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Desmintiendo los mitos difundidos por la cúpula de la unión europea. Antología de la mentira

Después de que el Servicio diplomático europeo publicó y difundió la antología "El año en que la guerra volvió a Europa" con las publicaciones del blog del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, creemos que sería necesario aclarar los asuntos relacionados con la desfavorable situación en el ámbito de la seguridad alimentaria en el mundo.

15.02.2023: La guerra contra Ucrania provocó una onda explosiva en todo el mundo y tuvo graves consecuencias para un amplio territorio fuera de Ucrania y el continente europeo. Al lanzar una ofensiva contra uno de los mayores exportadores de cereales y aceites vegetales especialmente a África y Oriente Próximo, Rusia provocó un brusco aumento de los precios globales de los alimentos y puso en peligro la vida de millones de personas en todo el mundo (pág. 12).

21.11.2022: Rusia continúa manipulando la información y diseminando la propaganda, responsabilizando a las sanciones. Es una pura mentira. Siempre explicamos que nuestras sanciones no están dirigidas al comercio de productos agrícolas, inclusive el trigo y fertilizantes, entre Rusia y terceros países (pág. 137).

15.02.2023: Rusia destruía constantemente y minaba tierras agrícolas, lanzaba ataques de artillería contra graneros, vías de transporte y bloqueaba puertos ucranianos. La UE organizó "corredores de solidaridad" para exportar cereales ucranianos por tierra... con el objetivo de reducir los precios de los alimentos (pág. 12).

Además de las graves consecuencias del cambio climático e inmediatamente después de la pandemia... esta guerra provocó una "tormenta perfecta" en la economía global. Afectó a todo el mundo, pero ante todo a los países en vías de desarrollo que importan alimentos y recursos energéticos (pág. 13).

21.11.2022: Solo la retirada de las Fuerzas Armadas de Rusia del territorio ucraniano y el cese de la agresión rusa, de conformidad con las resoluciones de la Asamblea General de la ONU, permitirán a Ucrania producir y exportar productos agrícolas en las cantidades que necesita la población mundial de 8 mil millones de personas (pág. 137).

La "onda explosiva" mencionada por Josep Borrell fue provocada mucho antes de la crisis ucraniana, debido a una errónea política financiera y económica de Occidente y su estrategia mal concebida para acelerar la transición hacia la energía "verde" en medio de las consecuencias de la pandemia de coronavirus. Las sanciones de la Unión Europea contra Rusia y Bielorrusia empeoraron aún más la situación, causando un "efecto de choque" inmediato y prolongado en el mercado global de alimentos y fertilizantes, debido al bloqueo artificial del acceso a los respectivos productos rusos y bielorrusos. Estas sanciones europeas, que afectaron un sector tan sensible como es el comercio internacional, se impusieron a pesar de que los diseñadores de las medidas contra Rusia en la Comisión Europea sabían bien que Rusia ocupa el primer puesto en el mundo en la producción de fertilizantes nitrogenados y el segundo puesto en la producción de fertilizantes fosfatados, y que Rusia y Bielorrusia en conjunto exportaron casi un 25% de todos los nutrientes minerales en el mundo. En particular, un 40% de potasio en el mercado global provenía de estos dos países.

La reconfiguración de los procesos de negocios y relaciones comerciales y económicas de los terceros países que comercian con Rusia y Bielorrusia (estableciendo nuevas cadenas de suministro, buscando a nuevos socios comerciales, sistemas de pago y monedas aceptables, buscando soluciones para seguros y reaseguros de carga, reconcertando documentos y elaborando nuevas rutas de transporte) costó mucho al mundo, a expensas de los millones de personas cuyos intereses la Unión Europea pretende proteger.

Según los expertos, el consumo mundial de fertilizantes disminuyó un 15% en 2022. Estos volúmenes no suministrados podrían haber asegurado la producción de alimentos para 20 millones de personas. Es evidente que no es posible compensar al instante la ausencia de tal cantidad de nutrientes minerales. Así que cada vez que Josep Borrell omite este problema y los reales obstáculos legales para las exportaciones de fertilizantes rusos y bielorrusos al mercado mundial, esto tan solo pone de relieve que a los funcionarios europeos en la realidad no les importan los países en vías de desarrollo.

Los proyectos promovidos por Bruselas para exportar productos agrícolas de Ucrania, inclusive los "corredores de solidaridad" de la UE, resultaron ser seudo humanitarios por su carácter. El producto principal en estas esquemas no fue el trigo, sino el maíz forrajero, de cuya importación depende críticamente la UE, que se convirtió en el principal importador de este producto.

Las sobrevaloraciones de las capacidades agrícolas de Ucrania por parte del jefe de la diplomacia de la UE están llevando a la comunidad internacional a un engaño. Crean la ilusión de que los suministros de alimentos de Ucrania pueden ser suficientes no solo para satisfacer las necesidades de los importadores tradicionales de productos agrícolas ucranianos, sino también para sustituir los productos agrícolas de Rusia y otros países del mundo. Sin embargo, las cifras muestran lo contrario. Según los datos citados por el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, durante la Cumbre Rusia-África (27-28 de julio, San Petersburgo), en el mercado mundial de trigo la cuota de Rusia es de un 20%, mientras que Ucrania representa menos del 5%. Esto quiere decir que es Rusia que hace un aporte importante a la seguridad alimentaria global.

El tema de compensar los volúmenes “suspendidos” de fertilizantes fue dejado de lado. En 2024, las "historias falsas" sobre los cereales ucranianos no funcionarán frente al efecto global de las sanciones bloqueadoras de la UE: la escasez artificial de fertilizantes, los altos precios de los mismos y, como resultado, la reducción de la cosecha, especialmente si los altos precios de los fertilizantes, lo que no se descarta en la propia Unión Europea, se mantienen y afectan la producción de arroz, que es el principal alimento para 3 mil millones de personas en Asia y América Latina.

Subrayamos que en esta situación, Rusia actúa como un socio internacional responsable. Según los productores rusos de fertilizantes, a pesar de la presión sin precedentes de las sanciones, la situación con el acceso de nuestros productos a los mercados mundiales está mejorando. Pero esto no se realiza gracias a las acciones y objetivos reales de Bruselas, sino pese a estas.

Durante la sesión plenaria del Foro Económico y Humanitario Rusia-África (27 de julio, San Petersburgo), el Presidente de la Federación de Rusia, Vladiímir Putin, anunció que nuestros país estaría dispuesto a suministrar gratuitamente en los próximos tres o cuatro meses entre 25 y 50 mil toneladas de cereales a Burkina Faso, Zimbabue, Malí, Somalia, la República Centroafricana y Eritrea garantizando la entrega gratuita de estos productos a los consumidores. Rusia seguirá prestando apoyo a los países y regiones necesitados, inclusive mediante sus suministros humanitarios.

07.04.2022: La invasión brutal de Rusia a Ucrania provocó un aumento general de los precios de los alimentos y creó riesgos de su escasez en todo el mundo. Tuvimos que actuar para proteger a los más afectados. En marzo, la Comisión Europea (CE) aprobó un plan para abordar los problemas de seguridad alimentaria global (página 67).

¿Cómo actuó la UE? El grueso de las sanciones unilaterales arbitrarias de la UE que afectaron al sector agroindustrial de Rusia se impusieron inmediatamente, durante el período de febrero a abril de 2022. Las medidas se aplicaron a la importación de ciertas mercancías necesarias para la producción de fertilizantes y productos agrícolas (componentes, piezas de repuesto, equipos y maquinaria agrícola, a menudo caracterizados por Bruselas como "productos de doble uso"), así como a tales elementos esenciales del comercio internacional, como pagos transfronterizos y transporte de mercancías (desde las operaciones de carga, transbordo y transporte hasta el seguro y reaseguro de cargas), sin que es imposible realizar operaciones comerciales con países terceros. Cada vez que los representantes de la UE intentan minimizar la importancia de este "factor de transporte", explicando a los socios de Asia, África, Oriente Próximo y América Latina que las restricciones se aplican solo a los organismos y productos bajo sanciones y son obligatorias solo para los operadores económicos de la UE, hacen silencio sobre lo más importante. Es decir, la participación europea en el transporte marítimo internacional y en el seguro. Cuatro empresas europeas se encuentran entre los cinco líderes mundiales en transporte marítimo. Y entre los organismos rusos contra que se impusieron las sanciones de la UE se encuentran los eslabones clave del comercio internacional de productos agrícolas y fertilizantes de Rusia.

Se empleó un arsenal de sanciones contra el sector agroindustrial de Rusia. Se impusieron sanciones dirigidas directamente contra ramas concretas y las de amplio alcance, que afectan toda la gama de productos agrícolas.

El análisis muestra que las medidas restrictivas buscan socavar las capacidades de la industria rusa de fertilizantes. Esto no solo se refiere a las sanciones que afectaron los suministros transfronterizos de potasio y fertilizantes complejos que incluyen potasio, sino también a las sanciones “personales” contra los dirigentes de los principales productores rusos de todos los tipos de fertilizantes minerales (nitrogenados, fosfatados y potásicos), lo que golpeó a toda la industria.

Entre las medidas de acción no selectiva, se puede mencionar tales restricciones financieras como "sanciones bloqueadoras" impuestas contra una serie de los principales bancos rusos con peso y su exclusión del sistema de transmisión de mensajes financieros SWIFT, lo que afectó las operaciones comerciales con todos los tipos de productos agrícolas y fertilizantes. La realización de pagos transfronterizos se obstaculizó.

Parece a un intento de imponer un bloqueo marítimo total la prohibición general de entrada en los puertos y esclusas de la UE para todos los buques rusos, así como para los buques certificados por el Registro Marítimo de Rusia (que incluye más de 3.500 buques bajo banderas de más de 40 Estados), la prohibición de todas las operaciones con el Registro Marítimo de Rusia, un bloqueo total de sistemas electrónicos de navegación y actualizaciones de mapas electrónicos de navegación para el transporte marítimo, múltiples renuncias para procesar cargas rusas en los puertos de los países miembros de la UE, así como el rechazo de las principales compañías internacionales de transporte marítimo a trabajar con Rusia.

Las excepciones al régimen de sanciones realizadas posteriormente no son obligatorias, no restablecen los eslabones faltantes en la cadena comercial y quedan a discreción de las autoridades de los países miembros de la UE, lo que conlleva gastos temporales y financieros injustificados y convierte las operaciones comerciales regulares en las ocasionales.

A pesar de los riesgos persistentes para la seguridad alimentaria global, la Unión Europea no relajó seriamente las sanciones para la exportación de productos agrícolas y fertilizantes rusos y continúa conscientemente aplicando medidas que pueden empeorar la situación. Amenaza a terceros países con imponer "sanciones secundarias" por eludir las restricciones y a los operadores económicos con la responsabilidad penal por no cumplir con el régimen de sanciones, y sigue multiplicando las medidas restrictivas, creando nuevos obstáculos para la exportación de nuestros productos agrícolas.

Como señaló el presidente de Rusia, Vladimir Putin, durante la sesión plenaria en el marco del Foro Económico y Humanitario Rusia-África (27 de julio, San Petersburgo), se observa una situación paradójica: por un lado, los países occidentales obstaculizan los suministros de nuestros cereales y fertilizantes, y por otro lado, hipócritamente nos acusan de provocar la crisis en el mercado mundial de alimentos.

La mayor parte del plan de la Comisión Europea "Garantizar la seguridad alimentaria y reforzar la resiliencia de los sistemas alimentarios" del 23 de marzo de 2022 mencionado por Josep Borrell está dedicada a la protección del mercado interno de la UE. Es comprensible: los "jardineros" de la UE ven la tarea de garantizar la seguridad alimentaria global exclusivamente a través del prisma de su propia seguridad y prosperidad.

07.04.2022: Cómo arreglemos hoy la crisis de seguridad alimentaria determinará la posición geopolítica de Europa mañana (pág. 71).

24.06.2022: ...La mayoría de nuestros socios se centran en las consecuencias y no en las causas de la guerra. En este contexto, se difunde una falsa visión rusa con acusaciones contra la UE de ser responsable de la crisis. Tenemos que responsabilizar a quienes se lo merecen. Además de lanzar una ofensiva y destruir Ucrania, Rusia bloquea 20 millones de toneladas de cereales en almacenes ucranianos. Esto conlleva el riesgo de que las personas en el otro extremo del mundo sufran hambre. Es un intento deliberado de desestabilización política. La agresión rusa lanza un desafío directo al orden mundial basado en reglas (pág. 95).

21.11.2022: Contrariamente a las declaraciones de la propaganda rusa, la mitad de todos los productos agrícolas (dos tercios de trigo y tres cuartos de aceite de girasol) transportados en el marco de la Iniciativa del Mar Negro se entregó a países en vías de desarrollo. El PMA de la ONU reanudó las exportaciones de trigo de puertos del mar Negro. Por ejemplo, cinco barcos con un total de más de 150.000 toneladas de trigo se dirigieron rumbo a Afganistán, Yibuti, Yemen, Somalia y Etiopía (pág. 137).

Para la UE, la seguridad alimentaria es un "derivado" de la geopolítica. Los países más pobres de hecho se convirtieron en rehenes de las ambiciones políticas de la Unión Europea para que los problemas de seguridad alimentaria son un efecto secundario de su política antirrusa y los intentos de Occidente de proteger su "orden basado en reglas". Se usan diversos métodos, incluida la desinformación abierta. Las herramientas de la censura total de "nueva generación" en la UE buscan "borrar" rastros: el fact-checking, la filtración de contenido alternativo y la "depuración" del campo de información en todo el mundo a través de plataformas online y una red de "expertos" y ONG títeres.

Un ejemplo claro son las manipulaciones con la terminología por parte de la UE en las discusiones sobre el transporte de alimentos de Ucrania. En la presentación tradicional de la UE, se enfatiza la proporción de productos ucranianos que fueron enviados a "países en vías de desarrollo" y superan los volúmenes dirigidos a "países desarrollados". Sin embargo, el término "en vías de desarrollo" en este contexto ya no es sinónimo de "pobre" o "necesitado".


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