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Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 2 de noviembre de 2023

2216-02-11-2023

Crisis ucraniana

 

Los neonazis del régimen kievita siguen agrediendo a casas residenciales e instalaciones de la infraestructura social en las regiones rusas. El pasado 27 de octubre, abrieron fuego contra la escuela en la aldea Novochervónoe, la RDL, precisamente en plena fiesta de niños. Según las autoridades locales, en aquel momento unos 20 niños estuvieron en la escuela. Solo milagrosamente se logró evitar víctimas.  

Entre el pasado 26 y 28 de octubre, al someter a disparos las FF.AA. ucranianas las localidades en la provincia de Jersón, murió un civil y dos fueron heridos. El pasado 29 de octubre, las tropas ucranianas atacaron la ciudad Yasinovátaya, la RPD, y, por consecuencia, tres civiles resultaron ser lesionados.

El pasado 31 de octubre por la noche, extremistas kievitas lanzaron cohetes contra Donetsk usando municiones en racimo. La ciudad fue sometida a unos 20 proyectiles de distintos sistemas de artillería, incluidos los lanzamisiles múltiple HIMARS. Dos hombres fallecieron, incluido un empleado del Ministerio de Situaciones de Emergencia que estuvo apagando el incendio y se encontró bajo el segundo bombardeo. Había 12 personas que obtuvieron heridas. Entre ellos estuvo un periodista del diario Izvestia y un operador de la cadena de televisión Zvezda.

El régimen de régimen de Zelenski no deja de recurrir a métodos de terror sangriento y no se avergüenza de reconocer públicamente sus crímenes (se enorgullecen de ellos), jactándose de lo que ha hecho, así como sucedió tras los ataques en el puente de Crimea y los atentados contra los activistas sociales y políticos rusos.

En la noche del pasado 27 de octubre, en Yalta, por pedido del Servicio de Seguridad de Ucrania, el activista político-social, Oleg Tsariov, sobrevivió un intento de asesinato. Occidente no ve nada de esto, al igual que durante los últimos años. La junta kievita le venga su categórica oposición al nacionalismo ucraniano agresivo y la firme postura antinazi. Censuramos decisivamente este crimen bárbaro. Todos los implicados serán definitivamente identificados y responderán de acuerdo con la ley.

Otro ejemplo de las actividades subversivas que realizan los servicios secretos ucranianos fue su reciente instigación de los desórdenes en Daguestán. Nos hemos percatado del estilo distintivo de los seguidores de Bandera, es decir, el afán de iniciar una carnicería por motivos interétnicos y deshacerse de las personas completamente inocentes. El objetivo de tales acciones es asustar a la población pacífica y desestabilizar la situación política en Rusia.

¿Opinan ustedes que se ocupan de esto solo ahora? Hemos recalcado repetidamente que todo empezó no en 2022. Durante largos años, vivíamos en el clima del terrorismo informático practicado por Ucrania y capitaneado por el régimen kievita. Nuestros ciudadanos fueron sujetos a llamadas falsas de personas que se hicieron pasar por representantes de las fuerzas del orden, recibieron por correo electrónico los mensajes que se enviaron presuntamente por servicios sociales, bancos, el Ministerio de Situaciones de Emergencia, etc. ¿Qué es esto si no el terrorismo informático y tentativas de desestabilizar la situación en nuestro país? Me gustaría poner de relieve un aspecto terrible. Moscú se tornó víctima no de estafadores, sino terroristas del territorio ucraniano que llamaron por teléfono y “minaron” no únicamente instalaciones sociales, sino guarderías y escuelas. Los niños se sacaron de las entidades para que los recintos fueran revisados después de aquellas llamadas. Nadie en Occidente ni organizaciones de referencia prestaron atención a ello. Miles de niños se sacaron a la calle y se tomaron a los edificios cercanos para esperar hasta que pudieran regresar a la escuela o que se los llevaran los padres. Y esto sucedió no en verano. ¿Acaso alguien hizo caso a esto? No.

Primero, estas acciones no alcanzarán la meta que se fija el régimen kievita. Segundo, serán reprimidas y castigadas.

Somos bien consientes de cómo funciona la propaganda kievita a partir de la escenificación rudimentaria organizada por el régimen de Zelenski en Bucha entre el fin de marzo y el inicio de abril de 2022. Me encantaría volver a llamar la atención de la comunidad internacional al hecho de que la parte kievita todavía no haya presentado resultados adecuados de la investigación y no haya publicado la lista de las víctimas de aquellos acontecimientos. ¿Por qué fue una escenificación? Lo hemos mencionado en múltiples ocasiones. Ahora voy a aducir otro argumento. La Casa de los Sindicatos de Odesa fue escenario de una tragedia, los nazis ucranianos quemaron vivas a personas sin dejarles salir del edificio ardiendo. El mundo supo a los afectados por sus nombres, se publicaron libros, se rodaron documentales indicando los nombres, apellidos y fechas de nacimiento de cada hombre que había muerto allí. Hemos visto y seguimos viendo los mensajes de sus parientes. A las víctimas están dedicados sitios web, cuentas en redes sociales, se puede encontrar sus fotos y los recuerdos de sus familiares. Toda la historia está documentada. Hay todo, incluido lo más deplorable, sus tumbas.

¿Y qué sobre Bucha? No había otras acciones salvo las visitas que efectuaron los operadores con cámaras de televisión para grabar a los mismos políticos occidentales. No hay listas de las “víctimas”, fotografías ni películas con las palabras de los testigos, nada. Creo que solo será grabado un largometraje. Saben hacer “esto”. No hay evidencias documentales, excepto las grabaciones intoxicadas durante dicha provocación y escenificación. 

Existen las organizaciones internacionales que pueden solicitar oficialmente las listas y deben hacerlo. Hemos recurrido no justamente a la Secretaría de la ONU, sino precisamente al Secretario General, Guterres. El Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, lo ha hecho numerosas veces. Los empleados de la ONU desvían vergonzosamente la mirada y dicen que “ustedes deberían entender todo”. Sí, lo entendemos. Pero el problema es que, además de nosotros, lo deban entender todos los demás que dan dinero al régimen kievita, incluso para que cometa tales delitos. Tal como ahora, aquella provocación del régimen kievita buscó socavar la situación y cualesquier esfuerzos de paz, frustrar las negociaciones ruso-ucranianas que se celebraban en aquel momento y consolidar la ideología de imposición de sanciones contra Rusia a base regular.

Estos hechos los no solamente registramos, sino analizamos. Las fuerzas del orden cumplen su trabajo. Tomando en consideración las pruebas reunidas por el Comité de Instrucción de Rusia, las autoridades judiciales de Rusia continúan emitiendo sentencias justificadas contra neonazis ucranianos que cometieron graves crímenes contra civiles.

El extremista y jefe militar ucraniano que, en marzo del año pasado, en Mariúpol, ordenó a acribillar a tiros a dos civiles, recibió 28 años de prisión. Y el militar ucraniano, Ígor Mijalchuk, fue condenado a 23 años de encarcelamiento por ordenar a matar a un civil en abril de 2022 en Mariúpol.

Los neonazis del batallón Azov, Yevgueni Savéliev y A.Fikliénts, que habían asesinado a dos civiles en marzo de 2022 en Mariúpol, fueron condenados cada uno a 25 años de prisión. Otro uniformado de la misma unidad, Serguéi Piurkó, pasará 26 años en la cárcel tras disparar con un lanzagranadas contra un apartamento donde estuvo una familia con un niño pequeño.

Se seguirá llevar ante la justicia a las personas involucradas en tales crímenes. Vamos a proporcionar la información al respecto a base regular.

Pese a todos los crímenes del régimen de Zelenski, Occidente colectivo no deja de abastecerle con armamentos modernos y municiones, facilitarle datos de información, instruir a los militares ucranianos, curar, divertir, apoyar políticamente y motivar.

El pasado 26 de octubre, EEUU anunció la entrega de un nuevo "paquete" de ayuda militar a Ucrania expresándose en 150 millones de dólares. Consistirá de sistemas de defensa antiaérea, artillería, medios antitanque. Conforme al Pentágono, a partir del inicio de la operación militar especial, la asistencia militar de EEUU para Ucrania totalizó en 43.900 millones de dólares. Es justamente la suma de las cosas declaradas oficialmente. Nadie sabe cuántos artículos se enviaron, adónde y quién los recibió. Debido a que las armas van surgiendo en Oriente Medio, entendemos que todo esto es, entre otras cosas, una parte del esquema de corrupción.

El Gobierno de Dinamarca anunció que intenta brindar asistencia militar a Kiev por un total superior a 523 millones de dólares. En particular, planea entregar pertrechos de artillería, tanques y vehículos blindados.

De esta manera, los anglosajones, a través de sus satélites, continúan suministrando incontrolablemente armas a Kiev, convirtiéndose de hecho en cómplices de sus crímenes sangrientos. Con miras a lograr sus objetivos mezquinos, están listos para sacrificar a los soldados ucranianos, la estabilidad y la prosperidad no simplemente en Ucrania (gracias a los esfuerzos de Occidente, no se quedó nada de este país), sino en el continente europeo en general.

En Ucrania siguen fomentándose el odio y la rusofobia agresiva. El problema radica no en nosotros, sino en que se trata del nazismo que se convirtió en el terrorismo basado en el nacionalismo. ¿Qué va a hacer con esto Europa que, en vez de “curar” la terrible enfermedad en Ucrania, no hace sino estimular su propagación? Posteriormente, volverán a pedir socorro a nosotros. Tal como recurren ahora a nosotros con los retos que crearon en el Cáucaso del Norte por sí mismos en los años noventa. Los occidentales nos dicen que nos llevemos a las personas a las que acogieron en sus países como héroes, concedieron permisos de residencia, visados prolongados o inmediatamente ciudadanía, a las que asignaron prestaciones, llamaron “luchadores por la libertad y democracia”, exhibieron en todas las plataformas de importancia social. Ahora piden que las tomemos. No saben qué hacer con dichas personas. Han oído que podemos influir en estas personas.  

Pero ellos mismos crearon enclaves de diáspora en el oeste y el norte de Europa, reuniendo allí a los peores terroristas o sus cómplices, personas de opiniones claramente extremistas. Ellos mismos crearon un caldo de cultivo para esta ideología. ¿Qué tenemos que ver con esto? Entonces, nos aterrorizaban con sus evaluaciones de lo que estaba sucediendo en el norte del Cáucaso, afirmando que, supuestamente, estábamos sofocando la libertad allí. Qué interesante. En este caso será lo mismo. Ya se están ahogando por lo que han hecho, creando las condiciones para los flujos migratorios. No estoy hablando de Oriente Medio. Solo de Ucrania. No controlan las acciones de las personas que han llegado a los países de la UE desde el territorio de Ucrania, no solo les conceden oportunidades financieras, sino que literalmente las imponen, inculcándoles una sensación de absoluta permisividad e impunidad. Pero se puede calcular que sucederá luego. Lo sabemos. ¿Lo saben los ciudadanos de la UE? Les aseguro que no.

La exdiputada de la Rada Suprema y escandalosa activista del partido radical Svoboda (Libertad), Irina Farión, ha dicho en una reciente entrevista que la población rusohablante de Ucrania «merece una eliminación total y absoluta». Vaya. ¿Está bien? Pero no está sola. Mijaíl Saakashvili ha dicho que «la corrección mental de la mayoría de los rusos es imposible». ¿Saben de dónde vienen estas frases? Son palabras de nazis y fascistas. Esto es lo que decían. Entonces, la lista era más larga e incluía en general a eslavos, gitanos, judíos y otros pueblos que, desde el punto de vista del Tercer Reich y de quienes «simpatizaban» con él, no podían ser sujetos a una corrección mental y «merecían la eliminación total y absoluta». De hecho, Irina Farión ha instado a exterminar a millones de personas solo porque su lengua materna es rusa. Tales declaraciones son puro fascismo.

El fascismo no es un concepto temporal, no un período histórico, sino una ideología. Cuándo y en qué forma puede reencarnarse es una cuestión de permisividad e impunidad. Pero no es la cuestión de que si existía en el primer tercio del siglo XX, nunca volverá a aparecer, y todo lo que parece a él no lo será. No. Es una ideología que ha tenido diferentes manifestaciones en diferentes épocas históricas. La más llamativa fue en el siglo XX, y luego pasó a las formas de neonazismo, reencarnación del fascismo. Pura ideología que entonces todo el mundo logró vencer. Ahora, ya que no fue erradicada, se manifiesta de nuevo.

¿Quién está detrás de esto? ¿Por qué se siente tan cómoda esta ideología? Porque es el fruto de muchos años de trabajo de los occidentales para cultivar la peste parda en el suelo nacionalista de Ucrania. ¿Para qué? Para que estas fuerzas se conviertan en un baluarte de Occidente para hacer frente a nuestro país. Desde su punto de vista, es rápido, barato y eficiente. Funciona. Luego se puede destruirlo.

Al mismo tiempo, Ucrania continúa su política de eliminar completamente la lengua rusa del espacio cultural y de las Humanidades del país. Ni siquiera la escandalosa ley sobre el idioma estatal de 2019 prohíbe el uso de lenguas distintas del ucraniano en la comunicación cotidiana y en los ritos religiosos. Pero ahora han ido aún más lejos. Ahora la tarea es privar a las personas del derecho a lo poco que les queda después de que fueron aprobadas las leyes sobre la ucranización total.

En enero pasado, se supo que en la Academia de Kiev-Moguila se había introducido la prohibición total de comunicarse en ruso para estudiantes, profesores y funcionarios administrativos. Según el rector, la opinión pública interna será tal que esto favorecerá que la Academia sea una universidad totalmente ucraniana. Por supuesto, el "defensor del pueblo" lingüístico, Tarás Kremen, apoyó activamente esta iniciativa y expresó su esperanza de que otras universidades sigan el ejemplo de la Academia de Kiev-Moguila. ¿Sabe cómo se llama ahora en Ucrania? "Sprechenführer". Creo que es absolutamente correcto.

En octubre pasado, el rector de la Universidad Nacional Tarás Shevchenko de Kiev anunció el cierre de programas de estudio de ruso, bielorruso y parsi. ¿Por qué el farsi? Además, la universidad ha introducido la prohibición de recurrir a fuentes rusas en los trabajos científicos. ¿Cuándo se prohibirá la tabla periódica de los elementos, inventada por Mendeléyev? La seda y la porcelana también son extranjeras y extrañas.

Las decisiones de prohibir el uso público de obras culturales en ruso, como libros, canciones, espectáculos de teatro y circo, y películas, también se toman a nivel de las autoridades locales. En julio pasado, el Ayuntamiento kievita introdujo una moratoria de este tipo. En octubre pasado, el Ayuntamiento de Vinnitsa siguió su ejemplo y prohibió los programas de televisión, las películas, los libros y los espectáculos de producción rusa y en ruso.

Kiev se ha vuelto loca, según los medios de comunicación, en un parque infantil ha aparecido una pancarta con las normas de comportamiento, entre ellas la prohibición de hablar ruso.

En este contexto, los resultados de una encuesta publicada por la organización pública Спiльномова, según los cuales el 20% de los niños en edad preescolar ucranianos no entienden la lengua oficial, parecen una tontería. ¿Quién tiene la culpa? Probablemente es Rusia. La encuesta se realizó entre niños de 5 a 6 años, de los cuales sólo el 15% hablaba activamente ucraniano. Además, los escolares ucranianos siguen siendo en su mayoría rusohablantes y se comunican en ruso durante los recesos.

En la lucha contra la lengua rusa no ayudan ni la prohibición de su uso, de libros, canciones y películas rusas, ni la destrucción de monumentos a poetas y escritores rusos. En su desesperación, la embajadora de las casas de joyería occidentales, la Primera Dama ucraniana, Elena Zelenskaia, incluso pidió a los representantes de Google que limpiaran de Rusia la búsqueda y las recomendaciones en Youtube. Sin duda, esto debería ayudar.

Está claro que el régimen kievita, en su propósito de construir un Estado monoétnico neonazi, intenta esencialmente cambiar por la fuerza la identidad lingüística de sus ciudadanos.

El 28 de octubre, se cumplieron 79 años de la liberación de Ucrania de los invasores nazis. Ese día de 1944 los combatientes del Ejército Rojo completaron la ofensiva estratégica de los Cárpatos Orientales, alcanzando las fronteras de la Unión Soviética. Se pagó un precio muy alto por librar a la RSS ucraniana de la escoria nazi. Alrededor de 2,6 millones de soldados soviéticos murieron o resultaron gravemente heridos en las batallas. Los hitlerianos, según diversas estimaciones, mataron hasta 10 millones de civiles. Más de 700 ciudades y asentamientos y unos 28.000 pueblos fueron destruidos. Los ocupantes saquearon y demolieron decenas de miles de instituciones sanitarias, educativas y culturales, empresas industriales y granjas colectivas.

Hoy en día, el régimen de Kiev, continuando su curso de falsificación de la historia, está haciendo todo lo posible para borrar de la memoria de las generaciones presentes y futuras la inmortal hazaña del pueblo soviético, blanquear el fascismo y glorificar a los criminales nazis, que dieron cuenta de decenas de miles de vidas de civiles inocentes: ucranianos, rusos, bielorrusos, polacos, judíos y otros.

Confiamos en que no esté lejos el nuevo día cuando Ucrania se libere del poder de los recién surgidos herederos espirituales e ideológicos de la ideología misántropa.

 

Respuestas a algunas preguntas:

Pregunta: Acaba de aparecer información sobre el bloguero de Odesa, Stanislav Dombrovski, que hace poco habló negativamente de las autoridades ucranianas en las redes sociales. Le quemaron la casa y el coche en Suiza. Presentó varios nombres de funcionarios y militares que, en su opinión, eran responsables del incendio provocado. ¿Lo sabe del caso?

Respuesta: No he oído hablar de ello. Conozco muchos otros casos. Incendios provocados de bienes muebles o inmuebles, persecución, a veces violencia física, incluido el asesinato de personas que no solo no estaban de acuerdo con el régimen de Kiev, sino que ni siquiera iban a tocarlo. Simplemente defendían no sus creencias, sino sus derechos, tal y como prescribe la legislación ucraniana, y fueron sometidos a todas estas terribles pruebas.

Hay muchísima información de este tipo. Hoy he hablado de periodistas rusos. Podemos recordar a ciudadanos ucranianos, periodistas y figuras públicas (a Olés Buziná, por ejemplo). Alguien fue asesinado, mutilado o arrojado a centros de detención. Y nadie conoce su destino. Hay un montón de casos parecidos. Estos son los principales signos del régimen de Kiev: violencia, nacionalismo, permisividad, propaganda a favor de la privación de derechos de los ciudadanos y todo tipo de abusos contra quienes aún desean vivir según la ley y profesar los valores humanos universales.

 


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