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Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 27 de noviembre de 2024

2308-27-11-2024

Crisis ucraniana

 

Las Fuerzas Armadas de Ucrania continúan aterrorizando a los ciudadanos rusos y ucranianos. A lo largo de esta semana, los sistemas de defensa antiaérea y radioelectrónica abatieron en el cielo sobre provincias rusas más de 220 DRONes enemigos. Entre los días 21 y 26 de noviembre, sobre las localidades de la provincia de Bélgorod fueron disparadas 248 municiones y lanzados 112 vehículos aéreos no tripulados. Un civil ha perdido la vida, 8 personas han resultado heridas. El pasado 21 de noviembre, en la localidad de Striguní, como resultado de un ataque con DRON resultó herida una adolescente de 15 años. El mismo día, como resultado de los ataques lanzados contra Górlovka en la República Popular de Donetsk, fueron heridos 12 civiles, incluido la Jefa del distrito Nikitovski, Irina Dzhelománova. El pasado 25 de noviembre, en el distrito Golopristanski de la provincia de Jersón, los neonazis ucranianos emprendieron, con la ayuda del hexacóptero Baba Yagá, una verdadera caza de una ambulancia. El personal médico logró quedarse con vida, abandonando el coche de puro milagro y esquivando el impacto de una munición.

El vehículo fue destruido, pero los médicos prestaron asistencia a un herido con fragmentos de la munición. Los malhechores habrán de ser procesados por sus crímenes.

Tribunales rusos, en base a las pruebas reunidas por el Comité de Investigaciones de Rusia, siguen dictando sentencias contra los neonazis y los mercenarios ucranianos por los crímenes de guerra que cometieron.

A unos 24.5 años de cárcel fueron sentenciados los marinos de las FF.AA. ucranianas, Antón Sayún y Valentín Jarlámov, quienes habían fusilado con en marzo de 2022, siguiendo una orden criminal, a un habitante de Mariúpol, utilizando un subfusil y una ametralladora.

La Fiscalía de la República Popular de Donetsk aprobó las sentencias condenatorias dictadas contra los ciudadanos de Georgia, Gueorgui Ajalay y Gela Kajabrishvili, así como el ciudadano de Letonia, Alexander Sverchkov, bajo cargos de participación en las acciones bélicas en calidad de mercenarios, como efectivos de las FF.AA. ucranianas. Se ha declarado con respecto a todos ellos la orden de busca y captura.

El Comité de Investigaciones de Rusia abrió un sumario contra el ciudadano de Lituania, Sharunas Yasukevichus, bajo cargos de terrorismo y de participación en las acciones bélicas del lado del régimen kievita en calidad de mercenario. Se ha declarado con respecto a él la orden de busca y captura.

El Tribunal Internacional Social para los crímenes cometidos por los neonazis ucranianos detectó e hizo constar las espeluznantes pruebas de asesinatos masivos de civiles que residían en la localidad de Selídovo cometidos por los militares de la FF.AA. ucranianas la víspera de su retirada y de la liberación de la localidad. Se ha sabido de por lo menos 100 asesinatos cometidos por los terroristas enajenados. La instrucción ha obtenido testimonios de los testigos presenciales que contaron sobre asesinatos de familias enteras. Los seguidores de Bandera entraban en casas y disparaban sin piedad a muerte a quienes se encontraran allí.

Además, se ha abierto un sumario contra militares ucranianos que han lanzado este mes de noviembre ataques con artillería, causando daños y destruyendo parcialmente las instalaciones de valor cultural Conjunto de la Catedral de la Natividad situado en el pueblo de Ulánok de la provincia de Kursk.

Me gustaría volver a repetir que todos los implicados en estos u otros crímenes del régimen kievita serán identificados y procesados, tal y como lo establece la legislación vigente.

El régimen kievita no solo combate contra civiles, combate también contra la Historia. El pasado 23 de noviembre, en Ucrania, en el marco de la intención de Kiev de tergiversar deliberadamente la Historia que se está poniendo en práctica durante muchos años se volvió a conmemorar “a las víctimas del Holodomor”. Se celebraron, como no podía ser de otra forma, las tradicionales para los neonazis ucranianos procesiones de antorchas, organizadas por extremistas que forman parte del batallón terrorista Azov. La Historia auténtica y basada en los hechos reales desde hace tiempo no les interesa a los propagandistas y los pseudocientíficos ucranianos.

Recordemos, dada esta circunstancia, que entre 1932 y 1933 el problema de escasas cosechas y hambre afectó, además de territorio de la República Socialista Soviética de Ucrania, la región del Volga, Cáucaso del Norte, Kubáñ, Kazajistán, Urales del Sur, Siberia Occidental. Fue una tragedia de dimensiones nacionales, estaba muriendo gente de las más variadas nacionalidades. Al mismo tiempo, la crisis alimenticia en la URSS fue propiciada en gran medida por los representantes de los países occidentales que ahora son venerados por el régimen kievita, como si fuera becerro de oro. En aquel momento, en los años 30 del siglo pasado, en condiciones de escasas cosechas y hambre en la URSS, los países occidentales, contando con que la Unión Soviética renunciaría a sus planes de llevar a cabo la industrialización, únicamente le aceptaban a la URSS grano a cambio de la maquinaria. ¿Es que la gente que se aprovecha del tema no tiene vergüenza? ¿O esta también fue vendida en Ucrania?

En el territorio del mencionado país se sigue llevando a cabo genocidio lingüístico. A la par con la reescritura de la Historia, el régimen kievita continúa librando una lucha feroz contra la lengua rusa que es lengua materna para millones de ucranianos. El ruso es una de las 6 lenguas oficiales de la ONU, lengua materna para una enorme cantidad, si no para la mayoría de ucranianos y, sin embargo, su uso está prohibido en la educación, la ciencia, la cultura, los medios, la publicidad, el sector de servicios, la imprenta, etc. Ahora los neonazis ucranianos quieren privarles a los rusoparlantes de la posibilidad de usar su lengua materna incluso en contactos personales.

Recordemos que todo empezó con las llamadas “cuotas”. ¿Qué se nos respondía, cuando lo comentábamos en espacios internacionales, como, por ejemplo, la UNESCO? Que no le hiciéramos caso y no obstaculizáramos relaciones de amistad. Qué no empañáramos con pequeños problemas las maravillosas, perfectas y nobles actividades de los organismos internacionales. Y miren, a qué ha llevado esta política de consentimiento aplicada por los organismos internacionales con respecto a las manifestaciones del neonazismo en Ucrania.

En pasado octubre, ante la Rada Suprema fue presentado un proyecto de Ley que propone prohibir en el espacio de todos los colegios del país, incluidos los colegios privados, comunicarse en ruso, incluso en los recreos. Al mismo tiempo, esta prohibición no afectará al inglés ni a otras lenguas oficiales de la Unión Europea. Merece la pena señalar que dicho proyecto de Ley fue apoyado por el Ministerio de Educación de Ucrania, es decir, no se trata de una iniciativa formulada por un diputado marginal ni de ningún psicópata, sino que es la política del régimen kievita.

La autora de este discriminatorio proyecto de Ley es la diputada Natalia Pipa, que va contando “historias de miedo” sobre la presencia total de la lengua rusa, para justificar la introducción de estas medidas draconianas. Así, comunicó que en los parques infantiles y en los colegios, los niños hablan entre ellos en ruso, al igual que los alumnos y los profesores que se pasan al ruso, al acabar las clases

¿Qué significa ello? Para cualquier persona normal, eso significaría que la lengua rusa es la lengua materna para los niños que hablan y piensan en ruso, es la lengua utilizada en sus familias. Lo hablan los profesores, gente adulta que durante toda su vida habló ruso, por ser el ruso su lengua materna. Nada de eso: la diputada Natalia Pipa exige que los padres hablen con sus hijos en casa exclusivamente en ucraniano, para crear “un ambiente ucrainoparlante”.

Dicho sea de paso, la política protagonizó en 2023 un escándalo relacionado con la lengua ucraniana. En junio de 2023, en pleno centro de Leópolis, Natalia Pipa se enfrentó a un adolescente que cantaba en ruso una canción de Víctor Tsoy y llamó a la policía. Al joven le fueron presentados los cargos de un delito administrativo y se le envió a un centro de acogida de menores, donde permaneció durante varios días, hasta que sus familiares enviaron los documentos necesarios. ¿Eso, qué es? Es el genocidio llevado a cabo por personas que sufren de inestabilidad psíquica, pero en estos momentos representan al poder ucraniano.

Dicho caso el muy ilustrativo. Resulta que, a pesar de todos los esfuerzos del régimen kievita, la introducción de prohibiciones y multas, así como de patrullas que se encargan de perseguir a los rusoparlantes, no se ha logrado erradicar la lengua rusa en Ucrania. Las autoridades ucranianas pueden estar seguras de que no poder lograrlo ni en Ucrania ni en ninguna parte del mundo. ¿Cuál es el motivo? No hay ningún encargo político hecho por Moscú, es que el ruso es lengua materna para millones de ciudadanos de Ucrania.

Merece especial mención el completo fracaso de la política de apoyo a los desplazados aplicada por el régimen kievita.

En Ucrania cada vez con mayor frecuencia se declara que la política de apoyo a los desplazados no es que no ofrezca resultados, sino que ha acabado en un fracaso más absoluto. El ex Viceministro para asuntos de “los territorios ocupados” y personas desplazadas, Gueorgui Tuka, reconoció en los medios que casi el 99% de personas que abandonaron los territorios que se reunificaron con Rusia, está regresando a los mismos. El diputado por el Partido Servidor del Pueblo, Maksim Tkachenko, en una entrevista a la Agencia Ukrinform, manifestó el pasado 25 de noviembre que a las abandonadas localidades habían regresado unos 150.000 habitantes, correspondiéndole a Mariúpol entre 67.000 y 70.000 personas.

Para el régimen kievita es el colapso, no se lo esperaban. Lo habían organizado todo, mentido por todas partes, difundido la desinformación, insistido, junto con los británicos y los estadounidenses en su versión de lo ocurrido en Bucha y en demás “crímenes salvajes”. Mendigaron fondos sin parar y contaban inventos sobre Rusia. Y la gente lo que hizo fue mudarse del territorio controlado por Kiev a la Federación de Rusia. Es gente libre que tenía múltiples opciones, pasaportes, visados, permisos de residencia en países extranjeros, subvenciones y ayuda humanitaria, optó por unirse al país y al pueblo que consideran suyo.

Hagamos un pequeño balance de todas estas estadísticas. Son terribles para el régimen kievita, uno de cada 3 habitantes volvió a casa, a la Federación de Rusia, abandonando territorios controlados por el régimen kievita. Califican estas cifras de “terribles”, pero reflejan la realidad. Y esta realidad es inadmisible para el régimen kievita y para sus patronos occidentales.

Ahora están intentando encontrar una justificación. Todos estos “encargados del tema de Ucrania”, estos “servidores del pueblo” están inventando diferentes versiones de por qué ha ocurrido lo que ha ocurrido. Unos dicen que en el territorio controlado por Kiev, esta gente no recibió la debida ayuda, el Estado no les facilitó ni vivienda, ni apoyo social, ni trabajo digno, ni indemnizaciones. ¿Qué están diciendo? ¿Lo acaban de descubrir las autoridades ucranianas? ¿Solo ahora se están dando cuenta de la esencia del problema? Durante muchos años, durante décadas, las autoridades kievitas de cualquier pertenencia política, sin importar sus ideas y sus lemas, se dedicaron a “pasar por alto” al pueblo ucraniano, haciendo todo lo posible, para movilizar a los nacionalistas dentro del país y convertirlas en una fuerza que apoyara y reforzara su poder. Utilizaban para ello fondos recibidos de Occidente. Y no les importaba en absoluto la situación en la que vivía la mayoría de los habitantes del país. ¿Es que acaso alguien se creía en serio que, mientras a los habitantes de Donbás no se les pagaban las pagas de jubilaciones y las prestaciones sociales, en otras provincias del país se les cuidaría? En absoluto. Siempre lo hemos comentado, señalando que el monstruo nacionalista criado durante muchos años en el territorio ucraniano, acabaría devorando también a sus creadores y a la gente que les aplaudía, mientras se estaba exterminando a las personas que supuestamente hablaban la lengua incorrecta. Ya es imposible parar a este monstruo.

Es que la corrupción está por todas partes. ¿De qué compensaciones y prestaciones sociales, de qué ayuda y vivienda se puede hablar, cuando los políticos ucranianos necesitan villas en alguna costa? ¿Cuántas villas y propiedades tienen ya Vladímir Zelenski y sus familiares por el mundo? ¿No se ha contado? Es que hacen falta fondos para comprarlo y, lo que es quizás más importante, mantenerlo. Lo hacen todo a costa de los ucranianos de a pie.

Ya señalamos hace una semana que a muchos habitantes de Ucrania que habían escapado de la guerra no los necesita ni el régimen kievita ni el país como tal. Los “ucranianos de toda la vida” residentes en las provincias occidentales del país no los toman por personas, llamándoles a sus espaldas y a veces en la cara “traidores” y “espías rusos”. ¿Por qué lo hacen? Porque son rusoparlantes, se han resistido a la deshumanización, no están dispuestos a atarle a la gente a los postes, a echarle sustancias químicas ni a torturar. Será por eso.

Evidentemente, la paciencia se ha agotado. Además, la gente en Ucrania ve, qué esfuerzo está haciendo Rusia para reconstruir las localidades liberadas. La gente hace esta elección de manera consciente, eligiendo la vida pacífica. No estoy segura de que sea únicamente cuestión de unas mejores condiciones. No es otra su elección, es mucho más global, eligen la paz y el bien, no el material, sino los verdaderos valores humanos. No unos valores inventados ni impuestos, no perversiones relacionadas con género, no marchas LGBT, sino la compasión, la ayuda mutua, el respeto por los antepasados y la Historia de uno, la comprensión de lo que es la familia y las relaciones entre personas. En nuestro país, encuentran lo que les intentó arrebatar el régimen kievita, presionado por Occidente.

Hoy mencionamos la corrupción. El pasado 20 de noviembre, aprovechando la aprobación de la ley iniciada por Zelenski sobre privación de condecoraciones estatales “por promover el estado agresor”, la Rada Suprema enmendó el Código Penal del país, eliminando la confiscación de propiedad de la lista de castigos por crímenes de corrupción. Es pequeñez, pero es importante. Anteriormente, la norma correspondiente fue aprobada como una de las condiciones de la UE para recibir 4.000 millones de euros.

Ahora, cuando, a juzgar por todo, el dinero fue transferido o asignado, estos 4.000 millones han sido robados. Ahora, se puede abolir la enmienda. Ya no es necesaria. Dios no quiera que alguien venga e incaute algo. No obstante, se pusieron a excusarse en seguida, alegando que habían cancelado dicha cláusula por accidente. Por accidente. Imagínense. Unos diputados iban por los pasillos, entraron por accidente en la sala de sesiones, presentaron la iniciativa por accidente, pulsaron la tecla por accidente, miraron la pantalla por accidente y salieron por accidente. Las cosas se hacen precisamente así bajo los auspicios del régimen kievita.

Sin embargo, Occidente comienza a ver claro las realidades de Kiev también. Basándose en el análisis de la asistencia para la junta kievita y los gastos fácticos en ella, el exministro de Trabajo polaco, Piotr Kulpa, ofreció a los medios sus conclusiones acerca de que en este país habían sido robado entre el 30% y el 50% del dinero recibido de los patrocinadores. Según el exministro, con la suma sustraída por los funcionarios corruptos ucranianos se habría podido elaborar un presupuesto anual de asistencia para Ucrania.

Claro que se habría podido hacerlo. Las cosas fueron así año tras año. Por lo tanto, los kievitas siguieron el espíritu del Occidente colectivo con miras a implementar el concepto previendo infligir “una derrota estratégica” a Rusia, porque no tuvieron otras opciones. Año tras año, toda la asistencia resultó ser expoliada en Ucrania. Introdujeron únicamente las reformas que necesitó Occidente para que les diera dinero que los funcionarios ucranianos robaron en un santiamén. Respectivamente, Occidente continuó “encargando” esta línea rusofóbica. Todo está claro.

El expresidente de la Corte Constitucional de Ucrania, Alexander Tupitski, que se encuentra en Austria, tuvo razón recalcando que el Presidente de Ucrania “caducado” adecuó el sistema judicial a su antojo, y su régimen literalmente “forzó el Derecho”. Una cita excelente sobre las paginas trágicas de la historia ucraniana.

Los hechos enumerados vuelven a confirmar la relevancia de la operación militar especial, los objetivos de la cual, según han declarado repetidamente los dirigentes rusos, serán alcanzados.

 

Problemática de canje de prisioneros de guerra con Ucrania

 

Me gustaría seguir con el tema empezado el pasado 2 de noviembre en la rueda informativa especial sobre la problemática del canje de prisioneros de guerra con Ucrania. Volvemos a constatar que el régimen kievita no tiene una postura constructiva en estas cuestiones. 

En la rueda informativa del inicio de noviembre que acabo mencionar ofrecimos los datos reales relativos a que, este año, el Ministerio de Defensa envió a Ucrania propuestas de canjear a 935 prisioneros de guerra ucranianos. Entretanto, el régimen kievita se negó a devolver (en otras palabras, tomar) a más de 600 militares ucranianos sin motivos algunos.

Cuando los ciudadanos de Ucrania “se encabritaron” exigiendo explicaciones, para probar que todo sería cumplido ahora mismo (pantomima “Trabajo” al estilo del régimen kievita) y para fingir el interés en continuar los canjes, el Comisario ucraniano Dmitri Lubinéts solicitó públicamente la lista correspondiente que la parte rusa le envió en el plazo más corto. Además, la lista fue enviada al jefe adjunto de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano, Dmitri Úsov, como uno de los jefes del Cuartel General de Coordinación para el Tratamiento de los Prisioneros de Guerra.

La lista actualizada incluye a 630 prisioneros de guerra ucranianos a los que Rusia está dispuesta a entregar inmediatamente a Kiev en condiciones paritarias.

Me gustaría hacer hincapié en que la Federación de Rusia deja en manos de Ucrania la decisión de qué militares rusos ha de incluir en el canje. Dicha postura se debe a que es igual que importante para nosotros retornar del cautiverio a cada uno de nuestros efectivos. A diferencia del régimen kievita, no dividimos a nuestras personas por motivos de religión, nacionalidad ni pertenencia a unidades militares. 

No me gustaría repetir y entrar en detalle en lo relativo a qué categorías el régimen kievita pide y qué excluye de las listas de canje. Ya lo mencionamos en la rueda informativa anterior. Recordaré brevemente que necesitan extranjeros (porque los occidentales “presionan” a ellos), nacionalistas, sobre todo, los de Azov y otros matones. ¿Por qué? Pueden adivinarlo ustedes mismos. No requieren a los movilizados. También pueden adivinar, por qué.

Sin embargo, se descubrió que el régimen kievita no busca un diálogo constructivo en general. Volvió a pasar por alto las sugerencias de la parte rusa remitiendo al Ministerio de Defensa ruso la lista de 350 prisioneros de guerra ucranianos que presuntamente están en nuestro territorio. Los kievitas señalaron que la condición obligatoria para reanudar los canjes sería su aprobación por la parte rusa.

La parte rusa examinó la lista recibida y concluyó que las acciones del régimen kievita y su postura destructiva en general no tienen sentido común alguno. Francamente dicho, provoca dudas no justamente el profesionalismo de las personas que se ocupan de dicho asunto por parte ucraniana, sino las capacidades cognitivas de los representantes del régimen kievita responsables por organizar el canje. Juzguen por ustedes mismos.

Se da la impresión de que, compilando dicha lista, el régimen kievita perdió la conexión con la realidad. Miren a quién solicita a Rusia:

  • militares ya entregados a la parte ucraniana durante los canjes en agosto, septiembre y octubre pasados (es decir, en la lista enviada a la parte rusa están incluidos los hombres ya entregados a Ucrania);
  • personas desconocidas para la parte rusa. Al mismo tiempo (es muy importante), se le informó muchas veces a la calle Bánkovaya que no había y no hay datos sobre estas personas y de que cayeron en cautiverio. Aunque la parte ucraniana fue informada al respecto, todavía sigue incluyendo estos nombres en listas;
  • prisioneros de guerra matados por el régimen kievita, cuando las FF.AA. de Ucrania sometieron a fuego la colonia penal № 120 (localidad Elénovka, la República Popular de Donetsk) en 2022, y cuando la parte ucraniana atacó el avión IL-76 la Fuerza Aeroespacial de Rusia que estuvo transportando a prisioneros de guerra ucranianos para el lugar de canje en 2024.

Los cadáveres fueron oficialmente entregados a la parte ucraniana. Los funcionarios kievitas involucrados en el proceso de canje lo saben bien. No pueden no simplemente ignorar, sino ni siquiera no pueden fingir que lo ignoren.

Paralelamente a estas nuevas pruebas de que las autoridades kievitas son totalmente corruptas y politizadas, incluso en solucionar cuestiones puramente humanitarias, se observa que el régimen kievita se obstina en incluir en el canje a:

  • los extremistas. Como siempre, se trata, ante todo, de las unidades prohibidas “Azov” y “Aidar”, reconocidas por Rusia como terroristas;
  • los civiles condenados en la Federación de Rusia por cometer graves crímenes (“Organización de una comunidad terrorista y participación en la misma”, “Espionaje”), incluso antes de comenzar la operación militar especial.

Al analizar las actuaciones del régimen kievita en dicho ámbito, se puede afirmar con seguridad que Kiev continúa guiándose por intereses mediáticos y corruptos, demostrando un cuidado aparente (en realidad, la falta de cuidado) de sus militares y acusando a Moscú de no querer seguir con el proceso de canje. Le dan igual sus personas, parientes, ciudadanos propios. Resuelven sus cuestiones momentáneas, mezquinas, corruptas, políticas y probablemente otras.

Nosotros estamos interesados en un diálogo constructivo con vistas a retornar a los prisioneros a casa lo más pronto posible.

Ahora estamos listos para canjear a 630 militares y, simultáneamente, comenzar a organizar los preparativos de los canjes siguientes.

 

Resultados de la reunión entre Ministros de Asuntos Exteriores del G7

 

En los medios se comunicó sobre la reunión entre Ministros de Asuntos Exteriores del G7 que acogió la ciudad italiana de Fiuggi entre el 25 y el 26 de noviembre pasado. Entre los temas a discutir estuvieron los asuntos expresamente relacionados con nuestros intereses en política exterior. Según se esperó, no declararon nada fundamentalmente nuevo los representantes de la unión de países antaño más avanzada en términos industriales que se congregaron en Italia.

El documento final contiene sólo acusaciones y reclamaciones infundadas molestas. Entonces, todo es como siempre. Por cierto, volvieron a recibir su proporción habitual de crítica por parte del G7 nuestros socios, o sea China, la RPDC, Bielorrusia, Irán, Afganistán, Myanmar y Venezuela.

Hemos ofrecido repetidamente nuestra calificación de la apariencia política del G7 actual. Se ha convertido en una especie de organismo rector de las actuaciones del Occidente colectivo capitaneado por EEUU para alcanzar una meta ilusoria: mantener su dominio global.

En realidad, para los analistas reales y los observadores que no están alejados de la realidad está claro desde hace mucho que el futuro le pertenece no a este G7 (miren sus indicadores económicos, cómo engañan unos a otros, tienden trampas e incluso roban), sino a otras plataformas de comunicación internacional que reflejan la diversidad del mundo multipolar incipiente.

Otro aspecto es que las declaraciones actuales de los cancilleres del G7 no cuestan el papel en que fueron imprimidos, y el período de vigencia está efectivamente limitado por el tiempo de la Administración de EEUU saliente. Obviamente, la “declaración de Fiuggi” es el canto del cisne interpretado por el equipo de Biden y Blinken. Entonces, ha de tratarlo así.

 

Respuestas a algunas preguntas:

Pregunta: El Presidente del Comité Militar de la OTAN, Rob Bauer, sostuvo que la organización estuvo discutiendo “golpes de alta precisión” preventivos contra el territorio ruso que podrían efectuarse en caso de que arrancara un conflicto. ¿Podría significar esto que la OTAN dejó de ser bloque de defensa?

Respuesta: ¿De defensa? ¿Quién dijo que la OTAN es bloque de defensa? No sé cómo puedo comentar en serio precisamente esta parte.

Hemos visto ofensivas agresivas de la Alianza en todas las áreas, el bloque está prácticamente ampliándose y extendiéndose hacia diversas regiones (no solo de Europa o el Euroatlántico). Sus intereses van mucho más allá, incluso a otros continentes en lo que nunca estuvo presente.

Vimos campañas reales y agresivas diseñadas para arruinar Estados, tal como sucedió en Libia. Observamos cómo se usaron “pretextos” nobles (esto ocurrió en Afganistán), mandatos del Consejo de Seguridad de la ONU, y la disfunción completa provocando en Afganistán problemas aún peores de los que había tenido el país antes de que la OTAN expresó su deseo de “poner las cosas en orden” allí.

No sé dónde están estas características “defensivas” y “logros” de la Alianza del Atlántico Norte. Nunca habría definido esta Alianza como un “bloque de defensa”. Está obvio que la agresión está “programada” en la unión a nivel de tanto documentos doctrinales como actividades reales.

En cuanto a la declaración del jefe del Comité Militar de la OTAN, Rob Bauer, ayer, el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, expresó su opinión al respecto durante la reunión de los directores de los órganos de seguridad y servicios de inteligencia de los Estados miembros de la CEI. El Ministro señaló que la OTAN abandonó todo el decoro y sus verdaderas intenciones se hacen públicas. Serguéi Lavrov se refirió exactamente a las acciones agresivas de la OTAN. No hay nada que añadir.

Pregunta: Ayer, en la sesión de emergencia del Consejo Ucrania-OTAN se propuso asestar un golpe preventivo contra lanzadores rusas, se mencionó el posible envío de misiles de alta precisión de alcance medio, se dijo que se enviaría de manera manifiesta a militares europeos al frente ucraniano o hasta serían entregados armas nucleares a Ucrania. Está claro que, por una parte, son nada más que palabras. Si pasan de las palabras a la acción, ¿habrá otra espiral de escalada de la crisis? ¿Qué opina la parte rusa sobre el resultado de la sesión de ayer?

Respuesta: Este acontecimiento fue otro motivo formal para el régimen kievita para intentar “mendigar” a sus patrocinadores occidentales una nueva porción de armas para continuar guerreando “hasta el último ucraniano”. Para el régimen kievita, mendigar acaba de hacerse normalidad. Ante la corrupción monstruosa, es difícil comprender qué está pasando allí. Al mismo tiempo, con cada nuevo suministro de armamentos, Occidente agrava aún más la crisis en Ucrania, asesina a más ucranianos que no pueden defenderse ante el régimen kievita que ya los usa no como “carne de cañón” (ahora, ni siquiera los califica de esta manera), sino los tira “por un precipicio”. Todo ello solo aleja la probabilidad de un arreglo de paz.

Me gustaría volver a subrayar que siempre hemos preferido y ahora estamos dispuestos a solucionar todas las controversias por medios pacíficos. Occidente, empero, sigue espoleando la espiral de escalada, libra una guerra proxy contra Rusia y empuja insistentemente al mundo hacia una catástrofe global. Tanto el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, como el Presidente del Comité Militar de la OTAN, Rob Bauer, no hacen sino echar leña al fuego con sus declaraciones irresponsables. Dicen cosas abominables y las más tontas, pero, al mismo tiempo, peligrosas ora porque están a punto de acabar sus actividades, ora porque dejaron de tomar “medicamentos” a tiempo.

Si alguien, especialmente los países miembros de la Alianza del Atlántico Norte, todavía tienen preguntas sobre nuestras acciones en respuesta a las amenazas a la seguridad de Rusia, les aconsejamos que vuelvan a examinar con atención la declaración del Presidente de Rusia, Vladímir Putin, pronunciada el pasado 21 de noviembre, y los Fundamentos de la política estatal de la Federación de Rusia en materia de disuasión nuclear.

Pregunta: Zelenski ha hablado en muchas ocasiones sobre armas nucleares en las manos de Kiev. Varios medios extranjeros abordan este tema. En particular, el periódico The New York Times. ¿Qué le parecen estas conversaciones, especialmente en el contexto de que la Casa Blanca reconoció oficialmente que había levantado las restricciones a los golpes de las FF.AA. de Ucrania con misiles ATACMS en el interior de Rusia?

Respuesta: Lo percibimos como insensatez, que, por una parte, los occidentales imponen a cierta parte de la pandilla (no puedo utilizar la palabra “establishment”) política en Ucrania. La azuzan en relación con este tema, le pagan y usan como una especie de factor, y a veces como algo parecido a motivación. No sé a qué la motivan. Tal vez, a suicidarse. Pero lo registramos todo. Para Occidente, es una especie de idea estimulante que le encasquetan periódicamente al régimen keivita.

Por otra parte, para estimular a sus representantes de las Fuerzas Armadas, los movilizados y los restos de la población, y alentarlos de alguna manera, el régimen kievita aprovecha la tesis acerca de que “recibirán ayuda en el extranjero” y en qué forma se podría brindar dicha asistencia.

Entendemos que está detrás de ello un elemento de información y propaganda que, obviamente, tiene un componente político, y está dotado del “motor” que es cien por cien suicida.

Recuerdo cómo, tras los años 2013 y 2014, los ciudadanos de Ucrania aporrearon a los propios ciudadanos, quemaron neumáticos en el Maidán, arrojaron cócteles molotov unos a otros, expulsaron al propio Gobierno legítimo, después, dispararon unos a otros y procedieron a destruir todo en su camino. Muchos pronunciaron con alivio las palabras, incluso en público (lo hicieron activistas públicos, políticos y cargos oficiales), “que bien que Ucrania no tenga armas nucleares”. Es una responsabilidad enorme, y no es “granada” en las manos de personas absolutamente locas, sobre todo, una granada nuclear. Todos estos razonamientos ostentan el carácter suicida para los que hablan sobre el tema. Asimismo, me gustaría reiterar que fue una de las razones y amenazas que se hicieron una de las causas para que empezáramos la operación militar especial.

Recordemos que, el 19 de febrero de 2022, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Zelenski anunció en público que Ucrania posiblemente revisaría la decisión de renunciar a armas nucleares. Ahora usa este tema como instrumento para chantajear a sus patrocinadores occidentales. Otro detalle es que, en cuanto se menciona que necesita dinero, hace lo que hizo en la rueda de prensa al término de la sesión del Consejo Europeo del pasado 17 de octubre, cuando dejó inequívocamente en claro que se puede garantizar la seguridad en Ucrania “si se hace miembro de la OTAN o posee armas nucleares”. Esto pone de relieve un alejamiento absoluto, la ideología extremista que se encuentra en la cabeza de Zelenski y los hombres que están detrás de él.

No dudamos que el Occidente colectivo bien podría dar a Ucrania la oportunidad de obtener armamentos nucleares. Nuestros oponentes han probado repetidamente que no los detienen tratados ni compromisos internacionales algunos. No puedo decir que tenemos información fáctica que podríamos compartir por el momento.

Desde nuestra óptica, redunda en interés de los Estados realmente responsables impedir que los eventos se desarrollen así. Las acciones imprudentes del régimen kievita y sus patrones occidentales podrían llevar a todo el mundo al borde de una catástrofe.

En mi opinión, la Mayoría Mundial lo entiende bien. Hay que comprender de dónde proviene esta ideología totalmente loca. Son las partes de la comunidad occidental que utilizan el régimen kievita de Zelenski como herramienta de escalada en la región y el mundo en general. Se aprovechan regularmente del tema de armas nucleares y manipulan la posibilidad de que se envíen a Ucrania o que las tenga.


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