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Entrevista al Primer Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, para el canal de televisión NTV sobre los resultados de su participación en la Conferencia Internacional para el proceso de paz de Siria, Ginebra II, Montreux (Suiza)

129-26-01-2014

Pregunta: Parte de la oposición siria está cada vez más radicalizada, estamos hablando de un islamismo duro y combativo. ¿Le despierta inquietud esta tendencia? ¿Conviene atraer hacia el proceso negociador a esta parte de la oposición con una actitud más radicalizada?

Serguéi Lavrov: Soy de la opinión de que con los terroristas no hay que negociar en absoluto. Por razones de principios nos negamos a negociar con ellos y asimismo aconsejamos a los demás que tampoco lo hagan. No sólo nos preocupa a nosotros que los extremistas y terroristas sean los que "llevan la batuta" cada vez más y más en varias regiones de Siria, sino que todos en el G-8 piensan lo mismo.

En junio de 2013, en la cumbre de Lough Erne en Irlanda del Norte, nada menos que el entonces presidente del G-8, David Cameron, propuso, con el apoyo de todos los demás participantes, entre los que estaba el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, redactar en la declaración final un llamamiento al gobierno y a la oposición para unirse y erradicar el terrorismo de la RAS. Es una labor que sin duda alguna ha pasado a ser mucho más prioritaria dada la escalada de la amenaza terrorista que se cierne sobre Siria y que ya se ha impregnado en Irak. Allí acampan por sus respetos y cometen atentados los miembros de la banda llamada Estado Islámico de Irak y Levante.

Nuestro objetivo consiste en que el gobierno y la oposición patriótica, laica y acreditada alcancen cuanto antes algún tipo de acuerdo político y de forma paralela al proceso político de paz ayudarles a unirse para luchar contra estos terroristas. No veo espacio en el proceso negociador para estructuras como el Frente al Nusra, el Estado Islámico de Irak y Levante y otros grupos desgajados de Al Qaeda.

Nos despierta bastantes interrogantes la recién creada estructura que se ha bautizado como Frente Islámico, en la que se incluyen dos o tres organizaciones que han participado directamente en las masacres en la región de Adra. Es difícil imaginarse a una estructura así como interlocutor en unas negociaciones de paz. Entre el Frente Islámico, el Frente al Nusra y el Estado Islámico de Irak y Levante se produce un movimiento de insurgentes parecido al de los vasos comunicantes: van cambiando según el que paga más. Declarar que se puede hablar con un rebelde que se acaba de unir al Frente Islámico es como aliarse con el diablo.

Lo importante es que el proceso político vaya acompañado de la unión de las fuerzas que son sanas y que piensan en su patria, y no en la creación de un califato en Oriente Medio o en el Norte de África, de modo que se sumen sus diferentes capacidades para ayudar a combatir el terrorismo. Es una tarea a la que se enfrenta toda la región y todo el mundo.

Pregunta: Usted calificó la conferencia que se celebró el 22 de enero en Montreux como ceremonial cifrando sus esperanzas en las negociaciones que se entablen entre los sirios. Está claro que tampoco se vislumbran ahí grandes avances. ¿Cómo han de ser los pequeños pasos en los que hay que cifrar las esperanzas?

Serguéi Lavrov: Ya he comentado que los pequeños pasos están en las decisiones sobre las cuestiones humanitarias: la entrega de ayuda, el desbloqueo de los puntos de población que hoy por hoy están sitiados por las fuerzas del gobierno o por las fuerzas de la oposición y, lo ideal sería también, por supuesto el intercambio de prisioneros. Todo ello reforzará la confianza y favorecerá el ambiente de Ginebra. Es difícil hacer conjeturas más allá, la situación es complicada, las posturas muy polarizadas y los ánimos a flor de piel. Espero que el hecho de que en la reunión del 22 de enero se pudieran expresar las emociones servirá para llevar de forma más eficaz el diálogo entre los sirios.