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Entrevista exclusiva concedida por el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, a la cadena de televisión “Rossiya 24”, Moscú, 18 de julio de 2014

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Pregunta: No puedo por menos que preguntarle por un tema de máxima actualidad –el derribe del avión de las aerolíneas de Malasia sobre el territorio de Ucrania. ¿Qué consecuencias puede tener para Rusia? Desde Kiev se han lanzado enseguida acusaciones contra nuestro país diciendo que suministra sistemas de defensa antiaérea a los milicianos. ¿Cómo respondería usted a estas acusaciones?

Serguéi Lavrov: Nuestra posición ha sido expuesta con toda claridad por el Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, que desde el principio exigió que se llevara a cabo una investigación internacional independiente. Fuimos los primeros en hacerlo. Ayer, durante la conversación telefónica que mantuvo Vladímir Putin con el Presidente de EE.UU., Barack Obama, fue él quien informó precisamente al líder norteamericano de que acababa de ser abatido un avión malasio. Vamos a insistir en que se investigue con la máxima objetividad, apertura e independencia y estamos dispuestos a colaborar. No obstante, creemos que las autoridades del país sobre cuyo territorio ha sucedido la tragedia son las que tienen que mostrar su interés.

En lo que se refiere a las declaraciones que llegan desde Kiev, que poco les falta para afirmar que fue la propia Rusia la que lo hizo, me limitaré a decirle que en los últimos meses no he escuchado ningún tipo de declaración que sea verdad de las autoridades de Kiev. Dicen lo que les conviene. Por ejemplo, el Presidente Petró Poroshenko afirmó que el ejército ucraniano nunca recibiría órdenes de hacer nada que pudiera suponer una amenaza para la población civil, que no iba a bombardear las ciudades ya que, tal como lo expresó de forma grandilocuente, es lo que está en consonancia con "elevadas tradiciones de la nobleza de las huestes ucranianas". Ustedes han podido comprobar con sus propios ojos lo que ha sucedido en ciertas poblaciones del sur-este de Ucrania, con las ciudades, las infraestructuras y la población civil. Gracias a ustedes, lo ha visto el mundo entero.

Hay infinidad de ejemplos. Kiev no deja de emitir un sinfín de mentiras con respecto a lo que está pasando –acusan a quien sea de lo que sea siempre y cuando no sean ellos mismos. Sinceramente, doy por sentado que esta catástrofe pondrá en el lugar que les corresponde a quienes con toda evidencia han apostado por la guerra, esquivan todos sus compromisos para un proceso político y las llamadas de Europa a entrar en razón y basan sus esperanzas en el apoyo de Washington. Nosotros llamamos a las cosas por su nombre – hemos hablado de ello directamente con nuestros colegas estadounidenses. No percibimos ningún deseo por parte de EE.UU. de enviar señales a Kiev en favor de una solución negociada.

Es posible que lo ocurrido con el avión sirva para pararnos a observar y reflexionar. Los milicianos han propuesto una tregua durante el período de la investigación internacional. Defendemos que los expertos internacionales acudan cuanto antes al lugar de la catástrofe y reciban inmediatamente las "cajas negras" que, pese a todas las habladurías provenientes de Kiev, no tenemos ninguna intención de llevarnos infringiendo las normas vigentes de la comunidad internacional para estos casos. Es asunto de la ICAO y de aquellos Estados que tienen relación directa con la tragedia y cuyos ciudadanos estaban abordo – Holanda y Malasia, así como Ucrania entre otros. Es una buena noticia que el Presidente de Ucrania, Petró Poroshenko haya anunciado la creación inmediata de una comisión internacional. Hay que hacerlo, además, de modo que nadie tenga la más mínima duda de la sinceridad y voluntad de llevar a cabo una investigación sin ningún tipo de ambigüedades.

Pregunta: Detengámonos en la investigación y las declaraciones de Petró Poroshenko. Exactamente a las pocas horas de que se supiera la catástrofe, declaró que se trataba de un acto terrorista. No le voy a preguntar de dónde se pudo sacar esta información, apenas transcurridas unas horas después del accidente, sin ningún tipo de investigación. Está claro que más que la opinión de un experto, su declaración tiene un tinte más bien político. ¿Le parece a usted que estas vehementes declaraciones puedan coaccionar al grupo instructor que se encargará de llevar a cabo la investigación? ¿Puede ser esto una indicación directa de lo que hay que encontrar y lo que no hay que encontrar?

Serguéi Lavrov: Es una orden política. Por eso he dicho que doy la bienvenida a las declaraciones de Petró Poroshenko sobre la creación de una comisión de forma inmediata. No obstante, es preciso crearla enseguida, ya.

Naturalmente, pretender afirmar que se trata de un atentado para dar así a los investigadores ucranianos una pauta por la que orientarse en su trabajo es una coacción inadmisible en la actividad de la comisión.

Puedo traer a colación bastantes citas que demuestran la absoluta reticencia a admitir que algo se hace de forma incorrecta o insuficiente por parte de las autoridades ucranianas. Lo principal, tal como lo volvió a subrayar ayer Vladimir Putin en su conversación con Barack Obama, es no seguir insistiendo en que Rusia debe hacer algo, sino contemplar la esencia del problema, que consiste en la absoluta falta de voluntad de las autoridades ucranianas de sentarse en la mesa de negociaciones con quienes no han aceptado el golpe de Estado militar que tuvo lugar en el mes de febrero y su empeño en hablar desde posiciones de fuerza con los ruso-parlantes del sur-este, que a lo único que aspiran es a que se respeten sus legítimos derechos, que se comparta con ellos la mesa de negociaciones y que se empiece a pactar cómo va a estructurarse el Estado ucraniano y qué derechos se van a garantizar para todos sus ciudadanos. No se trata de un capricho, sino en gran medida es una exigencia dirigida a las autoridades de Kiev de que cumplan lo que firmaron el 21 de febrero siendo oposición.

Permítame que le recuerde que el primer punto de dicho Acuerdo, testificado por los ministros de asuntos exteriores de Polonia, Alemania y Francia, establecía la creación de un gobierno de unidad nacional. Es lo fundamental. A continuación, dicho gobierno se ocuparía de la reforma constitucional en virtud de la cual se celebrarían las elecciones. Todo claro, lógico, comprensible y constructivo. Lamentablemente, dicho Acuerdo se rompió con la complicidad de los europeos, o por lo menos por su falta de insistencia para que la anterior oposición y, ahora, actuales autoridades, se atuvieran a lo que habían firmado.

Más adelante se hizo un nuevo intento para reconducir la situación por el cauce de un diálogo constructivo. El 17 de abril, se reunieron en Ginebra los ministros de asuntos exteriores de Rusia, Ucrania, EE.UU. y la Alta Representante de la Unión Europea. En la declaración final de dicho encuentro se fijó el cese de todo tipo de violencia y el inicio, cito textualmente, "de un proceso constitucional inclusivo, transparente y abierto con la participación de todas las regiones de Ucrania."

Cuando presentamos este documento en el Consejo de Seguridad de la ONU y en la OSCE, pidiendo que se aprobara, en tanto en cuanto estaba rubricado por los jefes de las cancillerías de EE.UU., la Unión Europea, Rusia y la propia Ucrania, no encontramos ningún apoyo. Se nos dijo "aprobaremos mejor el Plan de Paz de Petró Poroshenko" que, la verdad sea dicha, ignora la Declaración de Ginebra y los principios de un proceso constitucional abierto y con la participación igualitaria de las regiones. Destaca en un primer plano un llamamiento a entregar las armas y quien no lo haga así será destruido. Y a continuación, si os rendís decidiremos si os amnistiamos o no. Pero no habrá amnistía para los que, según nuestra opinión, hayan realizado crímenes graves. En lo que se refiere a las competencias - seremos nosotros los que decidamos cuándo y cómo será la descentralización.

Los líderes ucranianos no están llevando a cabo ninguna reforma constitucional. Confeccionaron una especie de proyecto que enviaron a la Rada Suprema. No se ha publicado en ningún sitio y las regiones no lo conocen. Paralelamente, lo han intentado enviar al Consejo de Europa pretendiendo extraer una conclusión de esta estructura con el fin de cubrirse en salud diciendo que no necesitan hacer ningún tipo de consulta dado que la "comunidad europea informada" ha confirmado todo y todo transcurre con normalidad. Y aquí está la esencia del problema. Vladímir Putin no ha dejado de comentárselo a Ángela Merkel, Barack Obama, François Hollande y otros interlocutores suyos. La última vez fue en Río de Janeiro, donde el Presidente de Rusia charló sobre este tema con la Canciller alemana.

Subrayamos que no es de recibo que seamos nosotros a los únicos que se nos exige que convenzamos a los milicianos de que se reconcilien con quienes les van a dar el tiro de gracia o que se entreguen a la misericordia de los vencedores. Hablé de esto con el Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry y todavía estoy esperando su respuesta.

En Irak se han celebrado unas elecciones que han supuesto la victoria del partido encabezado por el Primer Ministro del País, Nuri al-Maliki (ha jurado el cargo como Primer Ministro). ¿Por qué razón en Irak, los Estados Unidos creen que es posible convencerle para que comparta el poder con quienes no han aceptado los resultados en las elecciones? ¿Por qué Estados Unidos reconcilia o trata de reconciliar a todos y en todas partes, independientemente de que haya sido ratificado o no en las urnas (pongamos por ejemplo el caso de la República de Sudán del Sur para cuya creación Washington dedicó un gran esfuerzo y fue precisamente quien enarboló la bandera de este proceso)? En aquella ocasión, forzaron literalmente al presidente a reconciliarse con su principal opositor.

Hay multitud de ejemplos, en África y en Oriente Medio. En cambio, en Ucrania, ninguna clase de diálogo con la oposición. La postura oficial de EE.UU. que difunde por todo el mundo, es que es imposible hablar con los separatistas, que no se puede apoyar una iniciativa rusa en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a favor de la tregua y el diálogo porque no se puede poner en un mismo nivel al gobierno y a los separatistas. Sobra ponerme a demostrar al callejón sin salida al que conduce semejante planteamiento del doble rasero. No hay respuesta para esta pregunta. Este prejuicio significa únicamente una cosa – en Washington han decidido dar su aquiescencia al Presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, para que reprima por la vía militar a quienes disienten. Es una decisión criminal y espero que se rectifique a pesar de todo. A través de la Presidencia y el MAE de Rusia hemos aclarado a nuestros socios que eso significará que Occidente ha asumido la colosal responsabilidad del destino del Estado ucraniano.

Pregunta: Hoy tendrá lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU una sesión urgente para esclarecer los hechos del derribo de la aeronave malasia. ¿Qué espera de esta sesión? ¿Es posible que Rusia presente alguna propuesta de resolución?

Serguéi Lavrov: A veces sucede que habiéndose fijado un acto desde hace tiempo, se produce cierto acontecimiento y entonces todo el mundo ve dicho acontecimiento desde esa perspectiva. Es una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU planeada, que fue acordada ya la semana pasada cuando nadie podía ni pensar que iba a suceder semejante tragedia.

Pregunta: Pero ¿no ha cambiado el tema ahora?

Serguéi Lavrov: Ha cambiado el tema, mejor dicho, se completará con este problema. Somos partidarios de que se conjunte una declaración en la que, naturalmente, queden expresadas nuestras más profundas condolencias a todos aquellos que han perdido a sus familiares y allegados y al Gobierno de Malasia. Estoy convencido de que se hará. Seguramente, el Consejo de Seguridad estará obligado a pronunciarse en favor de que se inicie inmediatamente una investigación independiente, imparcial, libre y abierta. Abogamos por dicha iniciativa y la decisión dentro del marco de la OSCE donde hoy está previsto celebrar también una sesión de su Consejo Permanente.

Pregunta: ¿Afectará esta catástrofe al encuentro del Grupo de Contacto que debería haberse celebrado hace ya tiempo y en el establecimiento de una nueva fecha para la tregua? Sobre ello se llegó a un acuerdo ya a principios de julio en Berlín. No hay forma de que se reúna el Grupo de Contacto. Al parecer, la catástrofe pospondrá una vez más la reunión. ¿Qué lo impide?

Serguéi Lavrov: Ayer por la noche tuvo lugar una videoconferencia. Por razones evidentes, estuvo dedicada exclusivamente a la situación en torno al avión abatido. Hay que resolver problemas muy complejos como son el acceso de los expertos internacionales y la identificación y el transporte de los cuerpos al país de procedencia, cuestiones que por pura lógica son imposibles de resolver sin una estrecha coordinación de los milicianos y las autoridades de Kiev.

Pregunta: ¿Hay diálogo?

Serguéi Lavrov: Hemos afirmado ya que, lógicamente, si se exige lo que sea a la Federación de Rusia, estamos dispuestos a prestar todo tipo de ayuda. Hay razones para prever que dentro de muy poco tendrá lugar otra videoconferencia en la que se discutirá ya la cuestión de la tregua. En este momento, la tregua es el doble o el triple de necesaria, dado que se tiene que llevar a cabo una investigación que ha de abarcar un territorio bastante extenso – como usted se podrá imaginar, los restos arrojados quedan muy dispersos. Espero fervientemente que la tragedia ocurrida sirva únicamente para olvidar las ambiciones políticas y unir a todos en torno a la tarea de entablar el diálogo y recuperar las relaciones entre el sur-este y Kiev de conformidad con la Declaración de Ginebra de principios sobre la necesidad de comenzar un proceso constitucional igualitario.

Pregunta: ¿Cuál es la razón de que aún no se haya fijado una tregua? El 2 de julio, su colega ucraniano, el señor Klimkin y los ministros de asuntos exteriores de Alemania y Francia pactaron y firmaron un documento en el que se fijaba la fecha ineludible para una tregua el 5 de julio. ¿Por qué no ha sido así?

Serguéi Lavrov: Es difícil de decir. La tregua fue concebida como un acuerdo. Para que esto suceda en la práctica, no basta con que lo decidan cuatro ministros de asuntos exteriores. Lo principal es que quienes se enfrentan entre sí y aprietan el gatillo, se pongan de acuerdo para establecer la fecha del comienzo de la tregua y sus parámetros. Por decirlo así, que todos se quedaran inmóviles en su sitio y al cabo de 24 horas unos se alejaran un kilómetro, otros medio kilómetro, etc. Es importante que sea así para que la gente note "sobre el terreno" la seguridad del proceso y que no tenga la sensación de estarse desarmando unilateralmente. Sin embargo, para mi enorme pesar (y de nuevo vuelvo al tema de la falta de palabra nuestros colegas ucranianos), tras el acuerdo de la Declaración de Berlín, vuelven a resonar voces desde Kiev en cuanto a que, en correspondencia con este documento, los milicianos están obligados a aceptar el "plan de paz del Presidente Petró Poroshenko" que es el camino para la tregua. No es así en absoluto. En la Declaración no hay ninguna mención al "plan de paz de Petró Poroshenko". Dicen además que antes de que tenga lugar la tregua es necesario intercambiar rehenes. Tampoco es así.

En la Declaración, adoptada en Berlín el 2 de julio, hay una frase en la que apelamos a la liberación cuanto antes de los rehenes, pero en absoluto es una condición para la tregua. No considero para nada que ha de haber tales condiciones para salvar vidas humanas y dejar de disparar. En la conversación telefónica que mantuve con el Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania le pregunté cómo habría que entender estas interpretaciones de la Declaración de Berlín. Pavlo Klimkin me aseguró que la Declaración de Berlín no está sujeta a interpretaciones. Hay que volver a verificar constantemente todo.

Después de que se adoptara la Declaración de Berlín, durante el encuentro en Río de Janeiro, la Canciller alemana, Ángela Merkel, se dirigió al Presidente de Rusia, Vladímir Putin, con la petición de que adoptara más medidas para impulsar un proceso constructivo en Ucrania "sobre el terreno". Entonces introdujimos sustanciales ajustes en nuestra posición. La posición reflejada en la Declaración de Berlín de los cuatro ministros de asuntos exteriores de Rusia, Alemania, Francia y Ucrania, consiste en que una vez establecida la tregua, se podrá emplazar a los observadores de la OSCE en la parte rusa de los pasos fronterizos cuya parte ucraniana está tomada por los milicianos. En esos mismos puestos de control se podrá invitar a los guardias fronterizos ucranianos para que junto con los observadores de la OSCE vigilen cómo los agentes de aduanas y guardias fronterizos rusos realizan el trabajo en los puestos de control y que no cruza nada prohibido por estos puestos de control.

Tras la conversación en Río de Janeiro con Ángela Merkel, el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, como gesto de buena voluntad, tomó la decisión de no esperar a que se estableciera la tregua e invitar cuanto antes a los observadores de la OSCE a los puestos de control en cuestión. Presentamos la propuesta en la sede central de la OSCE en Viena y pensamos, sinceramente, que se acogerían a ello y que enseguida adoptarían la correspondiente decisión –se arreglaría la cuestión, los observadores emprenderían el viaje y verían cómo funcionan estos puntos y que no cruza por ellos nada ilegal. Para nuestra sorpresa empezaron a plantearnos dudas sobre por qué esto se refería solamente a los observadores de la OSCE y no incluía a ningún ucraniano. Explicamos que esta propuesta entraba en vigor una vez firmada la tregua, en cambio nosotros nos adelantábamos a ello. Algunos de nuestros socios "refunfuñaron" de mala gana diciendo "añadamos entonces además que se extienda la invitación a toda la frontera en general, en lugar de limitarse a estos dos puntos". Queríamos que todo transcurriera de una manera educada. Nuestros socios occidentales, por supuesto, exteriorizaron las típicas maneras que diferencian a los ciudadanos europeos y que tratan siempre de hacer lo imposible para promover su propia y exclusiva visión y hacer todo lo que consideran ellos que es necesario. De la parte rusa se lanzaron varios gestos de buena voluntad que se empeñaron en no percibir.

En lugar de eso, en todo este tiempo ni una sola vez nadie le ha dicho públicamente al Presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, que debe responder a los compromisos asumidos por Ucrania –dar comienzo a un diálogo constitucional que no sea una parodia ni una imitación sino un verdadero proceso negociador encaminado a fortalecer el Estado ucraniano sobre unos principios que sean aceptables para todas las regiones y todos los ciudadanos.

Pregunta: No hace mucho, ciertas localidades rusas han sido víctimas del conflicto en el este de Ucrania y sufrido los bombardeos de la artillería ucraniana. ¿Cómo va a reaccionar la Federación de Rusia, dado que estos ataques pueden repetirse? Entendemos que los proyectiles pueden sobrevolar de nuevo.

Serguéi Lavrov: En primer lugar, nosotros avisamos de que si esto continuaba, adoptaríamos las medidas que fueran necesarias. No tengo ninguna duda de que si se llegara a entender que se han realizado de forma premeditada, habría que actuar con contundencia. Pero, de momento, según nuestras valoraciones, o bien se trata de un trabajo poco profesional de los funcionarios de estas instalaciones o bien es fruto de la casualidad, que es algo que también ocurre en la guerra. Hemos advertido seriamente a nuestros colegas ucranianos.

En el plano práctico, dentro de poco conseguiremos que los observadores de la OSCE, a los que hemos invitado a los puestos de control, no solamente vigilen los trabajos de los guardias fronterizos y agentes aduaneros rusos, sino que además hagan su valoración y presenten sus informes en Viena sobre lo que está ocurriendo en los alrededores de los puntos de control, en particular en lo que se refiere a la amenaza para la seguridad que suponen las acciones militares en el territorio ucraniano. Esto también dará paso a una mayor disciplina para aquellos que mantienen el dedo en el gatillo en ese lado de la frontera.

Pregunta: ¿Hay alguna decisión sobre estas comisiones de la OSCE?

Serguéi Lavrov: Se ha enviado a los puestos de control del óblast de Rostov, "Donetsk" y "Gukovo" a tres representantes de la OSCE que deben valorar rápidamente el panorama en la práctica y cuántos observadores se necesitan para que puedan permanecer allí veinticuatro horas al día (por ejemplo, en tres turnos). Espero que a finales de la semana se adopte la correspondiente decisión de la OSCE y que vengan los observadores. Nada nos alegraría más. Naturalmente, la parte rusa, asumirá la responsabilidad de la seguridad dentro de nuestro territorio, pero se exime de la responsabilidad en caso de disparos desde la parte ucraniana. Esto quedará reflejado en el mandato de los observadores y en nuestros compromisos.

Pregunta: Todos entendemos cuál fue el detonante de la operación militar por tierra que desplegó el ejército israelí en la Franja de Gaza, que está provocando el sufrimiento de la población civil que vive allí. ¿Cuál es la posición de Rusia?

Serguéi Lavrov: Ayer estuvieron hablando de este tema los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y EE.UU., Barack Obama. Vladímir Putin está consternado. Pocas horas antes de tomar su vuelo a Latinoamérica, el Presidente de Rusia habló con el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. En todos nuestros contactos le hemos transmitido que entendemos la preocupación de Israel en lo que concierne a su seguridad como consecuencia de los ataques caóticos e indiscriminados, básicamente, con cohetes caseros. Los cohetes caen en barrios residenciales, como por ejemplo los que cayeron hace unos días a un kilómetro de nuestra Embajada en Tel Aviv. Pero, al mismo tiempo que reconocemos lo serio que es esto para los israelíes, también entendemos hasta qué punto es importante no permitir que se agrande la espiral de violencia según la norma del "ojo por ojo", "diente por diente".

La parte rusa ha respaldado activamente la iniciativa que lanzó Egipto hace un par de días y que apoya Israel. Consideramos que no es tarde todavía para que Hamás y otros grupos radicales que no se someten a él (que están presentes en la Franja de Gaza) se sumen a esta iniciativa. El comienzo de la operación terrestre despierta gran preocupación sobre cómo van a reaccionar los seguidores de Hamás y sobre qué va a pasar luego.

Me gustaría volver a poner de relieve que confiamos mucho en el papel primordial de Egipto. En principio, damos la bienvenida a la vuelta de El Cairo a la escena política de la región, cuya ausencia se ha notado durante el período en el que ha estado inmerso en sus problemas internos. En lo que se refiere a la recuperación de la calma en torno a la Franja de Gaza y la posibilidad de la mediación egipcia entre este territorio e Israel, en general, consideramos que es muy útil la participación de Egipto en la reagrupación de los campos palestinos con arreglo a la Iniciativa de Paz Árabe, pero no en función de una oposición a Israel, sino basada en el diálogo con este país, y estamos dispuestos a apoyarla.

Hubo un período en el que EE.UU. decidió desligarse durante un año del llamado "cuarteto" de mediadores internacionales alegando que ellos se encargarían de poner paz en el conflicto árabe-israelí, dando inicio a las negociaciones sobre el estatus definitivo. No ha sido posible, pues hacerlo en solitario es complicado, si bien nosotros apoyamos la misión del Secretario de Estado, John Kerry.

Ahora, cuando son muchos los que hablan de que es preciso recuperar el formato multilateral de la actividad del "cuarteto" (Rusia, EE.UU., ONU, UE), creo al mismo tiempo que es preciso volver a nuestra antigua idea de que se complete con los representantes de los países de la Liga Árabe y que no se decida como se ha hecho anteriormente, dentro del propio círculo invitando después a los árabes para hacerles partícipes de lo que ha acordado el "cuarteto", sino que se empiece a trabajar junto con los árabes, especialmente con Egipto, para elaborar una solución. Los árabes han de ser desde el principio parte del proceso para diseñar iniciativas. En mi opinión, llegados a este punto se reconocerá la pertinencia de tomar esta medida.

Pregunta: Señor Lavrov, hace muy pocos días el Presidente de Rusia, Vladímir Putin realizó una visita a varios países latinoamericanos. Muchos de ellos por primera vez. Concretamente, era el primer viaje que realizaba el líder ruso a Nicaragua y Argentina. Después de la caída de la URSS, Latinoamérica se quedó básicamente en la periferia de la política exterior rusa. A juzgar por la visita que ha tenido lugar y la cantidad de acuerdos que se han firmado, ¿ha cambiado esto de forma radical?

Serguéi Lavrov: Considero que hay cambios importantes, pero no tan de golpe. Se trata de un proceso que ha ido teniendo lugar en los últimos 10-12 años, una vez que empezamos a revalorar lo que había pasado después de que cayera la Unión Soviética. En gran medida, en aquel momento no teníamos ni recursos ni tiempo para mantener relaciones con nuestros amigos de todo el mundo pues estábamos ocupados en resolver nuestros propios problemas internos. No hay que perder de vista hasta qué punto fue complicado.

En los últimos 10 años, hemos regresado activamente a Latinoamérica, África y Asia, regiones a las que estamos unidos por antiguos lazos de amistad, y en las que se recuerda nuestra solidaridad durante el período de la lucha de estos Estados por la independencia. Creo que ese capital, que se mide también por las relaciones humanas, es enormemente demandado ahora mismo y además por ambas partes.

Permítame que mencione un punto interesante. Muchos medios de comunicación de Occidente (y también de algunos países vecinos, en particular en Ucrania) han querido ver en la visita del Presidente Vladímir Putin a Latinoamérica un intento de demostrar que Rusia no se ha quedado aislada. Se podía leer entre líneas que nos habíamos puesto a buscar febrilmente a dónde ir. Creo que todo el mundo puede entender perfectamente que la cumbre de los BRICS no es ninguna cumbre improvisada, sino un evento anual acordado con bastante antelación (se convoca un año antes) y que se prepara con mucha seriedad.

Contamos con diversos mecanismos que garantizan el trabajo de esta estructura –cerca de dos docenas de formatos que incluyen ministros y representantes de otros departamentos sectoriales y de cooperación en política exterior.

Tal como afirmó el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, en la conferencia de prensa sobre los resultados, el principal contenido de la cumbre de los BRICS fue la compaginación de los acuerdos para la creación de un nuevo Banco de desarrollo con un capital de hasta 100.000 millones de dólares (el capital estatutario es algo inferior, pero finalmente los países se han comprometido a llegar a los 100.000 millones de dólares). Por la misma cantidad se crea un fondo de reserva de divisas.

El Presidente valoró estos acuerdos como la implementación de lo que ya se había previsto anteriormente. Todo lo que esto conlleva confirma el interés de todos los países BRICS en una mayor independencia, la creación de instrumentos que permitan depender de procesos objetivos, de las propias necesidades y los intereses de una cooperación mutua en lugar de depender de unas las reglas que se configuraron cuando estos países no tenían el suficiente peso financiero ni económico.

Pregunta: Señor Lavrov, volveremos sin falta al tema de los BRICS, pero me gustaría detenerme un poco más en Latinoamérica, a la que se refieren en Norteamérica, en concreto en EE.UU., como su "patio trasero". Es un término discutible y, seguramente, ofensivo. No obstante, está claro que existe aquí una fuerte influencia de Estados Unidos. Dígame, ¿encuentra algún tipo de oposición por parte de EE.UU. a este desarrollo de las relaciones ruso-latinoamericanas? Por ejemplo, cuando yo estuve en Nicaragua, Laureano Ortega (el hijo del Presidente de este país, Daniel Ortega) me dijo que a EE.UU. no le hace muy feliz el deseo de Rusia de ubicar en Nicaragua su base de reabastecimiento militar. ¿Puede existir algún otro ejemplo?

Serguéi Lavrov: La cumbre de los BRICS estuvo acompañada de las visitas bilaterales del Presidente de Rusia, Vladimir Putin a Cuba, Nicaragua y Argentina, y también de los actos que se han venido a llamarse "outreach" en los que junto con los jefes de Estado de esta asociación, Brasil invitó a todos los países sudamericanos que pertenecen a la organización UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas). Tuvieron lugar reuniones y eventos protocolarios durante los cuales tuve contacto por lo menos con todos mis homólogos –los ministros de asuntos exteriores de estos países que acompañaron a sus presidentes. Prácticamente todos me dijeron de forma bastante fiable que en la víspera de este encuentro los estadounidenses les enviaron señales por diferentes canales poniendo en duda el sentido de acudir a la cita. Ellos se lo tomaron con filosofía y con la gallardía que es propia de los latinoamericanos contestaron que era asunto suyo y que desarrollarían su relaciones con quien consideraran pertinente.

Rusia es un socio prometedor que propone proyectos mutualmente beneficiosos. Los países de América Latina tienen en nuestro país multitud de propuestas. ¿Qué sentido tendría ir contra nosotros mismos y reprimir unos intereses naturales?

Pregunta: En suma, no es un "patio trasero"

Serguéi Lavrov: Digamos que el vuelo de Nueva York a Brasilia tarda prácticamente lo mismo que desde Nueva York a Moscú. Desde Moscú a Brasilia, dura casi el doble. Pero, incluso desde el punto de vista de la aritmética y la geografía – todo es relativo. Esta región no es en absoluto el "patio trasero", sino todo un mundo, un continente entero con una cultura que fue formada en un grado decisivo por los españoles y los portugueses, pero que en la mayoría de los países conserva las tradiciones de que quienes vivían allí antes de que aparecieran los europeos.

Pregunta: Y encima, en Argentina hay bastantes rusos.

Serguéi Lavrov: No solamente en Argentina. En Uruguay hay una localidad, una pequeña ciudad en la que hay una sorprendente mayoría de compatriotas. Es un punto peculiar dentro de América Latina. Cuando visité Paraguay, Uruguay y Argentina tuve ocasión de conocer a estos emigrantes rusos. Se distinguen como una diáspora próspera, su situación socioeconómica es buena y tienen su vida cotidiana organizada. No obstante conservan la cultura rusa, y se la transmiten a sus hijos. Ahora estamos ayudándoles a establecer una enseñanza más amplia y eficaz del idioma ruso y les estamos abasteciendo de literatura.

Por tanto, Latinoamérica es todo un continente y llamarlo el "patio trasero" de EE.UU., debió ser seguramente una moda de la época en la que no había unas posibilidades tan amplias de comunicación. Lo más importante es que su talante no se corresponde en absoluto con la definición de "vecino del patio trasero."

En la Cumbre que ya ha tenido lugar con la participación de los países sudamericanos, los miembros del UNASUR, se discutió intensamente sobre la situación de la economía y el sistema financiero internacional. La Presidenta de Argentina, Cristina Kirchner promovió la idea de elaborar un código de conducta universal sobre los mercados financieros aceptado por todos, incluyendo el impago. Ustedes saben que este país se ha enfrentado a una situación atípica, en la que después de llegar a un acuerdo sobre la reestructuración de la deuda con todos sus acreedores salvo un porcentaje insignificante, se ha topado con los ataques de esa minoría que ha recurrido al tribunal estadounidense cuyo fallo ha sido que Argentina debe pagar a dichos acreedores "sin rebajas" es decir bastante más que la calderilla por la que adquirieron los fondos de inversión argentinos. No voy a dar detalles.

Pregunta: Además, el fallo del tribunal ha sido dictaminado hace poco.

Serguéi Lavrov: Sí, en vísperas de la cumbre de los BRICS. Fue un tema muy actual en los eventos "outreach" en los que participaron los países BRICS y los de UNASUR. Argentina, con el apoyo absolutamente solidario de otros países defendió que se pusiera orden en este ámbito y también que este tipo de decisiones, como la reestructuración de la deuda de países soberanos, no suponga pasar a ser un rehén del sistema judicial nacional de algunos y darse en arriendo, sino que se resolviera en función de unas reglas pactadas entre todos.

Pregunta: O al menos dentro del marco de las organizaciones internacionales.

Serguéi Lavrov: Ese será un tema muy sensible en la cumbre del G-20, que está previsto celebrar en Australia en noviembre de este año. Todos los miembros de UNASUR y los participantes de los BRICS apoyaron esta iniciativa que tiene como meta coordinar todos los planteamientos de mutuo acuerdo.

Otro punto más. Los participantes del UNASUR en el encuentro con los presidentes de los países BRICS acogieron con satisfacción la Declaración aprobada en Fortaleza en la que además del apartado dedicado al tema financiero-económico, formulado en el espíritu al que me acabo de referir, se incluye un amplio material dedicado a asuntos internacionales. Básicamente, no hay ni un solo conflicto serio que no se mencione en este documento. No se limita a ser una simple enumeración –el texto está formulado en una clave de búsqueda de soluciones y la normalización en África, Oriente Medio y Norte de África, en Afganistán, y otras regiones.

Los presidentes de los BRICS encargaron a los ministros de asuntos exteriores y los departamentos de política exterior en general, dentro del marco de la interacción en la ONU y otras estructuras internacionales, organizar con carácter regular una coordinación de acciones e intercambio de valoraciones y también, en la medida de lo posible, la elaboración de iniciativas conjuntas. Se trata también de un paso adelante. También hemos convenido, que los embajadores de los países BRICS en el extranjero se reunirán de forma regular e intercambiarán puntos de vista sobre la situación en los países en los que están acreditados. Esto también supondrá un avance serio y cualitativo en lo que concierne a nuestra interacción en política exterior.

Pregunta: ¿Quiere decir esto que lo BRICS, que nacieron, no como una estructura oficial, sino como un club informal de Estados, se convirtió en una asociación económica y financiera en primer lugar, y ahora también se está convirtiendo en una asociación política?

Serguéi Lavrov: En cierto modo, sí. Además de haber "madurado" y haberse "robustecido", los BRICS abarcan todas las direcciones. En el ámbito financiero y económico, se refleja en las actividades del G-20.

No es un secreto que después de que nuestros socios del G-8 tomaran la decisión de no reunirse en dicho formato, quisieran revivir el G-7 que, aunque en gran medida, en su tiempo, rigió los "hilos del mundo" en finanzas y economía, ahora, con la creación del G-20 ha perdido su papel decisivo que ha sido traspasado al G-20 en cuyo marco nuestros socios occidentales han de ponerse de acuerdo con nosotros, con otros miembros de los países BRICS, y con el resto de los Estados que pertenecen a esta asociación y que componen el conjunto de los principales centros de crecimiento económico y poder financiero. Los países del G-7 dentro del formato del G-20 tratan de "agarrar el pedazo de pastel más grande", concretamente, en lo que se refiere a los preparativos para la cumbre de Australia, en Brisbane. No obstante, los miembros de los BRICS tienen bastantes partidarios en el G-20. Por ejemplo, países como Argentina, México, Indonesia, en materia de reformas del sistema financiero y del mercado internacional, están absolutamente al lado de los países BRICS. Precisamente, uno de los puntos centrales de la agenda de la próxima cumbre del mes de noviembre en Australia será exigir que se llegue sin falta a un acuerdo para la reforma del sistema de cotizaciones en el Fondo Monetario Internacional (se consiguió en otoño de 2010, pero ahora mismo nuestros socios occidentales lo han echado al olvido). Dada esta situación, los BRICS con sus partidarios, a los que ya he nombrado (existe algún que otro país que comparte esta postura), conseguirán que nuestros socios negocien.

Pregunta: Si no lo entendido mal, el G-20 se ha dividido en dos núcleos duros, el "gran G-7" y los BRICS.

Serguéi Lavrov: El G-20, desde el principio de su actividad, representaba por un lado a las economías tradicionales de Occidente, que tenían poder de decisión sobre el sistema financiero internacional, en el FMI y el Banco Mundial. Y por otro lado, a las jóvenes economías emergentes, los países que han acumulado un poder financiero que conlleva una influencia política. Es la situación en la que normalmente uno tiene que llegar a compromisos. La reforma, que se prometió hace 4 años, iba dirigida a elevar gradualmente el papel de los nuevos mercados emergentes en el sistema de gestión del FMI y el Banco Mundial. Quienes tienen la mayoría, tratan de oponerse, aunque no tienen razones económicas ni ningún tipo de argumento para ello. Insisto, se adoptó aquella decisión y es necesario ejecutarla.


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