Respuestas del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexander Lukashévich, a las preguntas de los medios sobre el proyecto del gasoducto transcaspio

Pregunta: Últimamente, en los medios se discute de manera cada vez más intensa la posibilidad de que Turkmenistán y Azerbaiyán empiecen a construir el gasoducto transcaspio (GTC) que una sus costas, un proyecto impulsado y en parte financiado por la Unión Europea y EEUU. ¿Podría explicar por qué Rusia lo ve con escepticismo?

Respuesta: El problema de tendido de gasoductos magistrales en un cuerpo de agua único en todos los sentidos, como es el mar Caspio, desde nuestro punto de vista debe ser estudiado, en primer lugar, desde la perspectiva medioambiental antes que desde la perspectiva económica. Los cálculos económicos de rentabilidad y eficacia de este proyecto los harán los inversores del mismo. Mientras la problemática medioambiental nos preocupa, sobre todo, a los países ribereños de Caspio, sin excepción alguna. Todos los cinco Estados litorales del Caspio tienen derecho a voz y voto.

El mar (lago) Caspio es extremadamente sensible a cambios mínimos del ambiente que podrían ser causados, por ejemplo, por el tendido de tuberías transcaspias, su funcionamiento u, ojalá no, una avería en el sistema. Me gustaría recordar que, según los reglamentos técnicos, el bombeo del combustible por las tuberías troncales se efectúa a una presión mucho mayor que extrayéndolo de los pozos en la zona costera. Una avería grave puede ser causada tanto por un desastre natural - maremotos o erupciones de volcanes submarinos, bastante frecuentes en la parte central del mar – como el factor humano. Este riesgo lo ilustran claramente cataclismos ecológicos como el accidente de Chernóbil o la explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon en el Golfo de México. Tenemos que aprender de estas lecciones trágicas. Estamos convencidos de que deberá ser una prioridad incondicional.

Pregunta: Pero los informes publicados, en particular, en la UE afirman que no existe ninguna amenaza medioambiental derivada del proyecto de construcción del gasoducto.

Respuesta: En estos textos, lamentablemente, predominan las opiniones subjetivas, la política prevalece sobre el medio ambiente. El estudio pericial de un proyecto de infraestructura que tiene un significado crítico para todos los países ribereños, podrá considerarse legítimo y objetivo sólo en el caso de que en él participen todas las partes interesadas.

Por cierto, fíjense en que las organizaciones medioambientales occidentales, por una rara coincidencia, se preocupan de los problemas ecológicos en muy diversas zonas de Rusia – desde los territorios más allá del Círculo Polar hasta el lago Baikal, pero prefieren hacer caso omiso de las amenazas potenciales para la naturaleza y el hombre en la región del Caspio.

Pregunta: Usted ha dicho que la cuestión sobre la construcción del GTC está muy politizada. ¿Cree que la realización de este proyecto oculta riesgos políticos?

Respuesta: Las acciones unilaterales con respecto a la construcción del GTC terminarían minando la confianza entre los países del Caspio. No podemos descartar que éste es el objetivo de los grupos de presión del exterior que se ofrecen a los países del Caspio como “socios estratégicos” prometiendo posibles dividendos políticos a los partidarios del proyecto.

Cabe recordar que durante la cumbre de los Estados del Caspio en Astracán el año pasado, los líderes de los cinco países subrayaron públicamente que sólo los Estados ribereños tenían derecho a tomar decisiones importantes respecto a los temas más importantes de Caspio y confirmaron su responsabilidad solidaria respecto al futuro de este mar; consideramos que entre esos temas también figura el referente al gasoducto.