Discurso pronunciado por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, en la sesión plenaria del Consejo de los Ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de los Veinte sobre la lucha contra el terrorismo, la transformación digital, la asistencia humanitaria y la reducción del riesgo de desastres, Nueva Delhi, 2 de marzo de 2023

Estimados colegas,

La economía mundial se enfrenta hoy a un entrelazamiento de grandes desafíos. Muchos de ellos son de naturaleza geopolítica o se ven agravados por la confrontación internacional. Esto se refiere, en particular, a los temas candentes planteados por la presidencia de India, es decir, el terrorismo, la delincuencia relacionada con las drogas y los desastres naturales. Es necesario desarrollar respuestas adecuadas a estos peligrosos fenómenos a través de organismos especializados, en primer lugar, en la ONU.

El aumento del terrorismo ha sido provocado en gran medida por la interferencia externa de Occidente en los asuntos internos de los Estados soberanos. Irak, Libia, Siria y Afganistán se han convertido en las víctimas de aventuras armadas y reclamaciones neocoloniales. Los resultados son el debilitamiento del Estado, el desenfreno de grupos terroristas, la mayor amenaza de la droga, el empobrecimiento de la población y la degradación de los Derechos Humanos. La peligrosa inestabilidad en el Oriente Medio también se ve nutrida por la falta de progreso en la solución del problema palestino.

La destrucción de Libia ha intensificado drásticamente la amenaza terrorista en África, especialmente en la región de Sahara y Sahel.

Un nuevo foco de extremismo se está inflando en Ucrania desde 2014. El régimen de Kiev está siendo nutrido de armas sin cesar, se apoya abiertamente a batallones nazis con soldados cubiertos de pies a cabeza con emblemas y tatuajes nazis, se ha organizado el reclutamiento de mercenarios de los países de la OTAN y de terroristas internacionales. Hay pruebas de que armas letales de Ucrania terminan en puntos calientes en el extranjero.

Hoy, ya hemos hablado del sabotaje, la explosión de los gasoductos Nord Stream, en la zona de responsabilidad de la OTAN frente a las costas de la. Es indicativo que este ataque terrorista tuvo lugar poco después de los ejercicios militares conjuntos de la OTAN en los que participaron las fuerzas navales de EEUU. Insistimos en una investigación abierta e imparcial, incluida una verificación exhaustiva de la información sobre la implicación de estructuras gubernamentales estadounidenses y de otros países occidentales.

Occidente está destruyendo la unidad del frente global antiterrorista. El último ejemplo son las acciones hostiles para restringir los derechos de Rusia en el GAFI, lo que en esencia equivale a favorecer el terrorismo internacional. Estamos convencidos de que la respuesta antiterrorista requiere que se rechace el doble rasero y las agendas ocultas. La represión de este mal incondicional no puede ser rehén de consideraciones coyunturales ni de enfoques de bloques.

En relación con los recientes terremotos devastadores, prestamos apoyo inmediato a Turquía y Siria, enviando fuerzas de defensa civil y suministros humanitarios. En los últimos años, Rusia ha ayudado a más de 110 países, principalmente en África, Oriente Medio y América Latina, a superar las consecuencias de los desastres naturales. Además, hemos proporcionado más de 270 millones de dólares para estos fines y para proyectos de reconstrucción a través de las estructuras humanitarias internacionales.

El rápido progreso de las tecnologías de la información y la comunicación y el ritmo cada vez mayor de la transformación digital plantean riesgos significativos. Rusia fue la primera en el mundo en plantear la cuestión de elaborar en el marco de la ONU una convención internacional sobre la lucha contra la ciberdelincuencia. En 2019, por iniciativa nuestra, en colaboración con otros 47 Estados, se adoptó una resolución de la Asamblea General de la ONU para iniciar el correspondiente proceso de negociaciones, que ha entrado en la fase práctica. Partimos de que el proyecto de convención se someterá a la consideración de la Asamblea General de la ONU durante su 78º período de sesiones.

Hablando de la ONU, reafirmamos nuestra posición a favor de la reforma del Consejo de Seguridad mediante una mayor representación de los países en vías desarrollo. Durante muchos años hemos apoyado las candidaturas de Brasil e India, sin dejar de prestar atención a los intereses del continente africano. En cuanto a Occidente y sus aliados, ahora ocupan 6 de los 15 escaños en el Consejo de Seguridad. No hay duda de que es más que suficiente.

En general, no cabe duda de que todas las instituciones multilaterales están sometidas a una prueba de conformidad con las nuevas realidades geopolíticas. Esto también se refiere tanto a la ONU, como al Grupo de los Veinte. Aquellas estructuras que pueden ser plataformas para equilibrar los intereses de los Estados, y no para tratar de justificar las pretensiones hegemónicas de algunos, confirmarán su relevancia.