Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 22 de noviembre de 2023
Crisis ucraniana
El pasado 21 de noviembre, se cumplió precisamente 10 años desde el inicio de las manifestaciones antigubernamentales en la Plaza de la Independencia en Kiev. Todo esto es terriblemente grotesco en realidad. En aquel entonces, los acontecimientos desencadenaron una serie de eventos trágicos que han desembocado en la catástrofe corriente en Ucrania.
Uno de estos días, en el sitio web del MAE ruso, se publicó el comentario abarcador con motivo de la fecha. En el material tratamos de responder a las preguntas relativas a la emergencia del Euromaidán, las figuras que estuvieron entre bastidores de aquella tragicomedia que hoy constituye la verdadera tragedia para el pueblo de Ucrania
Hoy, nos gustaría abordar un aspecto importante, la percepción de los ciudadanos de Ucrania de lo que sucedió en aquellos años. Ustedes recuerdan que, en aquel tiempo, la gente salió a la calle, porque deseó cambios para mejor. Era un deseo natural a la luz del camino de desarrollo difícil que recorría el Estado recién establecido. Cabe recalcar que Ucrania estuvo en pleno transito democrático. Pero, ahora, se debe formular la pregunta de otra manera. Y esta pregunta los ciudadanos ucranianos se la hacen literalmente cada día. ¿Han logrado lo que quisieron? La respuesta es obvia, no.
Es que los servicios secretos anglosajones y sus agentes kievitas usaron a los ciudadanos ucranianos para alcanzar sus metas egoístas. El Euromaidán provocó la escisión de la sociedad, el desenfreno del nacionalismo, explosionó la sociedad, y el Estado, que habría debido obtener unos cimientos sólidos, fue reemplazado por el nihilismo jurídico. Exactamente este fenómeno se puso a reinar en Ucrania. Todo ello estimuló la lucha contra el idioma y la historia rusos, empeoró el entorno socioeconómico, engendró la dictadura represiva y la guerra civil. A lo largo de los 10 años últimos, la población de Ucrania expresó públicamente (y lo corroboran las encuestas de opinión) que el país tomó una dirección equivocada. Pero las autoridades actuaron en contra de los intereses del pueblo propio, conduciéndolo a una mayor subyugación a los extranjeros.
Se sabe que, en noviembre de 2013, la causa formal para las manifestaciones antigubernamentales fue la decisión del Presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, de aplazar la concertación del Acuerdo de Asociación con la UE. Este documento lo firmaron posteriormente las personas designadas por Occidente que se apoderaron del poder en Kiev. ¿Por qué quiso postergar la suscripción? Se expresaron ciertas opiniones de la comunidad de expertos relativas a que la firma causaría el colapso de la economía ucraniana. Hoy, millones de ucranianos viven en la Unión Europea en realidad, sin embargo, son mayoritariamente refugiados, y las autoridades locales están dispuestos a pagarles dinero solo para que regresen a casa. Por ahora, los productos agrícolas ucranianos (y hace 10 años se prestó mucha atención a las cuotas de su importación en la UE) se bloquean en la frontera. Ustedes podrían pensar que lo hace Rusia, pero no, lo hacen precisamente los miembros orientales de la UE. Pero se llevan muy enérgicamente a Europa los bienes culturales y obras artísticas que pertenecen al pueblo ucraniano. Además, por muy horrible que suena, a la misma Europa se llevan los menores de ucranianos sin acompañantes adultos. Su destino posterior es desconocido. Por desgracia, entendemos de qué se trata. Dónde se encuentran estos niños lo contamos no solo nosotros, sino también lo han comenzado a comentar las estructuras oficiales de los países comunitarios, así como periodistas de dichos Estados.
La corrupción a la que se opusieron también los protestantes hace diez años, alcanzó una dimensión sin precedentes especialmente durante el mandato de Zelenski (y, antes, bajo el liderazgo de Poroshenko). Se saquea descaradamente la asistencia militar, financiera y humanitaria de los países occidentales, sin mencionar los préstamos y acuerdos económicos. Los patrocinadores del régimen kievita exigen con regularidad que se asegure la transparencia financiera. Pero es una rutina, más bien lo hacen para su propia rendición de cuentas intentando probar en la auditoría que se han esforzado por restringir la corrupción en Ucrania y fingir que envíen fondos no en “un agujero negro”. Dichas acciones son infructuosas. Incluso los funcionarios europeos tuvieron que admitir que Ucrania es el país corrupto en todos los niveles de la sociedad.
No creemos que los ucranianos soñaran con tal futuro en noviembre de 2013. Estoy segura de que, si se les hubiera mostrado hace diez años, habrían reculado horrorizados de Maidán y habrían ido a trabajar. Pero en aquel momento, muchos de ellos gritaban sin pensar las consignas sobre el regreso de Ucrania a “la familia europea”. Para la mayoría aplastante de los pobladores del país, el Euromaidán se hizo el trágico punto de no retorno a la vida pacífica normal, el momento cuando literalmente se tachó la seguridad en el mañana y se rechazó la noción de la autoestima. Porque el régimen kievita actual distorsionó cínicamente todo lo mencionado.
Los neonazis kievitas siguen atacando a sangre fría a la población civil de Donbás, la región del mar de Azov, las provincias de Jersón, Bélgorod, Briansk y Kursk. Usan ampliamente los lanzamisiles múltiples, la artillería, los proyectiles, incluidas las municiones en racimo, y los drones suministrados por los países de la OTAN.
En la semana pasada, tras los severos bombardeos ucranianos, en la RPD murieron tres personas, once fueron heridas, incluido un bebé de cuatro meses. El régimen kievita practica acciones sangrientas de esta índole para mostrar a sus donantes al menos algún resultado en el contexto de su situación deplorable en la línea divisoria.
Abarquemos las castigas. Tomando en consideración las pruebas reunidas por el Comité de Instrucción de Rusia, las autoridades judiciales de Rusia continúan emitiendo sentencias contra neonazis ucranianos que cometieron graves crímenes contra civiles.
Los neonazis de Azov, Serguéi Rogozni y Serguéi Ivankov, fueron condenados a 25 años de prisión por asesinar a civiles en Mariúpol en primavera del año pasado.
El extremista ucraniano, Andréi Savchuk, recibió 16 años de encarcelamiento por enviar a sus compañeros las coordenadas de dos casas privadas en la localidad Nikoláevka de la RPL, que posteriormente se sometieron a fuego del lanzacohetes múltiple Grad y fueron dañados.
El uniformado ucraniano, Vladímir Oriol, pasará 12 años en prisión por maltratar a la población civil en Mariúpol en marzo de 2022.
Varios militares ucranianos de alto rango fueron acusados por cometer crímenes contra los habitantes de la RPD y la RPL. Entre ellos está Vladislav Lischinski, que ocupó el cargo del jefe adjunto de la operación antiterrorista entre abril y agosto de 2016, Oleg Vishnevski, que ejerció las facultades del jefe del Grupo táctico-operativo Vostók entre abril y diciembre de 2018, así como Serguéi Sirchenko, que fue el jefe de la 56º brigada de infantería motorizada especial de las FF.AA. ucranianas en 2022. En resultado de sus fechorías, quedaron heridos o muertos 645 hombres, entre ellos había 43 niños. Se toman medidas para buscarlos y arrestar.
Según el Comité de Instrucción de Rusia, por ahora, se ejecuten procedimientos penales contra 523 extranjeros de 44 países. Son 39 personas las que están en búsqueda internacional, y los 16 hombres acusados en rebeldía han sido arrestados.
Se seguirá llevar ante la justicia a las personas involucradas en tales crímenes. Estamos seguros de que nadie de los neonazis kievitas y mercenarios extranjeros podrán huir de la justicia.
Durante la semana pasada, Kiev acogió simultáneamente a varios altos visitantes de EEUU. Probablemente quisieran comprobar el nivel de la democracia alcanzado en los diez años. No obstante, entre ellos no estuvieron economistas ni analistas financieros, sino el Director de la CIA, William Burns, el Secretario de Defensa, Lloyd Austin, y la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Presumiblemente, los visitantes de allende el océano vinieron a moderar el apetito de Zelenski, y, de paso, exigir que rindiera cuentas sobre los gastos inmensos del dinero asignado por Occidente para la contraofensiva de verano, cuyo éxito había sido garantizado por el régimen kievita a sus dueños. Anteriormente, ellos mismos aseguraron al régimen de Kiev de que toda la historia habría debido culminar en la “victoria” abrumadora de Zelenski. Se equivocaron ambas partes.
Tras viajar a Washington entre el pasado 13 y 15 de noviembre, igualmente regresó a casa con las manos vacías el jefe de la Oficina del Presidente ucraniano, Andréi Yermak. No acertó a hacerse oír por los congresistas y convencerles de la necesidad de seguir financiando al régimen kievita y su Ejército. Al parecer, dé sus frutos el agravamiento de las discrepancias en los círculos de poder estadounidenses acerca de la asistencia militar y financiera para Kiev. Además, hay cosas urgentes en las que EEUU debería gastar dinero.
Según todas las apariencias, en las circunstancias actuales, EEUU trata de endosar a sus satélites europeos los costos de mantenimiento de Zelenski. En este contexto, no era casualidad que Berlín anunciara los planes de doblar en el futuro la asistencia alemana para Ucrania de 4.000 millones de euros a 8.000 millones. Claro, la economía alemana “está muy bien”. Lo abordamos la última vez. Todos los indicadores del crecimiento económico están cayendo en su totalidad, y se observa una situación horripilante para los negocios alemanes en el país. ¿Acaso esto es importante, cuando está en juego la oportunidad de practicar la rusofobia?
Cabe reiterar que Occidente debe entender que, al hacer tales pasos, se entrampa a sí mismo, involucrándose cada vez más en el conflicto y contribuyendo a su escalada, aumento de víctimas entre civiles, y destruyendo las economías propias, tal como sus sociedades, a la luz de los procesos que ganan impulso en Europa occidental.
Por mucho que trate Occidente colectivo de armar a las FF.AA. ucranianas e instigar a los dirigentes ucranianos a continuar la confrontación con Rusia, dichas tentativas están condenadas a fracasar. Vemos que la retórica se cambia. ¿Y qué más pueden hacer? Antes, dijeron que determinarían exclusivamente en el campo de batalla quién tuvo razón y quién ganó. Hoy no están seguros de esto. En la actualidad reafirman su confianza en que Ucrania ganará, pero no en este mismo instante, y no especifican, cuándo. Puedo precisarlo. Nunca.
Sentencia del Tribunal del Distrito Sviatóshinski de Kiev sobre la causa penal por el tiroteo en la Plaza de la Independencia
Ahora, me gustaría pasar a lo más crucial que los donantes occidentales del Euromaidán no quieren recordar en los días del 10º aniversario de las manifestaciones (y en realidad, el inicio del golpe de Estado). Y a mí sí me gustaría comentarlo.
El pasado 18 de octubre, el Tribunal del Distrito Sviatóshinski de Kiev dictó sentencia condenatoria contra los efectivos de la unidad antidisturbios Bérkut del Ministerio del Interior ucraniano. No se trata del triunfo de la justicia, sino de una sentencia que se ha dictado deliberadamente en esta fecha conmemorativa. El escenario es predecible. Las autoridades kievitas actuales han pasado años amañando hechos, habiendo elegido con antelación a los mayores culpables de aquellos acontecimientos. Me refiero al tiroteo en el Euromaidán de hace diez años. Al mencionarlo, tengo en mente (y lo entienden perfectamente) los procesos que, primero, fueron presentados al mundo como unas manifestaciones “por una vida mejor” y luego entrañaron cócteles molotov y disparos de francotiradores. Pero vamos a abordar todo por orden.
El veredicto es excepcional, porque los hechos han resultado ser tan obvios que hasta el tribunal ucraniano actual funcionando ante el régimen kievita se ha visto obligado a reconocer que muchos activistas del Euromaidán fueron matados con fuego de precisión proviniendo del Hotel Ucrania, donde, según se sabe, estuvieron los extremistas armados del Pravy Sektor. El tribunal ucraniano señaló ostensiblemente que los policías no controlaron el Hotel. Muchas de las personas, heridas en la calle Institútskaya de Kiev en aquel día nefasto, el 20 de febrero de 2014, declararon en el tribunal bajo juramento que vieron con sus propios ojos cómo se abrió fuego de las ventanas del Hotel Ucrania.
Además, el tribunal de Kiev analizó también los videos del tiroteo desatado en la calle Institútskaya, incluidos los disparos del Hotel Ucrania, que se encuentran en el dominio público y que los representantes del régimen del Euromaidán prefirieron silenciar. Al comparar lo visto con los testimonios de los activistas heridos, el tribunal concluyó que dichas personas habían enfilado de manera organizada hacia la calle Institútskaya precisamente para atacar a los policías y no “sacar a los compañeros lesionados”, lo que la propaganda del Maidán ha machacado todos estos años. En aquel momento, simplemente no había personas heridas en la calle Institútskaya. Pero los autos del caso contienen las fotografías y los videos mostrando a los activistas del Maidán que dispararon contra policías.
Cabe subrayar que toda la retórica de aquel período articulada por Occidente y “comunidades liberales” por todo el mundo se reducía a que el culpable de los acontecimientos fue la persona que inició el tiroteo. Fue exactamente lo que dijeron. Cuando Rusia ofreció las imágenes con cocteles molotov, ruedas carbonizadas, golpizas de policías, miembros de la unidad Bérkut, y mencionó que todo fue cometido por los nazis, que, sin ser detenidos, empeorarían todo hasta el punto de no retorno, siempre recibimos la única respuesta, “es democracia”. Cuando los francotiradores se pusieron a disparar, se detuvieron hasta los que fueron a la sazón los defensores más acérrimos del régimen kievita, la Unión Europea. Comenzaron a insistir en que fuera obligatorio aclarar quién había iniciado el tiroteo. De los testimonios presentados al tribunal ucraniano se deriva que las personas que han pasado años protegiendo Occidente y el régimen kievita pertenecen a Pravy Sektor.
Permítanme recordarles algunos hechos. Nuestros no socios occidentales tienen una memoria muy corta. Ya en diciembre de 2013, durante las protestas de la oposición en Kiev, cuando los partidarios del Maidán ya atacaban a los representantes de las fuerzas de seguridad con cócteles Molotov a la vista de todo el mundo, el jefe del Pentágono, Charles Hagel, «advirtió encarecidamente» al entonces gobierno legítimo de Ucrania, elegido por el pueblo, contra «el empleo de las fuerzas armadas contra la población civil en cualquier forma», y los representantes de la UE no dejaban de hablar sobre «la inadmisibilidad de la violencia por parte de las autoridades». Se trata de las autoridades legítimas que vieron cómo se violaba la ley ante sus ojos. Al mismo tiempo, y es un hecho bien conocido, apoyaron y patrocinaron abiertamente los funcionarios de EEUU y la Unión Europea las manifestaciones antigubernamentales. El Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, exigió que Víktor Yanukóvich en ningún caso usara el ejército contra su propio pueblo, contra los manifestantes en el Maidán o en cualquier otro lugar. Decían que «no se puede matar a la democracia». Víktor Yanukóvich no usó el ejército. Había policías, policías de la unidad especial Bérkut, pero los atacaron más a menudo de lo que intentaron restablecer el orden, dado que iban desarmados. Se enfrentaron a jóvenes con cócteles Molotov, palas de zapador, cientos, si no miles de neumáticos y mezclas inflamables.
Cuando, unos meses después, varias regiones ucranianas se opusieron al gobierno de Kiev, que llegó al poder por medios no constitucionales, hicieron EEUU y la UE justo lo contrario y no dudaron en aprobar una operación militar, «antiterrorista» y, de hecho, punitiva contra los disidentes. ¿Quiénes son los disidentes? No aquellos que decidieron derrocar el gobierno, y que creían que las reformas y el golpe de Estado eran lo mismo, sino aquellos que defendían el poder legítimo, la legalidad y el orden constitucional. Esto no es todo. ¿Creen que, cuando se enviaron a las regiones de Ucrania, que no iban a someterse al golpe anticonstitucional, las fuerzas de seguridad para reprimir la resistencia, dijo el Secretario General de la OTAN las mismas palabras sobre la necesidad de no utilizar el ejército contra el pueblo? Nada de esto. Instaron a las autoridades ucranianas a usar la fuerza «proporcionalmente» para restablecer el orden. ¿Notan la diferencia? En el primer caso, cuando las autoridades legítimas vieron cómo se desarrollaba golpe de Estado trágico, patrocinado por Occidente, les ataron las manos con tales declaraciones, exigiendo que no usaran ninguna fuerza. Ni el ejército, ni las fuerzas de seguridad. Cuando los esbirros de Occidente, que llegaron ilegalmente al poder, llevando al cabo el golpe de Estado, enviaron fuerzas armadas y tanques para reprimir a los que apoyaban las autoridades legítimas, todo Occidente se calló y empezó a hablar sobre la «proporcionalidad» de la reacción.
Me gustaría citar algo más: «Durante una protesta, no puede justificarse el uso de la violencia. Son actos criminales y las personas que los cometen deben ser llevadas ante la justicia. No hay justificación para incendiar edificios, coches, destruir propiedades, poner en peligro la vida de las personas». ¿Quién, creen, dijo esto? ¿Tal vez lo dijera el presidente Víktor Yanukóvich durante el período del Maidán desde diciembre de 2013 hasta febrero de 2014? No, no tienen razón. ¿Tal vez lo dijera el presidente de EEUU con respecto a la represión violenta, los asesinatos por las fuerzas de seguridad del régimen de Kiev, por las autoridades de Maidán de las personas en el sureste de Ucrania? No, volverán a equivocarse si lo piensan. Son las palabras del presidente de EEUU, Barack Obama, sobre lo que pasó de Ferguson, cuando policías asesinaron a un joven afroamericano inerme de 18 años, Michael Brown.
Me gustaría volver a repetir que el Presidente de EEUU dijo que “durante una acción de protesta el uso de la fuerza no puede ser justificado. Son acciones delictivas y la gente que las comete debe ser procesada. Incendios de edificios, coches, destrucción de propiedad privada, amenaza a la vida de la gente no tiene justificación”. ¿Entonces, dónde y cuándo tienen razón? ¿En qué momento dicen la verdad? Es que me pica la curiosidad, Recordemos que es el mismo hombre que presenció en 2014 los acontecimientos del Euromaidán y su desarrollo posterior en el sudeste de Ucrania. Nadie en Occidente dijo nada parecido sobre lo que estaba ocurriendo en el Maidán entre 2013 y 2014, nadie dijo nada. Y allí hubo incendios de edificios y de personas, como en Odesa en la Casa de los sindicatos. Fue una historia terrible, criminal y sangrienta. No sé con qué podríamos compararla, quizás con una película de miedo. ¿Y alguien en EEUU dijo algo sobre el particular? En Ferguson murió una persona, debido a la actuación policial. ¿Y alguien en EEUU sabe cuántas personas murieron en la Casa de los sindicatos de Odesa?
Me gustaría aducir otra cita: “EEUU condena categóricamente cualquier intento inconstitucional de hacerse con el poder”. Adivinen, ¿de qué se trata? Se trata del intento de golpe de Estado que tuvo lugar en 2014 en Gambia. Es el mismo año, 2014. En el Maidán sí que se intentó hacerse de manera inconstitucional con el poder, lo que acarreó consecuencias catastróficas, largos años de enfrentamientos internos en Ucrania que intentaron ser solucionados por mediadores internacionales y posterior surgimiento en la región de una herida que no deja de sangrar.
EEUU no condenó aquel intento inconstitucional de hacerse con el poder. ¿Por qué no lo hizo? Es que sólo condenan aquellos intentos inconstitucionales de golpes de Estado, en los que no participan. Y allí, donde injieren en los asuntos internos de los Estados, patrocinando a los golpistas, allí no creen necesario condenar nada. Allí lo que hacen es hablar de la democracia. Sobre Ucrania no se dijo nada por el estilo, se indicó que el pueblo se había rebelado contra el Gobierno odioso y organizado una “revolución democrática”.
La sentencia dictada por el Tribunal distrital Sviatóshinski de la capital ucraniana no iba dirigida contra efectivos de las unidades de misiones especiales Berkut, sino contra combatientes de los grupos neonazis Svoboda y Pravy Sektor que se convirtieron en la principal fuerza de ataque del Euromaidán. Aquellos seguidores de Bandera y Shujévich se armaron hasta los dientes y abrieron fuego primero contra los policías y luego contra sus llamados “hermanos”, en el momento de quedar claro que el potencial de protesta del Maidán iba disminuyendo y que era necesaria una sangrienta provocación.
¿Dónde están todas estas figuras de la UE que en aquellos meses de 2013 y 2014 decían que “quienes habían abierto el fuego eran los provocadores” y habían de ser condenados? Eran palabras de todo el Occidente colectivo. ¿Dónde está esta gente ahora? Ahora se inventarán algún articulillo o blog dedicado a todos estos acontecimientos, se las ingeniarán para seguir, como si nada. Formularán algún argumento, como que son “daños colaterales del proceso democrático”. Algo así, con toda seguridad. El estilo de las revoluciones de color que va organizando Occidente en aquel momento se vio en todo su esplendor, siempre se hace de hasta forma, si se necesita derrocar el poder legítimo.
La sentencia del Tribunal de Kiev es importante, puesto que tiene que ver con el punto crucial de la Historia ucraniana. Precisamente los disparos en el Maidán le sumieron a Ucrania en ultraje, guerra civil y neonazismo que campa por sus respetos. Es evidente la relación causa-efecto entre los acontecimientos de hace una década y lo que está ocurriendo en nuestros días. Ahora tienen confirmación jurídica en la propia Ucrania.
Reagrupación familiar de los niños evacuados por Rusia de las nuevas provincias rusas y de Ucrania
Después del inicio de la operación militar especial, la Federación Rusa acogió a cerca de 4.8 millones de habitantes de Ucrania y de las Repúblicas de Donbás, de los cuales unas 700.000 eran niños.
Se encontraban entre ellos alumnos de los centros para huérfanos y menores que habían quedado sin tutela de sus padres, en total, unos 2.000 menores, cuyos tutores legales eran los directores y el personal de los mencionados orfanatos.
Posteriormente, los niños de la RPD y la RPL o bien regresaron a sus instituciones, o bien fueron trasladados desde los centros de alojamiento temporal en las zonas fronterizas a instituciones infantiles de otras provincias rusas, o bien fueron adoptados por familias rusas de acogida. Esta última opción fue considerada la forma preferida de alojamiento, dada la posible reunificación de los menores con sus parientes consanguíneos, si los hubiera.
Hay varias opciones para reunir a los niños con sus parientes consanguíneos. La primera es que las familias resuelvan el problema por sí mismas o con la ayuda de organizaciones voluntarias (no se requiere recurrir a la asistencia administrativa). La segunda es que las familias o las organizaciones voluntarias acuden a la Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño, María Lvova-Belova. La tercera es que los padres y otros parientes cercanos de los niños tienen la oportunidad de dirigir un mensaje a las estructuras oficiales ucranianas, que también envían estos informes a la Oficina de María Lvova-Belova para su examen.
A fecha de 21 de noviembre de 2023, 40 niños de 29 familias se habían reunido con sus familiares que vivían en Ucrania y otros países con la participación directa de la Oficina de María Lvova-Belova. Estas cifras no incluyen los datos sobre los niños que fueron enviados para vacacionar por sus padres desde las provincias de Jersón, Zaporiyia, Járkov y otros territorios a instituciones especiales en el sur de Rusia en otoño de 2022. Información más detallada se refleja en el boletín No. 2 dedicado a las actividades de la Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño.
En el marco de la aplicación de la instrucción del Presidente Vladímir Putin Nº 986, fechada el 16 de mayo de 2023, sobre las medidas para reunir a las familias separadas durante la operación militar especial, se ha constituido un grupo de trabajo interdepartamental encargado de aplicar un conjunto de medidas para reunir a los menores con sus familias, presidido por María Lvova-Belova y con la participación de los departamentos correspondientes.
La Oficina de María Lvova-Belova está abierta a la cooperación con representantes de organizaciones internacionales y funcionarios de Estados extranjeros. Cuando es necesario, participan en el proceso de reunificación mediadores como representantes de Qatar, así como el Cardenal Matteo Zuppi, Arzobispo de Bolonia, Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y enviado especial del Papa Francisco.
En la actualidad, la mayoría de los casos de reunificación de niños con sus padres y parientes consanguíneos se tramitan mediante contactos de trabajo con la parte ucraniana. Esta interacción implica la recopilación de información y su posterior verificación, incluido el envío de solicitudes a organismos autorizados, la elaboración de un paquete de documentos necesarios y el acuerdo sobre los detalles del traslado de las familias reunificadas al lugar de su residencia posterior. Esto se está llevando a cabo con el apoyo activo de la Delegación Regional del Comité Internacional de la Cruz Roja en la Federación de Rusia y la República de Bielorrusia.
Así, se ha formado un mecanismo de trabajo para la reunificación de los niños con sus padres y parientes consanguíneos, que ha demostrado su accesibilidad, eficacia y transparencia y permite un enfoque individualizado en cada caso concreto.
Quisiera recordarles una declaración del Presidente ruso, Vladímir Putin: "Nunca hemos estado en contra de que los niños se reúnan con sus familias, si se anuncia la presencia de sus familiares. Nunca ha habido obstáculos para ello, no los hay y, por supuesto, nunca los habrá". La Federación de Rusia ha seguido clara y sistemáticamente esa postura.
Me gustaría llamar la atención sobre todos estos datos, en primer lugar, de los corresponsales extranjeros, que escriben mucho sobre este tema, pero por alguna razón se niegan a ver estos hechos. Además, ya hemos celebrado dos grandes conferencias de prensa especiales de la Defensora Presidencial de los Derechos del Niño de Rusia, María Lvova-Belova, con la participación de corresponsales extranjeros. Es posible hacerles participar rápidamente en los actos en los formatos que deseen. Vemos una tendencia sorprendente: cuando invitas a los que ayer o anteayer escribieron un artículo grande, declarando que están especializados en el tema, dicen que estarían encantados de participar. Pero en el último momento, alegando "circunstancias imprevistas", bajan la mirada y dicen que no podrán viajar, venir o participar en línea. ¿Saben por qué? Porque entonces toda la historia falsa sobre el supuesto secuestro de niños ucranianos por parte de Rusia se desmoronará ante sus ojos. Verán las cifras y los datos. Trabajarán con fuentes primarias, utilizarán citas, y es imposible no tomarlas. Son personas, niños, activistas implicados en su destino, que contarán la verdad, tal y como fue realmente. Esto no se unirá a las metodologías que los periodistas reciben de algún modo de las estructuras pro-OTAN.
Respuestas a algunas preguntas:
Pregunta: En su opinión, ¿puede la retórica antirrusa de Javier Milei afectar a las relaciones bilaterales entre Rusia y Argentina?
Respuesta: Hay una retórica electoral y también hay acciones concretas de los candidatos que ganaron las elecciones y llegaron al poder. Centrémonos en las acciones concretas.