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Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 11 de octubre de 2022

2102-11-10-2022

Crisis en Ucrania

 Se sabe que el pasado 8 de octubre, por la mañana, en el puente de Crimea había una explosión que dañó gravemente su infraestructura. Los primeros resultados de la investigación de este crimen, que lleva a cabo el Comité de Investigación de Rusia, muestran que el suceso fue un atentado terrorista que habían preparado los servicios de seguridad ucranianos, buscando destruir un gran objeto de la infraestructura civil crítico para Rusia y, especialmente, para Crimea.

Ya durante mucho tiempo, el régimen kievita lleva usando enérgicamente varios métodos terroristas por motivos políticos y para aplastar a sus opositores. Lo hacen no solamente en territorios de otros países. Han empezado a hacerlo consigo mismos, sus ciudadanos, sus (en aquel tiempo) territorios.

Reitero que están en la conciencia del régimen de Kiev miles de vidas humanas y destrucciones de objetos civiles en Donbás. Figuran en esta lista el publicista Olés Buziná asesinado en el patio de su propia casa, los periodistas Pável Sheremet y Daria Dúguina detonados en sus coches, los niños asesinados de la Arboleda de los Ángeles en Donetsk y otras víctimas de los neonazis ucranianos.

No se deben olvidar bombardeos incesantes de las ciudades y pueblos de la RPD, RPL, las provincias de Jersón y Zaporiyia, actos de terrorismo nuclear contra centrales nucleares de Zaporiyia y Kursk. Los representantes del régimen kievita de toda calaña se enorgullecen de eso. Y a lo largo de muchos años, la página web Mirotvórets ha publicado datos sobre los exterminados, tachando en rojo de una manera muy cínica casillas con apellidos. Se emplean a fondo elogiando las explosiones de infraestructura, la destrucción de instalaciones y los asesinatos de personas.

Se podría decir que eso se debe a que no tienen otros motivos de orgullo. Más fácil es destruir que construir. Diría de otra forma. Ese no es el punto. Todo es mucho más serio. Es que es su ideología global: no la construcción, sino la destrucción, no la luz, sino la oscuridad, un engaño sin límites, tergiversación de nociones e hipocresía global, y detrás de todo esto se oculta el odio y la ideología del odio hacia la Humanidad.

Han llegado al poder por medio de golpes de Estado, deshaciéndose cruel y fríamente de los, a quienes llamaban opositores políticos, con quiénes debían que luchar en la Rada Suprema en el curso de los debates, intercambios de tesis, entrevistas, discursos. No. Desde hace mucho tiempo han dejado de ocultar su naturaleza tras algunas leyes que, según creen, se puede reescribir cada hora. Es lo que llevaban haciendo largos años. Se han recurrido a la táctica de aniquilación de todas las cosas que no les dejan alcanzar sus metas.

¿Cuál es su fin? Recibir infinitamente caridades, fondos, recursos y promesas de bienes materiales por parte de sus instructores, implementar lo que les han dicho e improvisar de vez en cuando. Son personas que han llegado al poder después de un golpe de Estado anticonstitucional y sangriento.

Les recordaré cómo ardía Kiev, cómo orgullosos estaban de haber inventado una táctica nueva: quemar neumáticos para que la gente ni coches, y lo más importante, los uniformados ni la policía, no podrían alcanzarlos. Tiraban cócteles Mólotov. Posteriormente, había tiroteos y caída de todo lo relacionado con el Estado, la ley y el sistema de seguridad. Luego llegó una represión aún más salvaje y cínica – poner a todos de rodillas, a punta de pistolas y rifles, hacerlos rendirse ante los que habían demolido todo el sistema de Estado en Ucrania.

Los actos terroristas actuales no es una excepción, sino continuación de la línea que ha dominado en Ucrania a lo largo de décadas, que ha sido sustentada por Occidente con dinero, armas, la posibilidad de entrenar a los extremistas en el territorio de los países de la OTAN (ante todo, Polonia y los países bálticos) y un gran apoyo político y de la información. Es justamente lo que acaba de obtener el régimen kievita hoy de sus patrocinadores occidentales por las ilegalidades cometidas en el espíritu de los peores grupos terroristas. No se debe probar casi nada si vemos la reacción de estas (permítanme decirlo) “personas” que consideran a otros “individuos”.

Hoy me enteré de la opinión del embajador de Ucrania en uno de los países de la OTAN, el Reino Unido. Respondió sin evasivas ni vergüenza a la pregunta de los medios occidentales, diciendo que los dirigentes del régimen de Kiev siempre habían soñado con y buscado destruir esa infraestructura civil. No ocultan nada, pero están efectivamente orgullosos de lo cometido.

Resulta ilustrativa la reacción cínica de los altos cargos militares y políticos de Ucrania al acto terrorista en el puente de Crimea, que también presentan como su posición oficial. Primeramente, Kiev se regodeaba y alababa manifiestamente el “trabajo excelente” del Servicio de Seguridad de Ucrania, alardeando de su capacidad de atacar Rusia con golpes sensibles. Recordamos los tweets, publicaciones en redes sociales, páginas web. Vimos a la gente tomando fotos con carteles mostrando explosiones en el puente de Crimea en el fondo.

Luego, cuando llegó la mañana a Washington y se despertaron sus gestores y benefactores, la táctica se cambió drásticamente – se pusieron a desdecirse cobardemente de la acción cometida y pasar la patata caliente. Ya sea una tontería infantil o efecto de algunos medicamentos que tienen una duración limitada y a veces se agotan. En momentos raros de sobriedad, comienzan a negar todo lo que han dicho en sus estados extraños, como si fueron drogados.

En un plazo de un día, las mismas entidades decían cosas contrarias: en un instante, fueron entusiasmados, como si fuera un motivo de orgullo nacional. Todos colocaron esa acción en su arsenal activo. Todas entidades públicas de Ucrania expresaron su solidaridad y compartieron el éxito. Pasó medio día. Parece que Washington les llamó al orden, haciéndoles recordar que, hasta la fecha, los Estados que se consideraban países manteniendo relaciones jurídicas internacionales, fueron distintos de entidades terroristas cuasipúblicas.

Las entusiastas, valientes y sinceras felicitaciones por el atentado terrorista en el puente de Crimea vinieron de funcionarios de los países de la OTAN. De los mismos países que llevan décadas hablando de derechos humanos, creando instituciones especializadas para proteger todo capricho humano que no esté relacionado con sus necesidades básicas, elevando toda lujuria a la categoría de culto. De repente, habiendo perdido lo último que les indicaba visualmente como personas razonables, empezaron a felicitar al régimen de Kiev por un exitoso atentado terrorista. Han eliminado cualquier duda sobre quién lo ha llevado a cabo. Felicitaron explícitamente al régimen de Kiev por el éxito de su acto de sabotaje. Es el vigésimo segundo año del siglo XXI. Luego estas mismas personas se reúnen en conferencias y hablan de que hay que salvar la ecología, de que las flores y los árboles sufren y de que no hay que hacer experimentos con animales. Ahora entiendo lo que quieren decir. Se considera que está mal hacer experimentos con animales porque creen que está bien hacerlos con personas.

Como ha subrayado el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, la respuesta de nuestro país a todos los actos terroristas y de sabotaje contra las infraestructuras civiles críticas rusas será dura y de una escala adecuada al nivel de las amenazas que se plantean a la Federación de Rusia. ¿Saben qué es lo más cínico? Ahora dicen que sólo actuamos en los intereses de nuestro país.

Durante ocho años pedíamos que protegieran a los ciudadanos de otro país, Ucrania. Pero también discutían con nosotros. Decían que era otro país y que no debíamos atrevernos a pensar en esa gente, que ellos mismos lo solucionarían todo. Ahora, las personas por las que nos preocupamos de verdad e intentamos que su destino fuera atendido también en el extranjero, a través de enormes sufrimientos, con todo su valor cívico y fuerza restante, han pasado a formar parte de nuestro país. Ahora estamos protegiendo a nuestros ciudadanos, a los que han vivido allí durante siglos, así como a los que una vez vivieron allí y ahora han vuelto. No nos digan que sólo se trata de nuestros propios intereses. Protegemos a quienes el régimen de Kiev lleva años intentando destruir. ¿Qué destino les esperaría a los habitantes del Donbás (la RPD y la RPL) y de otras regiones de Ucrania que no fueran a jurar lealtad al régimen de Kiev y hacer saludo nazi? Como dijo Vladímir Zelenski, son “individuos”, y se puede hacer a los tales (no semejantes) lo que los neonazis están haciendo ahora, presumiendo de ello y estando orgullosos. Lo único que tienen en común es el odio y la ideología terrorista.

Otro ejemplo impactante de los crímenes del régimen de Kiev fue la masacre cerca de Kúpiansk, en la provincia de Járkov, tras la retirada de las fuerzas rusas. Se ha publicado en Internet un vídeo del ex cabecilla del batallón nazi “Azov”, Maxim Zhorin, que muestra los inhumanos abusos de los nazis ucranianos contra los civiles. Es un vídeo aterrador. El vídeo horroriza por su crueldad. La arrogancia y permisividad de los nazis asesinos ha llegado tan lejos que no temen mostrar esos vídeos y no ocultan su identidad. Ni siquiera piensan en camuflarlo de alguna manera, como hacen con todo lo demás: el puente de Crimea, los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2. Es un motivo para estar orgullosos.

La historia se repite. No es la primera vez que ocurre. Las cámaras de gas de los años 40 también fueron consideradas en el centro de Europa como un logro, la etapa más alta del desarrollo de la humanidad, que en términos del nazismo se deshacía de aquellos que le impedían desarrollarse y perfeccionarse. Eso fue hace sólo unas décadas. Para evitar que esto se repita, había que trabajar sobre sí mismo, exprimir de sí mismo el esclavo nazi gota a gota. No todos tuvieron éxito. No todos lo hicieron. Muchos por grandes sumas de dinero lo alimentaron. Aquí está el resultado.

Cuando Kiev vio el vídeo, temeroso de la reacción internacional, comenzó a cubrir las huellas. Como siempre, no salió bien. El miembro de Azov borró su comentario debajo del vídeo y lo calificó de “vídeo del teléfono de un ocupante”, culpando de los asesinatos en Kúpiansk a los militares rusos. Sin embargo, los metadatos del vídeo indican que fue grabado el 9 de octubre pasado, cuando Kúpiansk estaba controlada por los neonazis ucranianos. Así que no hay manera de culpar a la parte rusa de la matanza sancionada por el régimen de Kiev de su propia población. ¿No son los campos de filtración una prueba de cómo el régimen de Kiev trata a los que llama “sus ciudadanos liberados de los ocupantes”? El régimen de Kiev es responsable de los asesinatos de los habitantes de la provincia de Járkov, no quedarán impunes.

Sería bueno que la comunidad internacional, por fin, despierte y dé muestras de objetividad al evaluar los últimos pasos y declaraciones de las autoridades ucranianas. Que de hecho dé muestras de que sigue siendo la comunidad internacional, lista y capaz de mostrar empatía, simpatía y compasión. Que no se trata sólo de un grupo de burócratas ideológicamente afinados comprados con dinero occidental. 

Entendemos perfectamente que EE.UU. y otros países occidentales nunca permitirán que esto ocurre. Harán todo lo posible para crear la ilusión de que los delitos enumerados (de hecho, delitos aislados, pero numerosos) no han llamado la atención de las instituciones, estructuras y figuras públicas de derechos humanos. No sólo justifican ciegamente la permisividad y la impunidad de Kiev, sino que se lo exigen a los demás, ejerciendo una presión sin precedentes.

En este contexto, la única opción es continuar la operación militar especial y cumplir los objetivos establecidos. Todas las metas y objetivos, como han dicho los dirigentes rusos en repetidas ocasiones, se cumplirán.

 

Resultados de la 52ª sesión de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos

 

Washington ha hecho un nuevo intento de utilizar la plataforma de colaboración regional para los países del Hemisferio Occidental, la Organización de Estados Americanos (OEA), para promover su agenda antirrusa. Pero su alianza se limita en luchar contra nuestro país. Esto es lo que Washington considera como la única agenda unificadora que les funciona hasta la fecha.

En la 52ª sesión de la Asamblea General de la OEA, celebrada en la capital peruana de Lima del 5 al 7 de octubre, a instancias de los estadounidenses se impulsó una declaración antirrusa (que, por cierto, no tiene la categoría de documento oficial) de "condena de la operación especial rusa en Ucrania".

Al mismo tiempo, a pesar de la presión ejercida sobre los regionalistas y de los esfuerzos de la Casa Blanca, la iniciativa no contó con el apoyo de Estados autorizados e influyentes de la región: Argentina, Brasil, México, así como Bolivia, Honduras, El Salvador, San Vicente y las Granadinas, Dominica. Teniendo en cuenta a Venezuela, Cuba y Nicaragua, que no participaron en la sesión por haber abandonado la OEA o por estar en proceso de hacerlo, casi un tercio de los Estados del Hemisferio Occidental no se unieron a la invectiva antirrusa (que fue iniciada por Washington). Esto reflejó la desgana de los latinoamericanos de someterse incondicionalmente a la voluntad de EE.UU. La aventura estadounidense de organizar una condena solidaria de nuestro país fracasó efectivamente.

En este sentido, no podemos dejar de señalar que la incitación a tales actos la realiza el Estado que tiene una vasta experiencia de injerencia en los asuntos de otros países, incluidos los militares. América Latina lo recuerda todo y sabe de qué estoy hablando. Los resultados de estas acciones los sabemos todos y son muy lamentables: las víctimas humanas y la destrucción. Es la regla, no la excepción. Así es lo que actúa y hace EE.UU. Este es el núcleo de su "lógica".

Recordemos que los países de la región ya se "quemaron" una vez en una sesión de la OEA, girando en la órbita de los intereses estadounidenses, cuando fueron "utilizados" contra el gobierno legítimo de Venezuela (¿recuerdan cómo fue?). Su derecho de afiliación en la OEA en 2019 fue transferido ilegalmente al representante del autodenominado "presidente" Juan Guaidó. EE.UU. desempeñó entonces un papel clave a este respecto. Tras los intentos fallidos de Washington de derrocar a las autoridades oficiales de Caracas, su presencia en la OEA parece absurda cada vez más.

Washington tiene ahora otros intereses. Algo sucedió de sopetón en los mercados energéticos mundiales y EE.UU. enseguida reconoció a las autoridades oficiales de Venezuela. Todos los que se habían visto obligados a ceder ante la presión estadounidense se quedaron con un palmo de narices. Esta regla debe aprenderse una vez y para siempre. Los estadounidenses siempre actúan en su propio interés, obligando a los demás a renunciar a sus necesidades nacionales y autóctonas, a sus tradiciones y, a veces, a su futuro. Cuando la "veleta" de Washington cambia la dirección, resulta que los intereses estadounidenses son la única prioridad existente.

Aunque esta vez la destitución del pseudo representante no se produjo por motivos de procedimiento, lo que no es más que cuestión de tiempo es evidente para todos. La realidad del día habla por sí misma. Parece que esta circunstancia es bien entendida incluso en Washington: no es por casualidad que los estadounidenses decidieron "tapar la cara" de los emisarios de Guaidó en el foro, recomendándoles que no fueran a la Asamblea General. EE.UU. toma el pelo a todos: tanto a los que se vieron obligados a reconocer a Guaidó como a los que ahora son su "equipo". ¿Es esta la primera vez? Siempre ha sido así cuando y donde sea.

Lo sucedido en la sesión de la Asamblea General de la OEA demuestra lo divergentes que son los intereses de EE.UU. y de los Estados latinoamericanos, para los que el foco de atención no está hoy en la obsesión rusofóbica, sino en cuestiones pragmáticas de seguridad energética y alimentaria, migración, lucha contra el narcotráfico, lucha contra la pandemia y recuperación de sus consecuencias.

En este sentido, estamos dispuestos a cooperar de forma constructiva con los regionalistas, como confirmó Serguéi Lavrov en su reciente entrevista con el semanal "Argumenty i Fakty": "No ponemos a los latinoamericanos ante la elección de con quién cooperar. Abogamos por relaciones pragmáticas y desideologizadas con los países de América Latina y el Caribe en todos los ámbitos de interés mutuo".

 

Respuestas a algunas preguntas:

Pregunta: Reaccionando a la decisión del organismo OPEP+ de reducir considerablemente la extracción de petróleo, Washington está considerando las posibles contramedidas. De acuerdo con los medios estadounidenses, ante el Congreso es presentado Proyecto de Ley, cuyo objetivo es minar el organismo. Posiblemente, será presentada una demanda ante la Organización Mundial del Comercio y confiscados los activos de los países miembros en Estados Unidos. El pasado 6 de octubre el Presidente de EEUU, Joe Biden, manifestó a los periodistas que “La Casa Blanca está considerando las contramedidas y existe una variedad de opciones. La decisión todavía no se ha tomado”. Comente esta situación.

Respuesta: Rusia aprecia enormemente el formato de cooperación “OPEP+”. Los acontecimientos de los últimos años, sobre todo, la pandemia de COVID19, probaron la eficiencia de este mecanismo en el arreglo de las crisis en la esfera del petróleo.

En estos momentos el mercado global de petróleo se está enfrentando a nuevos retos. No son fruto de desastres tecnológicos ni naturales, ni tampoco se deben a circunstancias ajenas a la voluntad humana. Todo ocurre a causa de problemas generados por Occidente y pasos dados por él. Esta política de sanciones, completamente ilegal y destructiva, que es aplicada en primer lugar por Washington, podría perfectamente provocar la recesión de la economía mundial, lo que no tardará en afectar negativamente a la demanda. Es de suponer que fueron estos razonamientos los que instaron a la OPEP a tomar en Viena las decisiones que se tomaron. Creo que nuestro Ministerio sectorial le informará en más detalle de dicha situación.

En cuanto a las declaraciones hechas por Washington, es un abierto cinismo. Las críticas dirigidas a la OPEP y a algunos de sus miembros, historias inventadas sobre conspiraciones, amenazas y chantaje por parte del Estado que se posiciona como civilizado y fiel a los principios de la economía liberal, se encuentran más allá de lo bueno y lo malo. Es que ocurre a la vez con los intentos de EEUU de formar un cártel de compradores, manipulando el flete y los seguros. Hasta esta reunión celebrada en Viena, Washington estaba en la vanguardia de la historia con “el tope para el precio” del petróleo y con las sanciones introducidas contra quienes compran petróleo ruso o tiene algo que ver con la sancionada infraestructura rusa. Después de todas estas acciones completamente ilegales que destruyen la economía y obstaculizan la demanda, ofertas y autorregulación económica naturales, no dudan en reclamarle algo a la OPEP.

En realidad, Occidente lleva tiempo intentando echar por tierra el formato OPEP+, para poder manipular, como ocurría antes, el mercado de petróleo en sus intereses. Nunca lo ocultaron. En gran medida, la situación en Ucrania hunde sus raíces en los recursos energéticos, es que necesitaban poner una barrera a los suministros de energía rusa a Europa. Encontraron la “palanca” que podían presionar a su antojo, dado que el tránsito pasaba por Ucrania. Usaron a los políticos y la “jet” ucranianos, para tener influencia en los procesos energéticos. Luego se perdió el control de la situación.

En cuanto a las declaraciones de las autoridades estadounidenses, no lo hemos de consultar con los diplomáticos ya, sino con los médicos. En la Casa Blanca y en el Congreso no se dejan de inventar nuevas formas de presionar a los Estados que no desean seguir la estela de Washington.

Es completamente evidente que EEUU intenta ahora manipular las reservas de petróleo en intereses propios. Estamos hablando tanto de ofrecer volúmenes adicionales en el mercado interno en EEUU, como de hacer lobby de sus decisiones en el extranjero, por ejemplo, las relativas a unos tales “topes de precio” para hidrocarburos rusos, algo  contrario a los mecanismos del mercado. ¿Por qué estará la Casa Blanca haciéndolo precisamente ahora? Es evidente que necesitan aparentar a toda costa que la Administración de Biden ha logrado “éxitos” económicos en la estabilización de los precios de petróleo, para que el resultado de las elecciones al Congreso en noviembre próximo sea positivo, lo que les permitirá a los demócratas conservar su control del poder legislativo. Desmintieron por completo los avances económicos de la Administración anterior. Hicieron la promesa de levantar la economía, como sea. Y tras ello, se está registrando la recesión. Lo niegan, pero no por ello deja de registrarse. Por este motivo necesitan dar señales de bienestar.

Le podemos aconsejar a la parte estadounidense una manera sencilla y evidente de salir de la actual crisis energética y de estabilizar los precios del petróleo. Hace falta renunciar a todas las sanciones introducidas, a todas las restricciones ilegales y por fin empezar a poner en práctica el objetivo declarado, la economía libre basada en gran medida en la autorregulación en el marco de las existentes normas internacionales legales. En este caso tendrán la posibilidad de evitar que su economía y en general el sistema de valores liberales entren en estado crítico.

No sé, si me harán mucho caso, pero realmente es un método eficaz e infalible. El levantamiento de las ilegales medidas restrictivas con respecto a los suministradores de los recursos energéticos será para Washington una salida de la actual crisis energética y ayudará a estabilizar los precios del petróleo.

Pregunta: Comente los resultados de la cumbre de la comunidad política europea, en particular, si es realista la idea de buscar un "nuevo orden sin Rusia"? ¿Cómo ve usted la participación de Armenia y Azerbaiyán en esta reunión? ¿Lograron los organizadores reconciliar a Bakú y Ereván?

Respuesta: La primera reunión de la "comunidad política Europea" celebrada en Praga confirmó claramente el carácter ideológico y de confrontación de este grupo. Es evidente la ausencia total de una agenda positiva y, al mismo tiempo, de la posibilidad de resolver problemas difíciles de forma profesional. El lema podría ser: "somos amigos contra Rusia", "reunámonos para criticar a Rusia". La carga antirrusa no se disimuló. Muchos, al darse cuenta de su vacío, se mostraron escépticos ante este evento.

Es un nuevo intento de la Unión Europea (bajo la presión del "Gran Hermano") que tomó el rumbo hacia aislarse de Rusia para formar un nuevo mecanismo para integrar a los Estados que no forman parte de la UE en su política exterior, para imponer ideas sesgadas a otros países, a pesar de sus intereses nacionales, uniéndolos con una agenda antirrusa.

Las fuerzas sensatas en Europa entienden que es imposible construir sin nuestro país un nuevo sistema de seguridad en el continente, como quieren los organizadores de la "comunidad política Europea". La historia conoce muchos ejemplos de tales intentos inútiles incentivados por los mismos países. Todo finalizó con nada. No es el primer proyecto geopolítico de la Unión Europea que pone al espacio paneuropeo frente a una amenaza real de fragmentación y desestabilización a largo plazo.

Existe la OSCE. Los que ahora incentivan la celebración de tales "reuniones" lograron que esta Organización se calificase solo como marginal. Cada vez vemos el mismo esquema: estropear el trabajo llevado a cabo, durante muchos años, destruir la experiencia positiva, e inmediatamente comenzar a formar algo nuevo, incomprensible, que obviamente no funciona. Hay muchos tales "pasteles", que se desmoronan en cuanto se les quitó el" cubo" en el "arenero" del Derecho Internacional. ¿Para qué se necesita? ¿Quién se ocupará de esto? ¿Cuál es el valor agregado? Si se necesita un formato político, existe la conferencia de Múnich sobre política de seguridad. Pero se hizo que no funciona tampoco. Se necesita algo que no esté asociado con fracasos, disfunción, falta de logros reales. Tal vez eso es lo que hace que se intente inventar algo nuevo.

Se trata de "juegos" políticos coyunturales, y los ciudadanos comunes de los Estados de la UE volverán a ser responsables de los burócratas en Bruselas con sus "billeteras" y seguridad. Como dijo ayer Josep Borrell, "el bienestar de la Unión Europea finalizó con el gas barato ruso". Lo finalizaron, cortaron ustedes mismos. Ustedes mismos inventaron un juego que llevó a la derrota y fue inicialmente una locura. Ahora simplemente declaran a sus ciudadanos que todo finalizó. Game over. The end. Pasará lo mismo.

En cuanto a la aprobación de una declaración sobre la situación en las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán en los "márgenes" de la cumbre de la "comunidad política europea", ya lo comenté. Todo el tiempo tratan de fingir que pueden hacer algo. Si pudieran, implementarían sus compromisos a tenor del "formato de Normandía", mostrarían las posibilidades de realizar los acuerdos de Minsk. No pueden desde hace tiempo.


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