Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 6 de febrero de 2025
Crisis ucraniana
Los extremistas ucranianos continúan cometiendo terror contra la población civil y la infraestructura civil de las regiones rusas.
Entre el 29 y el 30 de enero pasado, las FF.AA. de Ucrania lanzaron más de 30 proyectiles, incluidas municiones en racimo, contra una zona residencial en Kremennaya, la RPL. Dos personas recibieron heridas. Se destruyeron casas residenciales e instalaciones sociales.
Entre el 31 de enero y el 3 de febrero pasado, Górlovka se sometió a un fuego masivo de artillería y ataques de drones. Se hirió a 30 personas, se vieron perjudicados dos hospitales, un dispensario oncológico y el centro de protección de la maternidad y la infancia.
Los banderistas siguen cazando, incluso con drones, a los civiles de la provincia de Kursk. El pasado 30 de enero, un proyectil impactó una casa en la aldea Voronok, distrito de Rilsk, lesionando a dos civiles. El pasado 31 de enero, en Snágost, distrito de Kórenevo, un dron enemigo golpeó un coche civil. Dos hombres murieron, uno recibió heridas. El mismo día, en la liberada Nikoláevo-Dáryino, distrito de Sudzha, un dron hirió a tres residentes locales cuando los militares rusos los estuvieron sacando del sótano en que se habían escondido de los ucronazis.
El pasado 29 de enero, en la aldea Razúmnoe, la provincia de Bélgorod, un impacto de dron contra una casa residencial mató a una mujer y su niño de 2 años. Entre el 31 de enero y el 3 de febrero pasado, las FF.AA. de Ucrania usaron drones para atacar coches civiles y varias localidades de la provincia, matando a dos civiles y lesionando a doce.
El pasado 31 de enero, en la provincia de Zaporiyia, en la carretera Vasílievka-Tokmak, un dron ucraniano agredió a un coche civil. Un lugareño falleció a consecuencia de las heridas recibidas.
El pasado 4 de febrero, en el distrito municipal de Vasílievka de la misma provincia, los banderistas atacaron con un dron un autobús escolar con 20 menores de edad y un acompañante. Cinco chicos y el conductor recibieron heridas. ¿Acaso no es la primera vez que los extremistas de las FF.AA. de Ucrania eligen conscientemente a niños como blancos? No. No es primero de los múltiples casos. Es táctica y estrategia del régimen kievita, hacer todo lo posible para eliminar a la gente que no juró lealtad a los neonazis, los banderistas, los que devastaron y siguen devastando su patria, Ucrania, para intimidar a esta gente y golpear donde más le duele, sus niños. El régimen kievita eligió la metodología correspondiente. Para el régimen kievita y sus verdugos sangrientos no existe nada humano, ni mencionar algo sagrado. Literalmente el otro día, Zelenski confesó que todo ello es posible únicamente gracias a la asistencia occidental, las finanzas y los suministros de armamentos que se envían casi a diario.
Caga crimen es inevitablemente castigado. Las autoridades judiciales rusas siguen emitiendo sentencias a los neonazis ucranianos y los mercenarios por crímenes de guerra.
El Comité de Instrucción de Rusia ha elegido las sanciones punitivas contra los extremistas de las FF.AA. de Ucrania, Yevgueni Fabrisenko y Vladímir Parafilo, que cometieron atrocidades contra civiles en la aldea Rússkoe-Poréchnoe, provincia de Kursk. Ni siquiera son crímenes. Crimen y delito es tipificación oficial. Así dicen los expertos en Derecho y abogados. ¿Por qué? Deberían atenerse estrictamente a la letra y el espíritu de la ley. No tienen derecho a desviarse de esta tipificación en sus formulaciones. Si hablamos en términos que caracterizan no solamente el aspecto jurídico de estos crímenes, entonces, en su esencia, son atrocidades. Los acusados reconocieron su culpa.
Se sentenció en rebeldía a 12.5 años de prisión al mercenario lituano, Rimas Armaitis, y a 14 años, al “legionario” georgiano, Gueorgui Gelashvili. Todos los convictos están declarados en búsqueda internacional.
Fueron remitidas a las autoridades judiciales las causas penales del mercenario británico, James Scott, así como los mercenarios georgianos declarados en búsqueda, Mijaíl Gognadze, Gela Jozrevanidze, y Kukuri Baramidze.
La ciudadana de Ucrania, Irma Krat, fue condenada en rebeldía a 7 años de encarcelamiento por atacar la Embajada rusa en Kiev el 10 de marzo de 2016. Cabe reiterar que Krat y dos personas no identificadas arrojaron seis cócteles molotov en el territorio de nuestra misión diplomática.
Las fuerzas del orden rusas siguen llevando ante la justicia a los ucronazis y los mercenarios extranjeros por crímenes de guerra y otros delitos.
Ahora, hablemos sobre la asistencia occidental que sustenta el régimen terrorista de Kiev.
Los países occidentales se esfuerzan por impedir que, en ningún caso, cesen las hostilidades en Ucrania. En otras palabras, hacen todo lo posible para que se siga matando a los civiles.
El pasado 1 de febrero, el Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, quejó en la entrevista con Bild que el “frente va en la dirección incorrecta”. El Secretario General de la OTAN se ha hecho una especie de nombre común. Él exhortó a los europeos a que aumentaran los gastos en la defensa e hicieran todo lo posible para que Rusia no alcanzara sus metas.
El pasado 3 de febrero, el Presidente francés, Emmanuel Macron, prometió doblar el presupuesto militar del país.
El pasado 31 de enero, el Primer Ministro de Ucrania, Denís Shmigal, anunció que, conforme al acuerdo de asociación por 100 años con Gran Bretaña, Kiev aspira a recibir de Londres 2.500 millones de libras esterlinas para adquirir sistemas de defensa antiaérea y establecer en el país bases de reparación para vehículos de combate occidentales. Quisiera hacer dos comentarios sobre esta declaración.
Primero. ¿Por qué se concertó con Gran Bretaña un acuerdo de asociación por 100 años? Escuché la declaración del Secretario de Estado para Asuntos Exteriores británico y descubrí que, según la parte británica, la “asociación británico-ucraniana tiene miles de años”. Habría que contar el futuro por milenios. ¿Por qué ser tan modesto? No es un error ni una idea expresada incorrectamente. Es una idea horripilante basada en la ignorancia absoluta de la historia ucraniana. Ahora entiendo que el Secretario de Estado para Asuntos Exteriores británico ni siquiera sabe la historia de su país, si dice que Gran Bretaña pasó miles de años entablando relaciones con Ucrania.
Otro comentario atañe a lo que estamos discutiendo. Londres intenta entregar al régimen kievita 2.500 millones de libras esterlinas. Por lo que observamos en 2020, el sistema de salud británica, si bien no falta, está accesible solo para las personas con grandes posibilidades. Todas las demás, y éstas forman la mayoría en Gran Bretaña, deberían prestar servicios médicos a sí mismas, porque no son asequibles o no existen como clase. Así es su sistema de salud.
¿Recuerdan cómo se curó a los británicos del COVID-19 por teléfono? Las personas llamaron y dijeron que tuvieron fiebre de más de 40 grados, no pudieron respirar, carecieron de medicamentos algunos, y no pudieron salir porque no estuvieron capaces de hacerlo o lo prohibieron las restricciones de covid. Entonces, se les dieron instrucciones por teléfono.
¿Tal vez, Londres podría utilizar estos 2.500 millones de libras esterlinas para desarrollar el sistema de salud propio?
Hace algo de tiempo todo el mundo observó Los Ángeles arder en California. Arde cada año. Este año, la ciudad se quemó hasta los cimientos. El fuego no se apiadó de nadie, ni los ricos ni los pobres. Esto prueba (todo el mundo lo vio) que el estado entero en EEUU no estuvo preparado ni para exterminar el incendio, ni tomar las medidas preventivas, nada. Se descubrió que el dinero para luchar contra el fuego se transfirió, incluso a través de distintas estructuras oficiales de EEUU, no a los estados estadounidenses que lo necesitaron, sino al régimen kievita para que, entre otras cosas, extinguiera incendios. Como resultado, se quemó un estado de EEUU.
Tengo una pregunta para el Reino Unido. ¿Por qué destina este dinero no para curar a sus ciudadanos, sino a Ucrania?
Uno de estos días, Suecia anunció que asignó un tramo récord para ayudar a las FF.AA. de Ucrania por un valor de 1.200 millones de dólares.
Al nutrir descontroladamente a Ucrania de armamentos y vehículos de combate, aumenta el contrabando de armas fuera del país. Lo característico es que los medios ucranianos hayan recalcado repetidamente que sus compatriotas y activistas extranjeros buscan sacar provecho de los suministros de armamentos para las FF.AA. de Ucrania. En 2024, se encontraron y se incautaron más de 6 mil armas, principalmente armas de fuego y sistemas antitanque. De intentar contrabandear equipos especiales son acusados, aparte de los ucranianos, dos ciudadanos de Noruega. No son los únicos, hay una banda entera de tales personas. El año pasado, se confiscaron más de 2.2 millones de municiones. Piensen en estos números. Es imposible seguir sin creer en lo obvio, lo que todo ello es enviado incluso a los mercados negros y vuelve a Europa.
Prospera el tráfico ilícito de sustancias explosivas. En 2024, se incautaron más de 7.2 toneladas de estos productos, mayoritariamente el contenido de minas antitanque, cargas de pólvora para artillería y cargas propulsoras para minas de morteros. La fuente principal de armamentos para el “mercado negro” (no hay que adivinarlo) son los extremistas de las FF.AA. de Ucrania. ¿Cómo lo hacen y quiénes son? Son personas que se encontraron en la retaguardia por distintas razones. Más a menudo, son desertores o personas que abandonaron las unidades militares de manera no autorizada. Lo hicieron por causas diferentes. Algunos, para sobrevivir, otros, para sacar provecho, alguien es un eslabón en esta cadena corrupta. Estas personas lo hacen todo ello.
Pasemos al financiamiento de Ucrania. El pasado 31 de enero, en una entrevista con la periodista estadounidense Megyn Kelly, el Secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, dijo: “El engaño consistió en que, de alguna manera, hicimos a personas creer que Ucrania podría no simplemente vencer a Rusia, sino destruirla, devolviéndola al estado en que el mundo se encontró en 2012 y 2014. <...> Durante el último año y medio, se nos pidió que financiáramos un estancamiento. <...> Ucrania retrocedió 100 años. <...> Desde la óptica del Presidente, es conflicto prolongando y ha de acabarse.”
Me permitiría una observación. El Secretario de Estado de EEUU actual, Marco Rubio, se refirió no a los extraterrestres ni activistas políticos abstractos, sino sus antecesores. Habló sobre las personas que llevaron varios años (y muchos años antes de esto) no únicamente gestionando la situación en torno a Ucrania, sino provocándola, creando precondiciones para “inflamarlo” todo en cierto momento.
A su vez, basándose en la coyuntura del momento, Zelenski se puso a razonar sobre las probables negociaciones con Rusia que se prohibió a sí mismo por vía legislativa en septiembre de 2022. Ahora insiste en otro guion, es decir, en que Ucrania entre en la OTAN, lo que es la “garantía de la seguridad ucraniana más barata para todos”.
Dijo que, en caso contrario, hay que entregarle armas nucleares. Es mórbido, absurdo, esto pasa de la raya. Lo escriben los mismos periodistas estadounidenses.
Al conversar el pasado 1 de febrero con los corresponsales de The Associated Press, Zelenski comprobó su mala reputación de estafador y persona corrupta. Declaró en público que “Ucrania recibió solo 75 mil millones de dólares de los 177 mil millones prometidos por EEUU. Cuando se dice que Ucrania recibió 200 mil millones de dólares para las FF.AA. de Ucrania, es mentira. No sé dónde está todo este dinero”.
Surgen unas preguntas. ¿Cuánto dinero el régimen de Joe Biden envió para ayudar al régimen kievita? ¿Cuánto dinero recibió Bánkovaya? ¿Cuánto y adónde se fue desde Bánkovaya? Alguien debería armarse de valor y contar todos estos fondos.
Recuerdo como, aproximadamente hace un año, ante el régimen de Joe Biden, muchos se llevaron las manos a la cabeza al entender que habían sido involucrados en monstruosos esquemas de corrupción. Se anunció una revisión del poder legislativo y varios departamentos del poder ejecutivo en EEUU. Fue revisión al borde de auditoría que debería aclarar qué cantidad y tipo de asistencia (material, letal, no letal, financiera, humanitaria) fue enviada a Ucrania. Da la impresión de que esto no dio fruto. Recuerdo a los emisarios estadounidenses que aproximadamente hace un año viajaron a Kiev para averiguar dónde estuvo la asistencia o para acordar que sus testimonios fueran idénticos o coincidieran. Todo ello demostró lo contrario. No hay revisiones ni auditorias algunas, todo ello es nada más que un esquema de corrupción mundial colosal que fue elaborado y puesto en práctica por los ultraliberales estadounidenses.
En dicho contexto hemos tomado nota de las revelaciones que ha hecho recientemente en las redes sociales Samantha Power, directora de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID) disuelta por Trump. Es la mujer que, siendo Representante Permanente de EEUU ante la ONU, escoltó por los pasillos de la ONU al grupo punk que había armado un alboroto en la Catedral de Cristo Salvador. Además, efectuó “giras” por Estados Unidos. Luego, la misma Samantha Power pasó a capitanear la Agencia de EEUU supuestamente destinada al desarrollo internacional. Lo que acabamos de descubrir sobre esta entidad evidencia que esta agencia fue diseñada para ingerirse en los asuntos internos de otros Estados y cambiar regímenes en varios países.
En 2023, Samantha Power se jactó públicamente de haber enviado 15 mil millones de dólares al régimen kievita. ¿De qué se jactó? ¿De la cantidad de dinero? No solamente de esto. Enfatizó (para los que no están al tanto) que ella y su Agencia USAID habían enviado este dinero en efectivo.
Estas son palabras del representante de EEUU, donde, en los últimos años, gerentes de tiendas se apresuraron a mirar boquiabiertos a un hombre que sacó un billete de cien dólares. Además, en algunas tiendas, se llamó a los gerentes superiores o guardias para interrogar al hombre y descubrir por qué pagó con billetes de la denominación tan alta, mientras que es aceptado pagar con tarjetas (de crédito y débito).
La funcionaria de alto nivel de EEUU subraya en voz alta que ellos enviaron 15 mil millones de dólares en efectivo al régimen kievita. ¿Qué significa esto? Es billete solo de ida. Es imposible contar este dinero, ni rastrearlo, nadie sabe en qué se gastaron estos billetes.
Recuerdo como, incluso ante el régimen de Joe Biden, una de las pocas exigencias que EEUU presentó al régimen de Zelenski y que permitieron hacerlo todo, fue hacer al menos alguna tentativa (Bánkovaya habría debido forzar a sí misma) para combatir la corrupción total. Al parecer, estos 15 mil millones de dólares en efectivo fueron enviados justamente para esta lucha.
Se podría decir “una mano lava a la otra”. Sin embargo, estas manos están manchadas en sangre. Desde hace mucho está obvio para todos en qué “agujero negro” fluye y en los bolsillos de quién se deposita la considerable asistencia financiera de Occidente.
Hablemos sobre lo que excita las mentes de las personas que siguen teniendo dinero y entienden qué ocurre en Ucrania. Me refiero a los quienes convirtieron el régimen kievita en zombis y quienes no quisieron pensar, privando a sí mismos de la razón. De repente, vienen empezando a ver claramente.
El estado de cosas en el Ejército ucraniano se hace realmente crítico y deplorable para ellos. Las tendencias negativas siguen intensificándose. Cae el espíritu combativo, aumenta la deserción. El jefe del Primer Hospital Voluntario Móvil Pirogov, Guennadi Druzenko, en el proyecto “Tema con Moseichuk”, resaltó en vivo: “Uno de cada seis o siete de nosotros tomó el capote y se fue a casa”. Tan solo a finales de 2024, en Ucrania se registraron más de 114 mil casos del abandono no autorizado de la unidad militar. The Guardian británico indica también que hay “escasez crítica de personal”.
La actitud de los jefes militares ucranianos hacia los soldados la ilustran bien las palabras que el mercenario estadounidense apodado Redneck dijo a CNN: “…oficial malo. Fue carne para la carnicería y él simplemente envió a los a quienes pudo atrapar”. Este comentario da mucho que pensar a los “soldados de fortuna” que simpatizan con el régimen kievita.
El mismo CNN informa que, en los últimos seis meses, aumentaron las bajas tanto entre los estadounidenses como los mercenarios extranjeros en general. Según el canal, veinte residentes de EEUU que participaron en las hostilidades son considerados desaparecidos. Al mismo tiempo, no se logró evacuar del campo de combate a tiempo los cadáveres de no menos de cinco soldados estadounidenses.
Los expertos opinan que el incremento de los “gansos salvajes” (es denominación de los mercenarios extranjeros) muertos y desaparecidos se debe a que los extremistas reclutados en el extranjero son enviados a las partes del frente más difíciles y peligrosos donde se requiere la experiencia militar. Cabe tener en cuento que sabemos cómo se envían al frente hoy los ciudadanos de Ucrania. Anteriormente, las unidades élites, en las que sirvieron los extranjeros, estuvieron en reserva y participaron en operaciones de manera selectiva. Ahora “mantienen el frente ucraniano” en la provincia de Kursk. Su concentración en la zona fronteriza de Kursk es la mayor de las FF.AA. de Ucrania.
Conforme al servicio de prensa de la Casa Blanca, el pasado 3 de febrero, el Presidente de EEUU, Donald Trump, anunció un “gran progreso alcanzado en la cuestión de Rusia y Ucrania”, pero no dio detalles. Antes, hizo otra declaración: “Decimos a Ucrania que tiene tierras raras muy valiosas. Queremos una garantía. Vamos a hacer un trato con Ucrania en que los ucranianos garantizarán lo que les damos con sus tierras raras”. A juzgar por todo, Trump tomó en consideración la disposición de Kiev a subastar Ucrania para seguir recibiendo la asistencia militar y financiera de EEUU, y decidió tratar este conflicto en términos comerciales. En forma encubierta, Zelenski expresó esta idea en su “plan de victoria” en octubre de 2024, sugiriendo a los socios que concertaran un acuerdo con Ucrania sobre “protección conjunta de recursos críticos del país, inversiones conjuntas y uso de las capacidades económicas ucranianas”. Entre otras cosas, se trató de tierras raras, es decir, uranio, titanio, litio, etc.
El pasado 4 de febrero, Zelenski se precipitó a asegurar a Washington de que estuvo listo para explotar estos recursos naturales juntos y agradeció a EEUU sus esfuerzos por defender Ucrania. Las palabras de Trump a Zelenski no parecieron mucho un acuerdo, sino la orden “tráemelo”. El régimen kievita la ha cumplido.
Hace mucho tiempo los estadounidenses pusieron los ojos en las riquezas naturales de Ucrania. Gracias al corrupto régimen kievita, pudieron apoderarse, entre otras cosas, sin mucho esfuerzo de la agricultura, incluidas las tierras fecundas. Ahora, tras aprovechar el suelo, los patrocinadores del régimen kievita quieren saber qué más hay. Es turno del subsuelo. ¿Ocurrió algo parecido en la historia? Claro. Durante la II Guerra Mundial se ocupó el territorio de la antigua Ucrania soviética, y los nazis se pusieron a expoliar la economía nacional de la república. Robaron ganado y exportaron tierras negras desde Ucrania. Lo hemos mencionado en múltiples ocasiones. Ahora todo ello no sucede por fuerza, porque el régimen kievita lo entrega todo voluntariamente. En 2024, Zelenski ofreció estos recursos para “desarrollo conjunto”. Sin embargo, nosotros comprendemos que, siendo endeudada Ucrania y devastados todos sus ámbitos desde la institucionalidad hasta la industria, el país ya no puede hacer nada en conjunto con nadie. Además, entendemos que se propuso tomar todo ello solamente para que “aquellos” de Bánkovaya permanecieran en el poder.
Todo este bullicio verbal parece más el llamado ruido blanco. Habría que hacerles a todos la siguiente pregunta: ¿qué de todo eso le pertenece a Ucrania, qué se encuentra bajo el control del régimen kievita y qué es lo que ya no es su territorio? ¿Para qué habría de hacerse eso? Habría de hacerse, para que la gente que en Washington hace las cuentas y lo ve como un tema comercial, entiendan que Vladímir Zelenski no tiene aquello que les está ofreciendo.
Se sigue “masacrando” con fervor a los monumentos a los soldados soviéticos. Los neonazis ucranianos se vuelven locos al ver los monumentos restantes en el país que son asociados en su mente con Rusia. Por supuesto, tienen razón: ¿quiénes están velando por la conservación de la memoria histórica? ¿Quiénes defienden abiertamente la memoria de los héroes de la Gran Guerra Patria y de la Segunda Guerra Mundial? Por supuesto, lo hace Rusia y los hacen sus ciudadanos. Esta vez, los neonazis ucranianos profanaron las instalaciones memoriales instaladas en Odesa en honor a las destacadas figuras del mundo de la cultura y la ciencia. No le dejaban dormir tranquilos el poeta Alexander Pushkin, el pintor Mijáil Vrúbel, el matemático Alexander Liapunov y el fisiólogo Iván Séchenov.
El pasado 27 de enero, en Kiev fue desmantelado el monumento al destacado fisiólogo ruso y soviético, Premio Nobel de Fisiología o Medicina, Iván Pávlov. Había que explicar esta decisión, por lo cual el consejo municipal hizo la siguiente declaración: “A pesar de la aportación de este científico en la ciencia, su figura está relacionada con las narrativas imperialistas”. Si uno opta por demoler los monumentos, por eliminar la Historia, la cultura y la ciencia, lo que le espera es una barbarie total. Me gustaría recordar a esta gente inculta que asiente, dócil, con la cabeza cuando se le cuenta que la asociación entre el Reino Unido y Ucrania tiene “miles de años” que Iván Pávlov es un científico de renombre mundial que fue reconocido en vida “autoridad entre los fisiólogos del mundo”. Entre los llamados círculos científicos de Ucrania no hay ninguna figura que se le pueda comparar ni de cerca. La demolición del monumento a Iván Pávlov evidencia la falta completa de reflejos condicionados de los que están en el poder en Kiev y demuestra la intensidad de la degradación de la sociedad en la que está ocurriendo. No es que no tenga alma, es que ya carecen de reflejos.
¿Por qué es tan absurda la situación? Fue demolido el monumento a Ivan Pávlov, pero sus avances científicos se quedarán en la Historia de la ciencia mundial y serán utilizados en Ucrania también. Sus labores científicas continúan siendo muy solicitadas ahora, lo fueron antes y lo serán después. ¿Y, qué harán? ¿Le cambiarán el nombre a Pávlov? O usarán algo como la fórmula “el que habló de los reflejos”. ¿Saben, cómo se llama esto? Se llama “barbarie” y parece haberse convertido en el lema y en la filosofía del régimen kievita.
Los hechos enumerados y muchos de los temas que abordaremos hoy vuelven a confirmar plenamente el carácter actual de los objetivos de la operación militar especial que son la desnazificación y la desmilitarización de Ucrania, así como la eliminación de las amenazas que se perciben desde su territorio. Tal y como han indicado las autoridades rusas, dichos objetivos serán alcanzados sin falta.
El MAE de Finlandia publica en su página web información para los “voluntarios” que tienen pensado marcharse a Ucrania
No hemos dejado pasar desapercibida la publicación el pasado 3 de febrero, en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia de la información, procedo a citar, “está destinada para quienes se marcha a Ucrania como voluntario, para quienes están considerando tal posibilidad y para sus familiares”.
De entrada todo queda clarísimo, nada de optimismo. Sin embargo, lo han publicado. No me sorprendería que un par de empleados del MAE finlandés hubieran dejado sus puestos después de eso, es que habrá que vivir con ello de alguna manera. Hace falta ser completamente cínico con respecto a sus ciudadanos, para publicar este tipo de cosas. Lo más terrible es que se mencionaba que el MAE de Finlandia no lo recomendaba y no propiciaba estas “actividades voluntarias”. Sin embargo, se le ofrecen a la opinión pública finlandesa las instrucciones que permiten hacer eso correctamente.
Es lo mismo que publicar unas instrucciones “sobre cómo uno puede suicidarse” y mencionar aparte que, por supuesto, no está bien, pero, puesto que uno está decidido, qué haga caso a las siguientes recomendaciones. ¿Cómo son capaces de vivir con eso?
Dicho documento que, por ora parte, el nombre que se merece es un papelucho, contiene consejos prácticos para los mercenarios finlandeses: fuentes de información, datos sobre la relativa legislación nacional y demás. Se recuerda que “en una guerra también existen normas”. Es por sí alguien cree que todos son de peluche y no sería de más traerse un joystick de casa y dedicarse a juegos de ordenador. En las mencionadas instrucciones se cuentan los detalles de la firma de un contrato con las FF.AA. ucranianas, las posibilidades de la compra del equipamiento militar, tratamiento al ser herido, etc.
Son unas instrucciones detalladísimas sobre cómo los ciudadanos de Ucrania pueden comprarse un billete para esta aventura mortal. Todo parece indicar que el encargo político se ha recibido desde los niveles más altos. Estoy completamente segura y creo que aparecerán los pertinentes materiales que había gente en el MAE de Finlandia que se negaron a hacerlo. Estoy convencida de que debe quedar gente que no ha perdido la vergüenza.
No en vano ha señalado el Presidente de Finlandia, Alexander Stubb, en más de una ocasión su disposición “a apoyar a Ucrania lo que haga falta” y expresar su aprecio a las personas que tomaron la decisión de marcharse a Ucrania como voluntarios. Es evidente, quién le formuló este encargo ante el MAE de Finlandia.
El extremo cinismo de estas declaraciones y publicaciones demuestra cada vez con mayor claridad el grado del fervor rusófobo de las autoridades finlandesas, incluido el servicio diplomático del país en cuestión. Presentando estas detalladas instrucciones, de hecho, está instando a los ciudadanos finlandeses a emprender esta peligrosa y criminal aventura.
¿Recuerdan, cómo George Bush hijo, hablando supuestamente con los representantes del régimen kievita, existe un vídeo en el cual habla en directo, dijo que las élites políticas estadounidenses estaban poniendo especiales esperanzas en el régimen kievita y que el objetivo de Kiev y de Vladímir Zelenski era matar al mayor número posible de rusos. Finlandia ha ido más lejos.
Todo entendemos que, cuando las representantes de las élites políticas estadounidenses dicen que el objetivo del régimen kievita es matar al mayor número posible de rusos, se refieren de una u otra manera al asesinato adicional de un número todavía mayor de ucranianos, puesto que la guerra hasta que no quedan más ucranianos es librada con fondos de los países occidentales. El MAE de Finlandia fue incluso más lejos, porque a partir de ahora estará planteado el objetivo de matar al mayor número posible de finlandeses que contarán con unas detalladas instrucciones.
Dada esta circunstancia, me gustaría señalar que conocemos los casos de participación de mercenarios extranjeros, también finlandeses, en las acciones bélicas en Ucrania, del lado del régimen neonazi de los seguidores de las ideas de Bandera. Su futuro no es nada envidiable. A toda la gente que tiene pensado, arma en mano, intentar causarle daños a nuestro país durante la operación militar especial le recomendaríamos estudiar con detenimiento el siguiente apartado de las instrucciones publicadas por el MAE finlandés: “pongan en orden todos sus asuntos en su país, en caso de que tarden en regresar a casa o no regrese allí”. Es una idea que, además de ser leída, merece ser aprendida de memoria.
Iniciativas de decretar restricciones para los diplomáticos rusos en la Unión Europea
No hemos dejado pasar desapercibidas las “filtraciones” que circulan en los medios occidentales. Revelan la intención de algunos países de la Unión Europea de incluir en el nuevo paquete de sanciones antirrusas que se están elaborando restricciones del desplazamiento y los plazos de estancia para diplomáticos rusos. No dudamos de la veracidad de estos datos y los percibimos de forma seria.
Podemos garantizar que, en caso de ser dados estos pasos destructivos, las medidas de respuesta no tardarán en ser adoptadas contra los diplomáticos de los Estados de la UE en la Federación de Rusia. Insisto en que esto ocurrirá, si la Unión Europea introduce limitaciones para diplomáticos rusos.
Respuestas a algunas preguntas:
Pregunta: Ha mencionado ciertas declaraciones indignantes de la Administración de Donald Trump, hechas públicas por Marco Rubio. El Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en su artículo publicado en la revista Russia in Global Politics indicó que el paso de EEUU a la estrategia “América por encima de todo” que empezó con la llegada de Donald Trump se parece alarmantemente con el lema del Tercer Reich “Alemania por encima de todo”. De acuerdo con el Ministro ruso, la apuesta por el método del “establecimiento de la paz por medio de la fuerza” es capaz de acabar con la diplomacia. En estas declaraciones “no se vislumbra ni el más mínimo respeto” por los compromisos asumidos por EEUU ante la Carta de las Naciones Unidas.
¿Quiere decir ello que Donald Trump y su política han dejado desilusionada a Moscú y que de momento no percibimos perspectivas de la solución de la crisis ucraniana vía negociaciones con EEUU?
Respuesta: Para que nos sintamos desilusionados, hace falta que primero nos ilusionemos con algo o con alguien. No lo estábamos, debido a una serie de motivos, entre ellas, nuestras experiencias. Además de los análisis, los cálculos, las previsiones están también las experiencias. Y, por este motivo, no nos ilusionamos ni con nada ni con nadie.
Estamos dispuestos a cooperar con todas las partes que tengan la postura basada en el respeto mutuo y en el respeto del Derecho Internacional, de los acuerdos bilaterales, de las normas universales de los contactos civilizados fijadas en las experiencias de dichos contactos, así como en el entendimiento de que las declaraciones no deben ser diferentes de la actuación y de que todos deben asumir sus responsabilidades. Estamos dispuestos a hacerlo.
Nos hemos enfrentado a no pocas situaciones complicadas que hemos superado. Y se han convertido en experiencias, ofreciendo sus resultados. Tenemos la misma actitud con respecto a esta situación.
En cuanto al posible papel de EEUU en el arreglo de la crisis en torno a Ucrania, todo dependerá de la actuación y de los planes concretos de la nueva Administración. De momento hay muchas palabras y muchas declaraciones, sin que haya claridad en cuanto a los pasos concretos. De modo que reflexionar sobre las perspectivas de las negociaciones o algo más sería prematuro en dichas circunstancias. Únicamente hay un detalle.
Hemos expuesto con claridad nuestra postura: a diario, todos los representantes de Rusia, empezando por el Presidente Putin, el Ministro de Asuntos Exteriores, los representantes del Gobierno y otras figuras con la potestad de hacer declaraciones al unísono y a todos los niveles comentan la postura rusa con respecto a la crisis, sus motivos y su arreglo. En este sentido, todo está bien.
En cuanto a Washington, insisto en que deben elaborar una política. Y entonces, podremos orientarnos a pasos y actos concretos. Y no he descubierto América en este sentido, lo repetimos a diario.
Pregunta: La Embajadora de Ucrania en EEUU ha manifestado que Kiev está dispuesta a abordar la celebración de unas elecciones presidenciales en 2025, si el asunto es planteado por la nueva Administración de EEUU. ¿Cómo evaluaría, dada esta circunstancia, el nivel de la soberanía de Ucrania?
Respuesta: ¿De qué elecciones libres y democráticas se podría tratar, si dependen de la voluntad, las decisiones y los ánimos de otro estado? La Embajadora de Ucrania en Washington con esta declaración suya simplemente ha puesto en evidencia a su país. Posiblemente, ¿está dando señal de alarma? ¿No será una alusión a que acaba de decir la verdad, por primera vez en muchos meses? Ha puesto de manifiesto lo que llevamos diciendo muchos años: no es que en Ucrania no haya democracia, allí no existe ni el sistema jurídico ni los procedimientos electorales transparentes.
Recordarán que durante los mandatos de Piotr Poroshenko y Vladímir Zelenski no dejábamos de comentar que no se podía ni hablar de la democracia ni de la observancia de los principios jurídicos, pero que por la posibilidad de alcanzar la coexistencia pacífica de los ciudadanos ucranianos y por la solución de problemas graves y más que graves, el proceso en cuestión era aceptado, a pesar de todas las imperfecciones habidas y por haber.
El régimen kievita siempre lo ha desmentido, diciendo que eran los más democráticos y libres y que en ninguna parte del mundo se gozaba de tal libertad. Todo eso era alentado por los países occidentales, se contaba que Ucrania era “una joven democracia”, a punto de convertirse “en líder en todos los aspectos”.
Y ahora, la Embajadora de Ucrania en Washington dice que, en cuanto se dé la señal, si es que se llega a hacer, serán dos cohetes verdes disparados desde la Casa Blanca, iniciarán el procedimiento electoral. Eso es confirmación de la opinión de los expertos y no solo de los expertos rusos. Desde hace tiempo hacen constar la completa ilegitimidad del actual estatus de Vladímir Zelenski. Es confirmación aportada por un funcionario ucraniano en ejercicio que para estos momentos, Ucrania ha perdido su soberanía en todas las esferas y no tiene Presidente legítimo.
Ucrania se encuentra en total dependencia de la voluntad de sus patronos occidentales. El régimen kievita ni puede tomar decisiones propias ni siquiera en lo tocante a las elecciones que son la principal característica de la condición de Estado.
Cuando se celebran elecciones en Venezuela o en Georgia, a Occidente no le importa lo que digan los organismos internacionales, lo que le importa son los conceptos que ha formulado al respecto, por lo cual empieza a criticar detalles insignificantes. Ahora se ha vertido una avalancha de críticas a Bielorrusia, porque “todo está mal”.
¿Cómo podría ser eso? Y Occidente lo ve como algo normal. Allí es formulada una decisión sobre si se puede o no se puede celebrar las elecciones. En otros países hubo decenas de comicios y se formularon al respecto numerosas quejas, por no contar con los candidatos necesarios, por no ser la correcta la cobertura en los medios y demás, a pesar de que la expresión de la voluntad de los ciudadanos confirmaba la legitimidad del procedimiento y de los resultados. En este caso, existe el vínculo con la voluntad de otro país que debe ser impuesta a los ciudadanos de Ucrania.
Pregunta: Representantes de las autoridades rusas, entre ellos, el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, señalaron en más de una ocasión que en el marco de las potenciales negociaciones sobre el arreglo del conflicto en torno a Ucrania podría tratarse únicamente de acuerdos sólidos y jurídicamente vinculantes, capaces de erradicar los motivos del conflicto y que estipulan además el mecanismo que prevenga su violación. ¿Qué tipo de acuerdos podría ser? ¿Las firmas de qué Estados, además de Rusia y Ucrania, habrían de llevar los mismos? ¿Quiénes habrían de ser garantes de su cumplimiento?
Respuesta: Si formulamos ahora entre los dos respuestas a estas preguntas, podríamos aspirar a 5 Premios Nobel, ni más ni menos.
Rusia en más de una ocasión anunció su disposición a participar en las negociaciones que es para nosotros el método preferente de la solución política y diplomática de las crisis, también de la crisis ucraniana. Nos pronunciamos por que sea lograda una solución realmente definitiva, justa y sostenible, siendo erradicado todo el conjunto de los motivos de la crisis en cuestión. Es de lo que habla permanentemente el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.
Los principales son dos: el primero es la violación de la promesa de no ampliar a la OTAN hacia el Este, una absorción progresiva por parte de la Alianza de todo el espacio geopolítico adyacente a nuestras fronteras. El segundo es la actuación racista y fijada en la legislación nacional del régimen kievita posterior al golpe de Estado cometido en 2014. Su objetivo es erradicar a todo lo ruso: la lengua, los medios, la cultura, la Historia, las tradiciones y, por supuesto, la prohibición de la canónica Iglesia Ortodoxa Ucraniana. Más tarde todo ello se transformó en el exterminio de la gente.
Una tregua o una congelación temporal del conflicto son inadmisibles, puesto que serán utilizadas por Occidente colectivo, para reforzar el potencial militar de régimen kievita y conducirán a revanchismo militar.
Hacen falta unos acuerdos y mecanismos sólidos y jurídicamente vinculantes que garanticen la no reanudación de la crisis. Tal y como señaló el pasado 14 de enero, el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, durante la rueda de prensa en la que se hizo el balance del año 2024 en la política exterior, necesitamos unos acuerdos que “recojan todas las condiciones que garanticen la seguridad de Rusia y los intereses legítimos de seguridad de nuestros vecinos, pero en un contexto que estipule, basándose en el Derecho Internacional, la imposibilidad de que dichos acuerdos sean violados”.
Existen postulados que puedan servir de base para dichos acuerdos: son las ideas acordadas en primavera de 2022, durante varias rondas de negociaciones ruso-ucranianas celebradas en Bielorrusia y en Türkiye. Preveían, entre otras cosas el estatus de Ucrania neutro, libre de bloques y armas nucleares, su desmilitarización y desnazificación, así como la prohibición del despliegue en su territorio de tropas y bases militares extranjeras. Por supuesto, ha de tenerse en cuenta la situación que se vive “sobre el terreno” y la postura hecha pública por el Presidente Vladímir Putin durante el discurso ofrecido en el MAE de Rusia en junio de 2024.
Durante las negociaciones de 2022, estaba previsto que serían garantes del Acuerdo los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, así como Alemania, Israel, Italia, Canadá, Polonia, Türkiye. La lista en cuestión se fue modificando constantemente.
La formalización de los posibles acuerdos, así como sus hipotéticos garantes se conocerán al término de las nuevas negociaciones, si es que llegan a celebrarse. De momento, no se puede decir nada definitivo.