ООН
Comentario del Departamento de Prensa e Información del MAE de Rusia en relación con el mecanismo de suministro transfronterizo de la ayuda humanitaria a la República Árabe Siria
El 20 de diciembre, el Consejo de Seguridad de la ONU sometió a la votación dos proyectos de resolución sobre la prórroga del régimen de suministro transfronterizo de la ayuda humanitaria a Siria sin consultar al gobierno sirio. El primer proyecto, preparado por la troika humanitaria (Bélgica, Kuwait y Alemania), lo apoyaron 13 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia y China votaron en contra. Por el segundo proyecto, el ruso, votaron cinco miembros del Consejo (Rusia, China, Sudáfrica, Guinea Ecuatorial y Costa de Marfil), cuatro miembros se abstuvieron y seis votaron en contra (Reino Unido, Francia, EEUU, República Dominicana, Perú y Polonia). Como resultado, el régimen de suministro transfronterizo no fue prorrogado y expirará el 10 de enero de 2020.
En el marco de la discusión de los proyectos de resolución y durante la votación, los representantes de Rusia adoptaron una posición clara y coherente, no se opusieron al mecanismo como tal, sino que abogaron por su adaptación a la situación «sobre el terreno» en Siria y a las normas del Derecho Internacional Humanitario. Como todos saben, el esquema transfronterizo de suministro de ayuda humanitaria a Siria se introdujo en 2014, cuando a consecuencia del terrorismo, la situación humanitaria en el país era difícil, y el gobierno sirio en realidad no controlaba la mayor parte de su territorio.
Pero durante los últimos cinco años, la situación cambió radicalmente. Los terroristas fueron casi derrotados, las autoridades sirias están restableciendo la unidad y la integridad territorial del país, están trabajando para prestar ayuda humanitaria urgente, incluso con el apoyo de la ONU. Cabe destacar que precisamente a través de Damasco la ayuda se suministra a tales campamentos conocidos como Rukban, que se encuentra en la zona arbitrariamente ocupada por EEUU alrededor de Al-Tanf, en la frontera con Jordania, y Al Hawl en la zona al este del Éufrates, en la frontera con Irak. De los cuatro cruces fronterizos, establecidos en 2014 por la resolución 2165 del Consejo de Seguridad de la ONU, de hecho, funcionan solo dos, en la zona de distensión de Idlib. El cruce de Jordania está cerrado desde 2018, solo siete convoyes de 2000 pasaron por el cruce iraquí, y aquellos antes de que el ejército de gobierno sirio restableciera el control en el distrito de Qamishli.
Además, conforme con el Derecho Internacional Humanitario, la ayuda humanitaria debe entregarse en consulta con el gobierno del país receptor. El gobierno de la República Árabe Siria solicitó oficialmente a la ONU que pusiera fin a la asistencia humanitaria transfronteriza. En el marco del compromiso con la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial de Siria, la comunidad internacional debe tener en cuenta y respetar este llamamiento de las autoridades sirias.
En vista de lo anterior, la parte rusa ha preparado y sometido a la votación el proyecto de resolución que prevé una prórroga de 6 meses del suministro de ayuda humanitaria a través de dos cruces fronterizos en Idlib.
Sin embargo, los socios occidentales, guiados, como ahora está claro, exclusivamente por consideraciones políticas, y no por las necesidades de la población civil de Siria, se opusieron a nuestro proyecto. Es evidente que para ellos el mecanismo transfronterizo era importante como un instrumento para socavar la soberanía y la integridad territorial de la República Árabe Siria, y no como medio de prestar ayuda a los que la necesitaban. Con el mismo propósito, se impusieron sanciones económicas perjudiciales contra Siria, que no permitían importar al país medicamentos, materiales de construcción, equipos, que, después de nueve años de la crisis, los 22 millones de personas de la República Árabe Siria necesitan con tanta urgencia. Además, los países occidentales están bloqueando la asignación de fondos para la reconstrucción humanitaria de Siria (construcción de casas, escuelas, hospitales, instalaciones de agua y electricidad), que es necesaria para facilitar el retorno voluntario, en condiciones de seguridad y con dignidad de los refugiados y los desplazados internos, de acuerdo con los estándares del ACNUR. Pero no era suficiente, EEUU y sus aliados en la coalición contra ISIS delante de toda la comunidad internacional venden el petróleo sirio ilegalmente y, para esto, mantienen su presencia militar ilegal en el noreste del país.
Tales acciones no es solo una violación flagrante de todas las normas del Derecho Internacional, el Derecho Internacional Humanitario y la Carta de la ONU. Son una clara demostración del desprecio por la soberanía y la integridad territorial de otros países, la politización de cuestiones puramente humanitarias y la especulación sobre las necesidades de la población civil en medio del saqueo descarado de los recursos naturales nacionales.