09:36

Entrevista al representante permanente de la Federación de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, concedida a la Agencia de Información TASS 11 de septiembre de 2015

1712-14-09-2015

Pregunta: Señor embajador, muchas gracias por esta posibilidad de entrevistarle. Hace tiempo ya que queríamos hablar con usted sobre el futuro 70 Aniversario de la Organización de las Naciones Unidas. Está empezando la sesión conmemorativa de la Asamblea General. Me parece que lleva diez años encabezando nuestra representación ante la ONU. ¿Es realmente, a su modo de ver, tan universal esta herramienta internacional? ¿En qué medida sigue cumpliendo las funciones que le fueron delegadas en aquel lejano 1945?

Respuesta: Diría que es una organización muy importante, una especie de pilar para las relaciones internacionales. La ONU tiene una estructura muy compleja. Como seguramente sabe, cuenta con varios órganos principales: son la Asamblea General, donde están representados los 193 Estados miembros; el Consejo de Seguridad y el Consejo Económico y Social. De modo que este organismo intenta adaptarse a los retos que van surgiendo.

Se ha hablado mucho de la necesidad de reformar la ONU, pero en este sentido me gustaría recordar que, si un organismo es sometido a remodelaciones permanentes, no puede funcionar bien. Sin embargo, de vez en cuando surgen proyectos innovadores. Hace unos 10 años se creó el Consejo de Derechos Humanos que de momento no ha justificado las expectativas. Existía la intención estratégica de que se convirtiera con el paso del tiempo en una de las estructuras fundamentales de la ONU y no ha podido ser. Hace no mucho, unos 7 años, se creó la Comisión de Consolidación de la Paz, una especie de innovación también. Se encargaba de prestar asistencia en la salida de las crisis a los países donde, digamos, había guerra civil. Principalmente eran países africanos. Les ayudaba a iniciar una vida normal en distintas esferas, económica, social, etc. El Consejo de Seguridad también intenta encontrar soluciones a los retos existentes en los asuntos internacionales.

Verá, el problema está en que la actual, la séptima década de la existencia de la ONU, nos ha ofrecido un aumento brusco del potencial conflictivo a nivel mundial. Y por esta razón el CS con distintos grados de aciertos ayuda a encontrar soluciones para los nuevos retos. No es un fallo del organismo como tal, sino la falta ocasional de voluntad y recursos políticos, para solucionar determinados problemas.

Para que una decisión del Consejo de Seguridad sea eficiente, serían necesarios, en mi opinión, tres componentes. Primero, la decisión ha de ser la correcta. Segundo, tiene que haber voluntad política. Y tercero, los recursos. Por ejemplo, la Resolución 2.118, es uno de los grandes éxitos del CS de los últimos años. Está dedicada a la iniciativa ruso-estadounidense de llevar a cabo el desarme químico de Siria.

 Hubo una decisión correcta basada en el Acuerdo de Ginebra alcanzado por el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.

Pregunta: Era considerado un gran éxito...

Respuesta: Efectivamente, un gran éxito. Luego se tradujo en una resolución minuciosamente elaborada del CS, aprobada de forma unánime. Y más tarde la comunidad internacional mostró la voluntad política para cooperar con el Gobierno sirio. Se aprovecharon los recursos necesarios, incluidas las marinas de guerra, que garantizaban la seguridad, etc. De ahí una decisión acertada. En algunos casos simplemente escasean los recursos. Por ejemplo, se puede idear una operación de paz y decir: “Necesitamos unos 50.000 efectivos del contingente de la paz de la ONU”. Y simplemente nadie querrá facilitar tantos efectivos.

Pregunta: ¿Es que se hace voluntariamente?

Respuesta: Por supuesto. Hay países que se dedican a ello con sumo placer. En algunos aspectos lideran la India, Pakistán y Bangladesh. Incluso se benefician económicamente, pero no están dispuestos a enviar sus contingentes a todas partes.

De modo, que la situación es complicada. En algunos casos ni siquiera está claro cómo actuar. Mire la situación en Libia. Recordamos cómo ocurrió, como se violó una de las resoluciones del Consejo de Seguridad. Y en vez de proteger a la población civil se empezó a bombardear y a cambiar el régimen político en el país. El resultado es que el país se ha desintegrado y en general nadie sabe qué hacer. Es decir, el enviado especial del secretario general está haciendo determinados esfuerzos de mediación, pero el futuro es bastante incierto. ¿Será culpa del Consejo de Seguridad? Por supuesto, el CS no tiene nada que ver, simplemente así ha salido.

O, por ejemplo, en algún momento alguien propone desplegar un contingente de paz en Libia para cuando se haya solucionado la crisis. Y los libios no lo quieren. Incluso hubo una situación en la que  la representación de la ONU ha tenido que abandonar el país por motivos de seguridad. Simplemente se intentó introducir guardias, un par de centenares de personas. Pero los libios dijeron “Ni hablar. No queremos a extranjeros armados en nuestro territorio”. ¿Y qué se puede hacer en esta situación? Es decir, se necesitan tal unidad de la comunidad internacional, tal voluntad política de recurrir a serios mecanismos y recursos que simplemente nadie está dispuesto a facilitar nada para solucionar el problema. A veces nos tenemos que enfrentar a este tipo de casos.

Pregunta: Hablando del tema, le quería preguntar cómo es que se mantiene el formato de la ONU durante 70 años. Porque dice que el mundo ha cambiado y que los últimos diez años han sido muy tensos. En qué medida, en su opinión, el espíritu de 1945, momento en el cual los países ganadores crearon este organismo único, sigue latiendo en la sede de la ONU junto al East River?

Respuesta: Sabe usted, en aquellos años todavía no había nacido, de modo que me cuesta apreciar el espíritu. Pero creo que había matices, ¿sabe?

Y ahora también los hay. Sin embargo, pienso que este espíritu de cooperación, por así llamarlo, sigue vivo. En general les es propio a los miembros de la ONU. Y, a pesar de todas las particularidades del momento actual, me parece que sigue vivo en el formato de los cinco miembros permanentes. Hablando de mis predecesores, le puedo decir que he leído con gran interés las memorias de Alexandr Belonógov, quien ocupó este puesto de 1986 a 1990, si no me equivoco. Y señala que uno de sus avances era que los embajadores de EEUU, Reino Unido y Francia aceptaran reunirse y discutir algún problema. En aquellos momentos era un avance, porque no solía ocurrir.

Pregunta: Que los representantes de los países se sentaran a discutir cosas.

Respuesta: Efectivamente. Y ahora es para nosotros una práctica cotidiana. A veces ni lo anunciamos, pero los cinco celebramos nuestras reuniones y elaboramos nuestras resoluciones, nos reunimos por separado con el secretario general. Es uno de los mecanismos clave del funcionamiento del Consejo de Seguridad y de toda la organización. Diría incluso que no sólo hemos mantenido, sino que hemos desarrollado este espíritu. Y otro avance nuestro es, en mi opinión, el siguiente. Es algo que veníamos buscando, pero que sólo ahora está empezando a funcionar.

Existe un órgano estatutario, el Comité de Estado Mayor. Está compuesto por los consejeros militares de los Embajadores de las cinco potencias nucleares. A lo largo de los años fue un órgano más bien formal. Sus miembros se reunían, declaraban abierta la reunión y la cerraban enseguida. Pero luego, de forma informal, seamos sinceros, se les acercaba la gente que se dedicaba a diseñar las principales operaciones de paz de la ONU. Les contaban los detalles y se iban. Ahora, tras mucho esfuerzo y el cambio de posturas de algunos de los “cinco”, hemos conseguido incluir al comité en el trabajo real. Hace poco se celebró la visita de los cinco consejeros militares a Haití, donde se está llevando a cabo una operación de paz. Y los expertos ayudaron a entender qué se hacía de forma correcta en la operación militar y qué era incorrecto. Ahora se está planeando otro viaje.

Me acuerdo de una reunión muy curiosa de cuando la crisis en Malí. Se reunieron los embajadores de “los cinco” y sus consejeros militares. De Francia llegó una delegación militar. Fue hace dos años. Fue la primera reunión política y militar. En ella se discutieron distintos guiones. Y déjeme decirle que en nuestra presencia hubo debates acalorados entre los estadounidenses y los franceses sobre el plan de acción. Así que tienen lugar procesos curiosos.

Pregunta: Ha dicho la palabra “reforma”. Desde 2000 más o menos la estoy escuchando. Se dice que la ONU precisa de reformas, o las reformas están en marcha o las reformas han empezado. A decir verdad, hace diez años también hicimos un documental sobre la Organización de las Naciones Unidas, en aquellos momentos era Kofi Annan Secretario General. Y se habló mucho de las reformas. Pero en la práctica no parece muy factible. ¿Se encuentran las reformas realmente en su fase final? ¿Existen obstáculos en su camino? ¿Y qué cambios, a su modo de ver, serían necesarios para la ONU? Una pregunta muy simple me gustaría hacerle: hoy forman parte de la ONU 193 países. Y de la FIFA, 209. ¿Por qué será que algunos países no son miembros de las Naciones Unidas?

Respuesta: En parte he contestado a su pregunta, al decir que habría que dejar en paz a la ONU. La pregunta sería ¿qué es lo que entendemos bajo las reformas? He mencionado, por ejemplo, el Consejo de Derechos Humanos y la Comisión de Consolidación de la Paz. El problema más actual y también el más importante de los últimos 10 o 15 años es la reforma del Consejo de Seguridad.

La última vez que se amplió este organismo fue en los años 60 del siglo pasado. Inicialmente constaba de 11 miembros, entre ellos los 5 permanentes. Luego el número de miembros permanentes quedó invariable, mientras que el número total aumentó hasta 15. Se lleva tiempo diciendo que la ONU tiene más miembros, que el mundo es distinto, que África ha cambiado de dimensión, por así decirlo. América Latina ha cobrado una mayor autonomía y seguridad. De modo que es necesario aumentar el número de miembros del Consejo de Seguridad, para que el organismo en general sea más eficiente y representativo. Bueno, una cosa me gustaría dejar clara. El CS se volvería más representativo con la ampliación pero dudo que mucho más eficiente. A lo mejor lo que acabo de decir no es muy políticamente correcto. Sin embargo, mis experiencias me enseñan que incluso a 15 miembros del CS les cuesta a veces llegar a una fórmula de compromiso. ¿Y, si fueran 25 o 27? ¿Y qué me diría de los debates? Ahora unos debates en el Consejo de Seguridad duran una media de dos horas y, ¿si tuviera 25 miembros? Todos querrían expresar su opinión. El CS celebra cerca de 400 reuniones anuales, el año pasado hubo 400 en distintos formatos. ¿Y cuántas habría con 25 o 27 miembros? Nadie discute que haga falta llevar a cabo una ampliación. El problema está en que se lleva ya 8 años negociando a nivel de Gobiernos y anteriormente ha habido 11 consultas informales sobre el particular. Hay dos bandos principales que no pueden llegar a un acuerdo: países que desean convertirse en miembros permanentes de CS y otros que se oponen categóricamente a ello.

Pregunta: ¿Me permite una pregunta? Estos países que desean ser miembros permanentes del consejo solicitan también el derecho al veto?

Respuesta: Es un detalle muy importante. Algunos de los pretendientes insisten en no necesitarlo -Alemania, por ejemplo- y los países africanos solicitan tener dos miembros permanentes del CS, uno con derecho al veto. Es un tema delicado.

Pregunta: Dos miembros permanentes en representación de los países africanos...

Respuesta: Exactamente...

Pregunta: ¿Y del mundo árabe, también?

Respuesta: Es un tema de debate también. Algunos Estados árabes consideran que deberían ser miembros permanentes del consejo. Y algunos están en contra. ¿Y por qué lo están? Porque existe un grupo de Estados de mucho peso que entienden que les sería difícil aspirar a miembros permanentes. Y al mismo tiempo no están dispuestos a dejar pasar a sus vecinos, por ejemplo. Por esta razón los adversarios más fervientes a la ampliación son, digamos Italia y Argentina. Quieren que todo sea diferente, que haya “miembros semipermanentes”, una categoría adicional. Y así un Estado influyente podría elegirse para unos 8 años en vez de a 2. Y reelegirse también, porque ahora un miembro no permanente no puede reelegirse. De forma que no pueden llegar a una fórmula de acuerdo. Mientras que, para que la reforma sea aprobada, serían necesarios 129 votos. Y ninguno de estos modelos del CS...

Pregunta: Consigue reunir…

Respuesta: Consigue reunir los 129 votos en la Asamblea General. Se podría también, en vez de todas estas negociaciones, redactar una resolución de la Asamblea General sobre la reforma y ofrecerla en votación. Distintos grupos de países ya han redactado varios de estos documentos. Fueron sometidos a consideración oficial, pero sus autores no se atreven a someterlo a votación, porque temen no reunir los 129 votos y tener que olvidarse para muchos años de la ampliación. Porque no se puede someter a votación la misma resolución todos los años. Así que hay lucha y hay muchos nervios en torno a este tema. Se han expresado opiniones de que, para el 70 Aniversario habría que haber celebrado la reforma. Hemos alertado de que no sería conveniente precipitarse, de que la decisión tiene que acabar de madurar. Ya veremos el siguiente paso que se dé.

Pregunta: ¿Durante la próxima sesión conmemorativa, la 70ª, qué formato de la reforma será sometido a consideración?

Respuesta: Estoy seguro de que durante la propia sesión, durante los debates sobre temas políticos generalizados muchos países hablarán del tema, expresarán su postura, buscando de cierto modo promover la reforma del CS. Pero ya veremos si se darán algunos pasos. No para llegar a una fórmula de acuerdo, sino para forzar un poco. Hay distintos guiones, ya veremos.

Pregunta: ¿Y cómo se toma cada decisión en el Consejo de Seguridad? ¿Cómo se preparan las decisiones? ¿Quién tiene derecho de presentar proyectos de Resolución?

Respuesta: Únicamente miembros del CS pueden presentar proyectos de Resolución. Al someterse a votación, los no miembros, en caso de ser copatrocinadores, pueden unirse a la Resolución. Es decir, en el propio documento se indicará que había sido propuesto por unos 50 países, por ejemplo. Algunos pueden no ser miembros del CS. En cuanto a su elaboración, existe el término informal de “penholder”, portadores de bolígrafo, literalmente. Y le tengo que decir que nuestros colegas de “los tres grandes” se han hecho con bastantes bolígrafos. Y todo el mundo espera que sobre determinados temas, Afganistán o Irak, una delegación determinada prepare un proyecto de  Resolución. Antes, seamos honestos, la idea suele ser discutida por los “cinco grandes” y sólo luego es sometida a consideración de otros miembros del CS, son celebradas consultas de expertos, etc. Es así como se elaboran las resoluciones.

Pregunta: Es decir, si no he entendido mal, los países que no forman parte del Consejo de Seguridad, sean cuales sean sus iniciativas, las tienen que promover a través de los miembros del consejo o esperar a que...

Respuesta: Efectivamente. Bueno, hay situaciones en las que los no miembros participan activamente en la elaboración. Por ejemplo, hace poco se aprobó una Resolución histórica, muy importante, sobre todo, si llega a funcionar, que confirma y apoya el acuerdo común sobre el programa nuclear iraní.

Y nosotros no hemos tenido nada que ver con el contenido de su texto. Es un documento muy complejo, elaborado en las negociaciones de los “seis mediadores” e Irán. Resulta pues que fue preparado por “los cinco” más Alemania e Irán. Y sólo luego fue presentado al Consejo de Seguridad. Tengo que decir que, al ser aprobadas las resoluciones sobre sanciones contra Irán, los documentos se redactaban en el formato de “los seis”. Y el embajador de Alemania sólo estaba presente. Existe también un código de cortesía: si los no miembros del CS son invitados a participar en la elaboración de un documento, suelen comportarse con modestia, nada de levantar la voz a los miembros permanentes, ¿sabe?

Pregunta: Que yo sepa, a lo largo de los últimos, digamos, 15 años, Rusia ha sido un miembro bastante activo en la Asamblea General de la ONU. Nuestro país participa de una forma bastante intensa en todos los procesos que están teniendo lugar en el marco de este organismo. ¿Qué decisiones, a su modo de ver, de las tomadas por iniciativa de Rusia o en cooperación de Rusia con algún otro país, fueron las más relevantes o útiles para el mundo?

Respuesta: ¿Las más útiles, dice? En la Asamblea General tenemos varios vectores de trabajo. Desde el punto de vista de beneficios para la gente, creo que ha sido muy buena la Resolución referente a la seguridad de tráfico, somos líderes en este sentido. Promovimos este proceso y hace varios años se han tomado dos resoluciones. Estoy completamente convencido de que los éxitos en la lucha por la seguridad del tráfico, por la reducción considerable de las tasas de mortalidad en accidentes de tráfico, son parte de un proceso internacional promovido por nuestro país. Somos también líderes en la lucha contra las enfermedades no infecciosas. Se han celebrado las pertinentes conferencias interministeriales, se han aprobado resoluciones, etc. Tenemos otra resolución muy importante desde el punto de vista ideológico. Ya sabrá, la lucha sobre la glorificación del nazismo. En cuanto a mí personalmente, me agradó la aprobación de la resolución que conmemoraba los 50 años del primer vuelo espacial, del inicio de la exploración del espacio.

Pregunta: Tenemos pleno derecho de sentirnos orgullosos de nuestros logros en esta esfera.

Respuesta: Por supuesto. Le confesaré que cuando propusimos esta resolución, parecía que intentaban subestimar nuestros logros, pero cuando apareció la resolución, fue una sorpresa agradable.

Allí figuran las siguientes palabras: el vuelo de Yuri Gagarin, ciudadano soviético, nacido en Rusia… Y la propia aprobación de esta resolución es el mejor ejemplo de la cooperación internacional. Cuando intervenían los representantes de diferentes países, todos hablaban de sus propios logros, pero siempre mencionando que era una contribución en una causa común de toda la humanidad, una parte importante de la cual es el vuelo de Yuri Gagarin. Para mí personalmente es la resolución más agradable de las aprobadas por la Asamblea General en los últimos años.

Pregunta: Hablando de la Organización de las Naciones Unidas, no podemos dejar de mencionar la personalidad que encabeza esta organización. Ban Ki-moon, el 8º secretario general en la historia de la ONU. Tuve el honor de conversar con él y con algunos de sus predecesores. Usted lleva trabajando con él casi 10 años ya. ¿Cómo evalúa usted el papel del actual secretario general para la ONU y cómo se construyen sus relaciones personales?

Respuesta: Participé en 2006 en la elección del secretario general. Este procedimiento es bastante interesante. Yo creo que hemos hecho una elección correcta. En primer lugar, es muy importante que Ban Ki-moon haya entablado un diálogo muy abierto, sincero, como me parece, con el presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin. Y con el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, el secretario general se pone en contacto a menudo, tanto por teléfono como personalmente. Yo no tengo dificultades trabajando con Ban Ki-moon. 

Trabaja muchísimo, pero siempre que está en Nueva York, hay posibilidad de reunirse con él. No puedo recordar ni un caso cuando al llamar solicitando una cita no hubiera recibido una respuesta en 30 minutos. Como regla, te dan una cita en el mismo día, sea el sábado o domingo. Si es necesario, uno puede ponerse en contacto con él por teléfono aunque no esté en Nueva York. Y ya tenemos elaborado un estilo de conversación entre nosotros. Como regla, nos vemos a solas. Es muy atento a la información que le presentamos, lo toma todo en cuenta. Tengo que decir que el secretario general, sobre todo últimamente, expresa unas opiniones bastante atrevidas acerca de algunos problemas, lo que puede irritar a los líderes mundiales. Se ha mostrado como un hombre que escucha lo que le dicen pero que no deja que le impongan opinión ajena. ¿Me entiende? Sé a ciencia cierta que hubo casos en los que le intentaron presionar: haz así, no hagas así.  Pero, a pesar de todo, siempre ha actuado de acuerdo con su  visión de lo que hace falta hacer. 

Pregunta: ¿Quiere usted decir que él ejerce funciones no sólo de  comunicador entre los miembros de la ONU, miembros del Consejo de Seguridad, pero, además, tiene, de acuerdo con su estatus, derecho a tener su propia posición política, digamos?

Respuesta: Por supuesto. Así veo yo el papel del secretario general en el mundo contemporáneo. Lo difícil es que al mismo tiempo del secretario general esperen que presente características de líder, mientras no puede apartarse de un mundo viciado, realizando la mayor parte de su trabajo político a base de las resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad. Por ejemplo, aprobada una resolución por el Consejo de Seguridad, el secretario general debe nombrar a los enviados especiales o realizar algunas actividades él mismo, pero siempre en el marco de lo establecido por las resoluciones del Consejo de Seguridad. A veces puede intervenir con alguna iniciativa, pero esta iniciativa suya siempre debe tener presentes las opiniones de los actores principales. Por ejemplo, ahora uno de los problemas más acuciantes es Siria. El enviado especial del secretario general de la ONU para este país, Staffan de Mistura, propone sus propias iniciativas, que se convertirán en iniciativas del secretario general de la ONU, cuando estén preparadas. Pero no puede formularlas porque sí. Estas iniciativas provienen de la comunicación con los principales participantes en conflicto. Se escuchan las opiniones de los miembros del Consejo de Seguridad, sobre todo de los cinco miembros permanentes, y así se deja madurar la iniciativa. De lo contrario, aunque aparezca una iniciativa extraordinaria, no funcionará. Quiero decir que el trabajo del secretario general es un trabajo muy duro. Por eso, a propósito, ya han empezado discusiones muy tensas acerca de las elecciones de un nuevo secretario general que se celebrarán el año que viene.

Pregunta: ¿Ya hay candidaturas? ¿Cómo deben alternarse las regiones que eligen al secretario general? Ahora es el representante de Asia, ¿quiere esto decir que es el turno de Europa? 

Respuesta: Sí, sí, así es. Ahora, por primera vez, debe elegirse un representante de Europa Oriental.

Pregunta: ¿Precisamente de Oriental?

Respuesta: Sí, precisamente de Oriental. La situación es la siguiente. La ONU tiene formados cinco grupos regionales. Uno de ellos es el grupo de Europa Oriental, que es bastante modesto, consta de 27 ó 28 países. 

Pregunta: ¿Figura Rusia allí?

Respuesta: Sí, también está allí presente Rusia. Hay un grupo asiático, con más de 50 países, es decir los grupos son diferentes en cuanto al número de los países que los forman. Y existe cierto procedimiento para postular a los candidatos a diferentes cargos. Se trata no solo del secretario general, sino que también de los puestos de jefes de varios comités, etc. La situación burocrática en la ONU es bastante complicada. Como ha comentado usted, Ban Ki-moon fue elegido cuando llegó el turno del grupo asiático. Y ahora, el grupo de Europa Oriental insiste desesperadamente en que sea elegido precisamente el representante de Europa Oriental.

Pregunta: Es decir, nuestra palabra debe tener aquí un peso…

Respuesta: Sí. Les apoyamos. Han escrito una carta especial al presidente de la Asamblea General de que ahora debe ser elegido un candidato entre los representantes de Europa Oriental. Nosotros nos pronunciamos a favor de esta idea. Pero me veo obligado a recordar a mis colegas que cuando se postuló Ban Ki-moon, al tiempo que llegó el turno del grupo asiático, también se postuló la presidenta de Letonia, Vaira Vīķe-Freiberga. Figuró entre los seis candidatos. Este hecho es algo que menoscaba…

Pregunta: ¿La uniformidad?

Respuesta: No es que se trate de la uniformidad…

Pregunta: ¿Y forma Letonia también parte de este grupo?

Respuesta: Letonia también forma parte del grupo de Europa Oriental. Sigue con sus reivindicaciones, pero los demás no se muestran interesados. Hace poco tuvo lugar una discusión no oficial en la Asamblea General de las perspectivas de la elección del secretario general. El grupo de Europa Oriental reafirmó sus ambiciones, pero nadie reaccionó. Nadie dijo: “Apoyamos esta idea”.

Pregunta: ¿Y no deberíamos nosotros hacer de promotor?

Respuesta: No, ahora no debemos hacer nada. Expresaremos nuestra opinión cuando tenga lugar una discusión en el Consejo de Seguridad. Por ahora nos limitamos a advertir que no cabe dar pasos que puedan complicar el proceso, hacerlo más burocrático aun. Algunos entusiastas intentan incluir la condición de que el Consejo de Seguridad debe postular a más de un candidato. O una condición de que debe postularse una mujer. Nosotros nos oponemos a la burocratización del procedimiento. 

Es una discusión bastante complicada, pero me parece que debe concluirse positivamente. Ya hay varios candidatos decentes en Europa Oriental. A mi modo ver, son todos personas dignas que pueden encabezar la organización. Hay entre ellos también una mujer, Irina Bokova. Parece que habrá más candidatas femeninas. Creo que al final todos estarán contentos.  Al igual que la vez pasada, en el año 2006, cuando elegimos entre Ban Ki-moon y sus rivales y no hubo problemas. En el mes de julio empezó la discusión, a finales de julio la pasaron al Consejo de Seguridad y en octubre ya estaba decidido todo. Sin problemas.

Pregunta: Sin poner nadie palos en la rueda.

Respuesta: Eso es. Fue un proceso ideal. Ya veremos. No descarto que esta vez todo resulte más difícil.

Pregunta: Acaba de decir usted que entre los candidatos figuran mujeres. En particular, la directora general de la UNESCO, Irina Bokova. Voy a revelar un pequeño secreto: en su última entrevista con el secretario general, el señor Ban Ki-moon dijo que pensaba proponer al Consejo de Seguridad que su sucesora fuera una mujer, sin precisar a quién se refería en particular, pero formulando claramente el mensaje como “cherchez la femme”.

Respuesta: Es que, se lo diré en broma, Ban Ki-moon siente predilección por las mujeres. Quiero decir, en el campo político. Y ha conseguido mucho en esta dirección.

Pregunta: Una sagrada tarea, en el campo político.

Respuesta: Sí, ha asumido esta sagrada tarea, en el campo político. Cuando fue elegido secretario general, no tardó en declarar que una de sus tareas consistiría en crear condiciones para que en la jefatura de la ONU hubiera más mujeres. Y como ya he dicho, ha conseguido mucho en este campo. Por ejemplo, nombró como jefa de gabinete a Susana Malcorra, de nacionalidad argentina. Es, por su importancia, el segundo o tercer cargo en el Secretariado. 

Hubo otra mujer, alemana, quien primero se ocupó de la estructura administrativa y luego se hizo la representante principal para las cuestiones del desarme, pero ya se ha ido. Pero aún queda mucho por hacer en esta dirección. El secretario general tiene muchos enviados especiales a cargo de operaciones de paz o misiones políticas especiales, y solo una de ellos es mujer, si no me equivoco. Al mismo tiempo, hay mujeres en puestos importantes, relacionados con problemas de los niños y las mujeres. Es decir, Ban Ki-moon ha logrado elevar el papel de la mujer. Será lógico si en el proceso de la elección de un nuevo secretario general sigue abogando por esta idea suya, pero, dicho claramente, el secretario general no tiene ninguna influencia sobre el proceso de la elección de nuevos candidatos. Y entre los cinco miembros permanentes solo un país declara en voz alta que debe ser elegida una mujer, pero sin decir a quién en concreto quisiera ver en este cargo. Son los ingleses: ya han declarado que debe ser nombrada una mujer. Les digo: “Estáis a favor de apoyar a la candidatura de Irina Bókova, pues es la única candidata oficial femenina por ahora”. Me contestan que no, que tan solo expresan una idea general. Es una conversación interesante pero, tal vez, demasiado prematura aún, porque es una cuestión para el año que viene. Pero una cuestión muy importante. Porque el secretario general desempeña un papel considerable tanto en la política internacional, como en la administración de la propia organización. Por eso es menester escoger al mejor de los candidatos para que cumpla este difícil trabajo.

Pregunta: Y, que yo entienda, debe ser una recomendación de consenso de los cinco miembros permanentes…

Respuesta:  Y no solo de ellos. Por ejemplo, en 2006 Ban Ki-moon fue elegido por aclamación, por unanimidad, sin votación del Consejo de Seguridad. Pero, claro está, los cinco miembros permanentes deben aprobarlo, pues cualquiera de ellos puede vetar al candidato recomendado. Al mismo tiempo creo que si algún país, o un par de países que no sean miembros permanentes, declara que no le conviene un candidato recomendado categóricamente, esto crearía serios obstáculos para su nombramiento.

Pregunta: Está claro. Acaba de mencionar usted el procedimiento del Consejo de Seguridad que se llama aclamación. Sabe usted, a la gente que tiene posibilidad de observar las acciones del Consejo de Seguridad solo a través de sus televisores le parece que la aclamación es un procedimiento que muy raras veces ocurre. Y sobre todo en los últimos años, cuando vemos discusiones muy tensas entre los miembros permanentes, y los debates que lleva usted con sus oponentes. Diga, por favor, ¿al abandonar la sala del Consejo de Seguridad, logra usted realizar un trabajo constructivo con sus socios fuera de la sala? ¿Qué da más frutos, los propios debates dentro de la sala del Consejo de Seguridad o todo el trabajo de un miembro permanente del Consejo de Seguridad con los demás miembros permanentes fuera de la sala?

Respuesta: Pues, son dos lados igualmente significativos del trabajo del Consejo de Seguridad. Por un lado, por supuesto, son importantes los debates abiertos. Todo el mundo, sobre todo en los últimos años, está siguiéndolos, además, se reflejan allí las posturas de los Estados y el carácter de los problemas más candentes, planteados ante el Consejo de Seguridad. Pero es que somos profesionales. Le pondré un ejemplo muy sencillo. Hace poco, mantuvimos un intercambio de opiniones entre los cinco miembros permanentes y otros miembros del consejo muy reñido, en el curso del cual algunos de mis socios se permitieron expresiones totalmente inadmisibles, a mi ver. Lo comenté en la propia sesión del Consejo de Seguridad. Justo después de la sesión tuve que ponerme en contacto por teléfono con uno de ellos, no pude prescindir de ello. Y estuvimos discutiendo tranquilamente los detalles necesarios para acabar una resolución muy importante para el Consejo de Seguridad con la cual llevamos trabajando mucho tiempo. Y esperamos que esta resolución esté aprobada en el futuro próximo. Es que no tenemos otro remedio, debemos arreglarlo todo de alguna manera, de lo contrario el Consejo de Seguridad no va a funcionar. 

Pregunta: Volviendo al tema del 70º aniversario de la ONU: ¿qué personajes han desempeñado un papel especialmente importante en la historia de las Naciones Unidas? Ha visto algunos de ellos usted personalmente, ha trabajado con ellos.  ¿Quién ha dejado una huella más notable en la historia de la organización?

Respuesta: Sabe, es una pregunta…

Pregunta: Me refiero meramente a su propia opinión subjetiva.

Respuesta: En cuanto a toda la historia de la ONU, es difícil juzgar para mí. Pero, por supuesto, no se puede sino mencionar a Kofi Annan, que tiene una relación muy estrecha con nuestro ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, a propósito. Tuve suerte de trabajar un poco, siete meses, durante su mandato.  Es un hombre que recorrió un camino muy interesante. Antes de ser elegido, fue subsecretario general de Operaciones de Mantenimiento de la Paz. Es un cargo importante, pero no está en el centro de la atención. Y en unos diez años se convirtió en un  político serio, y un diplomático de escala mundial, manifestando así cualidades muy importantes. Por supuesto, es muy interesante trabajar con él. Ahora sigue ocupándose activamente de cuestiones relevantes.  Reunió todos los requisitos necesarios para el secretario general: una combinación de lo no formal con lo intransigente. Era imposible ejercer ninguna presión sobre él con polémicas impetuosas, sabía pararlas. Era muy interesante observarlo. Puedo decir que en este sentido mi trabajo es muy curioso. Cada uno de los cinco miembros permanentes ha cambiado a sus representantes, mis colegas, cuatro veces ya. Y le confesaré que me acuerdo de cada uno de ellos con bastante cariño. Porque cada uno de ellos es una personalidad especial. No voy a comentar a aquellos con los que estoy trabajando ahora mismo…

Pregunta: Es que va a seguir trabajando con ellos.

Respuesta: Sí, seguiré trabajando con ellos. Pero puedo decir que mantuvimos un contacto muy estrecho, tanto profesional como personal, con el representante permanente de China, Li Baodong. Ahora es viceministro. Pasamos  juntos muchas dificultades. Surgió la cuestión siria, hubo vetos ruso-chinos conjuntos. Tuvimos relaciones de confianza, y es un hombre muy simpático de verdad. Nos veíamos, comunicábamos, hemos establecido relaciones muy buenas, muy humanas. Es un contacto de verdad. Pues, si hablamos de los estadounidenses, es toda una palestra. ¿Conoce usted a John R. Bolton, verdad?

Pregunta: Por supuesto.

Respuesta: Fue un representante permanente muy altisonante, neocon. Luego, Zalmay Khalilzad, afgano, ex embajador de EEUU en Irak… 

Pregunta: Totalmente diferente.

Respuesta: Totalmente diferente. Luego, Susan Rice, la actual consejera.  También es una persona totalmente diferente, extraordinaria y complicada, pero al mismo tiempo, en algunas ocasiones particulares es posible mantener con ella discusiones serias. Así es el caleidoscopio de personas y profesionales que para mí es muy interesante.

Pregunta: Tengo el honor de conocerle desde hace 30 años ya, y siempre le he visto como un hombre bastante temperamental, incluso muy temperamental, pero, mientras tanto, el cargo del representante permanente en la ONU, su trabajo, sobre todo durante las sesiones del Consejo de Seguridad, de Asamblea General, requiere ser reservado y frío y no ceder ante ningún tipo de emociones y agitaciones. ¿Cómo lo hace? Para mí es un misterio, ¿cómo un hombre así puede contenerse en disputas tan reñidas?

Respuesta: Tal vez suena algo lírico para esta situación, como una frase de  los versos de Pushkin, pero es que hay que aprender a dominarse.  

Pregunta: ¿Y es que lo ha aprendido?

Respuesta: Pues, creo que sí. Empecé a trabajar aun a la edad de 22 años de traductor e intérprete en el Ministerio de Asuntos Exteriores. A veces interpretaba primero en el Kremlin, para Podgorni o Kosyguin, y luego en las negociaciones sobre el desarme estratégico. Me acuerdo que a veces, antes de que iniciaran las negociaciones, me sentía muy nervioso. Pero en cuanto empezaba el trabajo, todo cedía a la concentración. Ahora no puedo decir que me sienta muy nervioso, siempre sé qué me espera y me preparo escogiendo la línea de antemano. A veces sí, siento que estoy a punto de explotar, pero me doy cuenta de que debo comportarme de manera apropiada, pensar en lo que tengo que decir ahora y posteriormente. Y como por ahora no he peleado con nadie en el Consejo de Seguridad, esto quiere decir que he logrado hacerlo bien.

Pregunta: Sí, le sale muy bien.

Respuesta: Gracias.


Некорректно указаны даты
Дополнительные инструменты поиска