Entrevista concedida por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, al holding mediático RBС acerca de los asuntos candentes de la agenda internacional, Moscú 15 de mayo de 2020
Pregunta: La epidemia del coronavirus ha ejercido ya una influencia radical en el grado de apertura de los países del mundo. ¿Cree que el mundo podrá volver a recuperar en algún momento la apertura y movilidad de las que gozó antes de la epidemia?
Respuesta: En estos momentos, hay mucha polémica en torno a este tema. Es verdad que muchas medidas tomadas para la luchar contra la propagación del virus son tomadas al azar, porque nadie conoce a ciencia cierta cuál es el modo de lucha más eficaz. La solución se va buscando sobre la marcha por medio de reacciones a retos epidemiológicos inmediatos. Las medidas en cuestión limitan de forma considerable la vida habitual de solo de Estados y sociedades, sino de cada uno de nosotros, de cada una de las familias.
Nadie podía imaginarse jamás que tuviéramos que tramitar pases digitales para poder salir de nuestras casas, de nuestros pisos. Sin embargo, de acuerdo con los expertos, estas medidas ayudan a frenar la propagación del virus. Muchos países, Rusia inclusive, restringieron la entrada en el país y la salida del mismo. Únicamente se hacen excepciones para los ciudadanos rusos y sus familiares que se encuentren en estos momentos en el extranjero y deseen regresar a Rusia, así como para los diplomáticos extranjeros, personas encargadas de transporte por tierra, aire, ferrocarril y carretera. Para el resto de la población la salida al extranjero es imposible en la actualidad. No es un invento nuestro, es una medida tomada por la mayoría de los países.
Ahora estas limitaciones se irán levantando de manera paulatina, en función de cómo se vaya desarrollando la situación en tal o cual país. En aquellos países donde este paso se ha dado ya, se avisó de que los Gobiernos y las autoridades sanitarias estarían pendientes de la situación, para introducir correcciones en las medidas tomadas en caso de necesidad. Todos coinciden en que la recuperación de la totalidad de los vínculos a nivel mundial, sean económicos, culturales o simplemente humanos, llevará mucho tiempo.
La mayoría aplastante de analistas coinciden en que, incluso después de eliminarse todos los riesgos de la propagación del virus, aprobarse e introducirse en la rutina médica las vacunas, seguiremos conviviendo con esta enfermedad, de la misma manera que estamos conviviendo con otros agentes biológicos, contra las cuales hace tiempo fueron inventadas las vacunas. Al mismo tiempo, como seguramente saben, existen pronósticos de que el coronavirus se quedará con nosotros para mucho tiempo, habiendo una segunda ola de contagios y brotes anuales. La mayoría de los expertos consideran que ya no habrá aquella comunicación libre de la que hemos gozado hasta ahora, porque se tomarán medidas preventivas, también en el transporte.
Ya saben de qué manera se prevé organizar el funcionamiento de los aeropuertos y cómo se pretende garantizar la seguridad biológica dentro de los aviones, trenes, coches y restaurantes, puesto que ahora se habla mucho de ello. No creo que se considere necesario introducir unas medidas preventivas muy estrictas, pero no espero que vuelva la libertad de comunicación de antes. Habrá medidas que serán fruto de la situación actual.
Pregunta: Ha mencionado las medidas preventivas. ¿Le parece que Rusia está interesada en controlar, una vez levantada la cuarentena, en mayor medida a sus ciudadanos en el extranjero? ¿No sería recomendable introducir visados de salida? Incluso en las redes sociales se habla de ello.
Respuesta: No sé quién está hablando de ello. Si la gente añora a la Unión Soviética, está en su derecho. No veo ninguna necesidad en ello ni he oído sobre tales planes de la gente que pudiera tomar este tipo de medidas.
Pregunta: ¿No teme que los países que ven en Rusia a un enemigo aprovechen la situación epidemiológica para restringir el acceso de los ciudadanos rusos a sus territorios?
Respuesta: Tenemos ya bastantes ejemplos de cómo con respecto a los ciudadanos de Rusia sin motivo aparente se dan pasos que son muestra de escasa amistad. No puedo prever qué más inventarían nuestros interlocutores extranjeros. Ya saben inventarse sanciones en un abrir y cerrar de ojos: sea con el envenenamiento en Salisbury, el llamado caso de los Skripal, sea con la situación con el Boeing-737 de Malaysia Airlines.
Nadie presenta ninguna prueba concreta, la máxima explicación que se da es “highly likely”, es decir “altamente probable”. Espero que en Occidente prevalezca el sentido común, se deje aparte la actitud desmedida y se imponga la necesidad de guiarse en todos los actos por las normas del Derecho Internacional que exigen que cualquier acusación sea probada de manera inequívoca, a través de los tribunales o de los organismos internacionales. De momento, no vemos que sea aplicado este principio a las acusaciones infundadas formuladas contra nosotros.
A la pregunta de si esperamos algunas muestras de escasa amistad, le responderé que espero que no se den tales pasos. Sin embargo, le aseguro que estamos preparados para cualquier desarrollo de los acontecimientos.
Pregunta: ¿Cuándo podría empezar Rusia a abrir sus fronteras para sus vecinos, países miembros de la CEI? ¿Será suficiente que los líderes de los países de la CEI anuncien su victoria en la lucha contra la propagación del COVID-19? ¿Podría Rusia fiarse de tales declaraciones? Es que ha habido ya ciertos conflictos, por ejemplo con la República de Bielorrusia.
Respuesta: Esta pregunta no me la debería dirigir a mí, sino a los organismos encargados de mantener la seguridad sanitaria, epidemiológica y biológica de nuestro país, así como el control de la salud pública. A mi modo de ver, son cosas evidentes para cada persona que entiende los principios de funcionamiento de un Estado, sea el Estado ruso o cualquier otro. Todo cuanto se hace para luchar contra el coronavirus obedece a la tarea prioritaria de garantizar la seguridad de la población, del Estado, también de cara a las amenazas de carácter epidemiológico. Las decisiones son tomadas en el marco de las estructuras interministeriales dependientes del Gobierno ruso y del Consejo de Estado de Rusia, del Centro Coordinador para la lucha contra la propagación del coronavirus y el Consejo de Coordinación. El Ministerio de Asuntos Exteriores también forma parte de dichas estructuras, pero se encarga exclusivamente de asuntos de su incumbencia. Éstos son secundarios con respecto a la estrategia elegida para luchar contra el coronavirus y un levantamiento suave y ordenado de las medidas de confinamiento en vigor en estos momentos.
Pregunta: Me gustaría volver a la situación con The Financial Times y The New York Times. Según tenemos entendido, y lo comentó ayer la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, les podrían, probablemente, anular la acreditación, en caso de refutar los mencionados diarios los artículos publicados. (Nota: en realidad María Zajárova dijo lo contrario: “No es un método usado por nosotros, la anulación de la acreditación, ni la expulsión de periodistas ni ninguna otra medida represiva”).
Tenemos una situación muy parecida con Bielorrusia. En este caso, ¿en qué se diferencia dicha situación de la de Pervy Kanal en Bielorrusia? ¿Por qué hay unas reacciones tan implacables a la suposición de que las estadísticas oficiales rusas podrían distar de ser exactas?
Respuesta: No he oído ni decir ni aseverar a nadie nada acerca de la anulación de acreditaciones en caso de que no haya reacción por parte de dichos diarios. Tampoco lo hemos abordado con María Zajárova. Considero que ni ella ni yo debemos adelantar tales ideas.
En cuanto a la esencia del problema, antes que nada diría que dicha situación es un asunto de incumbencia del Servicio Federal de control en la esfera de la comunicación, tecnologías de la información y medios de comunicación (Roskomnadzor). De acuerdo con lo establecido por la Ley “De información, tecnologías de la información y protección de la información” de la Federación de Rusia, el Roskomnadzor adoptó las pertinentes medidas legales. Ya veremos cuál será la reacción.
En general, estoy en contra de que los periodistas sean juzgados en público, sin embargo, deben responder por sus publicaciones. Ya saben qué medidas se han tomado en Londres con respecto a Russia Today, donde tienen al Ofcom, estructura idéntica al Roskomnadzor, por haber cubierto el medio ruso la situación en Siria exclusivamente desde el punto de vista de Rusia, a modo de ver del Reino Unido. La solicitud de Russia Today de que le fuera indicado qué materiales suyos eran de postura claramente imparcial con respecto a Siria no obtuvo respuesta alguna. Y la multa que se le impuso fue de 200.000 libras esterlinas.
Considero que el problema relacionado con información que es fidedigna o no lo es merece atención especial y una actitud realmente universal. ¿Y qué es lo que vemos ahora? En la UNESCO hace tiempo fue creado el “grupo de amigos”, cuya tarea es tratar el tema de la seguridad de los periodistas. Van formando alrededor de sí un tal movimiento que se proclama marcador de tendencias y guardián de tradiciones de la libertad de prensa. Considero que su postura no es muy correcta. Los periodistas pueden y deben formar asociaciones y promover conceptos, pero declarar que son la máxima autoridad y que todos deben seguir precisamente sus estándares, es una visión algo exagerada. Como también lo es la iniciativa que formuló Francia, la de abordar los problemas de la libertad en el ciberespacio y de la información fidedigna en el marco de un tal movimiento creado al margen de estructuras universales.
Sí, que existen problemas: el llamado principio “highly likely” está presente ahora en cualquier noticia, sea el caso de los Skripal, del Boeing perteneciente a Malaysia Airlines, del Brexit, del referéndum en Cataluña. Se nos acusó de haber injerido en todos estos procesos y de haber organizado algunos de ellos. Ahora tenemos a Praga, donde “un diplomático ruso introdujo en el país en su maleta veneno mortal”. Los servicios secretos estaban al tanto, pero le dejaron pasar. Deben meter en la cárcel a la gente que, a sabiendas de que uno está introduciendo en el país veneno mortal, le dejan entrar. Y ahora, ¿dónde estará este veneno, desde el punto de ver de los servicios secretos checos? No lo sabría decir.
Otro ejemplo más reciente de la aplicación del principio “highly likely”. El Bundestag anunció de buenas a primeras haber descubierto hace cinco años durante alguna investigación que el mismo había sido víctima de un ataque de piratas informáticos. Se atentó contra el correo personal de la Canciller Angela Merkel. Se dijo que lo habían hecho los rusos. Pasaron cinco años, pero no se nos presentó ningún episodio concreto. Veamos lo que pasa al otro lado del Atlántico: en 2013 Edward Snowden hizo públicos los documentos clasificados de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU. Se desprendía de los mismos con una claridad absoluta que dicha entidad a través de sus representantes en Alemania había realizado escuchas telefónicas a varias personas, entre ellas, a Angela Merkel. Este hecho fue establecido y reconocido por las autoridades alemanas, el Jefe de la Agencia en Alemania fue extraditado. Un año más tarde la Fiscalía Federal de Alemania anunció el cierre del caso en cuestión, puesto que la acusación no podía ser probada en el juzgado. Es decir, el hecho sí que lo había, pero era improbable. Con respecto a Rusia no hay hechos y, sin embargo, todo “es probado” con mucha facilidad. Éste es el problema con el que nos topamos en el espacio informativo, al hablar de los hechos.
En cuanto a las estadísticas relativas al coronavirus, le aseguro de que las autoridades rusas son las últimas en querer ocultar la verdad. No estamos hablando de nimiedades, sino de las vidas humanas y considero que sería indignante jugar con ellas o intentar aprovechar esta situación para calumniar a un país. La Agencia Bloomberg que siguió la corriente a las publicaciones de The Financial Times y The New York Times, puso en el titular que no había respuesta a la pregunta “de por qué el coronavirus no mató a más rusos”. Estamos en una situación, en la cual los periodistas que trabajan para los medios intentan usar para sus juegos geopolíticos los temas más serios, incluso trágicos. Quieren caerle bien a alguien o alguien sacarle de quicio. Deberían ser cuidadosos al máximo con ello, desde el punto de vista de la observancia de la Ley y de la ética periodística.
Pregunta: ¿Disponen ustedes de datos exactos sobre el número de ciudadanos rusos que deseen regresar al país de origen? ¿Cuándo se podría concluir el proceso de su evacuación?
Respuesta: Desde el inicio de la pandemia, evacuamos a más de 250.000 personas. Según nuestras evaluaciones, un poco menos de 30.000 ciudadanos quisieran regresar a Rusia.
En el portal Gosuslugi está registrado el doble de pretendientes pero la revisión organizada junto con los Ministerios del Interior y de Comunicaciones, pone de manifiesto que una gran parte de los registrados no piensa volver al país. Las personas que tienen su residencia permanente en el extranjero decidieron aprovechar esta situación y se registraron por si acaso.
Los que realmente desean regresar, son unas 30.000 personas. Si se imagina usted a los que caben en un avión, es un grupo importante. Es un trabajo serio que ya está puesto en marcha y coordinado. Pero siguen surgiendo situaciones complicadas, aunque menos. Cooperamos con el Centro Coordinador, los Ministerios del Interior y de Comunicaciones, la Agencia Federal de Transporte Aéreo Rosaviatsiya, las líneas aéreas Aeroflot y otros operadores de vuelos. Se ha conseguido una perfecta coordinación entre los organismos competentes a nivel oficial y personal, lo cual nos ayuda a solucionar problemas. Fue también de gran ayuda la decisión aprobada por el jefe de Gobierno de Rusia, Mijaíl Mishustin. Para complementar los criterios del algoritmo detector de personas que tienen el derecho preferencial a regresar a sus hogares, que sirvieron de base para aprobar las listas de espera, los embajadores de Rusia en el exterior tienen derecho a agregar a las personas de las llamadas listas humanitarias. Es decir, a los que no reúnen, por alguna razón, los requisitos establecidos por el Centro pero se encuentran en una situación difícil que exige intervención inmediata.
El trabajo está lejos de terminarse. Las 30.000 personas es un colectivo importante. Pero ya tenemos la experiencia y los motivos para considerar que ahora reaccionamos con mayor eficacia ante las situaciones extraordinarias.
Pregunta: ¿No cree que los ciudadanos rusos deberían modificar su actitud ante las salidas al extranjero? ¿Comportarse con más responsabilidad y considerarlo un privilegio?
Respuesta: No es ningún privilegio, sino un derecho constitucional.
Pregunta: ¿En serio? ¿Los viajes al exterior?
Respuesta: Creo que un viaje turístico en tu propio país ya es un asunto serio. Por ejemplo, a mí me gusta el turismo de aventura, el descenso de ríos montañosos. El viaje al lago Baikal o al Oriente Lejano, Kamchatka exige una preparación muy seria. Y eso que estás en tu propio país. En el extranjero, pueden surgir también circunstancias de emergencia, aún si no se trata del turismo de aventura, sino de playa. ¿Recuerda el desastroso tsunami en Asia del Sudeste hace unos años? Todos huían de Tailandia, cundo las olas de 12 metros de altura borraban de la faz de la tierra hoteles y pueblos. Y los vuelos chárter con los turistas rusos volaban Tailandia. Luego hubo que organizar la evacuación de estas personas. Pero fue en un sólo país y un grupo en concreto. Cuando lo mismo toca hacer en todo el mundo, es otra cosa muy diferente.
La hora de preparar un viaje al extranjero, cada individuo debe tomar la decisión por su cuenta. Tal vez sea recomendable adquirir el seguro de viaje, aunque ahora no es obligatorio. Creo que la industria turística sacará las conclusiones respectivas de esta situación. Por nuestra parte, estamos dispuestos a participar en este trabajo.
Pero, en cuanto a las prohibiciones de salir al extranjero, no hay motivos para plantear la cuestión de tal manera.
Pregunta: Terminemos con el tema turístico y pasemos a la gran política. En el conflicto entre EEUU y China en torno a los datos supuestamente contradictorios sobre la aparición y propagación del coronavirus, ¿en qué bando está Rusia y por qué?
Respuesta: Estamos en el bando de la justicia y sentido común. La justicia supone que no se puede acusar a nadie de nada sin tener pruebas de su culpabilidad. Ya he aducido ejemplos del principio de highly likely que nos aplican los socios occidentales acusándonos de todo. Lo mismo se puede decir de cualquier situación cuando se le acusa, sin presentar pruebas concretas, a cierto país de cometer algo grave que tuvo consecuencia para la vida de personas. Es algo que no puede tomarse a la ligera.
En cuanto al sentido común, creo que ahora cabe centrar los esfuerzos, en lugar de buscar a los culpables, en unirnos para crear la vacuna cuanto antes. Están trabajando en ello los institutos en muchos países del mundo: en Europa, China, Rusia, EEUU y otros países. Está ya desencadenada una carrera de prestigio: quién será el primero. Ya se observan manifestaciones del «egoísmo nacional», cuando asistimos a manipulaciones competitivas, muchas veces desleales, para ver quién quedará primero en obtener la vacuna. Se informa que EEUU ha comprado la empresa francesa Sanofi confiando en que sea la primera en conseguir el resultado. Por oro lado, Francia y otros países de Europa proponen, y les respaldamos es esto, que cualquier resultado positivo en la creación de la vacuna se divulgue de inmediato y la vacuna sea accesible para todos. Este es el sentido común. Sin geopolítica, son intereses egoístas ni intentos de sacar provecho político de esta trágica situación.
Me gustaría recordar que nuestros colegas chinos nos informaron de l que ocurría a finales de diciembre (cuando se convencieron de que se trataba de una epidemia). En enero lo estaban tratando los especialistas, incluidos los de la Organización Mundial de la Salud. A principios de febrero, los expertos de la OMS, incluido un especialista ruso, visitaron Wuhan. Así que hablar de que los chinos habían ocultado la información de la OMS o que lo había hecho la propia OMS es, por lo menos, incorrecto. Desde luego, nadie esperaba semejante desarrollo y dimensiones de la pandemia, pero es una situación sin precedentes. Hubo que actuar sin contar con la experiencia suficiente. Esta pandemia es mucho más grave que las precedentes. Creo que, en lugar de acusar infundadamente a los especialistas de la OMS, hace falta apoyar e incentivarles. Tanto más que los ciudadanos de los países que más critican y casi exigen cerrar la Organización o reformarla de forma radical, representan la aplastante mayoría de los empleados de la Secretaría de la OMS. Los representantes de EEUU, Francia, Italia, Irlanda, España, Australia, Portugal, Gran Bretaña representan más del 30% de los colaboradores en la OMS, que se dedican profesionalmente las epidemias y la sanidad, en general. La mayoría de los países occidentales superan la cuota media de especialistas prevista para cada país. De los 2.100 especialistas, la tercera parte proviene de los países occidentales. Italia, Canadá, Australia tienen en torno a 60 expertos cada una. Mientras China tiene menos de 40, Rusia, tan sólo 20 especialistas. Si China, u otro país no occidental, hubiera urdido el plan malvado de aprovechar la OMS pata promover sus intereses egoístas, ¿cómo lo habría podido conseguir un grupo de 40 personas que se enfrenta a otro, de más de 700 especialistas de los países occidentales, unidos, además, por compromisos de alianza dentro de la OTAN y la Unión Europea? De ahí que yo me concentraría ahora en ayudar a los expertos a desarrollar el antídoto, en lugar de intentar sacar beneficios geopolíticos, electorales u otros.
Pregunta: Una vez terminada la pandemia y creada la vacuna, ¿respaldará Rusia la idea de investigar las causas de lo ocurrido? ¿O es que no hay motivo de hacerlo, dado lo que acaba Usted de referir?
Respuesta: Ya he hablado de ello. No lo llamaría «investigación» sino «necesidad de estudiar las causas concretas de aparición del coronavirus». La mayoría coincide en que es de origen natural. Pero cómo empezó este proceso natural, cómo el virus empezó a transmitirse de persona a persona, hace falta investigarlo. Los científicos lo están haciendo. Tendrá un significado crucial para elaborar el antídoto ante esta amenaza e intentar asegurarse al máximo en contra de semejantes amenazas en el futuro. Y no para exclamar: «Yo tenía razón, el virus surgió en tal mercado y, por eso, hay que introducir sanciones contra tal país».
Pregunta: El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, propuso a sus colegas del Consejo de Seguridad de la ONU, reunirse por videoconferencia para discutir la situación en torno al coronavirus. ¿Por qué está reunión no se ha celebrado hasta ahora?
Respuesta: No lo sé. Fue la iniciativa de Presidente de Francia, Emmanuel Macron. La argumentó con la necesidad de que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU alcen su voz entre los demás miembros de la comunidad internacional para invitar a unirse y solidarizarse en la lucha contra el coronavirus, brindar ayuda a los necesitados y elaborar la vacuna. Respaldamos esta iniciativa. Para entonces ya se aprobaron, con la participación de Rusia, la resolución similar de la Asamblea General de la ONU, las declaraciones del Grupo de los Veinte, del Grupo de los 77 (Organización de los países emergentes) y China. El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, propuso que el “quinteto” de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU también se pronunciara sobre el tema. Nosotros lo aceptamos, si los demás miembros están de acuerdo. Se acordó que nos reuniríamos por videoconferencia, una vez preparado el documento final. Hemos estudiado todas las variantes del documento final, y la última nos resulta perfectamente admisible. Otros miembros del “quinteto” continúan acordando los detalles. Por nuestra parte, estamos dispuestos a participar en esta videoconferencia en cualquier momento.
Pregunta: Usted ha dicho que Rusia espera también celebrar una reunión presencial de los líderes de los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, la reunión que propuso celebrar el Presidente de Rusia, Vladímir Putin. Cuando esta propuesta se adelantó por primera vez la compararon con la Conferencia de Yalta, es decir, la reunión en que puede formarse un nuevo orden global. ¿Sigue siendo acuciante esta iniciativa en el contexto de la pandemia del coronavirus?
Respuesta: No sólo esperamos celebrar esta reunión, la celebraremos. Esta iniciativa recibió el apoyo de China, Francia, luego, del Presidente de EEUU, Donald Trump, y luego el Primer Ministro de Gran Bretaña se adhirió a ésta. Como se sabe, el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, la promovió en enero pasado. Pronunció por redactar meticulosamente la agenda. Nos ocupamos de esto hoy en día. Hay un entendimiento común de todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de que la agenda debe abarcar los problemas clave, fundamentales del mundo contemporáneo, ante todo, desde el punto de vista de la estabilidad estratégica y la seguridad global. Esto se debe al hecho que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU tienen una responsabilidad especial por el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. Quisiéramos que los líderes de los cinco países abordasen de forma abarcadora e interrelacionada todos los temas que se enmarcan en este contexto. En la coyuntura actual, en vista de la pandemia del coronavirus, esta reunión se hace aún más importante. El coronavirus, además de lo que hemos discutido al inicio de nuestra conversación (en cuanto a su influencia en la vida cotidiana, la organización de relaciones internacionales), reveló asimismo los asuntos que es necesario examinar de manera más integral, que están relacionados con los resultados de la prueba de resistencia a que se someten hoy los Estados, sus alianzas, las comunidades internacionales y el ordenamiento mundial, en general. Naturalmente, las respectivas consecuencias se observarán en el ámbito de seguridad, político y militar, económico, de medio ambiente y de las Humanidades. Los asuntos humanitarios y económicos no son de incumbencia del Consejo de Seguridad de la ONU. No creo que sea oportuno que sus cinco miembros permanentes invadan la esfera de competencia de la Asamblea General de la ONU y otros organismos con membresía universal. Mientras, es necesario abordar cuestiones de seguridad política y militar. Nuestros socios – Francia, EEUU, Gran Bretaña y China – confirman en cada conversación y a todos los niveles que esta iniciativa sigue siendo y hasta se hace aún más acuciante en la coyuntura actual. Cuando la situación epidemiológica lo permita abordaremos en detalle los aspectos logísticos de la preparación de este foro y ya nos ocupamos de su contenido a distancia.
Pregunta: ¿Quizás, ya hayan comenzado a redactar documentos finales de esta reunión?
Respuesta: Como ya he dicho, nos ocupamos del contenido de esta reunión para que es necesario continuar consultas con nuestros socios.
Pregunta: Se ha celebrado el Día de la Victoria y las disputas históricas continúan. En una reciente entrevista con RBC el Ministro de Asuntos Exteriores de la República Checa, Tomas Petricek, dijo que los contribuyentes no le pagan por las disputas históricas sino por el desarrollo de las relaciones actuales y futuras con Rusia. Propone dejar tales disputas a los historiadores. ¿Por qué no se logra dejar la historia a los historiadores en las relaciones con la República Checa, con Polonia y usted y su departamento tienen que hacer declaraciones casi diariamente?
Respuesta: Recomendaría a los que hacen tales declaraciones estudiar los recientes archivos. Últimamente subrayamos en reiteradas ocasiones la necesidad de ocuparse de la política concreta y dejar la historia a los historiadores. Está bien que, pasados muchos años, esta idea haya sido aceptada por sus destinatarios, aunque no por todos.
Las cosas deben desarrollarse de esa manera para los que están fieles a la justicia y el Derecho Internacional. Mientras, nuestros colegas que proponen ocuparse de la política actual, en vez de la historia, entienden bajo la ‘política actual’ la promoción de ideas que tergiversan la historia. Proponen las iniciativas que anulan los resultados de la Segunda Guerra Mundial, los veredictos de los Juicios de Núremberg, los acuerdos interestatales firmados tras la Segunda Guerra Mundial, en particular, entre nuestros país y la República Checa, Polonia y otros Estados europeos, incluidos los antiguos Estados partes de la Organización del Pacto de Varsovia de que se trata.
Nuestra política prevé la necesidad de respetar la historia, tal como lo estipula el Derecho Internacional. Y se debe dejar a los historiadores el diálogo sobre al desarrollo de unos u otros sucesos históricos. Tenemos muchas comisiones de los historiadores en que se abordan tales asuntos, incluidas las organizaciones conjuntas con Polonia, Lituania, Alemania. La comisión conjunta con Polonia funciona en el marco del Instituto de la Historia de la Academia de Ciencias de Rusia. Escriben manuales en coautoría, hay capítulos escritos en conjunto en relación con varios episodios de la historia común, en relación con otros episodios se ofrece la opinión de los historiadores rusos y la opinión de los historiadores polacos al lado.
Si con su llamado a dejar la historia a los historiadores nuestros socios quieren decir que tienen derecho a incumplir sus compromisos derivados del Derecho Internacional y de la Carta de la ONU, los fallos de los Juicios de Núremberg o, en caso de la República Checa, de los tratados firmados en 1993 (el Tratado de Amistad y Cooperación) y posteriormente, se equivocan fuertemente.
En cuanto a la República Checa, tras las acciones indignantes del jefe de un distrito de Praga, el Ministro de Asuntos Exteriores de la República Checa, Tomas Petricek, manifestó la disposición a iniciar consultas que propusimos llevar a cabo para mirar cómo las partes cumplían con lo estipulado en el Tratado de 1993, incluida la disposición de preservar y garantizar el acceso a los enterramientos y monumentos militares firmado y ratificado en Moscú y en Praga. En caso con el monumento al Mariscal Iván Kónev, este compromiso de la República Checa fue violado burdamente. Nos dieron explicaciones infantiles que el Gobierno checo no tiene nada que ver con esto porque el monumento es propiedad del respectivo consejo municipal, es decir, aquel ‘jefe’. Creo que es una explicación infantil porque el compromiso de preservar este monumento lo asumió el Estado checo. Además, hasta el último momento supimos (y la parte checa nos lo confirmó) que el monumento estuvo inscrito en el registro del Ministerio de Defensa de la República Checa. Y cuando resultó demolido nos dijeron modestamente que no es su propiedad. Creo que es inadmisible. Creo que nuestros colegas checos tendrán que dar explicaciones serias durante las próximas consultas y decir cómo planean corregir esta situación. El compromiso sigue en vigor y el monumento tiene que restablecerse.
Pregunta: Usted ha mencionado los archivos. Hace poco, el Embajador permanente de Rusia ante la Unión Europea, Vladímir Chizhov, mencionó la Doctrina de Dulles. ¿Puede figurar esta Doctrina en documentos oficiales, en vista de que la existencia de este documento es una teoría de conspiración?
Respuesta: La Embajada de Rusia ante la UE ya dio comentario y agradeció a los periodistas por prestar atención al artículo escrito por nuestro representante, Vladímir Chizhov, y explicó que este personaje no fue mencionado como ejemplo de la existencia de un documento concreto con fines de conspiración sino como un apellido vinculado con el espíritu de aquella época. Sabemos qué planes discutieron nuestros aliados después de la victoria sobre el nazismo. Este apellido fue mencionado en este contexto.
Pregunta: Usted ha dicho que el documento final de la reunión que propuso celebrar el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, para elaborar acciones conjuntas con el fin de hacer frente al coronavirus casi está preparado. ¿Podría usted decir en términos generales de qué se tratará en este documento sin revelar secretos ajenos?
Respuesta: Creo que no encontrará algo inesperado en este documento. No voy a especificar su contenido. Mientras, si lee la resolución de la Asamblea General de la ONU y del Grupo de los Veinte ya publicada, se hará una idea sobre la dirección en que en esta etapa avanzan los preparativos para la videoconferencia de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU sugerida por Francia.