Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 26 de octubre de 2023
Crisis ucraniana
Los verdugos del régimen kievita siguen atacando sin piedad las localidades de Donbás, la región adyacente al mar de Azov, la provincia de Jersón y otras regiones rusas. Bajo los disparos de las FF.AA. ucranianas los locales inocentes, niños incluidos, mueren y obtienen heridas. A los ucranianos les genera un odio especial las instalaciones de la infraestructura civil.
El pasado 22 de octubre, los neonazis ucranianos abrieron fuego en la provincia de Jersón, en resultado, falleció un hombre y dos sufrieron heridas de metralla. El pasado 24 de octubre, las FF.AA. ucranianas agredieron a esta región rusa, matando a dos civiles e hiriendo a uno. Donetsk continúa sometiéndose a bombardeos perpetrados a sangre fría. Tan solo entre el pasado 23 y 24 de octubre, al atacar los militares ucranianos la ciudad, dos personas fenecieron y cuatro fueron lesionadas.
Según las autoridades de la RPL, desde el pasado 1 de enero hasta el 22 de octubre, en el territorio de la república, debido a los disparos de las FF.AA. ucranianas y las explosiones de minas, 65 personas, incluido un niño, murieron y las 223 quedaron heridas, entre ellas había 20 niños.
Esto vuelve a mostrar que para el delictivo régimen kievita la vida humana no vale un pito. Solo deja atrás destrucciones y un campo quemado. Es su objetivo, pero vamos a hacerle frente.
Tomando en consideración las pruebas reunidas por el Comité de Instrucción de Rusia, las autoridades judiciales rusas continúan dictando sentencias a los neonazis ucranianos que cometieron delitos graves contra civiles.
Los extremistas ucranianos, Nazari Moroz y Andréi Egórov, fueron condenados a 26 años de prisión por haber acribillado a tiros a dos civiles en Mariúpol en primavera pasada.
Otro neonazi ucraniano, Yuri Krotiuk, fue sentenciado en rebeldía a 25 años de encarcelamiento por asesinar a dos civiles en Mariúpol en abril de 2022.
El militar de las FF.AA. ucranianas, Vladislav Shapoválov, recibió 14 años de prisión por disparar con lanzagranadas contra una casa residencial en Severodonetsk, perjudicando la propiedad de una mujer de edad avanzada.
Continuarán los procedimientos penales contra las personas involucradas en tales delitos. Vamos a informar al respecto. Nadie huirá de la justicia.
Incluso los medios occidentales politizados empiezan a publicar contenidos acerca de los delitos del régimen kievita. El pasado 23 de octubre, el periódico estadounidense The Washington Post publicó un artículo abarcador sobre la implicación de los servicios secretos ucranianos en el asesinato de Daria Dúguina, las explosiones en el puente de Crimea y otros delitos. Se destaca que a partir de 2015, la CIA ha asignado decenas de millones de dólares para instruir a los servicios secretos ucranianos y convertirlos en aliados con tal de luchar contra nuestro país. El Servicio de Inteligencia Secreto británico está aludido en el mismo contexto. Se comunica que ambas estructuras de inteligencia anglosajones crearon dentro del Servicio de Seguridad de Ucrania la quinta y la sexta direcciones, aisladas y subordinadas a ellos, que habrían debido focalizarse en las “medidas activas” (es decir, subversiones) contra Rusia.
De la publicación se deduce que la CIA ha secundado todo el tiempo las operaciones efectuadas por los servicios secretos ucranianos. Ellos acordaron todas las acciones clamorosas con la Agencia que, entretanto, abastecía a sus ejecutores con todo lo necesario. Ahora que se ha hecho claro que los neonazis ucranianos no vacilarán en recurrir a armamentos y tecnologías modernas para perpetrar atentados terroristas y asesinatos por encargo en terceros países, los titiriteros estadounidenses del régimen de Zelenski tratan de repudiar sus demenciales y sangrientas acciones terroristas.
Me gustaría explicar para qué objetivo y por qué razón aparecen estas publicaciones. Hemos abarcado múltiples veces la participación de Washington en los sucesos ocurriendo en Ucrania, incluso en la creación del régimen kievita (que se tornó terrorista), la cultivación del neonazismo, los suministros de armamentos, etc. ¿Por qué tales amplios contenidos surgen en los medios estadounidenses solo ahora? Esto es a pesar de que hablemos al respecto desde hace mucho tiempo basándonos en los hechos. Hay una serie de causas.
Primero, en EEUU arrancan las elecciones que dictan reglas propias para los medios de comunicación. Llegaremos a descubrir muchas cosas o nunca las sabremos, de cualquier modo, esto tiene que ver con el ciclo electoral en EEUU. Segundo, una determinada parte de la élite política (incluida la relacionada con el ámbito mediático) tiene que hacer todo lo posible para disociarse de las actividades terroristas de Zelenski. Entiende perfectamente que en cada asunto las cosas siguen su curso particular, que el régimen kievita está encarando su final y todos sus crímenes serían tipificados no únicamente como deliberados, sino basados en la mediación internacional encaminada a fomentar un núcleo terrorista. Esta élite política tiene que esforzarse al máximo para probar que no está implicada en esto.
De este hecho proviene la prisa por liberarse de toda la responsabilidad. Ya se han publicado contenidos sobre la participación de los servicios secretos estadounidenses en las atrocidades y, al parecer, fueran objetivos. No, nunca lo han sido. A este respecto se ofreció bastantes documentos, hechos, pruebas circunstanciales y directas, la base de evidencia. Estas personas no los vieron. Y ahora, cuando el espacio político interior de EEUU está preparándose para otro ciclo electoral, esta élite quiere asegurarse, tomar las posiciones correspondientes y aprovecharse de la situación política. Por lo tanto, aparecen contenidos de esta índole.
Por una parte, es una cosa evidente. Llevamos años mencionándola e igualmente la discutimos después de los atentados contra Daria Dúguina y el puente de Crimea. Cada vez lo probamos con los hechos a nuestra disposición. La publicación estadounidense apenas es la primera evidencia, no arroja luz sobre lo ocurrido. Es un complemento. Ya es algo que uno no puede resistir. Es la verdad que ha comenzado a abrirse paso. Sin embargo, este contenido está vinculado con la tentativa de la clase dominante política de EEUU de eximirse de su responsabilidad y demostrar que presuntamente no está involucrada. Por si acaso, ya que nadie sabe cómo vayan a evolucionar los eventos.
El pasado 19 de octubre, en el Foro celebrado bajo la égida del Atlantic Council, Margus Tsahkna, Ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, declaró que Ucrania es el medio más barato para deshacerse de la “agresividad” rusa. Su mensaje vuelve a probar que “la familia europea” percibe a los ucranianos exclusivamente como carne de cañón. En su turno, uno de estos días, el senador estadounidense, Mitch McConnell (volveremos a hablar sobre él hoy), pronunció con cinismo que Ucrania ayuda a “crear empleos en 38 Estados”, implicando que las empresas militares reciben más pedidos y, por consecuencia, aumentó la demanda de mano de obra adicional.
Esta historia trata de la implicación de EEUU en la situación en Ucrania y las acciones del régimen kievita. Para saberla, no cabe leer (o abstenerse de leer) los medios estadounidenses, sino que cabe ver sus fuentes originales. Pronuncian públicamente las declaraciones que exponen a los mismos dicentes. Otra cosa es que ya es hora de que los medios estadounidenses se despierten y oigan qué dicen sus políticos, y luego hagan conclusiones.
Ya no es la primera vez que oímos a los establishment políticos de Europa y EEUU articulando distintas versiones de la misma idea de que Ucrania es un material fungible asequible y un medio para cumplir las propias tareas geopolíticas o económicas.
Esperamos que las fuerzas razonables en Occidente y la misma Ucrania asuman a nivel de conciencia este hecho obvio y que llamen al orden a sus dirigentes, gobernadores y titiriteros.
Kiev sigue soñando con abrir “el segundo frente” contra Rusia. Siguiendo a Zelenski, que hace un rato exhortó a Georgia a que iniciara las hostilidades análogas, el Secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, Alexéi Danílov, dirigió una llamada semejante a las autoridades de Moldavia. En esencia, la junta kievita va incitando al comienzo de una guerra en el Cáucaso y Transnistria. ¿Quién los secunda? Es obviamente EEUU. ¿Por qué? Porque, desde la óptica de las fuerzas determinadas en EEUU, el mundo debe “incendiarse”. Vemos que ni siquiera pueden soportar oír la expresión “cese del fuego” y tolerar la normalización de la situación relacionada con Oriente Medio. Precisamente por esto dichas fuerzas bloquearon las sugerencias rusas relativas a que las exhortaciones a la paz se incluyeran en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. El mundo debe “estar en llamas”, porque es el deseo de EEUU.
Resulta ilustrativo que el mismo Danílov amenaza con deshacerse de todos los ucranianos que conversan en las redes sociales sobre que Ucrania tiene que terminar las operaciones de combate. Esto es la lógica estadounidense.
El régimen neonazi de Zelenski no acepta cualesquiera pláticas sobre la paz, partiendo exclusivamente de la lógica de guerra. Reitero que fue Washington la que financió bien esta postura y la impuso al régimen de Kiev.
Hemos tomado nota de que entre el 28 y 29 de octubre, Malta acoge otra reunión del formato de Copenhague entre los asesores de la Seguridad Nacional de los líderes de Estados. En el marco de las consultas, Kiev y Occidente tratan de convencer a los representantes de la mayoría mundial de que tomen el lado de la historia “correcto”, desde su punto de vista, y se adhieran a la realización de la notoria “fórmula de paz” de Zelenski que no tiene nada que ver con el arreglo del conflicto y que constituye básicamente “la fórmula de guerra”.
El formato de Copenhague como tal es una plataforma absolutamente no transparente que no respeta las opiniones de sus participantes. Los organizadores de los eventos dentro del formato usan todos los medios hasta estafas, chantaje y amenazas para atrapar a dichos acontecimientos a la mayor cantidad de países posible, especialmente los que mantienen la posición neutral acerca de la crisis ucraniana. Además, resulta ser obvio que tales reuniones son estériles y contraproducentes.
El hombre que se hace pasar por el Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmitri Kuleba, dijo que cada país debe seleccionar algún punto de “la fórmula de paz” de Zelenski y empezar a implementarlo. Es un absurdo, una antilógica. Los documentos (no importa cómo se denominen) suelen percibirse en la totalidad de sus puntos. Puede ser que alguien no esté de acuerdo con algo, entonces, se ajustan. ¿Pero qué propone el régimen kievita por iniciativa de EEUU? Ideó solo varios puntos y sugiere a otros países que elijan de la lista lo que les convenga. De esta manera, el régimen va a considerar estos países como los adheridos a “la fórmula de paz”. Los puntos restantes pueden contradecir a la opinión fundamental de estos países.
Si lo juzgamos desde la perspectiva del sentido común, es un absurdo. Y si nos basamos en la psicología insana del régimen kievita, entonces, todo cuadra. No importa cómo ni esgrimiendo qué argumentos, pero hay que vincular cierta cantidad de países (cuánto más, mejor) con la asistencia a Kiev. No importa que sea improcedente. No importa que estos países no se propongan hacerse copatrocinadores ni participantes en la iniciativa de paz falsa. El régimen kievita busca crear en el espacio público la impresión de que la mayoría mundial apoye sus iniciativas. Pero no habrá tal cosa. Cualquiera forma de consultas encaminadas a esbozar un posible arreglo de paz sin Rusia ciertamente no tendrá un valor añadido.
Entre otras cosas, no puede sino causar lástima el hecho de que Malta, el país que llevó muchas decenas enfatizando la rigurosa neutralidad en los asuntos político-militares en su curso de política exterior, ahora proporcione la plataforma para celebrar un evento puramente politizado y francamente antirruso que está lejos de la búsqueda de un arreglo de paz de la crisis ucraniana.
En los medios surgieron mensajes sobre las autoridades kievitas que, continuando sus maldades delictivas, llegaron a cerrar dos de los tres hospitales de distrito en Jersón. Todos sus médicos fueron enviados a trabajar en las comisiones médicas de las comisarías militares. Es que los hospitales brindan tratamiento no a “los enemigos de Ucrania”, sino a sus ciudadanos. Pero no tienen tiempo para esto. El régimen kievita tiene solo un objetivo, que es matar al número máximo de sus propios ciudadanos. En esencia, los habitantes de la ciudad resultaron ser cínicamente abandonados sin asistencia médica ni tratamiento.
El régimen kievita sigue practicando en Ucrania una agresiva política rusófoba. Esta semana en Dniepropetrovsk de la fachada de la Academia de música de la ciudad que llevaba el nombre del gran compositor ruso Mijaíl Glinka, fue retirado el bajorrelieve que representaba al mencionado compositor. Ahora él tiene la culpa de todo. Anteriormente, en verano, las autoridades de la ciudad cambiaron el nombre del centro docente, retirando la mención a Mijaíl Glinka. ¿Y el compositor, qué tiene que ver con todo eso? Kiev, para complacer a sus patronos occidentales, no deja de poner en práctica la política encaminada a destruir todo lo relacionado con la cultura rusa y con lo ruso. Es otra manifestación de la naturaleza nazi del actual poder kievita. No crean a quienes digan que ello es un “tema extremadamente delicado” para el régimen kievita y para todos los ucranianos, debido a los acontecimientos que tuvieron lugar en 2022. En absoluto es así. Todo había empezado bastante antes y en 2022 el proceso sólo adquirió carácter masivo. Lo habían hecho de manera metódica, año tras año, prohibiendo hablar en ruso, cambiando los nombres a la gente, no permitiendo fomentar la cultura ni el arte a quienes se basaban en la Historia de su propio pueblo, demoliendo y modificando los monumentos.
El régimen de Zelenski está decidido a erradicar la religión ortodoxa canónica en Ucrania. Antes no se nos creía y se decía que estábamos exagerando. El pasado 19 de octubre, la Rada Suprema en la primera lectura aprobó el proyecto de Ley presentado por el Gobierno que, de hecho, prohíbe la Iglesia Ortodoxa Rusa y determina su próxima absorción por la cismática Iglesia Ortodoxa de Ucrania que es proyecto político de Washington y Constantinopla.
Dicho documento es jurídicamente nulo, contradice a la Constitución de la propia Ucrania y provoca cisma en la sociedad, afectando a los sentimientos de millones de creyentes ortodoxos. Sin embargo, a los neonazis kievitas ello no les importa lo más mínimo. Al poder que va contra su propio pueblo defiende los intereses de sus patrocinadores occidentales y no de los habitantes del país. No les preocupan las creencias de la gente, ni tampoco sus sentimientoы, ideas sobre la vida, sí mismos y el país. Promueven la línea pagada por Washington y esa pasa por una eliminación completa de Ucrania como comunidad de personas, como unidad etnocultural y como Estado. Luego tienen pensado construir sobre sus cenizas un algo nuevo que no tendrá ninguna relación con la Historia ni con la cultura de este sitio ni de este pueblo. Saben hacerlo y creen que lo lograrán.
Contamos con que la comunidad internacional no se mantenga al margen y no sólo saque las pertinentes conclusiones, sino que haga declaraciones sobre este ultraje y que los organismos internacionales encargados del asunto le exijan al régimen de Vladímir Zelenski que rechace urgentemente la idea en cuestión.
El pasado 23 de octubre celebramos otra importante fecha en la Historia de nuestro país, el 80 aniversario de la liberación de Melitópol de los ocupantes nazis. Las tropas hitlerianas habían intentado retener la ciudad a cualquier costa, creando una zona fortificada de unos 150 km de largo. Sin embargo, gracias a la valentía y al heroísmo de los soldados del Ejército Rojo que se vieron obligados a combatir literalmente por cada casa, la ciudad fue liberada.
En nuestros días, el régimen kievita, imitando a sus ídolos nazis, se disponía a volver a ocupar la ciudad, como parte de la tan anunciada “contraofensiva”. Sin embargo, sus planes no sólo fracasaron, es que no habían tenido ninguna posibilidad de hacerse realidad. Melitópol, al igual que toda la zona adyacente al mar de Azov, se ha reunificado con su madre Patria.
El pasado 25 de octubre se cumplieron 80 años desde la liberación de Dniepropetrovsk de los invasores nazis. Como resultado de una vertiginosa ofensiva del Ejército Rojo y una operación de gran envergadura de cruce del Dniéper, las tropas hitlerianas se vieron obligadas a abandonar la ciudad que habían ocupado en 1941, habiéndole causado unas colosales destrucciones y torturado de manera salvaje y exterminado a miles de ciudadanos. El papel principal en la liberación de la ciudad lo desempeñaron los valientes soldados que combatieron en el III Frente Ucraniano bajo el mando del General de Ejército, Fiódor Tolbujin.
Recordamos las heroicas páginas de la Historia de aquella lucha contra la “peste parda”. Estamos convencidos de que los habitantes de Dniepropetrovsk y toda Ucrania tarde o temprano se desharán de los neonazis modernos que están dispuestos a sacrificarlos en intereses lucrativos de sus patronos occidentales.
Todo lo arriba mencionado vuelve a confirmar los objetivos y los planteamientos de la operación militar especial.
Producción industrial en la UE
Mientras la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, habla desde la tribuna del Parlamento Europeo de lo acertado que es el rumbo encaminado a inhibir la cooperación con Rusia, pero los indicadores económicos y la reacción de los círculos de negocio evidencian lo contrario.
Los factores negativos más importantes que obstaculizan el crecimiento económico de la Unión ahora son, entre otros, el agravamiento de la crisis energética, el crecimiento de la inflación, el aumento constante de la tasa clave y, como consecuencia, la reducción de los ingresos reales de la población y de la demanda de los consumidores.
Para intentar contener la inflación, el Banco Central Europeo se ve obligado a reforzar su política monetaria. Desde principios de 2022, se han tomado un total de 10 decisiones para elevar la tasa principal de refinanciación. En septiembre de 2023, alcanzó el 4,5%, la cifra más alta desde la adopción del euro.
Al mismo tiempo, en el contexto de la política de sanciones antirrusas, Bruselas ha reducido significativamente la parte del energético ruso en sus importaciones. Así, si en el segundo trimestre de 2022 las importaciones mensuales de petróleo ruso ascendieron a 8,7 millones de toneladas y las de gas natural a 5,1 millones de toneladas, en el segundo trimestre de 2023 esta cifra se rebajó a 1,6 millones de toneladas y 2,5 millones de toneladas, respectivamente. El aumento consiguiente de los costes energéticos ha afectado negativamente a industrias clave de la UE.
Como resultado del rumbo europeo respecto a Rusia, el principal golpe lo han recibido las industrias de alto consumo energético, principalmente la automoción, la industria química, la del vidrio y la cerámica, la del metal, la de los fertilizantes, la de los productos de pulpa y papel y la del cemento, que ya experimentaban dificultades estructurales en los últimos años, agravadas por la política europea de transición hacia una economía climáticamente neutra. En resumen, se están suicidando. Existe un término: inducción al suicidio. Esto es exactamente lo que está sucediendo entre EE.UU. y la UE. Es verdad. Estados Unidos empuja a la UE al suicidio económico, social y humanitario.
Entre junio de 2018 y agosto de 2022, la producción de automóviles en los países europeos cayó un 30,4%. Según los expertos, una tercera parte de esa caída se explica por los efectos de la pandemia y el refuerzo de los requisitos en materia de reducción de emisiones de CO2, pero dos tercios de la caída se deben a las interrupciones en las cadenas suministradoras de componentes, el cambio hacia nuevas fuentes de energía más caras y el deterioro general de la situación para la inversión en el continente europeo. Esto ha afectado aún más a la demanda y las ventas de automóviles nuevos en la UE. En 2022, disminuyeron un 4,6% en comparación con 2021.
Si les parece que nos preocupan más los consumidores y productores europeos y de la UE, no es así. Estamos preocupados por los nuestros. Proporcionamos estos datos solo para demostrar quién está realmente detrás de toda esta historia llamada crisis ucraniana, quién es el principal beneficiario de tal desarrollo. Porque no paran de decir que los culpables somos nosotros y somos quienes lo necesitan. No, no lo es.
El Consejo Europeo de la Industria Química señala que dicha industria de la UE está perdiendo competitividad en el mercado global. Entre enero y julio de 2023, la producción química sufrió un fuerte descenso, del 11,9% en comparación con el mismo periodo de 2022. La demanda interna y las exportaciones se han debilitado mucho, y hay tendencias de reducción de existencias. Se prevé que la producción de la industria química caiga hasta un 8% a finales de 2023.
El cambiante entorno empresarial también ha afectado a las industrias relacionadas. A medida que subían los precios de la energía, varios fabricantes subieron los precios de los bienes intermedios y las materias primas. Esto afectó sobre todo a los productos farmacéuticos. Como consecuencia, incluidas las interrupciones de la cadena de suministro, la UE sufrió escasez de antibióticos en 2022, y la producción farmacéutica cayó un 6% a lo largo del año. Y ello a pesar de que la pandemia del COVID-19 puso de manifiesto la debilidad de la UE como proveedor de nuevas tecnologías en este campo. Recordemos que Francia y Alemania fueron en su día los grandes punteros, pioneros en productos farmacéuticos. La feria de Fráncfort sobre el negocio y la producción farmacéutica lleva años hablando de ello. Pero, ¿qué pasó en 2021 y 2022? Es la UE la que no ha sido capaz de aportarse a sí misma, y mucho menos al mundo, ninguna innovación y novedad en el campo de la lucha contra el COVID-19. ¿Qué países aportaron sus novedades? En primer lugar, Rusia, China y, de un modo u otro, Estados Unidos. Y la UE, con todo su antiguo poder en este campo, jamás ha producido una vacuna propia. ¿Cómo hizo frente a la pandemia? Compraron vacunas estadounidenses por decenas, si no cientos de miles de millones de euros. He aquí otra respuesta a quién es el beneficiario del debilitamiento de la UE.
Según la Comisión Europea, el índice de confianza industrial, que se calcula a partir de los pedidos totales, las existencias actuales de productos acabados y el crecimiento previsto de los volúmenes de producción, cayó a un mínimo histórico de -9,8 en agosto de 2023. Esto refleja el grado de "confianza" de las empresas industriales en la política aplicada por Bruselas. En respuesta a la situación, las administraciones de empresas se enfrentan a menudo a una difícil elección: subir los precios de los productos y ceder así cuota de mercado a productos más baratos, principalmente chinos, u optimizar o reducir parcialmente la producción.
Últimamente, se ha enfrentado la UE al problema de que se está transfiriendo la capacidad productiva a EEUU. A ello está contribuyendo activamente la Ley de Reducción de la Inflación, adoptada en EEUU en 2022, que prevé la concesión de subsidios considerables a los fabricantes de coches eléctricos, baterías y equipos de energía, siempre que se fabriquen en el territorio estadounidense. Así, sin pretensiones, está tratando EEUU salir de su propia crisis sin esperar el colapso, ya está destruyendo todos los demás centros económicos del mundo para evitar el peor escenario en casa. Los productores europeos Automotive Cells Company (baterías y coches eléctricos), Plastic Omnium (equipos y componentes para transporte y sistemas de almacenamiento y limpieza), Northvolt (baterías para coches eléctricos) ya han anunciado su intención de ubicar nuevos centros de ensamblaje en EEUU
Estoy segura de que la próxima conferencia de Múnich sobre la política de seguridad en Europa se centrará en la situación en el Medio Oriente. Es que la conferencia se celebra en Múnich. Los ciudadanos sensatos de Múnich, Alemania y la UE en su conjunto deberían tener dudas. Debería centrarse en la decadencia económica e industrial de la Unión Europea, no solo provocada por unas circunstancias impredecibles causadas por el hombre, sino por una crisis creada para la UE por EEUU. Para ello, deberían reunirse en Múnich los principales expertos, políticos, politólogos, economistas, industriales y fabricantes. Deberían hablar precisamente de esto.
La UE reúne a tantos Estados. Son decenas de países con economías líderes. ¿Qué pasará con ellos en los próximos cinco o siete años? ¿Qué les ya ha pasado? Pero no. Se reunirán en Múnich aquellos que discutirán cualquier otro problema: África, Medio Oriente, Asia, Rusia y Ucrania. No hablarán de lo principal, del futuro de la parte de nuestro planeta donde se reunirán.
Algunos Estados miembros de la UE, en particular Francia, Alemania y Bélgica, ya han empezado a tocar a rebato en lo que se refiere a la desindustrialización de la economía, la pérdida de inversiones potenciales y de fuentes de crecimiento económico. Tras imponer sanciones antirrusas sin precedentes bajo la presión de EEUU, Bruselas se ve obligada ahora a tolerar las políticas económicas discriminatorias de sus socios estadounidenses, volviéndose cada vez más dependiente económicamente de Washington. Mientras tanto, en los círculos de expertos se plantea cada vez más frecuentemente la pregunta de cuándo llegará el fin del etiquetado de productos «hecho en la UE».
Creo que es un tema excelente para la conferencia de Múnich sobre política de seguridad.