, es paradójica la situación cuando los países que se posicionan como acérrimos defensores de los Derechos Humanos y de la Democracia, siguen empleando la herramienta ilegítimas de las llamadas sanciones impuestas a espaldas del Consejo de Seguridad de la ONU e intentan politizar la cooperación humanitaria en el contexto de la pandemia. Esto golpea especialmente fuerte las capas más vulnerables de la población que necesitan acceso a la alimentación, medicamentos y asistencia médica. Nosotros rechazamos la práctica de estas herramientas ilegales, y aún más en el contexto de una desgracia común.
Como sabrán, el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, durante la telecumbre del Grupo de los Veinte, presentó la iniciativa de crear los «pasillos verdes», libres de guerras comerciales y sanciones para suministrar a todos los necesitados los medicamentos, alimentos, equipos y tecnologías para combatir el coronavirus y superar la pandemia. Saludamos las declaraciones consonantes del Secretario General de la ONU, António Guterres, de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quienes, al comentar la situación en el mundo, se pronunciaron, en particular, a favor de levantar o suavizar las restricciones impuestas a ciertos países. En primer lugar, se trata de los países bajo sanciones unilaterales, además de las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, como Siria, Venezuela, Corea del Norte. Hay otros países que también necesitan esta suavización. La representación de Rusia en la ONU está creando un grupo de partidarios para luchar por hacer realidad este enfoque.
Calificamos de sumamente peligrosos los intentos de usar la situación actual para socavar los principios básicos del funcionamiento de la Organización de las Naciones Unidas y en general de su sistema, cuyas instituciones siguen siendo los únicos mecanismos válidos de cooperación multilateral en los respectivos ámbitos. Esto se refiere plenamente al funcionamiento de la Organización Mundial de la Salud. Consideramos absolutamente contraproducentes e injustos los intentos de culparla por lo que está sucediendo. En todas las etapas de la crisis, la OMS, según la evaluación de la aplastante mayoría de los países, actuó de manera profesional, dando pasos preventivos oportunos, difundiendo la información y sus recomendaciones a todos los Estados.
Esperemos que en el proceso de toma de conciencia de las lecciones de esta crisis podamos llegar a fomentar el carácter central de la ONU en la arquitectura global. Está claro que existen otras instituciones pero todas ellas se basan en los principio establecidos en la Carta de la ONU y realizan un trabajo muy útil. Destacaré especialmente el Grupo de los Veinte que incorpora los países del Grupo de los Siete, BRICS y otras grandes economías del mundo. La creación y el funcionamiento del Grupo de los Veinte, de hecho, confirma que los países occidentales que se asocian con el G7, ya son incapaces de analizar solos los problemas clave del desarrollo mundial y tomar decisiones globales.
Este año, celebramos el 75 aniversario de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial, a la que contribuyeron decisivamente todos los pueblos de la Unión Soviética. El significado de este evento crucial para la Humanidad es difícil de sobrevalorar. Hoy en día nos importa sobremanera hacer todo para impedir que aquella hazaña se eche en el olvido, que la juventud olvide a qué conduce el egoísmo nacional, el aislamiento, la connivencia para con el chovinismo y xenofobia.
Lamentablemente, seguimos asistiendo a los intentos de revisar la Historia. El MAE de Rusia, junto con otros departamentos de la Federación de Rusia, hace todo lo necesario, usando los materiales de sus archivos, para contrarrestar estas ideas destructivas e impedir la revisión de los resultados legales de la Segunda Guerra Mundial, incluidos las sentencias de los Juicios de Núremberg. La absoluta mayoría de los miembros de la comunidad internacional comparte nuestra postura, lo cual se confirma anualmente con la aplastante mayoría de votos a favor de la resolución de la Asamblea General de la ONU sobre la inadmisibilidad de la glorificación del nazismo.
Los líderes de los países de la CEI aprobaron la respectiva declaración difundida en la ONU. También trabajamos en ello dentro de la OTSC. Confío en que la MGIMO, que siempre participa de forma fructífera en nuestros esfuerzos conjuntos, siga contribuyendo a nuestra labor común de defender la verdad histórica y la gloria de los que sacrificaron sus vidas para salvar al mundo.
El 75 aniversario de la Victoria coincide con el 75 aniversario de la fundación de la Organización de las Naciones Unidas, que fue posible gracias a nuestra Victoria común, gracias al espíritu de cooperación entre los Aliados. Las grandes ponencias que hicieron el aporte decisivo a la derrota del nazismo y la constitución de la ONU, tienen una especial responsabilidad, conforme establece la Carta de la Organización. Estamos convencidos de que sigue siendo necesario el aporte de estos cinco Estados en esta etapa crucial del desarrollo mundial para trazar las direcciones del ulterior desarrollo de las relaciones interestatales en la época poscrisis.
En general, cuando el mundo resulta sacudido por los cambios globales, el modelo bipolar, y los unipolares con más razón, se quedan en el pasado, se forma un orden mundial policéntrico con varios centros potentes del crecimiento económico y poder financiero que, a su vez, aseguran el peso político. No es cuestión de unos o dos meses o años. Es una larga época histórica. El mundo que está cambiando durante más de medio milenio ha estado desarrollándose por los patrones occidentales. Mientras ahora debe tener en cuenta una diversidad cultural y civilizatoria más amplia y tomarlo en consideración en la política mundial.
Teniendo en cuenta el papel de los cinco miembros permanente de la ONU, atribuido por la Carta de las Naciones Unidas, el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, a principios del año presentó la iniciativa de convocar la cumbre de los jefes de Estados y de Gobiernos de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, con fines de analizar todo el complejo de cuestiones que requieren solución al más alto nivel, en el contexto de la implementación en las condiciones actuales de los principios y objetivos de la Carta de la ONU. En primer lugar, la garantía de la igualdad soberana de los Estados, la no intervención en sus asuntos internos, el arreglo pacífico de conflictos y discusiones. Los líderes de los cinco países apoyaron la iniciativa. Primero los hizo China, luego Francia, EEUU y el Reino Unido. Ahora, por razones obvias, esperamos que la situación nos permita proceder a preparar este reunión, ya que tiene que ser presencial. Todos estamos de acuerdo en esto. Entretanto el «quinteto» está reflexionando en cómo hacer su aporte también a la lucha contra la pandemia. Con este fin está acordado organizar una videoconferencia. Ahora se están ultimando los detalles y la fecha.
En el trabajo de formación del nuevo orden mundial, seguiremos apoyándonos en el potencial de la organizaciones como la OCS, BRICS. Sin duda, los objetivos de aumentar la eficacia de los esfuerzos colectivos en todos los ámbitos se plantean, en particular, en el contexto del coronavirus, en la UEEA y la CEI.
Antes de terminar, me gustaría reiterar mi agradecimiento a la Universidad MGIMO, a su cuerpo docente por el aporte que hacen a la formación de los pasos concretos para implementar la política exterior de nuestro país, y el aporte a la organización de los eventos dedicados a la Victoria en la Segunda Guerra Mundial. He podido ya escuchar la maravillosa canción interpretado por el coro de la MGIMO. Esto realmente causa un sincero respeto y agradecimiento.
Estoy listo para contestar a sus preguntas.
Pregunta: A pesar de que Internet desde hace mucho está presente en nuestra vida, solía hacer de apoyo a las actividades off line, mientras que ahora se ha convertido ni siquiera en una ventana, sino en una puerta al mundo, de modo que es necesario crear un espacio de interacción en toda regla y vertebrar una nueva arquitectura social. ¿Con qué grado de eficacia, a su modo de ver, y en qué plazo pudo reaccionar el MAE de Rusia a esta nueva realidad? ¿Qué cambios permanecerán o se operarán en la estructura del organismo y en sus actividades laborales en concreto?
Respuesta: En estos momentos es difícil hacer pronósticos en cuanto a organismos concretos y las formas en las que reaccionarán a esta crisis. Se ha hecho mención de la OTAN y la UE. Cualquier organismo se tiene que enfrentar a la necesidad de estructurar sus actividades en el futuro. No sólo me estoy refiriendo a los métodos de trabajo, que seguramente serán modificados, dado que las agendas estarán saturadas de reuniones on-line. Las reuniones presenciales se seguirán celebrando, sin falta, habrá una gran tentación de celebrar toda una serie de debates no demasiado confidenciales precisamente con el uso de las nuevas tecnologías, dado el resultado bastante bueno de su aplicación. Me gustaría subrayar, sin embargo, que los contactos presenciales mantendrán su papel clave.
Por supuesto, cambiará el modo de funcionamiento de los organismos y los contenidos de los contactos. Se está debatiendo acerca de la parte de potestades que ha de delegarse en tal o cual estructura multilateral a los organismos supranacionales y acerca de la parte que deben reservarse los Gobiernos nacionales. Se está planteando la necesidad de retirar a los organismos supranacionales algunas de las potestades que les fueron delegadas con anterioridad, dado que a nivel supranacional no se perciben las cosas con tanta precisión, como a nivel nacional. La pandemia, y muchos países de la UE lo anuncian en público, puso de manifiesto la necesidad de guiarse en mayor medida por las evaluaciones y decisiones tomadas a nivel de países, porque se tiene una visión más clara de la situación que se vive en su territorio y se pueden tomar unas medidas más rápidas y eficaces. En caso de necesidad, lo que es un factor muy relevante, se puede introducir correcciones en las medidas que, puestas en práctica, no hayan ofrecido el resultado deseado.
De modo que habrá muchos debates y lo más importante es que nos demos cuanta de aquello que he comentado en mi palabra introductoria, es decir, de aquí en adelante las amenazas a las que tendrá que enfrentarse la Humanidad con toda seguridad no conocerán límites. Muchos no querían darse cuenta de ello y ahora tendrán que hacerlo. Me estoy refiriendo al terrorismo, a la piratería y cualquier otro tipo de crimen organizado, incluido el tráfico de droga. Me estoy refiriendo también al hecho de haberse disparado las posibilidades de que fuerzas no gubernamentales tengan acceso a diferentes tipos de armas de destrucción masiva. Me estoy refiriendo a los desastres naturales, a las catástrofes tecnológicas y, por supuesto, a las enfermedades infecciosas. En el marco de BRICS, organismo que he mencionado ya, hace un par de años los Jefes de Estado tomaron la decisión de fomentar la cooperación en la esfera de la lucha contra las infecciones y la producción y elaboración conjuntas de las vacunas. Esta semana nos reuniremos por videoconferencia los Ministros de Asuntos Exteriores de BRICS y hablaremos, entre otros asuntos, de cómo se podría acelerar el funcionamiento de dicho mecanismo creado por decisión de los Jefes de Estado.
Me gustaría insistir en que lo más importante es que estos cambios inevitables sean abordados y acordados desde el punto de vista de nuestro futuro común, de los principios recogidos por la Carta de las Naciones Unidas que suponen garantías de seguridad mediante el esfuerzo colectivo en todas las dimensiones de la situación internacional.
Pregunta: Hoy nos hemos acostumbrado a la palabra “autoaislamiento” y la usamos para referirnos a las personas. ¿Se podría asegurar que los países en la arena internacional hoy han optado por autoaislarse y que no únicamente el coronavirus es la razón? ¿En qué medida la tendencia contraria a la globalización podría desarrollarse en el futuro en la política mundial?
Respuesta: El “autoaislamiento” como término se usó por primera vez hace muchos años con respecto a una de las formas de la política exterior de EEUU. Normalmente, al verse dirigida la Administración estadounidense por el Partido Demócrata, se parte siempre de una visión globalizada en la política exterior. El Partido Republicano, al contrario, apuesta por el ensimismamiento y por el ahorro de los fondos, el tiempo y las fuerzas más que por la promoción en unas partes lejanas del mundo de ciertas prioridades políticas.
La Administración de Donald Trump empezó precisamente con esta filosofía. El actual Presidente de EEUU durante su campaña electoral decía que no se les había perdido nada en países y regiones lejanas, que había que poner fin a las guerras sin sentido. Los europeos sintieron enseguida que Washington no se responsabilizaría demasiado por cuanto estuviera ocurriendo en Europa. A EEUU le interesan solo cosas factibles y de valor pragmático, en primer lugar, que se compren los productos, servicios y armamentos estadounidenses. Donald Trump y su Administración insisten en que todos los países miembros de la OTAN destinen no menos del 2% de su PIB a la compra de armamentos, principalmente, los fabricados en EEUU. Ahora, en plena pandemia, a Alemania se le obligó a comprar cazas bombarderos procedentes de EEUU en vez de los europeos. Su vida útil ha expirado y ha llegado la hora de reemplazarlos. Sin embargo, esta vez no se cambiará por máquinas de combate europeas, sino por los estadounidenses, aunque los consorcios europeos, sobre todos el Airbus, y otros podrían hacerse con un pedido por un valor de decenas de miles de millones de dólares. Berlín, sin embargo, ya está comprando cazas estadounidenses. Será que se está aplicando la política que acabo de mencionar. Alemania adquiere estos cazas para dotarlos de armas nucleares estadounidenses almacenadas en Europa, concretamente, en Alemania y otros cuatro países. En nuestra opinión, deberían ser retiradas de la zona. Es posible que sea éste el tema de las futuras negociaciones, al estar preparados a hacerlo nuestros interlocutores estadounidenses. Esperamos que las declaraciones por vía de las cuales se manifestó interés por las mismas no hayan sido meras palabras.
En lo demás, los países de la Unión Europea y de la OTAN manifiestan ya con cierta irritación que EEUU dice y hace cada vez más cosas que prueban su escasa gana de precipitarse en auxilio de Europa en caso de necesidad. No queda muy claro a qué se refieren, pero con toda seguridad Rusia no se disponen a hacer ninguna de las cosas de las que nos son incriminadas. A la par con el envío de más militares al territorio europeo, con el refuerzo de la presencia de la OTAN en las zonas del este, muy cerca de las fronteras rusas y con el crecimiento del número y la calidad de las maniobras que son celebradas, los europeos siguen con la sensación de que los estadounidenses se están aislando de ellos y no quieren asumir demasiada responsabilidad por la seguridad de Europa. Es por ello, tras acabar el autoaislamiento físico y personal, otros países también se inclinarán por el ensimismamiento y por contar con sus propias fuerzas.
Veamos de qué manera está transcurriendo ahora el diálogo entre Hungría y las instituciones centrales de la Unión Europea. Otros países también aprobaron leyes que permiten a los Gobiernos nacionales actuar en situaciones de crisis, sin hacer demasiado caso a las estructuras centrales de la UE.
Todavía quedan por delante los debates sobre la correlación ideal de las potestades delegadas a nivel supranacional y reservadas para los Gobiernos nacionales. Señalamos en más de una ocasión, y es una postura sincera y honesta, nuestro interés en una Unión Europea fuerte y unida que no se deje llevar por las fobias antiguas ni por los temores recientemente inventados, una que demuestre su adhesión a los acuerdos base existentes entre Rusia y la UE. El Acuerdo de Asociación Estratégica y Cooperación sigue en vigor. En estos momentos no es cumplido por nuestros interlocutores europeos que cortaron todos los canales de comunicación que eran fruto del documento en cuestión, haciéndose los ofendidos, dado que apoyaron el golpe de Estado anticonstitucional en Ucrania y Rusia no lo hizo. Ésta fue la razón principal. De modo que el desarrollo de los acontecimientos transcurrirá de manera dialéctica. Es posible que las tendencias de autoaislarse y contar con sus propias fuerzas se vuelvan más fuertes en algunos países. Al mismo tiempo, llegará el entendimiento de que será insuficiente confiar en sus propias fuerzas a la hora de enfrentarse con amenazas de carácter transnacional. Sería recomendable buscar el equilibrio entre los Estados fuertes, puesto que precisamente los Estados fuertes en las condiciones actuales tienen más éxito en la lucha contra el coronavirus, y los compromisos internacionales serios, sostenibles y a largo plazo que estén que apuestan por el esfuerzo colectivo. Las formas y configuraciones concretas de la imagen que tendrá el mundo después de ganar al coronavirus ya las conoceremos algo más tarde.
Pregunta: A principios de abril, Rusia envió a EEUU ayuda para la lucha contra la propagación del coronavirus. Se intensificaron los contactos personales entre los Presidentes Putin y Trump. El Presidente de EEUU también anunció su disposición a enviar ayuda a Rusia, en caso de ser necesaria la misma. Además Rusia y EEUU trabajan juntos en la estabilización del mercado de petróleo, tras haberse acordado la elaboración de medidas conjuntas. ¿Se podría hablar, dadas estas circunstancias, de la normalización de las relaciones bilaterales, debido a la pandemia?
Respuesta: Las relaciones a nivel de Presidentes siempre han sido normales. Tanto las conversaciones telefónicas, como los contactos personales entre Vladimir Putin y Donald Trump mantenidos en Hamburgo al margen de la Cumbre de los G-20 y más tarde en Helsinki y en la Cumbre de turno de los G-20 en Asia, han rebosado respeto y se han orientado a promover la cooperación. Fue fruto de dichos contactos tales acuerdos como la creación del Consejo Empresarial compuesto por los dirigentes de las principales empresas privadas de Rusia y EEUU. Lo fue la creación del Consejo de Expertos, en el marco del cual los políticos, junto con los politólogos y expertos, puedan intercambiar las ideas en los campos de la estabilidad estratégica y la seguridad global, elaborando las pertinentes recomendaciones para los líderes de ambos países. Gracias a los contactos entre los Presidentes fue reanudada la interacción sobre el muy acuciante problema de la seguridad cibernética, para que cualquier miedo o preocupación por el uso del espacio cibernético con fines de injerencia en los asuntos internos de otros países fueran analizados profesionalmente por los expertos.
Al mencionado nivel fue confirmada en el transcurso de las negociaciones celebradas recientemente la necesidad de reanudar cuanto antes y a concederle carácter abarcador al diálogo sobre la estabilidad estratégica en relación directa a los arsenales estratégicos ofensivos, dado que en menos de un año expira el Tratado START III, así como en relación al desarrollo de nuevos tipos de armamentos. Estaríamos dispuestos a abordarlos fuera del Tratado START III. Todo ello fue acordado a nivel de Presidentes. Sin embargo, por desgracia, casi nada de lo acordado se puso en práctica: la ronda de turno de las negociaciones sobre la estabilidad estratégica se celebró en pasado enero, pero no percibimos por parte de la delegación estadounidense ninguna señal de disposición a buscar soluciones constructivas.
He mencionado la declaración hecha ayer por Vladimir Putin y Donald Trump con respecto al 75º Aniversario del Día del Elba. Tiene menos de un folio y rinde honores a quienes combatieron y se estrecharon la mano en aquella fecha, a quienes en la retaguardia hizo todo lo necesario, para garantizar armamentos para el frente y para lograr la Victoria. Contiene un mensaje político de principio dirigido al mundo, señalando que en aquellos momentos la URSS y EEUU lograron ponerse por encima de sus discrepancias y unirse en aras de la batalla decisiva contra un enemigo común. Los medios estadounidenses ya han empezado a atacarlos a Donald Trump y a su Administración por esta última frase. Se le acusa al Presidente Trump de que le vuelve a seguir la corriente al Presidente Putin, de hacerle el juego. Éstas han sido las reacciones a la constatación de un hecho, al parecer, evidente, que únicamente debería aplaudirse y que la gente normal acogió con gran entusiasmo.
Cuento con que hoy nos sepamos elevar por encima de estas discrepancias y podamos dedicarnos a la lucha contra las amenazas reales en vez de a la lucha contra las noticias falsas. Dicho sea de paso, si hablamos de la Segunda Guerra Mundial y la Gran Guerra Patria, en mayo de 1943, por iniciativa de la Unión Soviética la Internacional Comunista tomó la decisión de autodisolverse. Iósif Stalin en una entrevista concedida más tarde a los medios occidentales dijo inequívocamente que era necesario hacerlo para erradicar cualquier obstáculo de carácter ideológico para la unión del esfuerzo de las grandes potencias en la lucha contra el nazismo. Es uno de los ejemplos que se me ocurren. Es bastante demostrativo para que nos demos cuenta de aquel espíritu de aliados que reinaba en los años de la lucha contra un enemigo común. Creo que en gran medida las amenazas modernas necesitan la misma unión.
Pregunta: Su colega, el Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, dijo hace poco sobre el futuro de nuestro mundo: “Temo que el mundo de después se parezca al mundo de antes, pero en peor”. ¿Puede la pandemia actual ejercer no sólo la influencia negativa sino positiva también en la cooperación de los principales actores internacionales?
Respuesta: Creo que la pandemia tiene que ejercer la influencia en los principales actores internacionales. Espero que la crisis ejerza la influencia positiva en las relaciones entre los países que desempeñan el papel más importante en la arena internacional. No he visto esta declaración de Jean-Yves Le Drian, pero sé que últimamente concede muchas entrevistas, en particular, sobre el nuevo concepto de multilateralismo.
Se pronostica que después de la pandemia el mundo será peor que actualmente. Estos pronósticos se reflejan parcialmente en los aspectos que hemos mencionado hoy. Me refiero a la relación entre lo nacional y lo supranacional, la tentación de ensimismarse y aislarse. Es una ilusión, no será posible realizarlo. Mientras, varios políticos pueden expresar tales tendencias, tales llamamientos sonarán durante los preparativos a las nuevas elecciones en uno u otros país.
Creo que es necesario partir de los principios fundamentales que nadie pone en duda: la Carta de la ONU, la igualdad soberana de los Estados, el respeto a la integridad territorial, la independencia política de cada Estado, la no injerencia en los asuntos internos, el arreglo pacífico de las discrepancias y muchos otros principios incluidos en la Carta por los padres fundadores de la ONU. Posteriormente, 193 Estados de nuestro planeta pusieron su firma bajo esta Carta. Es una legitimidad única, un organismo único en cuanto a sus poderes, su amplia agenda: desde la paz y la seguridad hasta el medio ambiente, alimentos, la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva, etc.
Si los ánimos pesimistas mencionados por usted que pronostican un empeoramiento de la interacción a nivel internacional provienen de un país como Francia con un espíritu fuerte no es una señal positiva.
He dicho que Francia y Alemania promueven por segundo año consecutivo el concepto de multilateralismo, se pronunciaron por formar una alianza de sus partidarios, es decir, por el multilateralismo. He hecho preguntas, pero no he recibido alguna respuesta todavía: ¿por qué París y Berlín y los que siguieron el mismo camino creen que el multilateralismo es algo diferente de la ONU? Es posible que sea mejor hablar del universalismo para declarar claramente que todos los Estados del mundo deben participar en las actividades comunes. Creo que unos Estados actuarán de manera más enérgica que otros. Grandes países siempre tienen más peso. Los países de menor tamaño se orientan tradicionalmente a las opiniones de grandes Estados, pero esto no cambia la situación. Se puede ser un líder pero no se puede dejar a alguien de lado, especialmente es imposible hacerlo por motivos ideológicos. Si la Unión Europea representada por Francia y Alemania asumió la responsabilidad de declarar que el multilateralismo es el dominio de la Unión Europea y la UE es un patrón de conducta multilateral, ¿tienen que orientarse todos a Bruselas? Es un poco vanidoso, presuntuoso y no es muy cortés porque el verdadero multilateralismo está representado en la ONU.
El principio democrático que se aplica en la Asamblea General de la ONU es ‘un país, un voto’. En el Consejo de Seguridad de la ONU rige el principio de responsabilidad especial de las potencias nucleares del que proviene su compromiso de aplicar el derecho a veto. La Carta de la ONU está equilibrada también, combina la necesidad de estipular los papeles de grandes países sin ofender a nadie. La Asamblea General actúa a tenor del principio ‘un país, un voto’. Por eso la formación de cualesquiera alianzas fuera de este organismo único, absolutamente legítimo y multilateral siempre suscita preguntas. Observamos en el ámbito de proliferación de armas químicas, difusión de la información, protección del espacio cibernético, otras áreas los intentos de abordar temas inconvenientes para nuestros colegas occidentales fuera de la ONU y tomar decisiones en su círculo representándolo como la manifestación de un trabajo conjunto. Espero que hagamos todo lo posible para explicar lo pernicioso de los guiones que se basan en algo más, sino en la Carta de la ONU.
Pregunta: Buenos días, estimado señor Lavrov. Si me permite, antes de hacer la pregunta, quisiera agradecer en nombre de los estudiantes a los dirigentes de la Universidad MGIMO por haber tomado todas las medidas necesarias en esta época complicada cuando es difícil hacer pronósticos, prestar oído a los estudiantes, durante el proceso de enseñanza a distancia, y hacer todo lo posible para que la enseñanza a distancia sea la más cómoda y no pierda su eficacia. Ahora hago la pregunta. Se refiere a las perspectivas de formalizar oficialmente la cooperación de la UE y la UEEA. Se sabe que tales intentos se emprendieron en reiteradas ocasiones: en 2016 y años posteriores. Se sabe también que se mantienen contactos a nivel de dos comisiones: la Comisión Europea y la Comisión Económica Euroasiática. Se desarrolla una cooperación positiva a nivel de la Comisión Económica Euroasiática y varios países miembros de la UE. ¿Hay algunos avances en el proceso de formalización oficial de las relaciones de las dos alianzas de integración y se han esbozado algunos cambios en la postura al respecto con los nuevos dirigentes de la UE? El año pasado, fue elegido un nuevo presidente del Parlamento Europeo, igual que de la Comisión Europea.
Respuesta: No hay notables avances todavía en adición a lo mencionado por usted. Los contactos entre las dos comisiones se establecieron por iniciativa de la Comisión Económica Euroasiática. La respectiva propuesta se envió hace mucho: hace unos cinco años. No ha llegado la respuesta durante mucho tiempo. Posteriormente, hubo una reacción respecto a los asuntos que es imposible dejar irresueltos, no arreglados. Me refiero a los asuntos de regulación técnica, de normas fitosanitarias. Es lo que es necesario acordar para que el comercio se desarrolle bien y lo que, tanto en nuestro caso como en el caso con la UE, se han relegado a nivel supranacional. La postura de nuestros colegas europeos al respecto fue utilitaria. Consideramos que fue útil también. Al menos, se trata del reconocimiento de las realidades, el reconocimiento del hecho que para continuar el comercio (todos quieren comerciar) es necesario mantener contacto con los organismos que formaron cinco países en el espacio postsoviético y continúan desarrollándose.
Naturalmente, preferiríamos que se hiciese realidad lo mencionado por usted, es decir, que se firmase un acuerdo que estableciera marcos políticos e hiciera más confortables las relaciones económicas y comerciales, la solución de otros asuntos vinculados con la existencia de un mercado común en la UE y con la formación de un mercado común en la UEEA.
El obstáculo principal son hoy los prejuicios políticos, la orientación a los tristemente conocidos ‘cinco principios’ formulados ya por Federica Mogherini en la época cuando ocupaba el cargo de Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad que, de hecho, pusieron el desarrollo y el mejoramiento, la normalización de las relaciones entre Rusia y la UE en dependencia del cumplimiento de los Acuerdos de Minsk en relación con la crisis en Ucrania.
El problema consiste en que los Acuerdos de Minsk los debe cumplir Ucrania a través de un diálogo directo con Donetsk y Lugansk. La postura elegida por la UE es astuta. Dio una señal clara al Presidente Piotr Poroshenko en aquella época y ahora al Presidente Vladímir Zelenski: no se debe hacer nada de lo estipulado en los Acuerdos de Minsk y las sanciones contra Rusia quedarán para siempre. Si traducimos estos ‘cinco principios’ en la lengua de personas comunes y corrientes, es lo que dijo Bruselas a Kiev. Este mensaje queda intacto. Aunque el nuevo Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, exministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, declaró en reiteradas ocasiones su intención de empezar a revisar la política de la Unión Europea en relación con Rusia. Hemos visto nada todavía. Pero siempre estamos abiertos al diálogo con cualesquiera organismos de la UE.
Anteriormente, celebramos cumbres dos veces al año, el Consejo Permanente de la asociación se reunió anualmente a nivel del Alto Representante y del Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia. En sus reuniones se abordó el cumplimiento de todos los proyectos conjuntos sin excepción, incluida la realización de más de 20 diálogos sectoriales entre Rusia y la UE. Esto fue congelado y se redujo a discusiones periódicas de asuntos de la agenda internacional ya antes de los acontecimientos que se desarrollan en Ucrania, antes de que, tras un golpe de Estado anticonstitucional perpetrado a pesar de las garantías de la UE respecto a la necesidad de encontrar un fórmula de compromiso por la oposición y el entonces Gobierno, todo fue pisoteado. Se desestimaron las garantías de la Unión Europea, ninguno de los golpistas prestó la atención a éstas. Se sabe en qué estado se encuentran nuestras relaciones hasta hoy.
Repito que no damos prioridad a algunas ofensas en nuestras relaciones con la UE. Muchos países miembros de la Unión Europea están interesados en fomentar las relaciones bilaterales con Rusia. Claro está que no estamos en contra. Cuando los conspiranoicos en Bruselas y varias otras capitales empiezan a acusar a estos países y a Rusia de que, desarrollando contactos bilaterales con varios miembros de la UE, desmoronamos la solidaridad europea, por poco toda la UE, la respuesta es simple: si ustedes no quieren cumplir el Acuerdo vigente de Asociación Estratégica y Cooperación, ¿cómo podemos obligarles a comunicarse con nosotros? Mientras, hay países que, de conformidad con los poderes que les dejó la UE a nivel nacional, fomentan las relaciones con Rusia y lo hacen de forma muy exitosa. No son países pequeños, sino Francia, Italia, Hungría y varios otros. Se intenta acusarnos de desmoronar algo, meter cuñas. Es un intento con el uso de medios inconvenientes. Es al contrario. Lo mismo pasó cuando nos acusaron de dar la espalda a Europa y mirar hacia Oriente. Primero, no tenemos derecho a no mirar hacia Oriente, igual que no tenemos derecho a no mirar hacia Occidente. Tenemos tal posición geopolítica. Sería estúpido y antieconómico no sacar ventajas comparativas de la misma. Desarrollamos las relaciones con Occidente y con Oriente promoviendo en igual medida la cooperación y la asociación, Cuando Occidente aprueba sanciones contra nosotros probando que es un socio inseguro y cuando se imponen restricciones arbitrarias contra nosotros porque no aceptamos el golpe de Estado en Ucrania (con que se reconciliaron los Estados occidentales y alguien lo orquestó) muchos proyectos conjuntos se suspenden. Y en esta situación Occidente quiere que reduzcamos nuestras relaciones con Oriente. Es inocente.
Hemos entendido ya que no queremos depender de los socios que contribuyeron al desarrollo de varias ramas de nuestra industria, pero resultaron inseguros, en particular, en la UE. Esto conllevó a la sustitución de importaciones. Es injusto acusarnos de girar hacia Oriente cuando Occidente impuso sanciones y empezamos a ampliar objetivamente la cooperación con China, la India, otros países de Asia Pacífico.
Nuestra postura no se debe a unas ofensas. En mayo de 2016, en la cumbre ASEAN-Rusia en Sochi, el Presidente ruso, Vladímir Putin propuso formar una Gran Asociación Euroasiática con la participación de los países de la UEEA, la OCS, la ASEAN y todos los demás Estados ubicados en nuestro gran continente común de Eurasia, incluidos los países de la UE. Nunca creamos algo cerrado para la adhesión de otros países que están interesados en esto y comparten los principios estipulados en los estatutos de una u otra organización. Les aseguro que la Gran Asociación Euroasiática que abarca lo que he mencionado se compagina perfectamente con la iniciativa china ‘Un Cinturón, Una Ruta’, determinará cada vez más las futuras tendencias en nuestro continente.
La Unión Europea muestre un trato entre neutral y negativo (calificarlo como ‘discreto’ es no decir nada) con estos conceptos, muestra la desconfianza, lo que observamos lamentablemente por parte de nuestros colegas europeos en relación con muchos otros asuntos. Gran Bretaña abandonó la UE. Ahora afrontan serias dificultades cuando sostienen las negociaciones sobre un acuerdo entre Bruselas y Londres. Por lo visto, el siguiente será un nuevo acuerdo entre EEUU y la UE. Conociendo la Administración de Donald Trump, estas negociaciones serán complicadas. En esta coyuntura, desestimar las ventajas de nuestro continente común, no aprovecharlas es privar a sí misma (me refiero a la UE) de las oportunidades adicionales para competir en este mundo de alta competencia. Se puede hablar mucho sobre el tema, traté de esbozar las tendencias principales. Habrá que abordarlo en detalle. Estoy convencido de que tales discusiones se iniciarán próximamente.
Pregunta: Tras el desplome de los precios de hidrocarburos debido a un intento fallido de prorrogar el acuerdo de la OPEP y varios otros factores, los mayores países productores de petróleo, incluido EEUU, se convencieron en la necesidad de confeccionar un mayor acuerdo, por ejemplo, OPEP++. ¿En qué medida es posible realizarlo? ¿Se estudia la posibilidad de ampliar formatos del Foro de Países Exportadores de Gas en el sector de gas donde es posible también la crisis de sobre producción?
Respuesta: No diría que EEUU se persuadiera de la necesidad de crear una nueva organización. Está limitado en gran medida por las leyes antimonopolio. Cuando discutió con Rusia, Arabia Saudí y otros Estados partes de la OPEP la situación con la caída drástica de la demanda del petróleo y, respectivamente, la caída sin precedente de los precios, tenía en cuenta la necesidad de respetar las normas antimonopolio. En sentido estricto, EEUU no podrá adherirse a una organización, crear una organización que se ocupe de mercados de petróleo, gas u otro producto, partiendo de estas consideraciones de la legislación interna.
Es otra cosa que, de hecho, actúan en la misma dirección que la OPEP+ partiendo de las condiciones del mercado. Si en el mercado se registra un gran exceso de oferta, reducir, limitar la producción es una decisión normal de mercado. Por un lado, el intercambio de la información (no se trata de la coordinación ni de un acuerdo de cartel) es un paso serio, nuevo y razonable. Creo que el intercambio de la información, la posibilidad de oírse y tomarlo en consideración en el momento de tomar decisiones (sea en la OPEP+ o en la toma de decisiones en vista del estado de mercado) – este proceso de información mutua continuará.
No hubo la información todavía que el Foro de Países Exportadores de Gas planea celebrar una reunión programada o extraordinaria. Los Estados partes mantienen contacto a través de los dirigentes de la Secretaría. Se lleva a cabo el intercambio de esta información. Por motivos entendibles no voy a entrar en detalle, creo que todos entienden que nadie está interesado en que se produzca colapso en este mercado también.
Pregunta: Quisiera hacer una pregunta respecto al conflicto libio.
A pesar de que la lucha contra el coronavirus sale al primer plano en la etapa actual y está incluida en la agenda a nivel tanto de Estados como de varias organizaciones internacionales, los enfrentamientos entre las fuerzas de Khalifa Haftar y el Gobierno de Acuerdo Nacional encabezado por Fayez al Sarraj, continúan. Es posible que los esfuerzos de la comunidad internacional dirigidos a arreglar este conflicto dejen de ser tan intensos en la coyuntura actual. Y en vista de que, hasta con una mediación enérgica de varios países, ante todo Italia, Francia, Rusia, Alemania y Turquía los bandos de conflicto no pudieron encontrar un consenso, surgen preguntas: ¿existen las posibilidades de arreglar este conflicto próximamente? ¿O puede convertirse en un problema permanente, la búsqueda de cuya solución azotará a un país más de esta región atormentada?
Respuesta: Usted ha mencionado justamente los países que manifestaron iniciativas dirigidas a contribuir a lanzar el proceso negociador sobre el arreglo de la crisis libio. Usted ha mencionado justamente la necesidad de que los principales protagonistas de los bandos en conflicto lleguen a un acuerdo. Les simbolizan el jefe del Consejo Presidencial, del Gobierno de Acuerdo Nacional, Fayez al Sarraj, y el general Khalifa Haftar, comandante del Ejército Nacional Libio que goza de apoyo del Parlamento que actúa en Tobruk al este del país.
En 2015, se firmaron los Acuerdos de Sjirat que durante mucho tiempo quedó en el papel. Francia, Italia, los Emiratos Árabes Unidos emprendieron intentos de reanimar el diálogo directo y sentar de nuevo a la mesa de las negociaciones a estos dos protagonistas principales. Siempre cuando se convocaron las respectivas conferencias en París, Palermo, Abu Dhabi, la última conferencia en Berlín, en todas las etapas, incluida la inicial cuando se anunciaba la celebración de tales iniciativas, y en el curso de su preparación, exhortamos a partir de lo más importante: las propias partes deben elaborar las soluciones y nosotros vamos a ayudarles. Nuestro objetivo principal es sentarles a la mesa de las negociaciones, obligarles a llegar a un acuerdo. Lamentablemente, en la mayoría de casos, no se intentó invitar a Jalifa Haftar ni a Fayez al Sarraj, por ejemplo, a la Conferencia Internacional sobre Libia celebrada en Berlín. Insistimos en que los organizadores tomasen en consideración nuestra recomendación y se tomó nota de ésta.
Ellos llegaron y, aunque estuvieron en locales colocados uno al lado del otro, se pudo comunicarse con ellos a través de la Presidenta de la Conferencia, la Canciller de Alemania, Angela Merkel. Mientras, nuestro llamamiento a no aprobar documentos de la Conferencia de Berlín sin el visto bueno de Fayez al Sarraj y Jalifa Haftar claramente expresado no se oyó. Por eso se dio a la luz un nuevo documento bien formulado que llama a cosas buenas y hasta precisa muchos pasos, pero las partes no están de acuerdo con éste. Es un nuevo documento si no nacido muerto al menos se encuentra en un estado que es difícil calificar como sano.
Ahora es importante retornar a la lógica por la que nos pronunciamos siempre, la lógica de diseño de posturas que acuerden los propios bandos de conflicto. Es, ante todo, el asunto de que debe ocuparse el Enviado Especial de Secretario General de la ONU. Lamentablemente, Ghassan Salame quien hasta hace poco se ocupó de este caso complicado, tras el fracaso de la Conferencia de Berlín, dimitió. Ahora su adjunta, la ciudadana estadounidense Stephanie Williams, ejerce las funciones del Enviado Especial de Secretario General de la ONU para Libia. Creemos que es necesario lo más pronto posible encontrar un sustituto para Ghassan Salame, debe ser un representante de un país de la región que forma parte de la Unión Africana cuyo Estado parte es Libia también.
Trataremos de buscar en esta dirección las vías de salida de la crisis profunda que estalló en este país después de que la OTAN bombardeara Libia en 2011 violando burdamente la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y, de hecho, destruyó el Estado libio para conseguir su objetivo egoísta y mercantil: cambiar el régimen de Muamar Gadafi. A partir de aquel momento, abandonaron a Libia. A través de este país pasan los terroristas, se realiza el tráfico de armas, drogas y otras cosas malas en dirección sur y lo inmigrantes ilegales se dirigen al norte, a Europa. Ahora todos nosotros afrontamos las consecuencias de la imprudencia cometida por la OTAN en 2011 violando burdamente la Carta de la ONU. A pesar de esto, vamos a aplicar esfuerzos. Hay que ayudar a Libia.
Pregunta: La Universidad MGIMO desarrolla un nuevo programa con vistas a formar agregados agrícolas. Engloba el agro y la diplomacia y se denomina “mercados agrarios mundiales”.
En la mayoría de los países africanos rige la forma republicana de gobierno. Ellos la heredaron de las metrópolis coloniales. La elite que recibió instrucción en Europa, conocía este sistema. Pero la influencia real ejercida por los gobiernos y partidos no es grande. Incluso gobiernos civiles a menudo son controlados por los militares que so pretexto de la estabilización a menudo toman el poder en sus manos. Dada esta situación, ¿con quién vamos a mantener negociaciones en dichos países?
Respuesta: Usted quiere un consejo gratis que cuesta mucho. En realidad, no hay una respuesta universal. Las negociaciones se sostienen con personas investidas de los correspondientes poderes y disponen de capacidades para vender unas u otras mercancías. Cada país tiene sus estructuras, reglas, funcionarios que se ocupan del comercio exterior y, en general, del fomento económico.
Hablando del agro en África, cabe destacar un aspecto geopolítico interesante. Acabamos de hablar sobre Libia: olas de migrantes que penetran ilegalmente en este país. El número de aquellos que realmente huyen del flagelo de la guerra, es, probablemente, menor que el de migrantes económicos deseosos de mejorar sus condiciones de vida, quienes arriban a Europa con teléfonos móviles y tarjetas bancarias. No son refugiados a quienes estamos acostumbrados a percibir como víctimas de conflictos. Durante todos estos años, Europa viene discutiendo, aceptando o rechazando las ideas promovidas en relación con la afluencia de migrantes ilegales. Se barajan incluso medidas coercitivas que suponen la introducción de la correspondiente cuota de migrantes que debería recibir cada país miembro de la UE, luego se ponen a discutir el procedimiento para determinarla. Algunos países plantean que no quieren recibir a migrantes, que desean vivir tal como lo hacen, preservar sus tradiciones nacionales, el “código cultural”, etc.
Durante las discusiones concernientes a las formas de reducir la afluencia de migrantes, si mal no recuerdo, nadie ha propuesto introducir tarifas cero sobre las importaciones a la UE de los productos agropecuarios procedentes de los países africanos. Si Usted se ocupa de temas económicos, se dará cuenta de que tal medida tendría un efecto disuasorio sobre los flujos de migrantes que buscan un destino mejor, un empleo mejor. Si los productos agropecuarios africanos se importan a la UE sin ser gravados con tarifas, aumentará el empleo en los respectivos países, ellos verán mejorado su nivel de vida, habrá menos tentaciones de “buscar dicha” en el extranjero. Pero la UE evita hacerlo, porque la política de subsidios para su propio agro es una “vaca sagrada” contra la que nadie piensa atentar. Es un aspecto sumamente interesante que ya ha dejado de ser meramente mercantil, pasando a adquirir perfil geopolítico y sistémico.
Pregunta: La semana pasada, se anunciaron los preparativos para la videoconferencia de los ministros de Exteriores del Cuarteto de Normandía. El Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Heiko Maas, me dijo que confiaba en la posibilidad de impulsar el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en Paris en diciembre de 2019. ¿Qué esperanzas deposita la parte rusa en esta reunión? ¿De qué manera se podría impulsar el arreglo de este conflicto? ¿Influye la pandemia en el progreso en esta cuestión?
Respuesta: Ahora estamos intercambiando propuestas sobre la agenda de esta videoconferencia. Lamentablemente, las palabras de Heiko Maas sobre la esperanza de impulsar el cumplimiento de las decisiones que los líderes del Cuarteto de Normandía aprobaron el 9 de diciembre de 2019 en Paris, no se ven reflejadas en las propuestas adelantadas ahora por Alemania para la agenda de nuestra reunión ministerial. Sus propuestas versan exclusivamente sobre el nuevo canje de las personas detenidas, el desminado, el mantenimiento de la seguridad y del acceso de la Misión Especial de Monitoreo (MEM) de la OSCE en Ucrania al territorio de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y de Lugansk. No dicen una sola palabra sobre los acuerdos concernientes a la reforma política, a la fórmula Steinmeier que vincula el otorgamiento del status especial a Donbás con la celebración de los comicios. Tampoco precisa cómo el status especial de Donbás debería ser incorporado jurídicamente en la legislación ucraniana sobre una base permanente. Todo esto aparece, de hecho literalmente, en la decisión de la cumbre parisiense del Cuarteto de Normandía que, de conformidad con la postura de los líderes del Cuarteto de Normandía, debe cumplirse estas semanas o meses próximos. La fecha ya ha expirado.
Todos creían que de cumplirse el acuerdo de Paris, incluida la reforma política que he mencionado, la próxima cumbre se celebraría este mes de abril en Berlín. Pero no puede ni tratarse de cumbre alguna, porque todo lo acordado en Paris, es bloqueado mediante la actividad del Grupo de Contacto, del Parlamento y del Gobierno de Ucrania debido a la postura mantenida por las autoridades de Kiev. Los intentos emprendidos por el dirigente de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andréi Yermak, durante sus contactos con el Jefe adjunto del Gabinete de la Presidencia de Rusia, Dmitri Kozak, estaban encaminados a mover del punto muerto los acuerdos políticos clave y a tranquilizar a la gente a ambos lados de la línea divisoria. Todos estos intentos son torpedeados, a Andréi Yermak lo acusan de alta traición por haber osado discutir las formas concretas de cumplir los Acuerdos de Minsk que calzan la firma del entonces Presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko, y fueron aprobados por el Consejo de Seguridad de la ONU. Es un cuadro triste.
Ahora nuestros colegas alemanes y franceses desean discutir sólo cuestiones relativas a la seguridad, el desminado, los cañoneos, el acceso de la MEM a los territorios no controlados por Kiev, pero se niegan rotundamente a discutir las reformas políticas que constituyen el meollo del problema.
Por lo que se refiere a la seguridad, la forma más sencilla de garantizar el cese del fuego fue rechazada por el Presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, en el mismo Paris, en la misma cumbre de diciembre de 2019. De cara a la cumbre de Paris se llegó al acuerdo (se redactó el correspondiente documento) en que fueron reflejadas tanto cuestiones políticas como las concernientes a la seguridad. Lo fundamental era el consentimiento de los Estados del Cuarteto de Normandía para iniciar en el marco del Grupo de Contacto una labor concreta con vistas a separar los dispositivos militares a lo largo de la línea divisoria. Si se observa la separación de las fuerzas, no habrá infracciones del cese del fuego. Vladímir Zelenski renunció tajantemente a estampar su firma al pie del acuerdo sobre la separación de los dispositivos militares a lo largo de toda la línea divisoria. Dijo que se debería elegir unos tres poblados donde se podría discutir la separación de las fuerzas. La siguen discutiendo hasta ahora: desde el 9 de diciembre de 2019 hasta finales de este mes de abril no han podido acordar ni una sola zona, sin hablar ya de tres o más, donde se podría separar las fuerzas. La razón son diversos caprichos de nuestros colegas ucranianos.
Lo mismo se observa en el tema de desminado. La parte ucraniana se comporta de una manera nada constructiva. Ya me he referido a las cuestiones políticas atolladas. Se emiten declaraciones en el sentido de que el Grupo de Contacto ya no es necesario. Se pretende presentar a Rusia como parte del conflicto, retirar de las negociaciones a los representantes de las repúblicas de Donetsk y de Lugansk. El vicepresidente del Gobierno de Ucrania, el ministro para los denominados “territorios provisionalmente ocupados”, Alexéi Réznikov, manifestó que el Grupo de Contacto consta de tres participantes: Ucrania como “víctima”, Rusia como “agresor” y la OSCE como “mediador”, mientras las repúblicas de Donetsk y de Lugansk ora son observadores, ora no son ninguna cosa. Para nosotros, el Grupo de Contacto, en efecto, consta de tres participantes: Kiev, Donetsk y Lugansk. Así está refrendado en los Acuerdos de Minsk. La abrumadora mayoría de las cuestiones conciliadas en los documentos de Minsk, deben resolverse por vía del diálogo directo entre Kiev, de un lado, y Donetsk y Lugansk, de otro. Por esto el Grupo de Contacto consta de tres integrantes: Kiev, Donetsk y Lugansk, mientras Rusia y la OSCE son mediadores que les ayudan a conversar, aunque en realidad deberían forzar a Kiev a cumplir sus compromisos.
Por esto, hablando en plata, lamentablemente, no espero notables avances de este diálogo. Aun tendremos que empeñar no pocos esfuerzos por obligar a Kiev, Berlín y Paris a abordar el cumplimiento, mejor dicho, las causas del incumplimiento de los aspectos políticos de la cumbre parisiense.
Pregunta: A medida que se va propagando el coronavirus, ha aumentado la presión sobre los servicios de emergencia. Entre ellos figura el Departamento Centro para Situaciones de Emergencia (DCSE) del MAE de Rusia que presta asistencia a los ciudadanos rusos que se encuentran en el extranjero.
¿Se necesitan voluntarios adicionales para trabajar, digamos, en el centro de llamadas o prestar asistencia técnica en cuestiones consulares? En caso de haber tal necesidad, ¿adónde se podría remitir la solicitud para ejercer de voluntario?
Respuesta: No puedo decir si el DCSE necesita o no alguna clase de ayuda. Este Departamento tiene sus referencias, diríjase a ellos. En este caso puede surgir un problema relacionado con el régimen de seguridad, o sea, el permiso para acceder a una u otra información, pero es muy probable que algunos trabajos admitan la posibilidad de voluntariado. El DCSE y el Departamento Consular del MAE tienen sus referencias. Diríjase a ellos, y yo, por mi parte, les pediré que consideren tal posibilidad en caso de haber necesidad de ello.
Pregunta: Hay muchas citas históricas famosas que se atribuyen a los zares rusos, relativas a que Rusia tiene pocos amigos y aliados o no los tiene en absoluto. Por ejemplo, Alejandro III afirmó que en Europa Rusia tenía un solo amigo, el príncipe montenegrino Nikola I. Evaluando la perspectiva histórica, quisiera hacer la siguiente pregunta: ¿cómo se pudo permitir el enfriamiento de las relaciones ruso-montenegrinas y el desarrollo del conflicto en marzo pasado en relación con el retorno de los ciudadanos rusos a su Patria? ¿Cómo serían las relaciones entre ambos Estados después de la pandemia?
Respuesta: Para mí personalmente es muy deplorable, porque siento gran afecto por Montenegro. Es muy lamentable que su actual mandatario, Milo Đukanović, quien está al frente del país durante más de veinte años consecutivos, haya asumido una postura marcadamente rusófoba, contrariamente al sentido común y a sus postulados anteriores concernientes a las relaciones con la Federación de Rusia. Tenía problemas con la justicia en Occidente, en varios países europeos lo acusaron de contrabando y otras infracciones.
No descarto que esta sea la razón de un drástico viraje en su política. Si los políticos son tan vulnerables, es fácil manipularlos. Lo digo con mucho pesar. Tuve trato con él en varias ocasiones e incluso recuerdo haber recitado versos de Vladímir Visotski cuyo magnifico monumento se yergue en Podgorica. A mi modo de ver, escribió, inspirado, uno de sus mejores versos, haciéndolo con toda sinceridad y abriendo toda su alma ante el pueblo montenegrino. Esta poesía concluía con las siguientes estrofas:
“Qué pena que mis raíces
Se hunden sólo en un país…
Qué pena que Montenegro
No es mi segunda Patria”
Estos versos están grabados en el monumento. Todos mis amigos montenegrinos siempre, cuando nos entrevistamos, hablan entusiasmados sobre la afinidad espiritual, la identidad de nuestros pueblos. Cuando traicionan no a una persona concreta sino a todo un pueblo que siempre estaba al lado, esto es triste. Pero estoy convencido de que los sentimientos expuestos en los versos de Vladímir Visotski y compartidos por la abrumadora mayoría de los montenegrinos, al fin y al cabo se impondrán, mientras los políticos títeres desaparecerán.
Pregunta: Puesto que soy deportista profesional que en más de una ocasión defendió el honor de nuestro país en la pista de hielo en partidos de hockey, estoy muy apegado al deporte ruso. Puesto que soy diplomático deportivo, entiendo que en nuestros días los problemas de una integración paritaria de Rusia en la comunidad deportiva internacional habrían de ser solucionados por unos métodos principalmente diplomáticos. Es por ello porque tengo una pregunta muy concreta y muy importante para nosotros. ¿Considera el MAE de Rusia la posibilidad de prácticas para los representantes de nuestro programa, para que podamos, en nuestra calidad de diplomáticos deportivos, adquirir experiencias, practicando y llevando a cabo la estrategia del desarrollo del deporte ruso a nivel internacional?
Respuesta: No hemos abordado tal posibilidad durante los contactos que mantenemos con regularidad con el Ministerio de Deporte de Rusia, con el Comité Olímpico ni con las Federaciones de diferentes modalidades de deporte, aunque es una muy buena idea. La intentaremos poner en práctica sin falta. Considero que sería muy útil, dado que ha dicho con toda razón que en la actual diplomacia deportiva hay cada vez menos deporte y cada vez más diplomacia, cuyos representantes a veces no juegan muy limpio. De modo que es una buena idea la suya. La intentaremos poner en práctica.
Pregunta: Hoy ha comentado ya el orden mundial bipolar que perdió su actualidad. Sin embargo, en el transcurso de la reunión mantenida el 16 de enero de 2020 con los estudiantes de la sucursal de Tashkent de la Universidad MGIMO señaló también que la época de los agentes occidentales que dominan en la arena internacional está empezando a formar parte del pasado y que en la arena internacional van apareciendo nuevos actores de peso. ¿Qué influencia, en su opinión, ejerce en dicho proceso la situación con el coronavirus? ¿Cómo cambiará la correlación de las fuerzas en la arena internacional, tras la pandemia?
Respuesta: Me parece que las opciones de la respuesta son debatidas activamente entre los politólogos. Son varias y he mencionado algunas. Si hablamos del Occidente y “no-Occidente”, resultó que no era precisamente la pertenencia al llamado “mundo occidental civilizado” lo que determina la eficacia de las medidas contra el coronavirus. La eficacia es determinada, en primer lugar, por el grado de organización dentro de los Estados, del sistema institucional. Aquellos países que, respetando las tradiciones de la democracia, buscan mantener la vertical del poder, se han probado, según muestra la experiencia, más eficaces en la lucha contra los retos que exigen reacción inmediata. Me refiero a las situaciones cuando es necesario producir o comprar algo con urgencia, distribuir los medicamentos y los equipos de protección individual y otro tipo de equipo, avisar de manera operativa a la población del régimen que debe observarse y, lo más importante, garantizar que sea respetado. Ello no significa en absoluto que el sistema de sanidad occidental no sea eficaz. Ello significa simplemente que el número de Estados que actúan con eficacia es mayor que el número de países calificados históricamente como “occidentales”.
La época del predominio de Occidente en los asuntos mundiales no se acaba, porque el mismo se haya vuelto débil ni por alguna otra razón ajena a su voluntad. Simplemente las razones de desarrollo mundial, las leyes objetivas del desarrollo de la economía y, al fin y al cabo, de esa misma globalización que con tanta viveza era implantada por Occidente por doquier, finalmente colocaron en los puestos principales a las economías que antes eran atrasadas y luego aprendieron a aprovechar todas las ventajas de la globalización.
Ya se está hablando de volver a instalar los centros productivos en los países occidentales, EEUU incluido, y dedicarse, como ya ha dicho, a la tendencia contraria a la globalización. Por mi parte, no creo que sea posible, ya que todo está tan relacionado entre sí, que sería imposible cambiar algo. Se habla de promover actividades relacionadas con la desnacionalización y renacionalización de numerosas ramas de la industria que ejercen influencia directa en la capacidad de supervivencia de un Estado. Habrá en breve unos debates muy importantes. Como ya he dicho, espero que la Universidad MGIMO y la Academia Diplomática que es otro centro docente dependiente de nuestro Ministerio, hagan su aportación a dichos debates. Está cobrando papel prioritario el objetivo de no permitir que se especule con la situación actual ni se acuse infundadamente a nadie. Tal comportamiento sólo avivaría las tensiones, elevaría las apuestas y provocaría nuevas amenazas de conflicto, esta vez entre grandes potencias.
Uno de los objetivos de la Cumbre de los cinco países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU está relacionado con la pertinente iniciativa fue formulada por el Presidente de Rusia, Vladímir Putin. Consiste precisamente en evitar dicho desarrollo de los acontecimientos, independientemente de sus causas, sea coronavirus, lucha intensa y competitiva por qué país debería ostentar el título de la economía número uno o algo más.
Está cobrando prioridad el mantenimiento de la paz y el respeto de los principios de la Carta de las Naciones Unidas. Volveré a subrayar que son primordiales también la igualdad soberana de los Estados, la libertad de elegir su vía de desarrollo, la necesidad de respetar la variedad de culturas y civilizaciones del mundo actual y de aunar los esfuerzos, de elevarse por encima de lo secundario que son para mis casi todas las discrepancias y unir los esfuerzos para dar solución a los problemas relacionados con los retos globales, incluidos los del tipo de coronavirus.
Pregunta: Como ha dicho, en la actualidad para la comunidad internacional la lucha contra el coronavirus es realmente un objetivo común, quedando, sin embargo, entre los Estados ciertas discrepancias políticas y económicas. ¿Sería posible aprovechar algunos aspectos de la cooperación entre países, como, por ejemplo la decisión de la Federación de Rusia de enviar a sus especialistas a los países afectados, para solucionar problemas en otras esferas después de la pandemia? En caso de ser posible, ¿se formaría con una mayor rapidez el sistema de relaciones internacionales multipolar?
Respuesta: No estamos pensando en ello, al enviar la ayuda a los países afectados. En caso de Italia fue nuestra respuesta a la solicitud del Primer ministro del país, Giuseppe Conte. Tuvimos la posibilidad de hacerlo. En caso de EEUU la situación fue abordada por los Presidentes Vladímir Putin y Donald Trump, quien dijo que aplaudiría tal posibilidad. Más tarde, en el transcurso de otra conversación telefónica mantenida la semana pasada, expresó su agradecimiento, indicando que, cuando fuera posible, Washington también nos prestaría ayuda. Probablemente todo ello creará un ambiente más favorable para una cooperación normal y para que se deje de formular acusaciones mutuas de todos los pecados habidos y por haber. Sin embargo, la motivación del Presidente de Rusia, Vladímir Putin, al tomar la decisión de enviar la ayuda rusa, era únicamente humanitaria, la de ayudar a la gente.
Pregunta: En condiciones de la pandemia estamos presenciando falta de unidad entre los Estados miembros de la Unión Europea. Sus Gobiernos optaron por reaccionar, aplicando medidas a nivel nacional y no a nivel europeo. Dado que ya no está la unidad de antaño, ¿cuál podría ser, a su modo de ver, el futuro de las relaciones ruso-europeas? ¿Podrían volverse más constructivas? ¿Con qué países europeos podría vertebrar Rusia relaciones de cooperación? Si su respuesta es positiva, ¿en qué esferas las relaciones podrían ofrecer los mejores resultados?
Respuesta: No diría que los países miembros de la Unión Europea estén deseosos de luchar a solas contra el coronavirus, en absoluto. Siguen con debates acalorados sobre si merece la pena crear un Fondo para la lucha contra la infección. Muchos están a favor de hacerlo, mientras que una serie de países consideran que no deben pagar por otros. Al ser repartido el dinero, siempre surgen profundas discrepancias y es lo que estamos presenciando.
No enumeraré los países con los que Rusia preferiría fomentar las relaciones. En primer lugar, porque con muchos de ellos ya lo estamos haciendo, son datos conocidos. En segundo lugar, nos gustaría en general desarrollar las relaciones con todos, de modo que no me gustaría ofrecer una imagen equivocada de nuestros planes.
Las esferas de cooperación no se ven limitadas por nada. He citado el ejemplo de Acuerdo que sigue en vigor entre Rusia y la UE y recoge las bases del diálogo en más de 20 sectores que abarcan a casi todos los campos imaginables de las relaciones interestatales. Estamos a favor de una cooperación mantenida de manera paritaria y de la amistad con todos los países que demuestren su disposición por ello. Siempre de manera paritaria, respetuosa y para mutuo beneficio.
Muchas gracias.