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Discurso y respuestas a las preguntas ofrecidos por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en la reunión del Club diplomático, Moscú, 15 de mayo de 2025

802-15-05-2025

Estimados colegas,

Excelencia,

Amigos,

Permítanme ofrecerles un saludo con motivo de este maravilloso acontecimiento, la reanudación de las labores del Club Diplomático.

Utilizamos este formato durante un largo tiempo, gozando el mismo de una gran popularidad. Luego empezó la pandemia y tras la pandemia, llegó el momento de la inercia. Al empezar la operación militar especial, implantamos la práctica de las reuniones del Ministro con los Embajadores que permitía explicar nuestra actuación en relación a la crisis ucraniana. Fueron ocho las reuniones de este tipo, quedando planificada próximamente la reunión de turno.

Me alegro de que reanudemos las labores del Club diplomático que abarcará todos los problemas de su interés. Participarán en las mismas los expertos, los círculos académicos, las personalidades del mundo de la cultura y el arte y, por supuesto, los representantes de las provincias rusas.

Me alegro de ver por aquí al Gobernador de la provincia de Nizhni Nóvgorod, señor Gleb Nikitin, quien presta intensa atención a los factores externos del desarrollo de su provincia y al refuerzo de los vínculos en el contexto de la política exterior de Rusia.

Estamos interesados en que se unan también a estas labores las personas que cooperan con la Academia diplomática del MAE de Rusia. Precisamente en este espacio se gestaron las tradiciones del Club diplomático. Me gustaría expresar mi agradecimiento al rector en funciones, Serguéi Shitkov, y al resto de los organizadores, además de, por supuesto, a la Corporación estatal VEB.RF, por habernos otorgado esta posibilidad. El mundo del negocio ruso es un importante elemento de nuestras labores desplegadas aquí, en la capital del país. Propiciaremos plenamente el refuerzo del papel de la diplomacia empresarial, para que se hagan mejor idea de los objetivos planteados por sus jefes y definan con más claridad las formas más eficaces de ponerlos en práctica.

Me gustaría pronunciar una breve palabra introductoria y luego tendrá lugar un diálogo interactivo que suele ser lo más importante en el contacto con el público.

En contra de los pronósticos de los futurólogos, la profesión del diplomático sigue siendo muy solicitada y nos podemos cerciorar de ello con bastante frecuencia. Sí, se dice que la inteligencia artificial nos está pisando los talones. Sin embargo, nosotros los diplomáticos los tenemos resistentes, no son ningún talón de Aquiles. Si uno es diplomático en toda regla, ninguna inteligencia artificial será capaz de sustituir su inteligencia natural, intuición, experiencia y erudición. La erudición de la inteligencia artificial es una característica de otro tipo, ya lo hemos podido ver.

Soluciones creativas solo las puede encontrar el ser humano que cuente con experiencia y erudición. Y eso es la diplomacia. Tales soluciones, creativas, brillantes y basadas en principios sólidos y en el equilibrio de los intereses, condición que protege de las recaídas en las crisis, son muchísimas. Todos hemos oído sobre la intriga que se está desarrollando literalmente en estas horas y en estos instantes en Estambul entre los representantes de Rusia y Ucrania. No nos olvidemos de la tragedia de Gaza, en general de la tragedia de los territorios palestinos ni de otros problemas de Oriente Próximo, provocados por política irresponsable y agresiva de los países miembros de la OTAN que recurren al uso de la fuerza, sin reflexionar mucho, por el mero motivo de que algo en alguna parte no les gusta.

Recuerden, cómo destruyeron Irak y cómo se supo más tarde que se había  hecho en vano, puesto que el país no tenía armas de destrucción masiva. ¿Y qué ocurrió? Tony Blair lo lamentó en sus memorias y ya está. Destruyeron Libia, para vengarse del Muamar el Gadafi por llevar a cabo una política independiente y para ocultar de paso la financiación que le había facilitado a uno de los candidatos a Presidente de Francia. Este candidato que más tarde se hizo Presidente en absoluto estaba interesado en revelar el hecho de haber recibido fondos de un Estado extranjero. Ejemplos de este tipo abundan. Todo eso se hizo bajo lemas altisonantes sobre la necesidad de defender la democracia, los derechos humanos y muchas más cosas.

Además de persistentes crisis directas, me gustaría también mencionar la situación en Yemen, el problema con el movimiento de los hutíes. Hay más situaciones que precisan de maestría en las negociaciones. Está el programa nuclear iraní y una serie de otros problemas que surgen como resultado de la transformación geopolítica del mundo y de la lucha geopolítica que hace chocar las ambiciones. Veamos lo que está ocurriendo en estos momentos en la región de Asia Pacífico que Occidente, para darle a su política un marco vector antichino, empezó a denominar el Indo-Pacífico. Se cuenta de esta manera con provocar enfrentamientos adicionales entre nuestros grandes amigos y vecinos, la India y China. Es el ejemplo de la política “divide et impera” mencionada hace poco por el Presidente de Rusia, Vladímir Putin.

En cuanto a la región Asia Pacífico, existen en dicha zona importantísimos espacios geopolíticos, uno de los cuales es Asia Central. En torno a la misma se desarrollan ahora numerosos procesos diplomáticos. El formato Asia Central + 1 parece haber superado la cifra de 10, son tantos los deseosos de fomentar las relaciones con nuestros amigos centroasiáticos.

Veamos lo que está ocurriendo en el Sudeste asiático y en torno a dicha región. Nuestros interlocutores occidentales desean desempeñar allí, al igual que en cualquier otra parte del mundo, papel predominante, minando el papel central de la ASEAN que les había parecido apropiado a todos durante muchas décadas. Se había formado en base a un espacio unificador por los países miembros del organismo y por sus contrapartes en las esferas de la política, la cooperación militar, la defensa. Todo eso se basaba en una serie de normas elaboradas y aprobadas por los países miembros. Los socios del diálogo que se fueron uniendo a este formato prometían solemnemente cumplir con dichas normas.

Eran las normas del consenso y de la búsqueda de los puntos en común y ahora nuestros interlocutores occidentales los intentan postergar y atraer a varios miembros de la ASEAN a formatos abiertamente orientados a la confrontación, “tríos” y “cuartetos”. Los altos cargos de la Secretaría de la OTAN ya van anunciando en serio que, en su condición de alianza encargada de la defensa de los Estados miembros, se ven obligados a implantar su infraestructura en el Sudeste asiático, en el estrecho de Taiwán, en el mar de la China Meridional y demás, porque supuestamente es desde allí donde se perciben amenazas directas para los países de la Alianza. Ni hace mencionar que son fantasías por así decirlo y además unas no muy decentes.

Por supuesto, están también los procesos regionales: he mencionado el programa nuclear iraní. Están también los procesos que engloban a todos los países costeros del golfo Pérsico: Irán y el Consejo de Cooperación del Golfo que agrupa a seis monarquías árabes. Entre ellos también está en marcha el proceso de la normalización de las relaciones y lo aplaudimos.

Hablando del continente euroasiático, merece la pena señalar que siguen existiendo aquí grandes civilizaciones, la china, la india. Ahora está renaciendo también la civilización otomana. Esperamos que este proceso del renacimiento esté homologado con otras tendencias subregionales, para que estos procesos seculares no entren en contradicción, sino se plasmen en una especie de “convivencia”. No existen otros continentes como el continente euroasiático, donde tantas civilizaciones conserven su identidad y actualidad en la época moderna.

Al mismo tiempo, el continente euroasiático es el único continente carente de una estructura de integración continental. En África está la Unión Africana, unos grandes amigos nuestros. Allí también existen formatos subregionales, pero encima se encuentra el mencionado organismo de carácter continental. En América Latina y en el Caribe también están en marcha numerosos procesos de integración subregional, pero está también el organismo continental, la CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. En el continente euroasiático no existe nada parecido. En este sentido, se hace notar la necesidad de que exista un proceso unificador de esta envergadura que permita homologar los intereses de muchas potencias y civilizaciones realmente grandes. Hasta el momento, tales procesos únicamente se observaron en la parte occidental del continente, basándose todos ellos, de hecho, en el concepto euroatlántico. Estoy hablando de la OTAN y la OSCE creada como una estructura euroatlántica. Y lo es también la Unión Europea. Lo explicaré a continuación:

Por supuesto, la UE fue creada con unos objetivos completamente diferentes. Fue creada para unir los esfuerzos y propiciar un desarrollo económico más eficaz de los países europeos, es que juntos era más fácil hacerlo. Se pretendía ofrecer, a través de la aceleración del desarrollo económico, una solución a los numerosos problemas sociales a los que Europa estaba enfrentada en el período posbélico. Sin embargo, en los últimos años, la Unión Europea también se ha convertido en “una estructura euroatlántica”, puesto que todo lo que hace está coordinado con la OTAN. Hace un par de años, fue firmada la Declaración sobre la Cooperación UE-OTAN, en la cual la UE facilita sus potencialidades, incluido el territorio, la infraestructura de transporte y cuanto pueda necesitar la OTAN, si, por ejemplo, sus representantes desean enviar más tropas y más efectivos a nuestras fronteras. Ello está siendo abordado abiertamente.

En cuanto a la parte restante del continente euroasiático, estaba la útil iniciativa del primer Presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbáev: convocar una Conferencia para interacción y medidas de confianza en Asia. Dicha iniciativa se puso en práctica con energía. Ahora, después de muchos años de presidencia de Kazajstán, la ha asumido Azerbaiyán. Está en marcha el proceso de transformación de esta Conferencia en una Organización. Así se manifiesta precisamente la tendencia a la integración y la aplaudimos. Sin embargo, finalmente debería tratarse de algo parecido a África o América Latina, es decir, una estructura de carácter continental. Posiblemente, no una organización, un proceso continental. Lo importante es que esté abierto para todos los países del continente, sin excepción alguna, no solo para sus partes europea o asiática, sino para todos los países y asociaciones de marcado contexto euroasiático.

No es un proceso sencillo, pero siempre hay que empezar con algo. Este tipo de cosas suelen empezar con reflexiones. Les estamos muy agradecidos a nuestros amigos bielorrusos: hace un par de años, el Presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, promovió la iniciativa de una Conferencia anual sobre seguridad euroasiática. Este otoño ha de celebrarse la tercera convocatoria en dicho formato. Se tiene previsto celebrarlo anualmente. Rusia, junto con Bielorrusia, propone, en contexto de estos debates a proceder a redactar la Carta europea de multipolaridad y diversidad en el siglo XXI, invitando, y me gustaría subrayarlo especialmente, a todos los países situados en el continente euroasiático, incluida la parte occidental del continente. Eso, cuando nuestros interlocutores de dicho espacio, es decir, parte occidental del continente, estén preparados para dejar de comportarse con altanería que es como suelen hablar últimamente, de mostrarse insolentes que es la actitud que se permiten con respecto a Rusia y otros países. Cuando estén listos a mantener una conversación en base a los principios que firmaron, integrándose en la Organización de las Naciones Unidas.

El principio fundamental es la igualdad soberana de los Estados. El resto de los principios de la Carta son completamente apropiados y actuales. El problema está en que Occidente, bien no los observa en absoluto que es lo que ocurre con el principio de la igualdad soberana de los Estados, bien lo hace según le dé. Es sacado el principio conveniente y se pasan por alto los demás. En cuanto a Kosovo, como bien se sabe, dijeron que era autodeterminación del pueblo kosovar. Y en cuanto a Crimea, violación de la integridad territorial. ¿Y por qué no es autodeterminación? En Crimea se celebró un referéndum y en Kosovo, no lo hubo. Ahora, en relación con Ucrania, todos nuestros interlocutores occidentales y algunos no occidentales, junto con el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, con el que hablé en más de una ocasión, siguen insistiendo al unísono en que están a favor del arreglo de la crisis ucraniana en base a la Carta de las Naciones Unidas y el principio de la integridad territorial de Ucrania.

Pero Usted es el Secretario General, es decir, debería haber leído la Carta en su totalidad. ¿Dónde está entonces el principio de autodeterminación que resultó ser válido para Kosovo y que fue reconocido como absolutamente contemporáneo y aplicable por la Corte Internacional de Justicia, que dijo que la separación de una parte del Estado para formar una entidad independiente no requiere necesariamente el consentimiento de las autoridades centrales? Está escrito. El Secretario General no puede olvidarse del principio de la autodeterminación, especialmente, dado que representa un país que era una metrópoli. El proceso de descolonización, de la liberación del yugo metropolitano, se basó en el principio del Derecho Internacional de libre determinación de los pueblos.

Ya en el año 1970, declaró la Asamblea General de la ONU que sí, todos deben respetar la integridad territorial de los Estados, pero de aquellos Estados cuyos gobiernos respetan el principio de libre determinación de los pueblos y, por lo tanto, representan toda la población que vive en el territorio respectivo. ¿Acaso representaban las metrópolis a mediados del siglo pasado a los pueblos del continente africano? Por supuesto que no. Entonces, decidieron los pueblos que, dado que todo coincide, existe el derecho de las naciones a la autodeterminación y existe al final la justicia, las autoridades, con las que no estaban satisfechos los pueblos coloniales, dejaron de serlo.

¿Quién puede decir que las autoridades, que llegaron al poder en Ucrania en 2014 como resultado de un golpe de Estado, representaban al pueblo de Crimea, de Donbás o ahora representan a las personas que llevan profesando la cultura rusa durante siglos, cuyos antepasados construyeron estas ciudades, plantas, fábricas, puertos, y que ahora han sido declarados el pueblo «no indígena» de Ucrania, a quienes se les ha prohibido utilizar el idioma ruso en todos los países? ¿Dónde está al menos una sola voz del campamento occidental? Es que cada vez que Occidente considera cualquier situación, interviniendo en la ONU o durante otros eventos, ya sea relacionada con Rusia, China, India, Venezuela, Irán o cualquier otro país, los Derechos Humanos siempre son parte de las lecciones que no para de dar Occidente.

Por curiosidad, ingrese a Internet y navegue por todas las páginas que pueda encontrar desde 2014. A ver si puede encontrar al menos una declaración de al menos un líder occidental, criticando la situación con los Derechos Humanos en Ucrania. Probablemente, nuestros amigos de Hungría, que defienden constantemente los derechos de la minoría húngara nacional, hacen tales declaraciones, pero los que se creen líderes del «mundo libre», Francia, el Reino Unido, Alemania, sin mencionar a Polonia o los Estados bálticos, no las hacen nunca. O tomemos, por ejemplo, la burocracia europea, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y otros como ella. Cuando instamos a que se implementen los principios de la Carta de la ONU, incluso los que exigen el respeto de los Derechos Humanos, independientemente de la raza, el sexo, el idioma y la religión (por cierto, el idioma y la religión es lo que está prohibido categóricamente a nivel legislativo en Ucrania), cuando los pedimos a que influyan en sus «clientes», al menos por la mañana cuando se despiertan en condiciones de escuchar al menos algo, que les exijan revocar estas leyes, dicen la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la Alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, y las demás figuras que Ucrania está protegiendo los valores europeos. Y ya está. Significa que Europa está a favor del nazismo porque prospera en Ucrania, se ha legitimado en las fiestas, dedicadas a los colaboracionistas que lucharon del lado de la Alemania nazi.

¿Por qué hablo con tanto detalle? Muchos han estado agitados en Europa, especialmente por la reunión en Estambul. Termino con lo que empezamos. Primero hizo Vladímir Zelenski algunas declaraciones, diciendo que «exige que el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, llegue personalmente». Es un hombre patético. Lo entienden todos, excepto él mismo y los que lo están titiriteando. Los «compañeros mayores» le han explicado que no debe comportarse de una manera tan estúpida, se necesitan las negociaciones.

En los últimos tres o cuatro días, ha apartado Occidente la palabra «tregua». Lo hemos explicado en detalle. Hace tres días, cuando entrevistaron al Presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que se necesitan las negociaciones, las reuniones, pero hay que hacer todo lo posible para que lo principal sea la tregua y que Ucrania llegue a las negociaciones desde una posición de fuerza. Es una respuesta elemental. Es una confesión sincera de por qué se necesita la tregua. Para nutrir a Ucrania, para que se prepare a las negociaciones desde una posición de fuerza.

Le explicaron al Presidente de Francia, Emmanuel Macron, que no se trata de esto ahora. Los estadounidenses apoyaron la propuesta de nuestro Presidente de que hay que dar una oportunidad a las negociaciones. Nadie garantiza que todo sea como una seda y sin problemas. Por el contrario, seguramente habrá problemas, como pasó hace tres años en Estambul, cuando los principios ya rubricados estaban dispuestos para ser consignados en el acuerdo, pero los británicos prohibieron que el régimen de Kiev continuara este proceso que podría terminar con un arreglo. Ahora, está llevando el Reino Unido como un lazarillo a Vladímir Zelenski a través de la jungla de la política mundial. Ya han asignado a un tal asesor del Primer Ministro del Reino Unido para la seguridad nacional para que esté con Vladímir Zelenski y vigile que este último no se vaya de la lengua y no acabe con su reputación de una vez por todas y, al mismo tiempo, con la reputación de los que lo están entrenando.

Dicen que hay que hacer algo rápidamente porque EEUU quiere alcanzar un resultado. Tienen mucho más que hacer, aparte de Ucrania. El resultado más fácil es hacer una declaración, no porque se esté librando una guerra, no porque Ucrania esté bajo la presión ya sea de Occidente, China, Brasil, África u otro país o un grupo de países, sino porque existe la Carta de la ONU donde se habla sobre los Derechos Humanos, incluido el idioma y la religión, porque existe una serie de convenios sobre los derechos de las minorías nacionales en los que Ucrania es parte. Son convenios tanto bajo los auspicios de la ONU, como del Consejo de Europa. Entre otras cosas, también está la Constitución de Ucrania, que consagra la obligación del Estado de respetar los derechos de la minoría rusa (resaltado por separado) y de las demás minorías nacionales en el ámbito de la educación, los medios de la comunicación, en todas las esferas.

¿Por qué ahora los supervisores occidentales del régimen de Kiev no le han recomendado, o incluso insistido en que anuncien la cancelación de todas las leyes que violan la Carta de la ONU, los convenios internacionales y la propia Constitución de Ucrania? Este sería el resultado. Esto no debería costar nada a los estadounidenses ni a los europeos. Washington siempre promueve el lema de «Derechos Humanos». Pero en este caso tenemos que volver el régimen a la normalidad. No es ninguna concesión. Es el cumplimiento de lo que firmaste y en aquel entonces te creyeron.

Hablé más de lo que planeaba. Pasemos al modo interactivo.

Pregunta: Hoy hemos hablado mucho sobre la influencia del «poder blando» a través del prisma del turismo. La pregunta será la siguiente. El turismo patriótico no es una historia del pasado, sino una actualidad. Me gustaría preguntarle a Usted, si tal vez tenga el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia proyectos para atraer nuevos visitantes a nuestros principales museos. Porque, como sabemos, afirman nuestros socios occidentales que ellos prevalecieron en la Segunda Guerra Mundial. Pero fuimos nosotros. Nosotros fuimos los primeros en el espacio ultraterrestre. He visitado el Museo del Átomo y es un museo estupendo e innovador. Nos gustaría que nuestros socios extranjeros comprendan y se den cuenta de que Rusia es el «motor» técnico y cultural para todo el mundo. A través del prisma de nuestros museos modernos como el Museo del Átomo y el Centro de Cosmonáutica y Aviación, nos gustaría que el mundo entero supiera que nosotros somos el motor que impulsa a nuestro mundo hacia un futuro brillante.

Respuesta: Me parece que cualquier embajador está objetivamente interesado en que los ciudadanos de su país, especialmente los líderes de su país, conozcan mejor la historia del Estado en el que están acreditados.

Aquí están presentes muchos representantes del cuerpo diplomático. Según entiendo, son muy conscientes de lo importante que es este trabajo, además del hecho de que una persona normal está interesada en conocer la historia. Pero también es importante para aplicar estos conocimientos más tarde.

La historia se repite y no necesariamente en forma de una farsa. A veces se repite en forma de una lección, de la que se puede extraer ideas en este momento. Me cuesta inventar algo en seguida. Si tiene ideas sobre cómo organizar eventos especiales para embajadores, tenemos una práctica: no proponemos visitar los museos de forma colectiva, pero sí, viajar por el país. Regularmente, varias veces al año, anunciamos una ruta. Los embajadores interesados forman un grupo. Allí se reúnen con los dirigentes de las regiones, visitan las empresas que forman la base de la economía de una u otra entidad de la Federación de Rusia y, por supuesto, exploran las bellezas y los lugares de interés.

Espero que el turismo patriótico no sean solo los monumentos, relacionados con la Victoria en la Gran Guerra Patria, sino también la historia del pueblo, que se encarna de varias formas: en la arquitectura, en la pintura, en la naturaleza.

Hace un año, celebramos junto con el Gobernador de la provincia de Nizhni Nóvgorod, Gleb Nikitin, el Consejo de los Ministros de Asuntos Exteriores de los BRICS. Nunca se olvidarán de lo que vieron en Nizhni Nóvgorod.

No estuve allí durante mucho, así que me inspiré en cómo se está transformando la ciudad y de qué manera cuidadosa. Se vuelve moderna, pero no pierde su antigüedad y el espíritu, que impregna la naturaleza, los templos y muchos otros objetos en esta parte de Rusia. Por lo tanto, estamos totalmente a favor. Si tienen pistas sobre cómo podemos estimular más el cuerpo diplomático en función de su experiencia, díganos, por favor.

Antes del comienzo de la conferencia, me dijeron que se repondrá la colección de la tesorería de Nizhni Nóvgorod. Una parte de ella presenta aquí amablemente el señor Dudakov. Por supuesto, también será un «imán».

Pregunta: Al comienzo de su presentación, mencionó Usted la inteligencia artificial. Hay muchas preguntas. Me gustaría proponer que habláramos sobre ello, tal vez en marco del Club, porque siento que no es solo la cuestión de ignorancia de la inteligencia artificial, sino del choque de la visión de mi generación con la de la más joven.

Sería interesante que expertos pudieran hablar de esto, ya que comparto su visión sobre la diplomacia y la inteligencia artificial.

Respuesta: También me encuentro pensando en que el tiempo pasa y los jóvenes modernos (y no solo los jóvenes), los niños lo perciben todo de una manera diferente. Para ellos, muchas cosas que nos parecían fantásticas a su edad, son como papilla de sémola por la mañana, es imposible prescindir de ellas.

Hablemos sobre el tema de cómo las generaciones crean nuevos estilos de vida. Quien sabe qué pase con los chicos modernos que utilizan los teléfonos inteligentes como iPhone y Huawei en la guardería como en casa. Nosotros decimos (por ejemplo, cuando las personas mayores se encuentran y hablan sobre los jóvenes), que ahora no es como antes, la hierba era más verde y el agua estaba más húmeda. Pero dentro de unos 50 años, los niños modernos se reunirán y dirán que, sí, en nuestro tiempo la inteligencia era artificial, pero ahora no hay nada en absoluto.

Es un tema importante. Puedo decirles que en nuestro Ministerio tenemos el Departamento de la Seguridad Internacional de Información que se ocupa de la ciberseguridad, pero esta noción es más restringida que la de la inteligencia artificial. Queremos reformar este departamento. Hemos programado una reunión especial del Colegio del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dentro de un mes y medio. Ahora mis empleados la están preparando.

Hay que tener esto en cuenta. Porque afecta temas tan cruciales como la seguridad y el desarrollo del Estado. No es de extrañar que el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, dijo hace un par de años en un foro económico que el que esté a la vanguardia en la promoción de la inteligencia artificial a las esferas prácticas, será el líder.

Creo que habrá varios países así. Pero también hay que usarlo en diplomacia. Porque antes, cuando comencé mi carrera, tenía que «correr» por los pasillos. Una mecanógrafa te escribía algo, y Dios no permita que cometiera error en algún lugar. Había que taparlo y volver a escribir. Por supuesto, trabajar con una mecanógrafa viva es mejor que con cualquier inteligencia artificial, esto también hay que admitirlo. Pero el proceso fue largo y prolongado. Ahora todo es instantáneo. Debemos apreciar la velocidad en la búsqueda de lo que necesitamos y mejorar este proceso en todos los sentidos.

Pues, recibimos lo que necesitamos, me refiero a los hechos de la historia pasada o algo más actual, por ejemplo, cómo se desarrolló la crisis ucraniana. Es lo que ahora tenemos que recordar frecuentemente a los franceses, los alemanes, los británicos que mienten descaradamente.

No hace tanto (hace un mes), dijo el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, en su intervención que el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, se negó a cumplir los Acuerdos de Minsk. Están tergiversando incluso lo que pasó hace un par de años, cuando admitió su predecesor que no iba a cumplir nada. Pero lo importante es que podemos recibir estos hechos, actualizar nuestros conocimientos con solo pulsar un botón, sin tener que buscarlos en los archivos, hojeando miles de páginas. Luego, cuando ya hemos recibido estos hechos o los hemos actualizado, tenemos que poner a trabajar la cabeza.

Pregunta: Sé cuál es la contribución de Rusia al deporte, la cultura y la ciencia. Lo que no entiendo es la naturaleza de la rusofobia y del odio de Occidente hacia Rusia. Observamos que la rusofobia o el odio son ya un síntoma. En su opinión, ¿qué explica ese comportamiento o enfoque?

Es evidente que nos perciben -a los africanos- como una raza inferior. Y ustedes son de piel blanca, se parecen a ellos. Son inteligentes, hacen avanzar la ciencia y el deporte. ¿Por qué tanta animosidad hacia ustedes? Me gustaría entenderlo.

Respuesta: Existen numerosas teorías al respecto.

He mencionado algunos ejemplos históricos. El gran emperador de Francia, Napoleón, reunió prácticamente a toda Europa en su ejército para atacar al Imperio ruso. Todos sabemos cómo acabó aquello.

Tras la Primera Guerra Mundial, se dice que Alemania se sintió agraviada y humillada, y se sembraron las semillas para que buscara venganza. Sea como fuere, lo importante es el resultado. Una vez más, fue un reflejo de la campaña de Napoleón. Casi toda Europa se unió bajo las banderas del Tercer Reich y atacó la URSS. Y no fueron solo los alemanes. Los españoles, los franceses, todos estuvieron implicados en el sitio de Leningrado. Casi todos los grandes países europeos, que habían capitulado ante Adolf Hitler y no habían sabido defender su propia patria, tomaban café en los Campos Elíseos.

Francia tuvo figuras ilustres: hace poco conmemoramos a Charles de Gaulle y a los que lideraron la Resistencia. En noviembre de 2024, celebramos un nuevo aniversario del distinguido Escuadrón de Caza Normandie-Niemen. Tenemos que apreciar sus hazañas. Fueron individuos que, desafiando a las autoridades de sus propios países, se unieron a la Resistencia. Fueron ellos quienes defendieron el orgullo nacional de la propia Francia.

Hoy observamos casi las mismas circunstancias. La Administración Biden también ha unido a toda Europa -añadiendo a esta coalición a sus satélites asiáticos, Japón y Corea del Sur, a los que considera cumplidores ejecutores de su voluntad- y ha dirigido a todos estos Estados contra Rusia. Principalmente, por supuesto, mediante la financiación del régimen de Kiev, suministrándole el armamento más avanzado, incluso para ataques en territorio ruso. También todo esto se desarrolla bajo consignas nazis. Las unidades de combate más “avezadas”, como ellos las denominan, de las FF.AA. ucranianas son batallones nazis “Azov” y “Aidar” (reconocidos como terroristas y prohibidos en la Federación de Rusia). Ahora asoman la cabeza y Vladímir Zelenski les teme. Exhiben abiertamente insignias, banderas y tatuajes nazis. En Ucrania continúan las procesiones de antorchas en honor de los cumpleaños de Stepán Bandera, Román Shujévich y otros traidores que ejecutaron a rusos, polacos e incluso a los propios ucranianos. Cuando hablamos de desnazificación, también nos referimos a estos hechos.

Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué Occidente es tan inflexible en su empeño de infligirnos una derrota estratégica en el campo de batalla? Tal vez les moleste que Rusia sea independiente.

Hoy en día, Europa y EEUU divergen en sus perspectivas. La Administración Trump, por supuesto, también aspira a que EEUU sea grande y únicamente el número uno. Cualquier Administración estadounidense promovería esa postura. Al menos, la actual ha vuelto a la normalidad, donde, cualesquiera que sean las contradicciones, los políticos y más aún los diplomáticos deben dialogar. Incluso durante la Guerra Fría, cuando existían diferencias absolutamente irreconciliables, siempre se mantenía el diálogo. Pero el anterior Presidente estadounidense Biden lo cortó. Y obedientemente, toda Europa siguió su ejemplo. Las relaciones se rompieron no diplomáticamente, sino en la práctica.

Me quedé atónito cuando, hace un año, bajo la Administración Biden, se deliberaba sobre nuevas ideas. Hubo varios actos en la UE: cumbres y reuniones de ministros de Asuntos Exteriores. Adoptaron algunos textos relativos a Ucrania.

Antes, convocábamos cumbres Rusia-UE dos veces al año. También solíamos celebrar reuniones periódicas con embajadores europeos cada seis meses (al igual que nos reunimos con embajadores de la Unión Africana, y pronto celebraremos actos con América Latina, Asia y la CEI, nuestros vecinos inmediatos). Invitamos a todos los embajadores de la UE y a un representante del Consejo Europeo a una reunión especial con el Ministro de Asuntos Exteriores para hablar de Ucrania y abordar cualquier cuestión. Se negaron colectivamente. Digo esto no porque me sienta orgulloso, resentido o vulnerable. Cuando trabajas en cualquier país y el ministro de Asuntos Exteriores te invita a un diálogo abierto, [y te niegas], ya no eres un embajador, eres… Tengo algunas palabras apropiadas, pero… Esto es una vergüenza para cualquier diplomático. De ahí que actualmente nos abstengamos de entablar relaciones con ellos. Ellos también evitan hablar con nosotros, salvo cuando se ven obligados por asuntos urgentes.

Volviendo a su pregunta, es probable que los historiadores debatan sobre ella durante años. En la historia rusa ha habido numerosas guerras, la inmensa mayoría de las cuales no las iniciamos nosotros. Sin embargo, en todos los conflictos que nos trajeron del Este -el más famoso el yugo tártaro-mongol- conseguimos negociar humanamente. Y al final, se alcanzaron acuerdos. Casi lo mismo ocurrió con las guerras ruso-turcas.

Ahora, reflexionando un poco más, quiero decir que se derramó mucha sangre en el flanco oriental también, pero al final logramos un equilibrio mutuamente respetuoso, mientras que los muchachos de la izquierda siguen inquietos. Recientemente, reafirmaron que, al percibir la creciente desunión entre EEUU y Europa -no solo por Ucrania, sino también por el deseo de la Administración Trump de eliminar los obstáculos a una cooperación económica mutuamente beneficiosa con Rusia-, persisten en sus planes. No nos oponemos a la cooperación, siempre que dicha cooperación sea recíproca y equitativa.

El Presidente ruso Vladímir Putin expuso el otro día a los miembros de la Organización Pública Nacional Delovaya Rossiya (Rusia Empresarial) las condiciones en las que las empresas que abandonaron el mercado ruso pueden regresar. Por supuesto, no actuaremos en detrimento de las empresas rusas. No obstante, seguimos abiertos a ello. El Presidente estadounidense Donald Trump está igualmente dispuesto a desarrollar lazos normales y mutuamente ventajosos en economía, finanzas y logística con cualquier nación.

Sus actuales visitas a Arabia Saudí, Qatar y los EAU parecen fructíferas. Además, la propia Administración Trump reconoce otras prioridades: el programa nuclear iraní, las relaciones árabe-israelíes y la RPC, designada en los documentos doctrinales estadounidenses como el principal desafío al objetivo de Washington de una primacía perpetua en economía, finanzas y asuntos militares. En consecuencia, los asuntos europeos están siendo relegados. Funcionarios de la Administración Trump incluso han declarado públicamente que si Europa rechaza sus propuestas, que así sea: que Europa se ocupe de sus propios asuntos mientras ellos se centran en asuntos más importantes.

Hay sobradas pruebas de que Berlín, París, Bruselas y, en particular, Londres se oponen a cualquier tipo de paz en Ucrania. Razonan que si EEUU se retira del apoyo activo (lo que también afectaría a la OTAN), Europa debe valerse por sí misma. El Presidente francés Emmanuel Macron ya ha urdido nociones de un ejército europeo y está dispuesto a enviar sus cabezas nucleares a la causa común. Por lo que sabemos, sus debates internos siguen girando en torno a una directiva: la movilización de Europa contra Rusia no debe cesar. En este sentido, Ucrania sigue siendo un instrumento inestimable. Está repleta de mercenarios: militares de la OTAN disfrazados de contratistas. Ahora, pretenden desplegar allí algunas fuerzas de estabilización.

Hemos insistido en varias ocasiones en que esto es totalmente inaceptable para Rusia, y sin embargo persisten. Hay una expresión rusa: están “buscando problemas”.

Anteayer, el Presidente francés Macron declaró en una entrevista a TF1 que hay que evitar la confrontación directa con Rusia para prevenir una tercera guerra mundial -que dicen no desear-. Por ello, no se posicionan en primera línea, sino más atrás, en territorio ucraniano. Según él, esto disuadirá a Rusia, que supuestamente busca derrotar a Ucrania y luego invadir Europa. Estas son las palabras de un Presidente, no de un Estado en ciernes, sino de una nación con siglos de historia, cultura y tradición. Una tragedia.

También tenemos una expresión para esto: ninguna mente racional puede comprenderlo.

Pregunta: Mantenemos una estrecha cooperación con las autoridades legislativas y ejecutivas. Recientemente he observado una iniciativa relativa a las peticiones de varias naciones amigas, en particular de África, en materia de turismo. Ha mencionado la organización de visitas de diplomáticos a diversas regiones. Esto podría ampliarse hasta convertirse en una iniciativa más sustantiva. Quizá, como opción, podríamos establecer un compromiso más sistemático -una “polinización cruzada” más completa- reactivando el Consejo de Coordinación Turística del Gobierno, que podría incluir a diplomáticos... ¿No sería factible?

Respuesta: Debería plantearse una carrera diplomática. Empezó con lo que parecía una pregunta sencilla sobre los viajes de los diplomáticos por todo el país, pero ahora está ejerciendo presión en favor de sus intereses dentro del Gobierno.

Pregunta: En primer lugar, existe una auténtica demanda de Estados extranjeros para observar cómo funciona el turismo en Rusia y establecer una cooperación B2B. Lo sé porque impartí conferencias en la Universidad Estatal Rusa de Turismo y Servicios en 2024 específicamente para representantes de los BRICS. Conozco este asunto desde dentro. Hoy, mis colegas han mencionado esta demanda existente. Ya se está trabajando en este sentido. Tal vez podríamos convertirlo en un programa más estructurado y medido, integrando los esfuerzos existentes...

Respuesta: El turismo es competencia del Ministerio de Desarrollo Económico. Nuestro papel no se extiende a estos asuntos; más bien, facilitamos las condiciones óptimas en la medida de lo posible para que los diplomáticos (embajadores y su personal) operen dentro de la Federación de Rusia. Queremos que conozcan mejor nuestro país. Ese es nuestro cometido.

Pregunta: Lo comprendo. Cuando visiten las regiones, sería beneficioso que pudieran comprometerse más allá de...

Respuesta: ¿Que aboguen por la creación de un ministerio de turismo?

Pregunta: No exactamente. Más bien, que comprenden mejor las potencialidades. Para los diplomáticos, esto podría servir de puerta de entrada para sus intereses comerciales.

Respuesta: “Los intereses comerciales de los diplomáticos” no es la formulación más adecuada.

Pregunta: No, me refiero a los intereses comerciales de sus países.

Respuesta: Los gobernantes considerarían un placer y un honor organizar itinerarios. Les interesa mostrar las potencialidades de su región. Desde este punto de vista, no hay escasez de recursos.

Pregunta: Este año no solo se conmemora el 80 aniversario de la Gran Victoria, sino también el 80 aniversario de la ONU. Es una fecha memorable para la Organización. Sabemos que Usted trabajó durante mucho tiempo en la Misión Permanente de Rusia ante la ONU. ¿Qué tres deseos tiene para el aniversario de la ONU?

Respuesta: Me gustaría desearle que sobreviva, recordando el reciente escándalo tras la publicación de las últimas estadísticas de la Secretaría de la ONU. Se refieren a las contribuciones de los Estados miembros. El presupuesto anual de la ONU es de 3.720 millones de dólares. El déficit actual supera la mitad de esa suma. Se ha preguntado al Secretario General de la ONU, António Guterres, o a su representante oficial, si la ONU podría disolverse. Ha respondido con seguridad que eso no ocurriría, van a apretarse el cinturón y quizá recortar el personal. Y esta es una opción bastante evidente, como en el caso de todas las grandes burocracias.

Recuerdo la reunión del Secretario General de la ONU, Butros Butros-Ghali, con un jefe de Estado, cuyo coche entraba en el territorio con los edificios de la Asamblea General de la ONU y otros organismos intergubernamentales. Junto a ellos se encuentra el edificio de 38 plantas de la Secretaría de la ONU. Ese jefe de Estado, que estaba allí por primera vez, preguntó cuántas personas trabajaban en ese edificio. La respuesta fue “más o menos la mitad”. Es una broma basada en hechos reales.

Como en cualquier burocracia, hay cosas que reducir y personal que recortar. Se puede ahorrar dinero de forma más eficaz, sobre todo ahora. Acabamos de mencionar la inteligencia artificial que puede ahorrar mucho tiempo.

Sería un error recortar las capacidades de la ONU. El mayor deudor es EEUU, con unos 3.000 millones de dólares de cuotas impagadas, incluidas las correspondientes a las operaciones de mantenimiento de la paz, que tienen un presupuesto aparte. Rusia es el tercer mayor deudor en términos de cuotas al presupuesto ordinario y a las operaciones de mantenimiento de la paz. Esto no se debe a que seamos indisciplinados, sino a que las sanciones impuestas por el grupo del Presidente Biden prohíben a Rusia transferir sus contribuciones a la ONU. Llevo más de dos años hablando de esto con el Secretario General Guterres, pero él solo hace gestos de impotencia. Es triste que el Secretario General de la ONU no pueda convencer a un Estado miembro, y mucho menos al país anfitrión, que tiene el deber de garantizar el funcionamiento normal de la ONU, de que deje de bloquear la transferencia de las contribuciones legítimas de un país soberano.

Hemos tenido varios problemas con mi amigo António Guterres. Por ejemplo, en 2016 el Presidente estadounidense Barack Obama ordenó el embargo de propiedades diplomáticas rusas. Recurrimos al Comité de Relaciones con el País Anfitrión de la Asamblea General de la ONU y aportamos los hechos pertinentes. Una de nuestras quejas fue que EEUU, como país anfitrión, debe garantizar el funcionamiento de todas las delegaciones. En lugar de ello, restringió los viajes de nuestros diplomáticos fuera de Nueva York y más tarde incluso dentro de Nueva York, amenazándonos con sanciones por violar estas restricciones. Planteamos el asunto al Comité de Relaciones con el País Anfitrión, que recomendó al Secretario General de la ONU que tomara las medidas necesarias para resolver el problema, incluso mediante un procedimiento arbitral. Sin embargo, lleva ocho años negándose a trasladar el asunto al tribunal de arbitraje a pesar de las instrucciones directas del Comité.

Tenía muchas preguntas a la ONU. La más sencilla de ellas se refería a la masacre de Bucha, cerca de Kiev, que Occidente utilizó como motivo para desbaratar los acuerdos que Rusia y Ucrania alcanzaron en abril de 2022 y adoptar un nuevo paquete de sanciones contra nosotros. Nadie sabe a día de hoy cómo terminó esa investigación. He hablado públicamente de ello en numerosas ocasiones, y solicitamos específicamente información al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que tiene una comisión especial sobre Ucrania. Silencio sepulcral. Sabemos que disponen de cierta información, pero se les ha prohibido revelarla. Esto significa que reciben instrucciones de gobiernos individuales y no de órganos colectivos de la ONU.

Como último recurso, varias veces pedí públicamente al Secretario General de la ONU, que asistió a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU junto con otras delegaciones, si podía ayudarnos a recibir la lista de los nombres de las personas cuyos cadáveres fueron mostrados por los periodistas de la BBC, que “casualmente” se encontraban en ese suburbio de Kiev en ese momento, las personas de las que nadie sabe nada.

Además, durante mis dos últimas visitas a Nueva York celebré ruedas de prensa, a las que asistieron todos los medios mundiales. Les pedí ayuda. Colegas, les dije, a los periodistas les gusta investigar y llegar al fondo de las cosas, mientras que en este caso todo está a la vista. ¿Podemos obtener con su ayuda los nombres de las personas cuyos cadáveres yacían allí, pulcramente dispuestos a lo largo de la carretera? Ninguno de ellos reaccionó. ¿Esto nos hace pensar? Sí, desde luego.

Ahora han vuelto a plantear la cuestión del Boeing malasio. Un día antes de que el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, viniera de visita a Rusia, la OACI publicó un documento sobre los resultados de la investigación del accidente del Boeing de Malaysia Airlines en julio de 2014. Resultó que el Consejo de la OACI, al menos, la mayoría de sus miembros, no han visto el texto del fallo. Esto significa que sus dirigentes hicieron el documento público antes de que el Consejo de la OACI lo hubiera visto. No tiene en cuenta ninguno de los hechos que hemos señalado en numerosas ocasiones, incluido el hecho de que Ucrania, que estaba obligada a cerrar el espacio aéreo sobre la zona de combate, pero no lo hizo, se negó a atender nuestras numerosas peticiones de compartir datos de radar. Este tema se ha omitido por completo, a pesar de que hemos facilitado los datos de que disponíamos, incluidos los datos iniciales de radar. EEUU también se negó a compartir las imágenes de satélite pertinentes, aunque nos culpó del accidente y envió la información pertinente al equipo de investigación, diciendo que la supuesta culpabilidad de Rusia quedaba demostrada por los datos que los estadounidenses adquirieron de las imágenes de satélite. El informe final del equipo de investigación cita a EEUU diciendo que tiene los datos que prueban la culpabilidad de Rusia. No ha proporcionado esa información, pero su palabra se da por buena. Se ha interrogado a más de una docena de testigos, pero solo uno de ellos fue interrogado en persona. Nadie ha visto a ninguno de los otros testigos, pero sus testimonios anónimos se han incluido en el informe. Como dijo Arnold Schwarzenegger en su papel favorito: “Confía en mí”. No tengo nada más que decir. Hay muchas otras discrepancias que nadie se ha preocupado de explicar.

Puede decirse que la Secretaría de la ONU se ha privatizado, por no hablar de los puestos de más de cien vicesecretarios generales. La mayoría de ellos se ocupan de asuntos sectoriales de importancia secundaria, que no ofrecen la posibilidad de gestión directa de las estructuras de la Secretaría. El puesto con control directo es el de Secretario General de la ONU, que actualmente ocupa un ciudadano de Portugal, país miembro de la OTAN.

Hay una Vicesecretaria General que representa a África. Tiene ciertos poderes, pero no el control directo de la Organización. Así pues, los países occidentales ocupan todos los puestos importantes, incluidos los de Secretario General (un país de la OTAN), Secretario General Adjunto de Asuntos Políticos (EEUU), Secretario General Adjunto de Operaciones de Paz (Francia), Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios, que ofrece acceso a fondos y envío de equipos de rescate y ayuda humanitaria (Reino Unido), y Secretario General Adjunto de Seguridad en la ONU (Canadá). Rusia tiene el cargo de Secretario General Adjunto para la Lucha Antiterrorista, pero se trata de un formato específico. China tiene el puesto de Secretario General Adjunto de Asuntos Económicos y Sociales, pero estas funciones, aunque importantes, se limitan a los aspectos no políticos de la gestión en los organismos de la ONU. Hace varios años, propusimos una revisión de los criterios para formar la Secretaría de la ONU, de modo que la asignación de puestos no dependiera de la capacidad económica de un país (Occidente mantendría su prioridad si la elección se basara en el tamaño del PIB), sino del principio de igualdad soberana de los Estados establecido en la Carta de la ONU. Podría inspirarse en el principio de contratación de mano de obra, cuando no importa si eres hombre, mujer o transexual (al contrario que en Europa, donde una determinada parte de la mano de obra debe pertenecer a un determinado grupo de población). Lo que debe importar son las aptitudes profesionales y el deseo de trabajar en un puesto determinado.

Pregunta: En estos momentos, la delegación rusa está de camino a las negociaciones en Estambul. Tal vez ya hayan llegado al lugar. ¿Cuáles son los principales puntos que aportamos a las conversaciones? Ucrania ha montado un verdadero espectáculo en torno a ellas en los últimos días. ¿Cree que es posible que acaben descarrilando? Si ocurren, ¿qué resultado consideraría Moscú satisfactorio?

Respuesta: Ya lo mencioné al principio de esta reunión. El Presidente Vladímir Putin lo ha dicho en múltiples ocasiones. No quisiera repetirlo todo. Expuso ampliamente nuestra postura cuando habló en el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en junio de 2024. No se trata de acordar una tregua para dar a la otra parte tiempo suficiente para rearmar a Ucrania e incitarla a continuar la guerra, sino de garantizar un acuerdo duradero y sostenible que refleje equitativamente los intereses de seguridad de todas las partes implicadas. Para lograrlo, hay que abordar las causas profundas de este conflicto. Llevamos años advirtiéndoles de que no creen estas causas profundas, refiriéndonos a lo que hacía el grupo de golpistas que finalmente se hizo con el poder en Kiev en 2014. En primer lugar, crearon amenazas a la seguridad rusa al arrastrar infraestructuras de la OTAN al territorio ucraniano (algo que la OTAN estaba impulsando). Y lo otro que hicieron los usurpadores fue exterminar la lengua y la cultura rusas, y todo lo que conectara Ucrania y Rusia, de una forma u otra.

La exigencia de desnazificación tiene que ver con esa segunda parte. Lo que está haciendo el régimen de Zelenski con respecto a todo lo ruso equivale a nazismo. El otro requisito es la desmilitarización, porque, como he comentado, las causas profundas incluyen los planes de la OTAN de ocupar el territorio ucraniano, de construir bases militares en el país y bases navales en Crimea, que estaban planeadas incluso antes del golpe. Los usurpadores tenían la intención de implementar estos planes en el Mar de Azov. Esto es lo que estaban haciendo. La cuestión de las futuras capacidades militares de Ucrania está lejos de ser retórica. Cualquier presencia militar extranjera está descartada.

Prefiero no comentar las perspectivas porque la diplomacia no consiste en adivinar, sino en hacer. Este trabajo debe hacerse con profesionalidad. Esto significa no gritar en un micrófono como Vladímir Zelenski, exigiendo que el Presidente ruso Vladímir Putin “venga a verle en persona”, sino hacer cosas reales. 

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